Editorial / Guía práctica para entender los porqués de la insólita pelea por la fecha de elecciones
Leé La Columna del Domingo, el tradicional análisis de la edición impresa de Jornada.
En Chubut no hay grieta. El Frente para la Victoria y Cambiemos tiran juntos de la misma cuerda contra un enemigo común. En cualquier otra circunstancia podría ser un ejemplo de racionalidad política, esa que tanto reclama la sociedad y que tan poco emplea la dirigencia de turno. Pero esta inédita alianza legislativa que se obstina en disputarle el poder al gobernador Mariano Arcioni ha expuesto al máximo los grises que habitan en la Constitución Provincial.
La ya cansadora disputa por la fecha de elecciones se pasó de castaño oscuro. La potestad constitucional que detenta quien ejerza el Poder Ejecutivo para determinar las fechas de elecciones es más que clara. El que mejor la ejerció fue, cuándo no, Mario Das Neves, que en 2011 necesitaba despegarse del “huracán Cristina” (que terminaría arrollando en las generales de octubre con el 54% de los votos) y adelantó los comicios provinciales a marzo.
Nadie se animó a discutirle la decisión a Das Neves de ir con una boleta corta porque, sencillamente, el entonces gobernador los hubiera arrollado desde la dialéctica y desde las bancas de la Legislatura. La oposición lo detestaba pero le temía. Entonces, todos fueron a votar en marzo callados la boca.
Fortalezas y debilidades
Recordar aquella situación ocurrida hace apenas siete años es fundamental para entender que la disputa a la que asiste la sociedad por estos días no tiene ni un poco de sentido. Es obvio que Arcioni adelanta el reloj electoral por conveniencia ¿Sería razonable que actuara de otra manera? Hay excepciones, pero no es común que un político en el ejercicio del poder tome decisiones que lo perjudiquen.
También es obvio que la oposición juegue sus cartas para ensuciarle el juego electoral al gobernador de turno. La derogación de los dos primeros decretos fue un golpe de escena para destacar.
Sin embargo, la derogación de los dos segundos decretos -el jueves pasado- fue un símbolo de debilidad. Miedo a perder. Porque tomar el atajo más corto, que fue juntar 14 votos para frenar los decretos con una mayoría simple, fue admitir que nunca tuvieron los 18 votos para voltear de manera definitiva las ambiciones del Gobierno de votar desdoblado.
El terreno judicial
Que el Tribunal Electoral Provincial (TEP) haya decidido el viernes seguir adelante con el cronograma electoral solicitando los padrones al Juzgado Federal de Rawson, fue una buena señal para Fontana 50 pero de ninguna manera le pone un corte final al tema. En el Gobierno lo celebraron como un gol pero no fue para tanto.
Lo que el TEP hizo con los tres votos de los representantes de la Justicia (el presidente del Superior Tribunal, Mario Vivas; el procurador general, Jorge Miquelarena; y el juez de Garantías de Rawson, Carlos Tesi), fue ponerle un freno a la jugada política de la oposición, que está representada en ese cuerpo por José María Grazzini Agüero (FpV) y Jaqueline Caminoa (UCR/Cambiemos).
El Tribunal no confirmó la fecha de elecciones adelantadas ni mucho menos. Pero se salió de la dinámica en la que vienen jugando tanto el Gobierno como la oposición y decidió avanzar con cuestiones electorales que van a servir si se vota en abril y junio, o si finalmente se hace en agosto y octubre, como quiere la oposición.
En el mismo sentido, y con actores repetidos, el Superior Tribunal le dio trámite a la acción declarativa de inconstitucionalidad y a la medida cautelar solicitada por el gobernador contra la primera derogación de decretos que hizo la Legislatura. Tampoco en este caso se puede decir que ya haya habido una definición a favor del Gobierno. Pero se está más cerca de una resolución definitiva que, tal vez, se dé esta misma semana.
Primero se debe expedir la Procuración General. Pero hay un tema para atender: en los pasillos del Poder Judicial en Rawson dicen que el procurador Miquelarena, quien debería firmar el dictamen, podría excusarse por su pertenencia al TEP. Si la excusación se confirma, todos los ojos se posarán sobre Emilio Porras Hernández, el procurador adjunto que tiene base en Comodoro Rivadavia.
Sea quien fuere quien termine escribiendo el dictamen, será luego un pleno del Superior Tribunal el que deba dar una sentencia definitiva. En este caso también hay cuestiones que no se pueden soslayar: otra versión que corrió el viernes es que Vivas, presidente del STJ y del TEP, también podría excusarse. Pero hay otra novedad a tener en cuenta: el ministro Alejandro Panizzi está de vacaciones y no regresaría antes de la definición, lo que implica que solo uno de los tres ministros del Superior podría actuar: el comodorense Miguel Donnet. Lo que significa que habría que convocar a cinco camaristas que subroguen para completar el pleno de seis integrantes que hace falta para resolver un tema tan trascendente.
Así de intrincada está hoy la política chubutense. Tanto, que hay que escribir una hoja de ruta para tratar de entender por qué no se ponen de acuerdo en algo tan básico como la fecha de elecciones.
En Chubut no hay grieta. El Frente para la Victoria y Cambiemos tiran juntos de la misma cuerda contra un enemigo común. En cualquier otra circunstancia podría ser un ejemplo de racionalidad política, esa que tanto reclama la sociedad y que tan poco emplea la dirigencia de turno. Pero esta inédita alianza legislativa que se obstina en disputarle el poder al gobernador Mariano Arcioni ha expuesto al máximo los grises que habitan en la Constitución Provincial.
La ya cansadora disputa por la fecha de elecciones se pasó de castaño oscuro. La potestad constitucional que detenta quien ejerza el Poder Ejecutivo para determinar las fechas de elecciones es más que clara. El que mejor la ejerció fue, cuándo no, Mario Das Neves, que en 2011 necesitaba despegarse del “huracán Cristina” (que terminaría arrollando en las generales de octubre con el 54% de los votos) y adelantó los comicios provinciales a marzo.
Nadie se animó a discutirle la decisión a Das Neves de ir con una boleta corta porque, sencillamente, el entonces gobernador los hubiera arrollado desde la dialéctica y desde las bancas de la Legislatura. La oposición lo detestaba pero le temía. Entonces, todos fueron a votar en marzo callados la boca.
Fortalezas y debilidades
Recordar aquella situación ocurrida hace apenas siete años es fundamental para entender que la disputa a la que asiste la sociedad por estos días no tiene ni un poco de sentido. Es obvio que Arcioni adelanta el reloj electoral por conveniencia ¿Sería razonable que actuara de otra manera? Hay excepciones, pero no es común que un político en el ejercicio del poder tome decisiones que lo perjudiquen.
También es obvio que la oposición juegue sus cartas para ensuciarle el juego electoral al gobernador de turno. La derogación de los dos primeros decretos fue un golpe de escena para destacar.
Sin embargo, la derogación de los dos segundos decretos -el jueves pasado- fue un símbolo de debilidad. Miedo a perder. Porque tomar el atajo más corto, que fue juntar 14 votos para frenar los decretos con una mayoría simple, fue admitir que nunca tuvieron los 18 votos para voltear de manera definitiva las ambiciones del Gobierno de votar desdoblado.
El terreno judicial
Que el Tribunal Electoral Provincial (TEP) haya decidido el viernes seguir adelante con el cronograma electoral solicitando los padrones al Juzgado Federal de Rawson, fue una buena señal para Fontana 50 pero de ninguna manera le pone un corte final al tema. En el Gobierno lo celebraron como un gol pero no fue para tanto.
Lo que el TEP hizo con los tres votos de los representantes de la Justicia (el presidente del Superior Tribunal, Mario Vivas; el procurador general, Jorge Miquelarena; y el juez de Garantías de Rawson, Carlos Tesi), fue ponerle un freno a la jugada política de la oposición, que está representada en ese cuerpo por José María Grazzini Agüero (FpV) y Jaqueline Caminoa (UCR/Cambiemos).
El Tribunal no confirmó la fecha de elecciones adelantadas ni mucho menos. Pero se salió de la dinámica en la que vienen jugando tanto el Gobierno como la oposición y decidió avanzar con cuestiones electorales que van a servir si se vota en abril y junio, o si finalmente se hace en agosto y octubre, como quiere la oposición.
En el mismo sentido, y con actores repetidos, el Superior Tribunal le dio trámite a la acción declarativa de inconstitucionalidad y a la medida cautelar solicitada por el gobernador contra la primera derogación de decretos que hizo la Legislatura. Tampoco en este caso se puede decir que ya haya habido una definición a favor del Gobierno. Pero se está más cerca de una resolución definitiva que, tal vez, se dé esta misma semana.
Primero se debe expedir la Procuración General. Pero hay un tema para atender: en los pasillos del Poder Judicial en Rawson dicen que el procurador Miquelarena, quien debería firmar el dictamen, podría excusarse por su pertenencia al TEP. Si la excusación se confirma, todos los ojos se posarán sobre Emilio Porras Hernández, el procurador adjunto que tiene base en Comodoro Rivadavia.
Sea quien fuere quien termine escribiendo el dictamen, será luego un pleno del Superior Tribunal el que deba dar una sentencia definitiva. En este caso también hay cuestiones que no se pueden soslayar: otra versión que corrió el viernes es que Vivas, presidente del STJ y del TEP, también podría excusarse. Pero hay otra novedad a tener en cuenta: el ministro Alejandro Panizzi está de vacaciones y no regresaría antes de la definición, lo que implica que solo uno de los tres ministros del Superior podría actuar: el comodorense Miguel Donnet. Lo que significa que habría que convocar a cinco camaristas que subroguen para completar el pleno de seis integrantes que hace falta para resolver un tema tan trascendente.
Así de intrincada está hoy la política chubutense. Tanto, que hay que escribir una hoja de ruta para tratar de entender por qué no se ponen de acuerdo en algo tan básico como la fecha de elecciones.