El Brexit y Theresa May, ante la hora de la verdad

La premier británica Theresa May intentaba el lunes salvar su amenazado acuerdo de Brexit, un día antes de la votación por un parlamento escéptico y después de que la justicia europea dictase que Londres puede anular unilateralmente la decisión de dejar la UE.

10 DIC 2018 - 11:04 | Actualizado

 


   Casi tres años después del referéndum en que 52% de los británicos votó a favor del Brexit, Reino Unido debe salir de la Unión Europea el 29 de marzo de 2019.

   Sin embargo, si así lo decidiese, antes de esa fecha puede todavía cambiar de opinión y retirar la notificación con la que activó el proceso, dictaron el lunes por la mañana los jueces del Tribunal de Justicia de la UE.

   "Es libre de revocar unilateralmente dicha notificación", fallaron dando respuesta a la duda planteada por un tribunal británico al que acudieron un grupo de políticos escoceses en un esfuerzo por presionar para que el país dé marcha atrás.

   Esta posibilidad ha sido rechazada en incontables ocasiones por el ejecutivo de May.

   El fallo "no altera ni el resultado del referéndum ni la clara intención del gobierno de salir" de la UE, dijo a la BBC el ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, uno de los acérrimos defensores del Brexit en el seno del dividido Partido Conservador.

   "No queremos permanecer en la UE, votamos de forma muy clara" en la consulta de 2016, insistió.

   La decisión da sin embargo un espaldarazo a los partidarios de permanecer en la UE, en un momento en que toma fuerza la posibilidad de celebrar un segundo referéndum sobre el Brexit si, como se prevé, los diputados tumban el acuerdo en la votación de ratificación del martes.

   El texto sellado por May con Bruselas, fruto de 17 meses de difíciles negociaciones, choca con el rechazo de la oposición laborista, de los centristas proeuropeos del Partido Liberaldemócrata, de los unionistas norirlandeses del DUP y de hasta un centenar de conservadores rebeldes, ya sea euroescépticos o proeuropeos.


   - Volver a Bruselas

   "Está claro que cualquier Brexit empobrecerá a la gente y debilitará la posición de Reino Unido en el mundo. Los diputados no sólo deberían votar en contra del acuerdo de Theresa May, sino también a favor de una consulta popular con la opción de permanecer en la UE", afirmó el liberaldemócrata Tom Brake.

   También la primera ministra había advertido la víspera, por enésima vez, que votar contra el acuerdo "comportará una gran incertidumbre para el país, con un riesgo muy real de que no se produzca el Brexit o de abandonar la Unión Europea sin acuerdo".

   Ante el creciente temor de que el texto fracase el martes, en los últimos días algunos conservadores pidieron a la primera ministra que aplazase la histórica votación. Una opción que el ministro del Brexit, Stephen Barclay, descartó el domingo.

   El Banco de Inglaterra advirtió recientemente de que un Brexit sin acuerdo desencadenaría una crisis económica de enormes proporciones, con disparada del desempleo y la inflación, desplome de la libra y el precio de la vivienda y casi 10% de reducción del Producto Interior Bruto (PIB).

   Ante estas oscuras perspectivas, los datos de crecimiento anunciados el lunes mostraron una economía británica morosa debido a la incertidumbre.

   Tras permanecer estancado durante los dos meses precedentes, el PIB solo creció 0,1% en octubre, anunció la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS).

   Los defensores de una salida británica pura y dura de la Unión Europea consideran que el acuerdo negociado por May hace concesiones inaceptables a sus 27 socios europeos y quieren que la jefa del gobierno pida una renegociación durante la cumbre europea ordinaria prevista el jueves y viernes en Bruselas.

   Y si ella no lo hace, contemplan hacerla caer con una moción de censura para tomar las riendas.

   Sin embargo, tanto Londres como Bruselas han calificado hasta ahora de imposible alcanzar otro acuerdo.

   "Esta es la mejor oportunidad que cada diputado en la Cámara de los Comunes tendrá de dar respuesta al deseo expresado por los británicos en referéndum", dijo el británico Jeremy Hunt a su llegada el lunes a una reunión de ministros europeos de Relaciones Exteriores.

   "Este es el mejor acuerdo que pueden obtener", afirmó por su parte el canciller español Josep Borrell.

 

 

10 DIC 2018 - 11:04

 


   Casi tres años después del referéndum en que 52% de los británicos votó a favor del Brexit, Reino Unido debe salir de la Unión Europea el 29 de marzo de 2019.

   Sin embargo, si así lo decidiese, antes de esa fecha puede todavía cambiar de opinión y retirar la notificación con la que activó el proceso, dictaron el lunes por la mañana los jueces del Tribunal de Justicia de la UE.

   "Es libre de revocar unilateralmente dicha notificación", fallaron dando respuesta a la duda planteada por un tribunal británico al que acudieron un grupo de políticos escoceses en un esfuerzo por presionar para que el país dé marcha atrás.

   Esta posibilidad ha sido rechazada en incontables ocasiones por el ejecutivo de May.

   El fallo "no altera ni el resultado del referéndum ni la clara intención del gobierno de salir" de la UE, dijo a la BBC el ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, uno de los acérrimos defensores del Brexit en el seno del dividido Partido Conservador.

   "No queremos permanecer en la UE, votamos de forma muy clara" en la consulta de 2016, insistió.

   La decisión da sin embargo un espaldarazo a los partidarios de permanecer en la UE, en un momento en que toma fuerza la posibilidad de celebrar un segundo referéndum sobre el Brexit si, como se prevé, los diputados tumban el acuerdo en la votación de ratificación del martes.

   El texto sellado por May con Bruselas, fruto de 17 meses de difíciles negociaciones, choca con el rechazo de la oposición laborista, de los centristas proeuropeos del Partido Liberaldemócrata, de los unionistas norirlandeses del DUP y de hasta un centenar de conservadores rebeldes, ya sea euroescépticos o proeuropeos.


   - Volver a Bruselas

   "Está claro que cualquier Brexit empobrecerá a la gente y debilitará la posición de Reino Unido en el mundo. Los diputados no sólo deberían votar en contra del acuerdo de Theresa May, sino también a favor de una consulta popular con la opción de permanecer en la UE", afirmó el liberaldemócrata Tom Brake.

   También la primera ministra había advertido la víspera, por enésima vez, que votar contra el acuerdo "comportará una gran incertidumbre para el país, con un riesgo muy real de que no se produzca el Brexit o de abandonar la Unión Europea sin acuerdo".

   Ante el creciente temor de que el texto fracase el martes, en los últimos días algunos conservadores pidieron a la primera ministra que aplazase la histórica votación. Una opción que el ministro del Brexit, Stephen Barclay, descartó el domingo.

   El Banco de Inglaterra advirtió recientemente de que un Brexit sin acuerdo desencadenaría una crisis económica de enormes proporciones, con disparada del desempleo y la inflación, desplome de la libra y el precio de la vivienda y casi 10% de reducción del Producto Interior Bruto (PIB).

   Ante estas oscuras perspectivas, los datos de crecimiento anunciados el lunes mostraron una economía británica morosa debido a la incertidumbre.

   Tras permanecer estancado durante los dos meses precedentes, el PIB solo creció 0,1% en octubre, anunció la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS).

   Los defensores de una salida británica pura y dura de la Unión Europea consideran que el acuerdo negociado por May hace concesiones inaceptables a sus 27 socios europeos y quieren que la jefa del gobierno pida una renegociación durante la cumbre europea ordinaria prevista el jueves y viernes en Bruselas.

   Y si ella no lo hace, contemplan hacerla caer con una moción de censura para tomar las riendas.

   Sin embargo, tanto Londres como Bruselas han calificado hasta ahora de imposible alcanzar otro acuerdo.

   "Esta es la mejor oportunidad que cada diputado en la Cámara de los Comunes tendrá de dar respuesta al deseo expresado por los británicos en referéndum", dijo el británico Jeremy Hunt a su llegada el lunes a una reunión de ministros europeos de Relaciones Exteriores.

   "Este es el mejor acuerdo que pueden obtener", afirmó por su parte el canciller español Josep Borrell.

 

 


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