El retiro de Julio Chiarini: “Sentí que el fútbol ya no me llenaba…”

El arquero cordobés maduró su retiro del futbol a los 36 años. Atajó en Huracán de Comodoro y Brown de Madryn antes de llegar a River Plate. Ya instalado en Oliva, su pueblo natal, dijo haber cortado todo vínculo con la que fue su profesión. “No me puse a pensar lo que fue mi carrera”, expresó.

17 NOV 2018 - 20:53 | Actualizado

Por Ismael Tebes

Como ocurrió en otros tiempos, quizás más lejanos y con arqueros de tiempos diferentes. El salto de un humilde club de la Patagonia a un grande del fútbol argentino es toda una muestra de que siempre se puede y que las cualidades le terminan ganando por lejos a cualquier distancia.
El primer caso fue el de Carlos Alberto Rodríguez, la “Pantera” que llegó a Huracán para jugar un Nacional y terminó recalando como suplente de Hugo Gatti en el Boca de Juan Carlos Lorenzo. El segundo, un portero forjado en éstas canchas como Emanuel Trípodi pasó de la Comisión de Actividades Infantiles a atajar también en Boca Juniors pero con un recorrido más extenso que incluyó otros clubes de Primera y de la B Nacional.
Julio César Chiarini llegó como refuerzo de Huracán de Comodoro en el 2.004 procedente de Cambaceres; ascendió y jugó el Argentino A para terminar cuidándole las espaldas a Marcelo Barovero en River Plate donde ganó además cuatro copas internacionales (Sudamericana; Recopa, Libertadores y Suruga Bank).
Esta semana, el golero oriundo de Oliva decidió colgar los guantes, sorprendiendo al mundo del fútbol y a quienes lo recuerdan de su recorrido por los equipos chubutenses. “Venía ya arrastrando un cansancio en todo sentido y lo venía “maquinando”. No sentía la suficiente motivación cuando iba a entrenar o cuando jugaba los partidos. Creo que es el momento justo. Ya llevo veinte años en esto y realmente, siento que necesitaba estar con mi familia y hacer otras cosas. Sentí que el fútbol lamentablemente ya no me llenaba y a partir de ésta decisión me siento mucho más tranquilo”, dijo Chiarini desde el retiro en su pueblo cordobés.
“Lo venía pensando. Y lo venía estirando, quería ver si me cambiaba la cabeza o si por ahí el andar bien o ganar partidos me daba un poco más de fuerza”. Y sostuvo que explicar su decisión a compañeros y cuerpo técnico resultó lo más difícil del proceso. “Iba en el auto pensando cómo iba a decírselo a todos porque era lo único que me faltaba. No sabía cómo transmitirlo porque es una decisión muy fuerte. Una  vez que se los dije me relajé y me tranquilicé. Ya lo venía planteando y estirando por la familia y muchas cosas con las que me quería convencer. Ya voy a cumplir 37 años y creo que era el momento, yéndome bien; por la puerta grande y no por ser caprichoso o querer esperar, estirar algo que ya tenía incorporado y cuya decisión estaba tomada”, dijo el ahora ex arquero en diálogo con “Fair Play” (La Cien Punto Uno). “No me puse a pensar lo que fue mi carrera. Desde ese día corté mi relación con el fútbol”.
“La verdad –agregó Chiarini- que nunca me sobró nada. Lo que hice fue con sacrificio y entrenándome, esforzándome. Nunca tuve la suerte de que me sobrara algo, todo lo que hice y lo construí en el día a día. Es obvio que estando en el Argentino B o A uno no se imagina llegar a River. Va pensando su carrera paso a paso, en el “A” tuve un salto en Alumni de Villa María que me permitió llegar a Instituto y recién ahí, empezó a asomar la posibilidad de crecer en el futbol grande. Gracias a Dios, Instituto me abrió las puertas a un club como River haciendo tres años muy buenos”.
Chiarini llegó con 15 años a Deportivo Español desde el interior cordobés y atajó en Chacarita, San Carlos, Cambaceres y Huracán (CR); Guillermo Brown (PM), Luján de Cuyo, Alumni (Va. María), Instituto; River, Tigre, Sarmiento de Junín y finalmente en la ”Gloria” hasta el adiós.
“Sin dudas, Huracán fue muy importante para mí, fue un club en donde la pasé muy bien, logramos cosas importantes y la ciudad me abrió las puertas. Fueron dos años muy lindos porque la gente me trató muy bien desde el primer día que llegué”, dijo Julio quien integró un recordado plantel del Globo, “culpable” del último ascenso del Argentino B al A. “Los tres años de Instituto, algunos partidos de River y el año que jugué en Junín fueron los mejores momentos de mi carrera. Después tuve altibajos como todos pero en ésta etapa me fue muy bien. Y en el Argentino A en Huracán creo que también me fue muy bien”.
Procesando su condición de ex futbolista, Chiarini elige su propia paz pueblerina en la búsqueda de un nuevo proyecto para su futuro. “Soy sincero, no me puse a pensar en nada. Estoy en mi pueblo con la idea de descansar, disfrutando con mi amigos y sin pensar en lo que puede venir”.
“No puedo –dijo Chiarini- decir que hubo algo malo en el fútbol porque todo lo que me dio, le voy a estar eternamente agradecido. Me llevó a que hoy puedo tener una vida bastante tranquila y que pueda hacer lo que me gusta. Quizás me alejó un poco de la familia, de no disfrutar a mis sobrinos; mis viejos y mis hermanos. Eso es lo que te quita pero dándote muchísimas otras cosas”.
“Los mejores entrenadores que tuve fueron varios. Darío Franco y Marcelo Gallardo fueron con los que más aprendí, después viene Marcelo Bonetto que fue quien me hizo saltar en Instituto. Hay muchos otros como Jaime Giordanella que en su momento también me ayudó mucho. Hubo muchos buenos pero Franco y Gallardo fueron con los que mejor me entendí y los que me sacaron el jugo en lo máximo”.
Y dejó elogiosos conceptos sobre el “Muñeco” durante su paso por el Millonario. “Gallardo convence a los jugadores laburando. Es un tipo serio en todo aspecto y se maneja muy bien dentro el vestuario, en la cancha y en todos lados. Cuando él mira a un jugador y le habla, éste le cree y eso es lo mejor que le puede pasar a un entrenador. Tuvo a varios ídolos de River en su exitosa carrera como DT, a todos les fue bien y hablaron maravillas de él. Y entonces algo debe tener. A mí me dejó muchas cosas en lo personal y en lo futbolístico así que yo siempre tendré palabras de halago hacia él”.#

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17 NOV 2018 - 20:53

Por Ismael Tebes

Como ocurrió en otros tiempos, quizás más lejanos y con arqueros de tiempos diferentes. El salto de un humilde club de la Patagonia a un grande del fútbol argentino es toda una muestra de que siempre se puede y que las cualidades le terminan ganando por lejos a cualquier distancia.
El primer caso fue el de Carlos Alberto Rodríguez, la “Pantera” que llegó a Huracán para jugar un Nacional y terminó recalando como suplente de Hugo Gatti en el Boca de Juan Carlos Lorenzo. El segundo, un portero forjado en éstas canchas como Emanuel Trípodi pasó de la Comisión de Actividades Infantiles a atajar también en Boca Juniors pero con un recorrido más extenso que incluyó otros clubes de Primera y de la B Nacional.
Julio César Chiarini llegó como refuerzo de Huracán de Comodoro en el 2.004 procedente de Cambaceres; ascendió y jugó el Argentino A para terminar cuidándole las espaldas a Marcelo Barovero en River Plate donde ganó además cuatro copas internacionales (Sudamericana; Recopa, Libertadores y Suruga Bank).
Esta semana, el golero oriundo de Oliva decidió colgar los guantes, sorprendiendo al mundo del fútbol y a quienes lo recuerdan de su recorrido por los equipos chubutenses. “Venía ya arrastrando un cansancio en todo sentido y lo venía “maquinando”. No sentía la suficiente motivación cuando iba a entrenar o cuando jugaba los partidos. Creo que es el momento justo. Ya llevo veinte años en esto y realmente, siento que necesitaba estar con mi familia y hacer otras cosas. Sentí que el fútbol lamentablemente ya no me llenaba y a partir de ésta decisión me siento mucho más tranquilo”, dijo Chiarini desde el retiro en su pueblo cordobés.
“Lo venía pensando. Y lo venía estirando, quería ver si me cambiaba la cabeza o si por ahí el andar bien o ganar partidos me daba un poco más de fuerza”. Y sostuvo que explicar su decisión a compañeros y cuerpo técnico resultó lo más difícil del proceso. “Iba en el auto pensando cómo iba a decírselo a todos porque era lo único que me faltaba. No sabía cómo transmitirlo porque es una decisión muy fuerte. Una  vez que se los dije me relajé y me tranquilicé. Ya lo venía planteando y estirando por la familia y muchas cosas con las que me quería convencer. Ya voy a cumplir 37 años y creo que era el momento, yéndome bien; por la puerta grande y no por ser caprichoso o querer esperar, estirar algo que ya tenía incorporado y cuya decisión estaba tomada”, dijo el ahora ex arquero en diálogo con “Fair Play” (La Cien Punto Uno). “No me puse a pensar lo que fue mi carrera. Desde ese día corté mi relación con el fútbol”.
“La verdad –agregó Chiarini- que nunca me sobró nada. Lo que hice fue con sacrificio y entrenándome, esforzándome. Nunca tuve la suerte de que me sobrara algo, todo lo que hice y lo construí en el día a día. Es obvio que estando en el Argentino B o A uno no se imagina llegar a River. Va pensando su carrera paso a paso, en el “A” tuve un salto en Alumni de Villa María que me permitió llegar a Instituto y recién ahí, empezó a asomar la posibilidad de crecer en el futbol grande. Gracias a Dios, Instituto me abrió las puertas a un club como River haciendo tres años muy buenos”.
Chiarini llegó con 15 años a Deportivo Español desde el interior cordobés y atajó en Chacarita, San Carlos, Cambaceres y Huracán (CR); Guillermo Brown (PM), Luján de Cuyo, Alumni (Va. María), Instituto; River, Tigre, Sarmiento de Junín y finalmente en la ”Gloria” hasta el adiós.
“Sin dudas, Huracán fue muy importante para mí, fue un club en donde la pasé muy bien, logramos cosas importantes y la ciudad me abrió las puertas. Fueron dos años muy lindos porque la gente me trató muy bien desde el primer día que llegué”, dijo Julio quien integró un recordado plantel del Globo, “culpable” del último ascenso del Argentino B al A. “Los tres años de Instituto, algunos partidos de River y el año que jugué en Junín fueron los mejores momentos de mi carrera. Después tuve altibajos como todos pero en ésta etapa me fue muy bien. Y en el Argentino A en Huracán creo que también me fue muy bien”.
Procesando su condición de ex futbolista, Chiarini elige su propia paz pueblerina en la búsqueda de un nuevo proyecto para su futuro. “Soy sincero, no me puse a pensar en nada. Estoy en mi pueblo con la idea de descansar, disfrutando con mi amigos y sin pensar en lo que puede venir”.
“No puedo –dijo Chiarini- decir que hubo algo malo en el fútbol porque todo lo que me dio, le voy a estar eternamente agradecido. Me llevó a que hoy puedo tener una vida bastante tranquila y que pueda hacer lo que me gusta. Quizás me alejó un poco de la familia, de no disfrutar a mis sobrinos; mis viejos y mis hermanos. Eso es lo que te quita pero dándote muchísimas otras cosas”.
“Los mejores entrenadores que tuve fueron varios. Darío Franco y Marcelo Gallardo fueron con los que más aprendí, después viene Marcelo Bonetto que fue quien me hizo saltar en Instituto. Hay muchos otros como Jaime Giordanella que en su momento también me ayudó mucho. Hubo muchos buenos pero Franco y Gallardo fueron con los que mejor me entendí y los que me sacaron el jugo en lo máximo”.
Y dejó elogiosos conceptos sobre el “Muñeco” durante su paso por el Millonario. “Gallardo convence a los jugadores laburando. Es un tipo serio en todo aspecto y se maneja muy bien dentro el vestuario, en la cancha y en todos lados. Cuando él mira a un jugador y le habla, éste le cree y eso es lo mejor que le puede pasar a un entrenador. Tuvo a varios ídolos de River en su exitosa carrera como DT, a todos les fue bien y hablaron maravillas de él. Y entonces algo debe tener. A mí me dejó muchas cosas en lo personal y en lo futbolístico así que yo siempre tendré palabras de halago hacia él”.#


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