La inusitada virulencia del hantavirus, que se propaga más que años anteriores, empujó la medida. El propio Adrián Pizzi, ministro de Salud, fue el encargado de dar el anuncio.
La decisión explica también las dificultades que existen para contener los contagios. Ayer se sumaron otros casos y ya son 23. A las fiestas populares concurren miles de personas y, con la situación actual que tiene a los equipos de salud enfocados en el brote de Epuyén, sería catastrófico que se genere otro foco infeccioso en un lugar distinto. No hay capacidad para atender ese tipo de demandas y la aparición de casos fuera de esa localidad genera preocupación.
Hay un dato que vale la pena rescatar. Lo dio el mismo Pizzi: “el brote no pone en riesgo a la comunidad toda, hablamos de una enfermedad de baja transmisibilidad y por eso el aislamiento es para los contactos estrechos de los convivientes en el día antes y durante el período febril de la enfermedad, es decir, es un aislamiento muy selectivo. Se visita a las familias y se dan las recomendaciones de cómo se deben manejar dentro de las viviendas y si requiere salir lo hace con el uso del barbijo, y de esta manera se plantea el aislamiento selectivo”, explicó.
Como señaló también Hernán Müller, titular de turismo, la zona no está clausurada para visitar ni mucho menos. Hay de hecho buena ocupación en la comarca. Sólo se deben tomar recaudos y atender a las recomendaciones.
De todas formas la postergación de las fiestas provoca un sinnúmero de inconvenientes a los organizadores (reservas, pasajes, contrataciones) que, como si fuera poco, no tienen hoy una fecha posible de realización. La lectura es bastante básica: se pierde dinero y, muchas veces, no se tiene con qué afrontar esa pérdida. Hay ahí un tema a corto plazo que el Gobierno también deberá resolver.
La inusitada virulencia del hantavirus, que se propaga más que años anteriores, empujó la medida. El propio Adrián Pizzi, ministro de Salud, fue el encargado de dar el anuncio.
La decisión explica también las dificultades que existen para contener los contagios. Ayer se sumaron otros casos y ya son 23. A las fiestas populares concurren miles de personas y, con la situación actual que tiene a los equipos de salud enfocados en el brote de Epuyén, sería catastrófico que se genere otro foco infeccioso en un lugar distinto. No hay capacidad para atender ese tipo de demandas y la aparición de casos fuera de esa localidad genera preocupación.
Hay un dato que vale la pena rescatar. Lo dio el mismo Pizzi: “el brote no pone en riesgo a la comunidad toda, hablamos de una enfermedad de baja transmisibilidad y por eso el aislamiento es para los contactos estrechos de los convivientes en el día antes y durante el período febril de la enfermedad, es decir, es un aislamiento muy selectivo. Se visita a las familias y se dan las recomendaciones de cómo se deben manejar dentro de las viviendas y si requiere salir lo hace con el uso del barbijo, y de esta manera se plantea el aislamiento selectivo”, explicó.
Como señaló también Hernán Müller, titular de turismo, la zona no está clausurada para visitar ni mucho menos. Hay de hecho buena ocupación en la comarca. Sólo se deben tomar recaudos y atender a las recomendaciones.
De todas formas la postergación de las fiestas provoca un sinnúmero de inconvenientes a los organizadores (reservas, pasajes, contrataciones) que, como si fuera poco, no tienen hoy una fecha posible de realización. La lectura es bastante básica: se pierde dinero y, muchas veces, no se tiene con qué afrontar esa pérdida. Hay ahí un tema a corto plazo que el Gobierno también deberá resolver.