Por Antonio Sayavedra / Corresponsal en Esquel
¿Qué hacemos ahora?” Así comenzó una reunión de Gabinete en la Municipalidad de Esquel apenas estalló el escándalo de los microcréditos. La pregunta la hizo la secretaria de Prensa, Andrea Rojas puertas adentro. En esas apuradas deliberaciones estaban el secretario de Gobierno, Julio Ruiz, de Hacienda, Matías Taccetta, de Obras Públicas, Alejandro Wengier, y de Desarrollo Social, Lelia Nichols, además de Rojas.
Al momento de esa charla ya se había filtrado una nota interna que advertía que una empleada se había auto-otorgado un microcrédito por la manera que hizo el procedimiento. Crecieron los rumores de que algunas entregas tendrían irregularidades, y que al parecer, se sugería comprar materiales para la ampliación de viviendas, un objetivo del préstamo, en un determinado comercio.
Escenario
La oposición lanzó críticas y pedidos de informes. Esto incomodó al intendente Sergio Ongarato y sus colaboradores. Se llamó a una reunión “cuasi secreta” para buscar una salida decorosa. Ese grupo de funcionarios no responde a los mismos criterios y hay una interna revelada.
El escándalo se escapaba de las manos, y el intendente decidió tomarse una semana de vacaciones. Ante mi consulta ofreciéndole un espacio para expresarse me responde vía WhatsApp que se iba y dejaba instrucciones para que los funcionarios aclaren el asunto, y que elevaran lo que vieran necesario a la Asesoría Legal. Me recomienda no publicar esa explicación. Pero evalué que no había nada raro en el mensaje, y publiqué esa escueta charla.
Pero, sin Ongarato en la ciudad, la secretaria de Desarrollo Social ese fin de semana denuncia en la Comisaría 1ª que en el edificio de su dependencia había sonado la alarma, y la llamaron. En la revisión que hizo en las oficinas habría faltado documentación de los microcréditos. Lo demás, todo intacto.
Encuentro
La reunión de Gabinete encabezada por Ruiz se realizó entre la primera publicación, y el supuesto robo en Desarrollo Social. Es ese tenso encuentro Ruiz remarca: “Ese es el tema; esto no se puede escarbar más”, al tiempo que le ordena a Nichols que controle la documentación y se fije a quién le falta algún requisito “callada la boca”. Le agrega que ponga las manos al fuego para que no salga nada más de su Secretaría.
“Esto no puede salir más afuera, porque está todo mal; está mal lo que hizo Ingrid (Iglesias, exsecretaria de Desarrollo Social); está mal los errores que hemos cometido y está mal los microcréditos que hemos dado y no se lo merecían”, se hacía cargo el secretario de Gobierno.
“No podemos venir ahora a decir que somos beatos; que no tenemos nada que ver y somos todos santos. No somos santos, porque este gobierno (municipal), con la cabeza de Ongarato esto se hizo mal, y si seguimos publicando y saliendo en los medios, la única cabeza que va a caer es la del intendente. A vos, a vos ni a vos le va a tocar. Pero el que va a cagar es Ongarato”.
Ruiz ya enfurecido, gritaba: “Los peronistas lo único que buscan es mierda, y no la encontraron en la emergencia climática, en el enripiado; no la encontraron en la supuesta leche vencida ni con las garrafas. Pero, en esto la van a encontrar, la van a encontrar porque está todo mal, porque está hecho mal”.
“No hay que escarbar más; no podemos decir armemos una comisión y lo pongamos al concejal (Christian) Pasquini al frente, porque hay cosas que están mal, y la primera parte estuvo toda para la mierda”.
“Pacto”
El titular de Gobierno les pide que ante la situación, se diga que Desarrollo Social controla el otorgamiento de los microcréditos. Y surge la propuesta de Rojas de “hacer un pacto de no agresión entre nosotros; de aquí no sale nada para afuera”.
Ruiz completa: “Los que estamos en la mesa no somos amigos, no somos parientes; no somos nada. Lo que sí tenemos en común, es que todos queremos trabajar para el bien del intendente, aunque no nos podamos ver y tengamos diferencias. Acá, si nos peleamos, cagó el intendente; de Nación lo van a llamar a él”.
La coincidencia era que si se filtra lo que se hace o se dice “se arma la podrida”. Puso la sospecha la secretaria de Prensa sobre los mismos secretarios de pasar mensajes a los medios. Es cuando Rojas además lanza: “Tony Sayavedra no va a parar, porque Tony no tiene códigos y está jugando políticamente”.
Entre otros varios comentarios, la secretaria Nichols, advertía que la misma empleada del área de Obras Públicas que se había auto-otorgado un microcrédito lo andaba divulgando por todos lados, y ella le había dicho que iba caer en sus propias redes. Casi como conclusión, Ruiz resumía: “Es demasiado puterío, que no nos va a llevar a nada”, a la vez que preguntaba qué otra idea tenían “para salir de esta”, aunque el criterio elegido fue no volver hacia atrás porque estarían en problemas. “Cuando salga algún funcionario nacional hablando de este tema, ahí estaremos al horno”, sugería Rojas.
Para cerrar este informe, que no es otra cosa que una reunión para pergeñar una estrategia que tape un escándalo que ya no tiene rumbo, les hago saber a los funcionarios municipales que con ellos no tengo pactado ningún código y que lo único que tengo en cuenta es el código de no agresión.
En la sesión de anoche en el Concejo Deliberante de Esquel esperaban la respuesta al pedido de informes pero no sería presentado por el municipio, que tiene el tema “fuera de control”.
El parlamento municipal sí aprobó por amplia mayoría, que el presidente del cuerpo deliberativo, Jorge Junyent, hoy haga la denuncia en la Fiscalía Federal para que investigue las irregularidades en la entrega de microcréditos por parte del municipio. Sólo se opuso Sergio Sepiurka, edil de Cambiemos. Resta aguardar la pesquisa.
Por Antonio Sayavedra / Corresponsal en Esquel
¿Qué hacemos ahora?” Así comenzó una reunión de Gabinete en la Municipalidad de Esquel apenas estalló el escándalo de los microcréditos. La pregunta la hizo la secretaria de Prensa, Andrea Rojas puertas adentro. En esas apuradas deliberaciones estaban el secretario de Gobierno, Julio Ruiz, de Hacienda, Matías Taccetta, de Obras Públicas, Alejandro Wengier, y de Desarrollo Social, Lelia Nichols, además de Rojas.
Al momento de esa charla ya se había filtrado una nota interna que advertía que una empleada se había auto-otorgado un microcrédito por la manera que hizo el procedimiento. Crecieron los rumores de que algunas entregas tendrían irregularidades, y que al parecer, se sugería comprar materiales para la ampliación de viviendas, un objetivo del préstamo, en un determinado comercio.
Escenario
La oposición lanzó críticas y pedidos de informes. Esto incomodó al intendente Sergio Ongarato y sus colaboradores. Se llamó a una reunión “cuasi secreta” para buscar una salida decorosa. Ese grupo de funcionarios no responde a los mismos criterios y hay una interna revelada.
El escándalo se escapaba de las manos, y el intendente decidió tomarse una semana de vacaciones. Ante mi consulta ofreciéndole un espacio para expresarse me responde vía WhatsApp que se iba y dejaba instrucciones para que los funcionarios aclaren el asunto, y que elevaran lo que vieran necesario a la Asesoría Legal. Me recomienda no publicar esa explicación. Pero evalué que no había nada raro en el mensaje, y publiqué esa escueta charla.
Pero, sin Ongarato en la ciudad, la secretaria de Desarrollo Social ese fin de semana denuncia en la Comisaría 1ª que en el edificio de su dependencia había sonado la alarma, y la llamaron. En la revisión que hizo en las oficinas habría faltado documentación de los microcréditos. Lo demás, todo intacto.
Encuentro
La reunión de Gabinete encabezada por Ruiz se realizó entre la primera publicación, y el supuesto robo en Desarrollo Social. Es ese tenso encuentro Ruiz remarca: “Ese es el tema; esto no se puede escarbar más”, al tiempo que le ordena a Nichols que controle la documentación y se fije a quién le falta algún requisito “callada la boca”. Le agrega que ponga las manos al fuego para que no salga nada más de su Secretaría.
“Esto no puede salir más afuera, porque está todo mal; está mal lo que hizo Ingrid (Iglesias, exsecretaria de Desarrollo Social); está mal los errores que hemos cometido y está mal los microcréditos que hemos dado y no se lo merecían”, se hacía cargo el secretario de Gobierno.
“No podemos venir ahora a decir que somos beatos; que no tenemos nada que ver y somos todos santos. No somos santos, porque este gobierno (municipal), con la cabeza de Ongarato esto se hizo mal, y si seguimos publicando y saliendo en los medios, la única cabeza que va a caer es la del intendente. A vos, a vos ni a vos le va a tocar. Pero el que va a cagar es Ongarato”.
Ruiz ya enfurecido, gritaba: “Los peronistas lo único que buscan es mierda, y no la encontraron en la emergencia climática, en el enripiado; no la encontraron en la supuesta leche vencida ni con las garrafas. Pero, en esto la van a encontrar, la van a encontrar porque está todo mal, porque está hecho mal”.
“No hay que escarbar más; no podemos decir armemos una comisión y lo pongamos al concejal (Christian) Pasquini al frente, porque hay cosas que están mal, y la primera parte estuvo toda para la mierda”.
“Pacto”
El titular de Gobierno les pide que ante la situación, se diga que Desarrollo Social controla el otorgamiento de los microcréditos. Y surge la propuesta de Rojas de “hacer un pacto de no agresión entre nosotros; de aquí no sale nada para afuera”.
Ruiz completa: “Los que estamos en la mesa no somos amigos, no somos parientes; no somos nada. Lo que sí tenemos en común, es que todos queremos trabajar para el bien del intendente, aunque no nos podamos ver y tengamos diferencias. Acá, si nos peleamos, cagó el intendente; de Nación lo van a llamar a él”.
La coincidencia era que si se filtra lo que se hace o se dice “se arma la podrida”. Puso la sospecha la secretaria de Prensa sobre los mismos secretarios de pasar mensajes a los medios. Es cuando Rojas además lanza: “Tony Sayavedra no va a parar, porque Tony no tiene códigos y está jugando políticamente”.
Entre otros varios comentarios, la secretaria Nichols, advertía que la misma empleada del área de Obras Públicas que se había auto-otorgado un microcrédito lo andaba divulgando por todos lados, y ella le había dicho que iba caer en sus propias redes. Casi como conclusión, Ruiz resumía: “Es demasiado puterío, que no nos va a llevar a nada”, a la vez que preguntaba qué otra idea tenían “para salir de esta”, aunque el criterio elegido fue no volver hacia atrás porque estarían en problemas. “Cuando salga algún funcionario nacional hablando de este tema, ahí estaremos al horno”, sugería Rojas.
Para cerrar este informe, que no es otra cosa que una reunión para pergeñar una estrategia que tape un escándalo que ya no tiene rumbo, les hago saber a los funcionarios municipales que con ellos no tengo pactado ningún código y que lo único que tengo en cuenta es el código de no agresión.
En la sesión de anoche en el Concejo Deliberante de Esquel esperaban la respuesta al pedido de informes pero no sería presentado por el municipio, que tiene el tema “fuera de control”.
El parlamento municipal sí aprobó por amplia mayoría, que el presidente del cuerpo deliberativo, Jorge Junyent, hoy haga la denuncia en la Fiscalía Federal para que investigue las irregularidades en la entrega de microcréditos por parte del municipio. Sólo se opuso Sergio Sepiurka, edil de Cambiemos. Resta aguardar la pesquisa.