Editorial / Los dos millones de nuevos pobres que Menna y Nacho Torres no pueden tapar

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15 DIC 2018 - 21:05 | Actualizado

No lo dice el kirchnerismo, ni La Cámpora, ni la izquierda ni el Papa, los habituales “enemigos” que Cambiemos pone en primer plano cuando no puede explicar cómo fue que pusieron patas para arriba el país y pulverizaron la economía. La que le dio un sonoro cachetazo a la alianza que gobierna hace 36 meses fue el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que hace años viene midiendo la incidencia de la pobreza, inclusive en tiempos del kirchnerismo, al que tampoco le caía en gracia lo que este observatorio decía.

En el último año, la pobreza subió del 28,2% al 33,6% de la población urbana argentina. Es decir, creció más de 5 puntos en apenas un año. O, más contundente aún: las políticas de Cambiemos generaron 2.180.000 nuevos pobres de un año a otro, elevando a 13,6 millones de personas en toda la Argentina.

Se trata del nivel más alto de pobreza de toda la década, desde que comenzó esta medición de la UCA, superando picos anteriores como los de 2014 y 2016.

Algunos especialistas desagregaron los datos del informe y aportaron cifras más espeluznantes: por ejemplo, que la pobreza ya afecta al 51,7% de los niños.

El Gobierno de Mauricio Macri no puede echarle la culpa a nadie de semejante descalabro. Y la dirigencia que integra la alianza Cambiemos -o la avala-, también debe ser señalada como co-responsable de esta “masacre” social que se está cometiendo a la vista de todos.

El mismo día que la UCA anunció los resultados del informe, el joven dirigente del PRO Chubut y delegado del Ministerio del Interior en Chubut, Ignacio “Nacho” Torres, concedió una entrevista en FM Tiempo que dejó perplejos a muchos de los que escuchaban: “La culpa es del kirchnerismo”, dijo la “esperanza blanca” de la nueva política de Chubut, echando mano a la excusa más vergonzosa que se haya escuchado en los último tiempos.

Torres es un joven dirigente, canchero, que se mueve bien en las redes sociales –sobre todo pagando para viralizar sus movimientos de campaña- pero tiene todos los vicios de la vieja política: es acomodaticio y jamás va a hacerse cargo de las culpas que le corresponde.

Hasta hace un par de años era un “nene mimado” del extinto gobernador Mario Das Neves y coqueteó con él hasta más no poder, inclusive a punto de ser integrante de su Gabinete. Ahora habla pestes del dasnevismo y del peronismo y dice que la única salida de Chubut es Cambiemos. Por si fuera poco, asegura que el Gobierno nacional está invirtiendo $ 50 mil millones en obras en la provincia. No es chiste. Lo dijo.

El cinismo de Torres sólo es superado en Chubut por otro macrista recalcitrante, el viejo zorro de la política y hoy diputado nacional, Gustavo Menna. Se entiende que Torres infle globos amarillos sin ponerse colorado; pero que el abogado comodorense, que parecía que le iba a devolver al radicalismo el prestigio que había perdido, quiera convencer a los chubutenses de que lo que está haciendo Macri tiene algo que ver con el centenario partido, es un poco fuerte.

Ahora se entiende que haya sectores del radicalismo de Chubut encabezados por el exsenador Mario Cimadevilla que no quieren saber nada con volver a unir su sello con el del PRO.

Ni Menna ni Torres, que tienen chances de ser la fórmula de Cambiemos en 2019, pueden –ni quieren- explicar cómo fue que el mayor salto de pobreza e indigencia afecte a los menores de 17 años. En ese segmento, la tasa subió del 44% al 51,7%. Esto significa que hay 931.700 nuevos chicos pobres, llevando el total a 6.255.000 niños que viven en hogares pobres, de los cuales el 10,9% (1.310.000) pertenecen a familias que no tienen ingresos para asegurar una alimentación básica, explica Ismael Bermúdez, un periodista que estudia las series de pobreza desde hace décadas.

“Así, uno de cada dos niños se alimenta, se educa y se desarrolla entre familias que no pueden comprar los bienes y servicios básicos, lo que constituye un factor de reproducción de la pobreza”, deduce Bermúdez.

Este récord de pobreza se produjo en un año en que se disparó el dólar, la inflación, cayó la actividad económica y se redujeron entre 15 y 20 puntos el poder adquisitivo de los salarios, las jubilaciones y las prestaciones sociales y se redujo la ocupación laboral.

Agustin Salvia, director del Observatorio de la UCA, dijo que las perspectivas de aminorar la pobreza en 2019 son “inciertas”, aunque podría reducirse de los altos niveles actuales si los salarios y las jubilaciones suben por encima de la inflación y crece el empleo y no hay un nuevo shock. “Para que baje la pobreza es condición necesaria que crezca la economía pero no es suficiente para resolver la pobreza que tiene dimensiones estructurales”, alerta Salvia.

De la “pobreza cero” que prometió Macri y repitieron hasta el hartazgo quienes compartieron la boleta de Cambiemos en Chubut, a las cifras divulgadas por la UCA, hay un trecho enorme que no es más que el fracaso de la alianza de gobierno.

Menna y Torres tienen discursos políticamente correctos, usan el mismo tipo de camisas arremangadas, sonríen parecido en las fotos de campaña y se esmeran por ser la antítesis del peronismo. Pero hasta ahora no pudieron explicar cómo es que van a representar en Chubut a un gobierno que esquilmó a los chubutenses. No tienen vergüenza pero les sobra cinismo.

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15 DIC 2018 - 21:05

No lo dice el kirchnerismo, ni La Cámpora, ni la izquierda ni el Papa, los habituales “enemigos” que Cambiemos pone en primer plano cuando no puede explicar cómo fue que pusieron patas para arriba el país y pulverizaron la economía. La que le dio un sonoro cachetazo a la alianza que gobierna hace 36 meses fue el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que hace años viene midiendo la incidencia de la pobreza, inclusive en tiempos del kirchnerismo, al que tampoco le caía en gracia lo que este observatorio decía.

En el último año, la pobreza subió del 28,2% al 33,6% de la población urbana argentina. Es decir, creció más de 5 puntos en apenas un año. O, más contundente aún: las políticas de Cambiemos generaron 2.180.000 nuevos pobres de un año a otro, elevando a 13,6 millones de personas en toda la Argentina.

Se trata del nivel más alto de pobreza de toda la década, desde que comenzó esta medición de la UCA, superando picos anteriores como los de 2014 y 2016.

Algunos especialistas desagregaron los datos del informe y aportaron cifras más espeluznantes: por ejemplo, que la pobreza ya afecta al 51,7% de los niños.

El Gobierno de Mauricio Macri no puede echarle la culpa a nadie de semejante descalabro. Y la dirigencia que integra la alianza Cambiemos -o la avala-, también debe ser señalada como co-responsable de esta “masacre” social que se está cometiendo a la vista de todos.

El mismo día que la UCA anunció los resultados del informe, el joven dirigente del PRO Chubut y delegado del Ministerio del Interior en Chubut, Ignacio “Nacho” Torres, concedió una entrevista en FM Tiempo que dejó perplejos a muchos de los que escuchaban: “La culpa es del kirchnerismo”, dijo la “esperanza blanca” de la nueva política de Chubut, echando mano a la excusa más vergonzosa que se haya escuchado en los último tiempos.

Torres es un joven dirigente, canchero, que se mueve bien en las redes sociales –sobre todo pagando para viralizar sus movimientos de campaña- pero tiene todos los vicios de la vieja política: es acomodaticio y jamás va a hacerse cargo de las culpas que le corresponde.

Hasta hace un par de años era un “nene mimado” del extinto gobernador Mario Das Neves y coqueteó con él hasta más no poder, inclusive a punto de ser integrante de su Gabinete. Ahora habla pestes del dasnevismo y del peronismo y dice que la única salida de Chubut es Cambiemos. Por si fuera poco, asegura que el Gobierno nacional está invirtiendo $ 50 mil millones en obras en la provincia. No es chiste. Lo dijo.

El cinismo de Torres sólo es superado en Chubut por otro macrista recalcitrante, el viejo zorro de la política y hoy diputado nacional, Gustavo Menna. Se entiende que Torres infle globos amarillos sin ponerse colorado; pero que el abogado comodorense, que parecía que le iba a devolver al radicalismo el prestigio que había perdido, quiera convencer a los chubutenses de que lo que está haciendo Macri tiene algo que ver con el centenario partido, es un poco fuerte.

Ahora se entiende que haya sectores del radicalismo de Chubut encabezados por el exsenador Mario Cimadevilla que no quieren saber nada con volver a unir su sello con el del PRO.

Ni Menna ni Torres, que tienen chances de ser la fórmula de Cambiemos en 2019, pueden –ni quieren- explicar cómo fue que el mayor salto de pobreza e indigencia afecte a los menores de 17 años. En ese segmento, la tasa subió del 44% al 51,7%. Esto significa que hay 931.700 nuevos chicos pobres, llevando el total a 6.255.000 niños que viven en hogares pobres, de los cuales el 10,9% (1.310.000) pertenecen a familias que no tienen ingresos para asegurar una alimentación básica, explica Ismael Bermúdez, un periodista que estudia las series de pobreza desde hace décadas.

“Así, uno de cada dos niños se alimenta, se educa y se desarrolla entre familias que no pueden comprar los bienes y servicios básicos, lo que constituye un factor de reproducción de la pobreza”, deduce Bermúdez.

Este récord de pobreza se produjo en un año en que se disparó el dólar, la inflación, cayó la actividad económica y se redujeron entre 15 y 20 puntos el poder adquisitivo de los salarios, las jubilaciones y las prestaciones sociales y se redujo la ocupación laboral.

Agustin Salvia, director del Observatorio de la UCA, dijo que las perspectivas de aminorar la pobreza en 2019 son “inciertas”, aunque podría reducirse de los altos niveles actuales si los salarios y las jubilaciones suben por encima de la inflación y crece el empleo y no hay un nuevo shock. “Para que baje la pobreza es condición necesaria que crezca la economía pero no es suficiente para resolver la pobreza que tiene dimensiones estructurales”, alerta Salvia.

De la “pobreza cero” que prometió Macri y repitieron hasta el hartazgo quienes compartieron la boleta de Cambiemos en Chubut, a las cifras divulgadas por la UCA, hay un trecho enorme que no es más que el fracaso de la alianza de gobierno.

Menna y Torres tienen discursos políticamente correctos, usan el mismo tipo de camisas arremangadas, sonríen parecido en las fotos de campaña y se esmeran por ser la antítesis del peronismo. Pero hasta ahora no pudieron explicar cómo es que van a representar en Chubut a un gobierno que esquilmó a los chubutenses. No tienen vergüenza pero les sobra cinismo.


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