Opinión / Inmigrantes

Debate. La cuestión de los inmigrantes invita a pensar los problemas.
29 OCT 2018 - 20:59 | Actualizado

Por Raúl “Bulín” Fernández

Si bien las primeras migraciones a nuestro continente se producen miles de años antes de Cristo, la historia sobre nuestro país data con mayor fuerza con la llegada de la colonización hispana para invadir territorios que tenían alrededor de 300 mil habitantes de pueblos originarios en sus diferentes regiones con sus tribus, civilizaciones y culturas.

Ya constituido como país organizado, las corrientes migratorias tienen su esplendor después de 1850 combinando aquel precepto alberdiano de “crecer es poblar” y el genocidio de la “campaña del desierto” de Roca.

Esto viene a modo de introducción por el debate (o exposición porque solo hablan los de una misma postura) generado por los incidentes en Plaza de Mayo el pasado miércoles.

Una movilización que tuvo más de 200 mil personas en la calle rechazando un presupuesto de dependencia, todo hizo centro en los “violentos de siempre que rompen la plaza y nunca nadie puede identificar”.

Allí aparecen un par de extranjeros que en boca de senador Miguel Pichetto “deben ser deportados” de inmediato.

Más allá de la sorpresa de un representante del pueblo que no hace hincapié en los 300 mil millones de pesos menos de ejecución presupuestaria pero sí en los 10 millones que costará arreglar una plaza; cuesta observar el unísono televisivo sobre el problema de los inmigrantes “malos” que rompen, por sobre la cuestión de fondo.

Mientras trabajadores de la TV Pública o de Radio Nacional denuncian la censura de las autoridades con respecto a lo del miércoles, otros medios “privados” (gracias a la transferencia que hizo en los 90 el Estado) vuelven una y otra vez sobre la necesidad de control de los extranjeros.

Si bien no todos tenemos un pasado sanguíneo de inmigrantes, gran parte de la población tiene esa descendencia.

Incrementada además por el intento permanente de desculturización de descendencias de pueblos originarios para su no reconocimiento.

Hoy hay más de 2 millones de extranjeros del mundo en Argentina, pero la referencia xenófoba siempre va sobre algunos países limítrofes y fundamentalmente, si son pobres, de tez oscura y no visten bien.

Sería importante que los gobiernos territoriales vuelvan a debatir aquello de “todos los hombres del mundo...” que menciona nuestra ley fundamental y entendamos que las personas pueden ser buenas, trabajadoras, eficientes, solidarias y ser felices sin importar dónde han nacido sino donde quieren vivir.

Lo de Pichetto, los medios cobertores del poder, el presupuesto cuyo debate no se expone por el poco sustento de sus fundamentos o los miles en las calles rechazando e ajuste, aunque relevante, será parte de otro análisis.#

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Debate. La cuestión de los inmigrantes invita a pensar los problemas.
29 OCT 2018 - 20:59

Por Raúl “Bulín” Fernández

Si bien las primeras migraciones a nuestro continente se producen miles de años antes de Cristo, la historia sobre nuestro país data con mayor fuerza con la llegada de la colonización hispana para invadir territorios que tenían alrededor de 300 mil habitantes de pueblos originarios en sus diferentes regiones con sus tribus, civilizaciones y culturas.

Ya constituido como país organizado, las corrientes migratorias tienen su esplendor después de 1850 combinando aquel precepto alberdiano de “crecer es poblar” y el genocidio de la “campaña del desierto” de Roca.

Esto viene a modo de introducción por el debate (o exposición porque solo hablan los de una misma postura) generado por los incidentes en Plaza de Mayo el pasado miércoles.

Una movilización que tuvo más de 200 mil personas en la calle rechazando un presupuesto de dependencia, todo hizo centro en los “violentos de siempre que rompen la plaza y nunca nadie puede identificar”.

Allí aparecen un par de extranjeros que en boca de senador Miguel Pichetto “deben ser deportados” de inmediato.

Más allá de la sorpresa de un representante del pueblo que no hace hincapié en los 300 mil millones de pesos menos de ejecución presupuestaria pero sí en los 10 millones que costará arreglar una plaza; cuesta observar el unísono televisivo sobre el problema de los inmigrantes “malos” que rompen, por sobre la cuestión de fondo.

Mientras trabajadores de la TV Pública o de Radio Nacional denuncian la censura de las autoridades con respecto a lo del miércoles, otros medios “privados” (gracias a la transferencia que hizo en los 90 el Estado) vuelven una y otra vez sobre la necesidad de control de los extranjeros.

Si bien no todos tenemos un pasado sanguíneo de inmigrantes, gran parte de la población tiene esa descendencia.

Incrementada además por el intento permanente de desculturización de descendencias de pueblos originarios para su no reconocimiento.

Hoy hay más de 2 millones de extranjeros del mundo en Argentina, pero la referencia xenófoba siempre va sobre algunos países limítrofes y fundamentalmente, si son pobres, de tez oscura y no visten bien.

Sería importante que los gobiernos territoriales vuelvan a debatir aquello de “todos los hombres del mundo...” que menciona nuestra ley fundamental y entendamos que las personas pueden ser buenas, trabajadoras, eficientes, solidarias y ser felices sin importar dónde han nacido sino donde quieren vivir.

Lo de Pichetto, los medios cobertores del poder, el presupuesto cuyo debate no se expone por el poco sustento de sus fundamentos o los miles en las calles rechazando e ajuste, aunque relevante, será parte de otro análisis.#


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