¿No moviliza una muerte?

Columna de opinión .

Dolor. Los exalumnos del profesor fallecido lo recordaron y prometieron continuar con su lucha.
07 OCT 2018 - 21:15 | Actualizado 22 SEP 2022 - 14:56

Por Raúl “Bulín” Fernández  /  Especial para Jornada

A veces da la sensación de que todo se convierte en números, en estadísticas. Con la muerte, cuando no es por causas naturales y normales, está sucediendo lo mismo.
En la semana los medios dieron cuenta del suicidio de un profesor en Trelew, quien habría decidido quitarse la vida luego de perder su empleo, su sustento y el de su familia, porque alguien decidió en un escritorio que las Escuelas Viales del país cerraban sus puertas por ajustes presupuestarios.
Desconociendo si existían más causas de esa dura determinación, valió la pena escuchar a un alumno, Mauro Brunt, presidente del Centro de Estudiantes que mantiene tomada la Escuela luchando por su futuro.
En un medio nacional Mauro señaló que “vimos al conjunto de los profesores con problemas anímicos, físicos y económicos o sin poder sostener la obra social porque esto era su sustento”.
“El profesor Miguel Vizcaino asistió a todas las clases y cumplió hasta en las clases de apoyo. Siempre que lo necesitamos estuvo. No sé a quién devolverle los apuntes que me dejó”.
“Con los alumnos pasa algo similar –agregó- porque venimos del interior, de lugares remotos, entusiasmados por tener un título y les falta una sola materia y no tienen respuesta. Implica dejar entorno, familia, afectos; buscando una carrera que nos garantice una profesión. Pareciera que no se entiende, que una determinación política, no económica, rompe con la visión de futuro de muchas familias”.
Con paciencia encomiable, Bruno remarcó que “no tuvieron ni siquiera la honra de pensar y planificar. Podrían haber cerrado la carrera a término y permitir que quienes estamos en esta oportunidad no la veamos desaparecer como si nada”.
“¿Qué clase de ser humano no mira a quien perjudica cuando toma una determinación así?, ¿cómo no se ocupan de pensar en el otro y saber lo que provocan?”. Bruno, con tres hijos y es empleado de Vialidad, aspiraba a ser el primer profesional de su familia. Tampoco tiene respuesta.
¿Habrá tomado nota el ahora ministro de Energía Javier Iguacel, exempleado de Pérez Companc, Pluspetrol y exdirector de Vialidad Nacional de lo que provocó con la determinación de suscribir el cierre de estas escuelas?
¿Tendrá conciencia que un desguace de esta naturaleza genera dolor, enfermedades, abandonos por una crisis que verdaderamente mata?
No existen respuestas y la sociedad observa atónita como alguien toma determinaciones que terminan provocando lo peor. Sólo una conciencia colectiva de entender que el otro es parte nuestra, sin importar procedencia, actividad o elección partidaria, nos puede llevar a frenar tamaña decisión de cambiar al país. Si a estas acciones no se imponen las reacciones, que medios nacionales esconden con una bajeza increíble, seguramente habrá más profesores abatidos, más alumnos abandonados y más sociedad muerta en vida.
Si no los moviliza una muerte, deberían dejar el cargo los responsables.
La Escuela Vial 2 de Trelew tenía 500 mil pesos de presupuesto mensual en los 45 mil millones de Vialidad Nacional. Iguacel, Carolina Rodríguez (RRHH), Patricia Gutiérrez (interventora) y el propio presidente Macri y el conjunto del tejido social deberían, con conciencia humanitaria, escuchar a Mauro Brunt unos minutos. Quizás allí radique la diferencia para el futuro.#

 

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Dolor. Los exalumnos del profesor fallecido lo recordaron y prometieron continuar con su lucha.
07 OCT 2018 - 21:15

Por Raúl “Bulín” Fernández  /  Especial para Jornada

A veces da la sensación de que todo se convierte en números, en estadísticas. Con la muerte, cuando no es por causas naturales y normales, está sucediendo lo mismo.
En la semana los medios dieron cuenta del suicidio de un profesor en Trelew, quien habría decidido quitarse la vida luego de perder su empleo, su sustento y el de su familia, porque alguien decidió en un escritorio que las Escuelas Viales del país cerraban sus puertas por ajustes presupuestarios.
Desconociendo si existían más causas de esa dura determinación, valió la pena escuchar a un alumno, Mauro Brunt, presidente del Centro de Estudiantes que mantiene tomada la Escuela luchando por su futuro.
En un medio nacional Mauro señaló que “vimos al conjunto de los profesores con problemas anímicos, físicos y económicos o sin poder sostener la obra social porque esto era su sustento”.
“El profesor Miguel Vizcaino asistió a todas las clases y cumplió hasta en las clases de apoyo. Siempre que lo necesitamos estuvo. No sé a quién devolverle los apuntes que me dejó”.
“Con los alumnos pasa algo similar –agregó- porque venimos del interior, de lugares remotos, entusiasmados por tener un título y les falta una sola materia y no tienen respuesta. Implica dejar entorno, familia, afectos; buscando una carrera que nos garantice una profesión. Pareciera que no se entiende, que una determinación política, no económica, rompe con la visión de futuro de muchas familias”.
Con paciencia encomiable, Bruno remarcó que “no tuvieron ni siquiera la honra de pensar y planificar. Podrían haber cerrado la carrera a término y permitir que quienes estamos en esta oportunidad no la veamos desaparecer como si nada”.
“¿Qué clase de ser humano no mira a quien perjudica cuando toma una determinación así?, ¿cómo no se ocupan de pensar en el otro y saber lo que provocan?”. Bruno, con tres hijos y es empleado de Vialidad, aspiraba a ser el primer profesional de su familia. Tampoco tiene respuesta.
¿Habrá tomado nota el ahora ministro de Energía Javier Iguacel, exempleado de Pérez Companc, Pluspetrol y exdirector de Vialidad Nacional de lo que provocó con la determinación de suscribir el cierre de estas escuelas?
¿Tendrá conciencia que un desguace de esta naturaleza genera dolor, enfermedades, abandonos por una crisis que verdaderamente mata?
No existen respuestas y la sociedad observa atónita como alguien toma determinaciones que terminan provocando lo peor. Sólo una conciencia colectiva de entender que el otro es parte nuestra, sin importar procedencia, actividad o elección partidaria, nos puede llevar a frenar tamaña decisión de cambiar al país. Si a estas acciones no se imponen las reacciones, que medios nacionales esconden con una bajeza increíble, seguramente habrá más profesores abatidos, más alumnos abandonados y más sociedad muerta en vida.
Si no los moviliza una muerte, deberían dejar el cargo los responsables.
La Escuela Vial 2 de Trelew tenía 500 mil pesos de presupuesto mensual en los 45 mil millones de Vialidad Nacional. Iguacel, Carolina Rodríguez (RRHH), Patricia Gutiérrez (interventora) y el propio presidente Macri y el conjunto del tejido social deberían, con conciencia humanitaria, escuchar a Mauro Brunt unos minutos. Quizás allí radique la diferencia para el futuro.#

 


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