Opinión / El año electoral

16 DIC 2018 - 21:15 | Actualizado

Por Raúl “Bulín” Fernández  /  Especial para Jornada

Un convulsionado cierre de sesiones de la Legislatura del Chubut, casi como una afrenta a los 35 años continuos de democracia como nunca en 200 años de institucionalidad, da muestra clara de la deficiencia y poca capacidad de la dirigencia.
Impedir debates para sacar ventajas mezquinas y de cortísimo plazo, son muestra de lo que no se debe, pero evidentemente se puede hacer.
Lejos se ve al conjunto del tejido social, especialmente de aquellos sectores que más necesitan de políticas de Estado que los saque del estancamiento y permita nuevos objetivos que tengan al empleo, la seguridad y el desarrollo económico como norte.
Pero la realidad muestra que resulta más redituable impedir, destruir y quitar del medio a empujones, que establecer puentes de diálogo y respeto por la idea ajena.
Sin lugar a duda que el año que comienza en pocos días será imposible avanzar, por lo que sólo resta esperar ideas y proyectos de quienes asuman responsabilidades electorales.
No importa que partido, que sector interno, que colores represente si realmente expresa vocación de servicio y un cúmulo de ideas para desarrollar si la sociedad mayoritariamente lo elije.
Cada expresión debiera ser un compromiso. Cada idea contada a la sociedad debería transformarse en un pacto con quienes la reciben y deciden acompañarla.
También el conjunto social deberá garantizase, por la forma que elija, los tiempos de ejecución de esas ideas, los fondos económicos que la desarrollen y fundamentalmente, con quien o quienes hará que se cumplan.
No es complejo, en una sociedad como la chubutense con poco más de medio millón de personas, establecer esos compromisos en cada acto, en cada pueblo, con cada sector.
El “en que te han transformado Daniel…” del ahora Presidente de la Nación sobre su contrincante político en el debate que siguieron millones de personas, hoy resuena como un latiguillo tragicómico. Pero ese debate demuestra con claridad meridiana que se hizo y que no, en qué se cumplió y en qué se mintió.
Si hay mujeres y hombres chubutenses dispuestos a ser gobernador, intendente, diputado, concejal o consejero, que lo haga asumiendo compromisos cara a cara. Y quien esté enfrente no se distraiga en lo dulce o emotivo de un discurso sino en revisar su historia, sus actitudes, su patrimonio, en definitiva de conocer al detalle de esa persona que lo está convenciendo que deposite su voto.
Desde la política y la militancia tenemos muchas deudas que saldar y fijar esas prioridades será elemental para lo que viene.
Cuatro años más, será demasiado tarde para quejarse.#

 

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16 DIC 2018 - 21:15

Por Raúl “Bulín” Fernández  /  Especial para Jornada

Un convulsionado cierre de sesiones de la Legislatura del Chubut, casi como una afrenta a los 35 años continuos de democracia como nunca en 200 años de institucionalidad, da muestra clara de la deficiencia y poca capacidad de la dirigencia.
Impedir debates para sacar ventajas mezquinas y de cortísimo plazo, son muestra de lo que no se debe, pero evidentemente se puede hacer.
Lejos se ve al conjunto del tejido social, especialmente de aquellos sectores que más necesitan de políticas de Estado que los saque del estancamiento y permita nuevos objetivos que tengan al empleo, la seguridad y el desarrollo económico como norte.
Pero la realidad muestra que resulta más redituable impedir, destruir y quitar del medio a empujones, que establecer puentes de diálogo y respeto por la idea ajena.
Sin lugar a duda que el año que comienza en pocos días será imposible avanzar, por lo que sólo resta esperar ideas y proyectos de quienes asuman responsabilidades electorales.
No importa que partido, que sector interno, que colores represente si realmente expresa vocación de servicio y un cúmulo de ideas para desarrollar si la sociedad mayoritariamente lo elije.
Cada expresión debiera ser un compromiso. Cada idea contada a la sociedad debería transformarse en un pacto con quienes la reciben y deciden acompañarla.
También el conjunto social deberá garantizase, por la forma que elija, los tiempos de ejecución de esas ideas, los fondos económicos que la desarrollen y fundamentalmente, con quien o quienes hará que se cumplan.
No es complejo, en una sociedad como la chubutense con poco más de medio millón de personas, establecer esos compromisos en cada acto, en cada pueblo, con cada sector.
El “en que te han transformado Daniel…” del ahora Presidente de la Nación sobre su contrincante político en el debate que siguieron millones de personas, hoy resuena como un latiguillo tragicómico. Pero ese debate demuestra con claridad meridiana que se hizo y que no, en qué se cumplió y en qué se mintió.
Si hay mujeres y hombres chubutenses dispuestos a ser gobernador, intendente, diputado, concejal o consejero, que lo haga asumiendo compromisos cara a cara. Y quien esté enfrente no se distraiga en lo dulce o emotivo de un discurso sino en revisar su historia, sus actitudes, su patrimonio, en definitiva de conocer al detalle de esa persona que lo está convenciendo que deposite su voto.
Desde la política y la militancia tenemos muchas deudas que saldar y fijar esas prioridades será elemental para lo que viene.
Cuatro años más, será demasiado tarde para quejarse.#

 


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