Editorial / Macri y otra tomada de pelo a Chubut

Leé La Columna del Domingo, el tradicional análisis de la edición impresa de Jornada.

19 ENE 2019 - 20:49 | Actualizado

La visita del presidente Mauricio Macri y parte de su equipo de Gobierno a Puerto Madryn no tiene explicación política alguna. Venir a Chubut (y también a Tierra del Fuego y Santa Cruz) después de estar tres semanas de vacaciones, repetir frases hechas, ningunear a los gobernantes locales, armar “mesas” de turismo y pesca sin que los referentes locales puedan explayarse en sus reclamos, y encima mandar a publicar en un diario (que no es Jornada, por supuesto) una frase sobre los presuntos vínculos del puerto de Madryn con el narcotráfico y las mafias, fue demasiado.

¿Alguien le habrá dicho al Presidente que los puertos están custodiados por una fuerza federal bajo su mando, como lo es la Prefectura Naval? Decir lo que dijo Macri es como echarle la culpa al vecino por la mugre que hay en su propio patio.

A esta altura, las actitudes de Macri y su equipo, y en el último tiempo también las de sus adláteres locales dejan mucho que desear. ¿Son o se hacen?

El diputado nacional Gustavo Menna, el legislador provincial Manuel Pagliaroni, el dirigente del PRO Ignacio “Nacho” Torres y varios dirigentes más que suelen defender a capa y espada a esta gestión nacional –y cuestionar los editoriales de este diario en las redes sociales-, ¿no tienen un poco de vergüenza ajena cuando los funcionarios nacionales tratan a los chubutenses como infradotados? ¿De verdad creen que las políticas de Cambiemos le hicieron bien a Chubut y a su gente? ¿De verdad sienten que exacerbar el antiperonismo o mostrar las miserias de algunos dirigentes peronistas los hace mejores?

Chubut necesita de los mejores peronistas y radicales, de los mejores exponentes de la derecha, el centro y la izquierda para salir del atolladero en el que está detenida hace varios años por culpa de muchos peronistas y radicales. Y también de algunos empresarios prebendarios, digamos todo. Los que fomentan el odio y el desprecio por lo peronista –esos a los que les gusta escribir “peronia” en las redes sociales por ejemplo-, podrán ganar y ayudar a ganar elecciones. Pero nunca pasarán a la historia. Serán los cadetes de turno de la peor cara de la política: la que le da la espalda a la gente en nombre de la “transparencia”.

50,6% de inflación

El mismo martes que el Presidente dejó plantados una hora y media en un parque eólico a autoridades y empresarios, que debieron esperarlo muertos de calor bajo el sol y pisando jarilla en medio del campo mientras él paseaba en lancha en Puerto Pirámides, hubo una falta de respeto mayor: el INDEC anunció que la inflación acumulada en las provincias patagónicas había llegado el año pasado a 50,6%, la mayor tasa de todas las regiones del país.

En medio de ese desolador panorama que atraviesan Chubut y el resto de las provincias patagónicas, el jefe de Estado se permitió estar dos días (una noche para descansar por su agotador viaje a Ushuaia y El Calafate), gastar más de 2 millones de pesos para organizar un montón de nada y blindar un hotel de Puerto Madryn para alejar a los miles de madrynenses que organizaron un “ruidazo” para repudiar su presencia y la de sus funcionarios.

El Gobierno nacional en general se muestra tan impune a estas situaciones en todo el país que cuesta creer que tenga tantas chances de seguir otros cuatro años más en la Casa Rosada.

Sin anuncios

Macri pasó por Madryn sin anunciar un metro cuadrado de asfalto. Inauguró un parque eólico que se suma a la media docena que ya hay en funcionamiento en Chubut pero tampoco es una noticia para celebrar con fuegos artificiales. Por supuesto que todas las inversiones son necesarias pero el negocio eólico habrá que debatirlo largo y tendido cuando se terminen las especulaciones electorales y alguien se ponga a pensar en serio cuál es el modelo de provincia para las próximas décadas.

“Con una inversión de más de 45 millones de dólares y la creación de 270 puestos de trabajo para su construcción, el Parque Eólico Chubut Norte I ya está generando energía eléctrica para más de 42 mil hogares”, escribió el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, sobre el parque recién inaugurado. Algunos datos podrán ser ciertos, pero los puestos de trabajo que se “crean” para este tipo de parques no mueven la aguja a nivel local, son absolutamente temporales y cuando las aspas comienzan a girar, un puñado de empleados (la mayoría traídos de otras partes) basta para operarlos.

De vuelta: bienvenidos los parques eólicos. Pero es necesario replantear estas inversiones de cara al futuro para que le dejen a la provincia los réditos que impliquen un beneficio igualitario. ¿Para qué quiere una provincia miles de molinos eólicos que generan energía y beneficios para un sistema interconectado nacional y para las empresas operadoras, si al pie de esos gigantes de acero la gente paga la luz cada vez más cara, las cooperativas que distribuyen la energía son esclavas de CAMMESA y la generación de empleo real es casi inexistente?

Esa pregunta se la vienen haciendo muchos hace tiempo. Por ahora, nadie ha dado una respuesta sensata.

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19 ENE 2019 - 20:49

La visita del presidente Mauricio Macri y parte de su equipo de Gobierno a Puerto Madryn no tiene explicación política alguna. Venir a Chubut (y también a Tierra del Fuego y Santa Cruz) después de estar tres semanas de vacaciones, repetir frases hechas, ningunear a los gobernantes locales, armar “mesas” de turismo y pesca sin que los referentes locales puedan explayarse en sus reclamos, y encima mandar a publicar en un diario (que no es Jornada, por supuesto) una frase sobre los presuntos vínculos del puerto de Madryn con el narcotráfico y las mafias, fue demasiado.

¿Alguien le habrá dicho al Presidente que los puertos están custodiados por una fuerza federal bajo su mando, como lo es la Prefectura Naval? Decir lo que dijo Macri es como echarle la culpa al vecino por la mugre que hay en su propio patio.

A esta altura, las actitudes de Macri y su equipo, y en el último tiempo también las de sus adláteres locales dejan mucho que desear. ¿Son o se hacen?

El diputado nacional Gustavo Menna, el legislador provincial Manuel Pagliaroni, el dirigente del PRO Ignacio “Nacho” Torres y varios dirigentes más que suelen defender a capa y espada a esta gestión nacional –y cuestionar los editoriales de este diario en las redes sociales-, ¿no tienen un poco de vergüenza ajena cuando los funcionarios nacionales tratan a los chubutenses como infradotados? ¿De verdad creen que las políticas de Cambiemos le hicieron bien a Chubut y a su gente? ¿De verdad sienten que exacerbar el antiperonismo o mostrar las miserias de algunos dirigentes peronistas los hace mejores?

Chubut necesita de los mejores peronistas y radicales, de los mejores exponentes de la derecha, el centro y la izquierda para salir del atolladero en el que está detenida hace varios años por culpa de muchos peronistas y radicales. Y también de algunos empresarios prebendarios, digamos todo. Los que fomentan el odio y el desprecio por lo peronista –esos a los que les gusta escribir “peronia” en las redes sociales por ejemplo-, podrán ganar y ayudar a ganar elecciones. Pero nunca pasarán a la historia. Serán los cadetes de turno de la peor cara de la política: la que le da la espalda a la gente en nombre de la “transparencia”.

50,6% de inflación

El mismo martes que el Presidente dejó plantados una hora y media en un parque eólico a autoridades y empresarios, que debieron esperarlo muertos de calor bajo el sol y pisando jarilla en medio del campo mientras él paseaba en lancha en Puerto Pirámides, hubo una falta de respeto mayor: el INDEC anunció que la inflación acumulada en las provincias patagónicas había llegado el año pasado a 50,6%, la mayor tasa de todas las regiones del país.

En medio de ese desolador panorama que atraviesan Chubut y el resto de las provincias patagónicas, el jefe de Estado se permitió estar dos días (una noche para descansar por su agotador viaje a Ushuaia y El Calafate), gastar más de 2 millones de pesos para organizar un montón de nada y blindar un hotel de Puerto Madryn para alejar a los miles de madrynenses que organizaron un “ruidazo” para repudiar su presencia y la de sus funcionarios.

El Gobierno nacional en general se muestra tan impune a estas situaciones en todo el país que cuesta creer que tenga tantas chances de seguir otros cuatro años más en la Casa Rosada.

Sin anuncios

Macri pasó por Madryn sin anunciar un metro cuadrado de asfalto. Inauguró un parque eólico que se suma a la media docena que ya hay en funcionamiento en Chubut pero tampoco es una noticia para celebrar con fuegos artificiales. Por supuesto que todas las inversiones son necesarias pero el negocio eólico habrá que debatirlo largo y tendido cuando se terminen las especulaciones electorales y alguien se ponga a pensar en serio cuál es el modelo de provincia para las próximas décadas.

“Con una inversión de más de 45 millones de dólares y la creación de 270 puestos de trabajo para su construcción, el Parque Eólico Chubut Norte I ya está generando energía eléctrica para más de 42 mil hogares”, escribió el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, sobre el parque recién inaugurado. Algunos datos podrán ser ciertos, pero los puestos de trabajo que se “crean” para este tipo de parques no mueven la aguja a nivel local, son absolutamente temporales y cuando las aspas comienzan a girar, un puñado de empleados (la mayoría traídos de otras partes) basta para operarlos.

De vuelta: bienvenidos los parques eólicos. Pero es necesario replantear estas inversiones de cara al futuro para que le dejen a la provincia los réditos que impliquen un beneficio igualitario. ¿Para qué quiere una provincia miles de molinos eólicos que generan energía y beneficios para un sistema interconectado nacional y para las empresas operadoras, si al pie de esos gigantes de acero la gente paga la luz cada vez más cara, las cooperativas que distribuyen la energía son esclavas de CAMMESA y la generación de empleo real es casi inexistente?

Esa pregunta se la vienen haciendo muchos hace tiempo. Por ahora, nadie ha dado una respuesta sensata.


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