Pidieron 5 años para Patricia Bortagaray por el incendio de la Cooperativa de Dolavon

Fiscalía y querella dijeron que la extitular de la empresa intentó quemar documentación que pudiera comprometerla ante una inminente intervención de Provincia.

21 SEP 2018 - 21:53 | Actualizado

El fiscal Marcos Nápoli consideró “sobradamente probado” que Patricia Bortagaray incendió la Cooperativa Eléctrica de Dolavon, con la ayuda de Mauricio Huinchillán. Y que lo hizo para quemar cualquier documentación que pudiera comprometerla, ya que la entidad estaba a punto de ser intervenida por el Gobierno provincial. El gobernador Martín Buzzi ya había intervenido el Servicio Eléctrico y la decisión la prorrogó Mario Das Neves. Pero Fontana 50 planeaba designar veedores para hallar irregularidades en el resto de la empresa. Nápoli pidió 5 años de prisión efectiva para Bortagaray y 3 años y medio de cárcel también efectiva para su presunto cómplice.

Según su reconstrucción, el 26 de febrero de 2016 la entonces presidente de la empresa llegó al lugar a las 5.30 en su Chevrolet Corsa Classic. El fuego comenzaría a las 6.20. Lo relató la policía Vanesa Escobar, que cuidaba a un detenido de apellido Meza en el Hospital enfrente y le llamó la atención el Corsa estacionado. Lo confirmó quien la reemplazó, Mayra Cabezas. “Por su trabajo en los controles policiales ambas saben distinguir modelos de vehículos ya que tienen contacto con una innumerable cantidad de autos y les afina la mirada”.

Cabezas había salido de su casa 5.45 rumbo a la Comisaría y pasó por la calle entre el Hospital y la Cooperativa. A las 5.55 hizo el cambio de guardia. “El coche seguía allí y a Cabezas le preocupó verlo con los vidrios bajos. Se acercó, cruzó la calle y apareció Bortagaray por un callejón junto con un hombre”. La dirigente le gritó: “¡Soy yo, soy yo!”. El dúo no pudo abrir el portón aunque él saltó al otro lado y salieron por otra reja. Se fueron en el Corsa.

Cabezas volvió a cuidar al preso. Minutos después otra policía la llamó desde la Seccional para preguntarle si “había fuego” en el edificio. Cabezas miró por la ventaba y vio llamas y humo.

Las pericias de los Bomberos Voluntarios de Trelew, Dolavon y Policía Federal fueron independientes pero coincidieron en definir al siniestro como “intencional”, con hasta 7 focos repartidos en el edificio. “Se hallaron restos de hidrocarburos, acelerantes para aumentar la intensidad del fuego en paredes y pisos”, explicó Nápoli.

El intendente de Dolavon, Dante Bowen, declararía que “la intervención provincial era un secreto a voces y se veía venir”.

Según Nápoli, el motivo del incendio lo dio César Oller, testigo de la defensa que era apoderado de la Cooperativa. “Explicó que había charlas con el Poder Ejecutivo porque se venía la intervención con veedores. Esta circunstancia motivó especialmente a Bortagaray a quemar la Cooperativa”.

“En tantos años de juicios es la primera vez que toda la prueba presentada por la defensa es tan funcional a los intereses de Fiscalía”, graficó el acusador. Un ejemplo fue la inspección ocular que pidió Luis López Salaberry para medir la altura de los portones de la Cooperativa. “Vimos que cualquiera podía poner un pie y saltar, no hacía falta una garrocha. Huinchillán es joven y delgado, y perfectamente pudo hacerlo”.

“Bortagaray dijo que llegó temprano en un Volkswagen Bora. Sabemos que su familia también tiene un Corsa Classic. Esta falsedad y mendacidad le juega en contra, ¿con tantos testigos alguien tiene dudas de que iba en un Corsa?”.

Recordó a Ricardo Rogers, playero de 23 años de experiencia, que la noche anterior al fuego le vendió a Jorge Valiña, pareja de Bortagaray, dos bidones de 5 litros de nafta. Lo reconoció. Nunca cargaba allí. “Esbozaron un plan criminal torpe y burdo porque en su urgencia para evitar ser descubiertos, como Hansel y Gretel dejaron huellas en cada movimiento, testigos, un bidón en un baúl e inconsistencias claras, con focos ígneos identificables. No contaron con que la Policía viera todo desde la vereda de enfrente y que en verano, a esa hora se distinguen siluetas y vehículos”.

El fiscal criticó a la Defensa porque “se dedicó a plantear nulidades, encaró el debate con fragilidad y nunca explicó dónde iba su caso”. Nápoli deslizó que Salaberry dio no menos de 6 teorías: “Un termo mal apagado; un hombre de apellido Falcón que amenazó quemar la empresa con ella adentro, un robo con incendio, un atentado gremial, una confabulación de muchos actores y por último, la mezcla de todas las anteriores”.

La presunta amenaza de Falcón fue el 17 de febrero y la denuncia de Bortagaray, el 25. “Pese a su temor esperó 8 días para ir a la Comisaría; en realidad trató de generar una coartada sabiendo lo que haría al día siguiente”.

Sobre Huinchillán, el fiscal dudó hasta último momento sobre su participación. “Nadie lo había ubicado en el lugar hasta que él mismo dijo que había estado y ella también. Fue preso de sus palabras y ella, por su edad y su físico, no pudo actuar sola. Tiene una personalidad peligrosa”.

“Su propia presidente quemó la Cooperativa del pueblo, que representa los intereses más sanos y loables de una comunidad chica que se une para tener servicios. Se jactaba de haber sido elegida sin votos en contra y defraudó a esos mismos miembros”.

Como querellante por la empresa, Fabián Gabalachis consideró “una obviedad muy grande” que los acusados incendiaron el edificio. “Si tiene 4 patas, ladra y mueve la cola es un perro. Y si se acerca hasta hay riesgo de que lo muerdan, pero el perro está a la vista”.

El penalista deslizó que si no fuese por Meza, el preso interno a quien cuidaban las policías Escobar y Cabezas esa mañana, “nunca hubiéramos sabido quién quemó la Cooperativa y esto quedaba impune”. Sobre Bortagaray, apuntó que “las coartadas no la favorecen; podemos mentir todo lo que queramos pero no es gratis. Esto no fue ninguna casualidad”.

Coincidió con que se intentó quemar papeles comprometedores: “Algo se quería ocultar, los focos ígneos estaban en lugares sensibles con documentación. Pretendían que desaparezca el corazón de la Cooperativa y por eso usaron acelerantes. Sin duda hubo premeditación”. Si Bortagaray del Corsa se pasó al Bora para regresar en pleno incendio, “fue para reforzar su coartada”.

“Contra Huinchillán no teníamos evidencias y había una alta posibilidad de no acusarlo”. Pero el propio jornalero, quizás sin querer, confesó su presencia.

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21 SEP 2018 - 21:53

El fiscal Marcos Nápoli consideró “sobradamente probado” que Patricia Bortagaray incendió la Cooperativa Eléctrica de Dolavon, con la ayuda de Mauricio Huinchillán. Y que lo hizo para quemar cualquier documentación que pudiera comprometerla, ya que la entidad estaba a punto de ser intervenida por el Gobierno provincial. El gobernador Martín Buzzi ya había intervenido el Servicio Eléctrico y la decisión la prorrogó Mario Das Neves. Pero Fontana 50 planeaba designar veedores para hallar irregularidades en el resto de la empresa. Nápoli pidió 5 años de prisión efectiva para Bortagaray y 3 años y medio de cárcel también efectiva para su presunto cómplice.

Según su reconstrucción, el 26 de febrero de 2016 la entonces presidente de la empresa llegó al lugar a las 5.30 en su Chevrolet Corsa Classic. El fuego comenzaría a las 6.20. Lo relató la policía Vanesa Escobar, que cuidaba a un detenido de apellido Meza en el Hospital enfrente y le llamó la atención el Corsa estacionado. Lo confirmó quien la reemplazó, Mayra Cabezas. “Por su trabajo en los controles policiales ambas saben distinguir modelos de vehículos ya que tienen contacto con una innumerable cantidad de autos y les afina la mirada”.

Cabezas había salido de su casa 5.45 rumbo a la Comisaría y pasó por la calle entre el Hospital y la Cooperativa. A las 5.55 hizo el cambio de guardia. “El coche seguía allí y a Cabezas le preocupó verlo con los vidrios bajos. Se acercó, cruzó la calle y apareció Bortagaray por un callejón junto con un hombre”. La dirigente le gritó: “¡Soy yo, soy yo!”. El dúo no pudo abrir el portón aunque él saltó al otro lado y salieron por otra reja. Se fueron en el Corsa.

Cabezas volvió a cuidar al preso. Minutos después otra policía la llamó desde la Seccional para preguntarle si “había fuego” en el edificio. Cabezas miró por la ventaba y vio llamas y humo.

Las pericias de los Bomberos Voluntarios de Trelew, Dolavon y Policía Federal fueron independientes pero coincidieron en definir al siniestro como “intencional”, con hasta 7 focos repartidos en el edificio. “Se hallaron restos de hidrocarburos, acelerantes para aumentar la intensidad del fuego en paredes y pisos”, explicó Nápoli.

El intendente de Dolavon, Dante Bowen, declararía que “la intervención provincial era un secreto a voces y se veía venir”.

Según Nápoli, el motivo del incendio lo dio César Oller, testigo de la defensa que era apoderado de la Cooperativa. “Explicó que había charlas con el Poder Ejecutivo porque se venía la intervención con veedores. Esta circunstancia motivó especialmente a Bortagaray a quemar la Cooperativa”.

“En tantos años de juicios es la primera vez que toda la prueba presentada por la defensa es tan funcional a los intereses de Fiscalía”, graficó el acusador. Un ejemplo fue la inspección ocular que pidió Luis López Salaberry para medir la altura de los portones de la Cooperativa. “Vimos que cualquiera podía poner un pie y saltar, no hacía falta una garrocha. Huinchillán es joven y delgado, y perfectamente pudo hacerlo”.

“Bortagaray dijo que llegó temprano en un Volkswagen Bora. Sabemos que su familia también tiene un Corsa Classic. Esta falsedad y mendacidad le juega en contra, ¿con tantos testigos alguien tiene dudas de que iba en un Corsa?”.

Recordó a Ricardo Rogers, playero de 23 años de experiencia, que la noche anterior al fuego le vendió a Jorge Valiña, pareja de Bortagaray, dos bidones de 5 litros de nafta. Lo reconoció. Nunca cargaba allí. “Esbozaron un plan criminal torpe y burdo porque en su urgencia para evitar ser descubiertos, como Hansel y Gretel dejaron huellas en cada movimiento, testigos, un bidón en un baúl e inconsistencias claras, con focos ígneos identificables. No contaron con que la Policía viera todo desde la vereda de enfrente y que en verano, a esa hora se distinguen siluetas y vehículos”.

El fiscal criticó a la Defensa porque “se dedicó a plantear nulidades, encaró el debate con fragilidad y nunca explicó dónde iba su caso”. Nápoli deslizó que Salaberry dio no menos de 6 teorías: “Un termo mal apagado; un hombre de apellido Falcón que amenazó quemar la empresa con ella adentro, un robo con incendio, un atentado gremial, una confabulación de muchos actores y por último, la mezcla de todas las anteriores”.

La presunta amenaza de Falcón fue el 17 de febrero y la denuncia de Bortagaray, el 25. “Pese a su temor esperó 8 días para ir a la Comisaría; en realidad trató de generar una coartada sabiendo lo que haría al día siguiente”.

Sobre Huinchillán, el fiscal dudó hasta último momento sobre su participación. “Nadie lo había ubicado en el lugar hasta que él mismo dijo que había estado y ella también. Fue preso de sus palabras y ella, por su edad y su físico, no pudo actuar sola. Tiene una personalidad peligrosa”.

“Su propia presidente quemó la Cooperativa del pueblo, que representa los intereses más sanos y loables de una comunidad chica que se une para tener servicios. Se jactaba de haber sido elegida sin votos en contra y defraudó a esos mismos miembros”.

Como querellante por la empresa, Fabián Gabalachis consideró “una obviedad muy grande” que los acusados incendiaron el edificio. “Si tiene 4 patas, ladra y mueve la cola es un perro. Y si se acerca hasta hay riesgo de que lo muerdan, pero el perro está a la vista”.

El penalista deslizó que si no fuese por Meza, el preso interno a quien cuidaban las policías Escobar y Cabezas esa mañana, “nunca hubiéramos sabido quién quemó la Cooperativa y esto quedaba impune”. Sobre Bortagaray, apuntó que “las coartadas no la favorecen; podemos mentir todo lo que queramos pero no es gratis. Esto no fue ninguna casualidad”.

Coincidió con que se intentó quemar papeles comprometedores: “Algo se quería ocultar, los focos ígneos estaban en lugares sensibles con documentación. Pretendían que desaparezca el corazón de la Cooperativa y por eso usaron acelerantes. Sin duda hubo premeditación”. Si Bortagaray del Corsa se pasó al Bora para regresar en pleno incendio, “fue para reforzar su coartada”.

“Contra Huinchillán no teníamos evidencias y había una alta posibilidad de no acusarlo”. Pero el propio jornalero, quizás sin querer, confesó su presencia.


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