Editorial / El transporte, otro desastre

Si bien existen alternativas en estudio, el secretario de Gobierno de la Municipalidad de Puerto Madryn, Martín Ebene, reconoció ayer que la quita del subsidio del gobierno nacional al transporte público genera una enorme preocupación. “Es una de las cuestiones más complejas que estamos atravesando y que nos plantea mayores incertidumbres”, dijo.

02 ENE 2019 - 20:33 | Actualizado

En la víspera, en estas mismas páginas, el empresario del transporte que tiene la mayor participación en el servicio urbano en Esquel tuvo apreciaciones similares: “Se crea un serio problema presupuestario para el funcionamiento del transporte” señaló, y reconoció que “no quedaría otra alternativa que pedir un nuevo aumento del precio del boleto único, que a partir de hoy en la ciudad pasa a costar de 15 a 18 pesos”. En ambos casos se estima, además, que se reduciría la cantidad de pasajeros, quienes obviamente afrontarán los costos del desaguisado de la administración Macri. Otro más.

El problema del transporte en la Argentina es polimodal, para utilizar una denominación propia del rubro: ahí están los aeronáuticos planteando un nuevo paro que dejará a pie a miles de usuarios, entre otras cosas por la ausencia de alternativas, como debería ser un sistema ferroviario poderoso y extenso en este país de distancias vastas.

El caso del transporte público es emblemático, aunque no exclusivo: aun sin quita de subsidios resulta carísimo porque, ante un servicio absolutamente deficiente el pago (sea por el usuario o por el gobierno para abaratar el costo del boleto) es altísimo respecto a lo que usufructúa. Son valores de primer mundo para servicios del subdesarrollo.

En tres años de gobierno la administración Macri no le encontró respuestas, aunque resulta lógico si se tiene en cuenta que Cambiemos gobierna hace más de una década la ciudad de Buenos Aires y allí tampoco dio soluciones, aun cuando todo el país pone dinero para que posean, por ejemplo, servicios de trenes y de subtes.

Es un desastre. Como casi todo ya.

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02 ENE 2019 - 20:33

En la víspera, en estas mismas páginas, el empresario del transporte que tiene la mayor participación en el servicio urbano en Esquel tuvo apreciaciones similares: “Se crea un serio problema presupuestario para el funcionamiento del transporte” señaló, y reconoció que “no quedaría otra alternativa que pedir un nuevo aumento del precio del boleto único, que a partir de hoy en la ciudad pasa a costar de 15 a 18 pesos”. En ambos casos se estima, además, que se reduciría la cantidad de pasajeros, quienes obviamente afrontarán los costos del desaguisado de la administración Macri. Otro más.

El problema del transporte en la Argentina es polimodal, para utilizar una denominación propia del rubro: ahí están los aeronáuticos planteando un nuevo paro que dejará a pie a miles de usuarios, entre otras cosas por la ausencia de alternativas, como debería ser un sistema ferroviario poderoso y extenso en este país de distancias vastas.

El caso del transporte público es emblemático, aunque no exclusivo: aun sin quita de subsidios resulta carísimo porque, ante un servicio absolutamente deficiente el pago (sea por el usuario o por el gobierno para abaratar el costo del boleto) es altísimo respecto a lo que usufructúa. Son valores de primer mundo para servicios del subdesarrollo.

En tres años de gobierno la administración Macri no le encontró respuestas, aunque resulta lógico si se tiene en cuenta que Cambiemos gobierna hace más de una década la ciudad de Buenos Aires y allí tampoco dio soluciones, aun cuando todo el país pone dinero para que posean, por ejemplo, servicios de trenes y de subtes.

Es un desastre. Como casi todo ya.


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