Editorial / Bolsillos agujereados
Casi como un error más de cálculo o quizás por aquellas casualidades del destino, el presidente Mauricio Macri junto a gran parte de su equipo económico visitó Chubut y la Patagonia (también estuvo en Santa Cruz y Tierra del Fuego el lunes) el día en que se dio a conocer el dato más concreto del fracaso para la región sur del país: una inflación que superó el 50% durante todo 2018, la más elevada entre las regiones del país.
El estremecedor número tocó el 50,6%, con los alimentos a la cabeza de la suba de precios. Ayer estuvo el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, el ministro de la Producción, Dante Sica en Madryn y también Gustavo Lopetegui, quien supo ser conductor de la cartera económica. Se habló de una agenda de desarrollo y las potencialidades de los recursos con los que cuenta la provincia. Casi una paradoja, un mundo del revés ante un contexto que invita a rehuir.
Como si alguien pudiera planificar algún tipo de inversión, generar valor agregado o comenzar algún tipo de emprendimiento bajo condiciones totalmente adversas, con impuestos que se reconocen como distorsivos, pero que siguen incrementándose como única receta. Y a la misma región, o a Chubut en realidad, se le quita el subsidio al transporte, y al mismo tiempo se le retiene 700 millones de pesos por mes en derechos de exportaciones petroleras.
Quizás aquella sea la realidad que el equipo económico o el propio Macri prefirió no contar. Aunque la gente ya lo siente, lo palpa. No por nada la manifestación contra el presidente y sus políticas frente al hotel donde se hospedó el primer mandatario en Madryn.
Hoy los bolsillos de los chubutenses están agujereados. La pérdida del poder adquisitivo ha sido grosera. Quizás con el objetivo de bajar los salarios en dólares, como se suele explicar para una economía “más saludable” o porque las cosas “se tienen que pagar” como dice el propio Macri con frases hechas que no hacen más que empujar a la región, a la Patagonia ya no al patio trasero, sino a convivir sin un techo.
El estremecedor número tocó el 50,6%, con los alimentos a la cabeza de la suba de precios. Ayer estuvo el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, el ministro de la Producción, Dante Sica en Madryn y también Gustavo Lopetegui, quien supo ser conductor de la cartera económica. Se habló de una agenda de desarrollo y las potencialidades de los recursos con los que cuenta la provincia. Casi una paradoja, un mundo del revés ante un contexto que invita a rehuir.
Como si alguien pudiera planificar algún tipo de inversión, generar valor agregado o comenzar algún tipo de emprendimiento bajo condiciones totalmente adversas, con impuestos que se reconocen como distorsivos, pero que siguen incrementándose como única receta. Y a la misma región, o a Chubut en realidad, se le quita el subsidio al transporte, y al mismo tiempo se le retiene 700 millones de pesos por mes en derechos de exportaciones petroleras.
Quizás aquella sea la realidad que el equipo económico o el propio Macri prefirió no contar. Aunque la gente ya lo siente, lo palpa. No por nada la manifestación contra el presidente y sus políticas frente al hotel donde se hospedó el primer mandatario en Madryn.
Hoy los bolsillos de los chubutenses están agujereados. La pérdida del poder adquisitivo ha sido grosera. Quizás con el objetivo de bajar los salarios en dólares, como se suele explicar para una economía “más saludable” o porque las cosas “se tienen que pagar” como dice el propio Macri con frases hechas que no hacen más que empujar a la región, a la Patagonia ya no al patio trasero, sino a convivir sin un techo.