Opinión / La Hoya: con pantalones largos

La destrucción total de la confitería La Piedra, punto de encuentro de esquiadores locales y turistas, puso una vez más el alerta sobre el Centro de Deportes de Invierno La Hoya, uno de los núcleos de la economía de Esquel y la región.

14 OCT 2018 - 21:51 | Actualizado

Por Raúl “Bulín” Fernández

Desde que un grupo de audaces pioneros decidieron esparcir su tiempo y espacio hace más de medio siglo ocupando la montaña lindera a sus viviendas y generando un polo de riqueza inimaginable en aquellos tiempos, se ha venido debatiendo de cuál es el “modelo” de Centro que el Estado provincial tomó como propio para su explotación y desarrollo.

Con inversiones millonarias que hoy tienen un Plan Director participativo y efectivo con respecto a su futuro, se ha forjado un esquema donde nadie podrá discutir si el Centro funciona bien o mal. Calidad y calidez humana del propio recurso, gente de experiencia y profesionalismo que conoce a la perfección su labor y una movida diaria para atender a cientos de esquiadores, competencias, condiciones climáticas o posibles emergencias.

En el CAM no está la dificultad. Al contrario, existe un potencial que puede ser mejorado pero que rinde según se lo exige.

Sin duda falta comercialización y venta del producto a puntos más cercanos y una estrategia más participativa, pero allí juegan vuelos, rutas, intermediarios, en definitiva GESTIÓN.

El Ente Mixto, mediante Resolución, estableció 12 meses para una acción definitiva. Ya queda menos de ese tiempo y la comunidad debe actuar, individual y colectivamente.

Pensar que un grupo inversor dedique sus fondos al riesgo que implica este negocio y no que lo lleve al dólar y las levacs, es realmente insólito en estos tiempos de la Argentina. Mucho menos un ofrecimiento de tierras para un desarrollo inmobiliario particular, donde La Hoya sea algo minúsculo.

Desde el Instituto Futaleufú al que pertenezco, se ha solicitado respetar esa determinación, pedir a la Justicia que esclarezca la responsabilidad de la pérdida de un edificio, al Ejecutivo Provincial la puesta en marcha de la nueva confitería y zona de descanso; continuar con las inversiones que permitan el pleno desarrollo del Plan Rector y finalmente a los actores involucrados, directa e indirectamente, ponerse los pantalones largos para definir el rumbo. Las tierras, como se ha propuesto, deberán formar parte de ese desarrollo regional planificado por nosotros mismos.

La otra cuestión es descentralizar de Rawson lo que puede administrarse desde la cordillera.

No es el CAM La Hoya un lugar recreativo para “ricos” que tienen recursos económicos. Es parte de una hermosa historia de pioneros y clubes, de chicos que conocen, utilizan y aman y cuidan la montaña por el resto de sus vidas, de trabajadores que se han especializado o deportistas que han llevado nuestro nombre al mundo; es también un recurso de la economía social de nuestro Esquel para hoteleros, cabañeros, comerciantes o artesanos que deben hacerse cargo de la responsabilidad que les toca.

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14 OCT 2018 - 21:51

Por Raúl “Bulín” Fernández

Desde que un grupo de audaces pioneros decidieron esparcir su tiempo y espacio hace más de medio siglo ocupando la montaña lindera a sus viviendas y generando un polo de riqueza inimaginable en aquellos tiempos, se ha venido debatiendo de cuál es el “modelo” de Centro que el Estado provincial tomó como propio para su explotación y desarrollo.

Con inversiones millonarias que hoy tienen un Plan Director participativo y efectivo con respecto a su futuro, se ha forjado un esquema donde nadie podrá discutir si el Centro funciona bien o mal. Calidad y calidez humana del propio recurso, gente de experiencia y profesionalismo que conoce a la perfección su labor y una movida diaria para atender a cientos de esquiadores, competencias, condiciones climáticas o posibles emergencias.

En el CAM no está la dificultad. Al contrario, existe un potencial que puede ser mejorado pero que rinde según se lo exige.

Sin duda falta comercialización y venta del producto a puntos más cercanos y una estrategia más participativa, pero allí juegan vuelos, rutas, intermediarios, en definitiva GESTIÓN.

El Ente Mixto, mediante Resolución, estableció 12 meses para una acción definitiva. Ya queda menos de ese tiempo y la comunidad debe actuar, individual y colectivamente.

Pensar que un grupo inversor dedique sus fondos al riesgo que implica este negocio y no que lo lleve al dólar y las levacs, es realmente insólito en estos tiempos de la Argentina. Mucho menos un ofrecimiento de tierras para un desarrollo inmobiliario particular, donde La Hoya sea algo minúsculo.

Desde el Instituto Futaleufú al que pertenezco, se ha solicitado respetar esa determinación, pedir a la Justicia que esclarezca la responsabilidad de la pérdida de un edificio, al Ejecutivo Provincial la puesta en marcha de la nueva confitería y zona de descanso; continuar con las inversiones que permitan el pleno desarrollo del Plan Rector y finalmente a los actores involucrados, directa e indirectamente, ponerse los pantalones largos para definir el rumbo. Las tierras, como se ha propuesto, deberán formar parte de ese desarrollo regional planificado por nosotros mismos.

La otra cuestión es descentralizar de Rawson lo que puede administrarse desde la cordillera.

No es el CAM La Hoya un lugar recreativo para “ricos” que tienen recursos económicos. Es parte de una hermosa historia de pioneros y clubes, de chicos que conocen, utilizan y aman y cuidan la montaña por el resto de sus vidas, de trabajadores que se han especializado o deportistas que han llevado nuestro nombre al mundo; es también un recurso de la economía social de nuestro Esquel para hoteleros, cabañeros, comerciantes o artesanos que deben hacerse cargo de la responsabilidad que les toca.


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