Editorial / Mientras todos pelean, Arcioni consolida su frente para buscar la reelección

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Arcioni y Sastre junto a Maderna y Artero, que se sumó al espacio.
26 ENE 2019 - 20:30 | Actualizado

El gobernador Mariano Arcioni dio esta semana otro paso medular hacia la consolidación de su espacio y la reelección sumando a la intendente capitalina, Rossana Artero, al armado político que comanda con el jefe comunal de Puerto Madryn, Ricardo Sastre.
Artero, aunque de raíces y con buenas relaciones con el PJ, no solo se mostró el jueves en la foto que recorrió la provincia junto a la dupla Arcioni-Sastre y su par de Trelew, Adrián Maderna, sino que este viernes reafirmó su decisión con declaraciones que distribuyó el propio aparato de prensa del municipio capitalino.
“Estoy en un proyecto que busca cumplir con la comunidad”, dijo, y reafirmó coincidencias con el Frente que ahora integra además de criticar las políticas nacionales “que le hacen daño a la provincia y al municipio” de Rawson. Repitió el latiguillo que está de moda en todo Chubut: “El rival es Cambiemos”.
Es la contracara de lo que ocurre con el vapuleado PJ, que está plagado de indecisiones e internismo. Y esa cadencia le está quitando tiempo vital para armar una lista definitiva y convencer al electorado que resulta una opción válida para comandar la provincia. Mac Karthy, leyendo que esa pérdida de semanas y días le pasará factura, se lanzó al ruedo como cabeza de la lista y fue más allá con el Frente Peronista, incluso, al proponer a su actual pareja, Florencia Papaiani, como candidata en Trelew, que es su territorio.
No obstante, y cuando parecía que las cartas estaban ya jugadas, dirigentes sobre todo del sur provincial movieron las fichas durante los últimos días para instalar nuevamente a Carlos Linares como cabeza del proyecto, planteando internas contra el trelewense y Omar Burgoa. No pocos dentro del PJ observan críticamente esta maniobra porque, aducen, resulta funcional a la dupla Arcioni-Sastre.
Recuerdan no sin razón, además, que las internas en el justicialismo nunca resultan sencillas, y siempre el saldo se cuenta en heridos.

A vos no te va tan bien

Del otro lado del charco las cosas tampoco resultan sencillas. El  siempre verborrágico Roberto Carlos Aquilino Risso salió esta misma semana con los pies de punta para bajarle el copete a Ignacio Torres, que no se sabe bien cómo terminó semi instalado como posible compañero de fórmula de Gustavo Menna, a quien además dijo verlo “condicionado”.
Risso, de dilatada trayectoria dentro de la UCR, simplemente afirmó que a Torres “no le da porque no tiene nada para demostrar” y que, además, “cada vez que habla dice barbaridades”. Pero no se agotó allí su análisis, que realizó durante una charla con FM Tiempo Trelew, ya que evaluó como “triste” el papel que el radicalismo juega dentro de la alianza Cambiemos.
Para el comodorense el Pro, en Chubut, “prácticamente no existe” por lo que pidió una fórmula cien por ciento radical. ¿Se viene el estallido?

El día de la marmota

El 22 de abril de 2018 el ministro de Transporte de Nación, Guillermo Dietrich, anunció que “en 4 semanas comenzarán las obras en la terminal aérea de Esquel”. Fue el segundo anuncio, en rigor, porque ya lo había hecho el 9 de diciembre de 2017 al visitar Comodoro Rivadavia. Lo repitió el 19 de julio de 2018, el 8 de agosto al reunirse con el intendente Sergio Ongarato y también el 1 de setiembre. Esas obras nunca comenzaron pero, año electoral de por medio, parece que ahora sí. O cuanto menos eso promete la visita de Dietrich a Esquel durante esta semana en la que anunció con bombos y platillos, “obras para la terminal aérea de Esquel”, como si esto fuera una novedad.
Los anuncios del ministro se parecen al film “El día de la marmota”, protagonizado por el genial Bill Murray, quien encarna a un meteorólogo que queda atrapado en el tiempo cuando asiste a ese especial festejo que hacen los granjeros de Estados Unidos y Canadá en el que ese animal anuncia el fin del invierno.
Las marmotas aquí parecemos los chubutenses, que aplaudimos cada uno de los anuncios de Deitrich pero que jamás se concretan pese a lo cual los vuelve a hacer. Una y otra vez.
La realidad dolorosa es que Nación ha ninguneado desde las obras a Chubut, más allá de los parques eólicos donde acaban de hacer presentaciones en la Justicia por el supuesto interés empresarial del propio Macri en el negocio energético.
Por lo demás, ahí sigue la autovía entre Trelew y Puerto Madryn –es la vergüenza más grande de las últimas décadas- una obra que debió terminarse en menos de dos años y que ya pasó la década inconclusa. La administración Macri anunció decenas de veces su reactivación pero nunca se concreta. Es cada vez más peligrosa y todos los meses ocurren allí accidentes, algunos que se cobran vidas.
No es el único saldo negativo. La Ruta que une el Valle con la cordillera, medular para la conexión en Chubut, se asemeja a un camino de guerra y tampoco ha sido tenida en cuenta por Nación, más allá de que sí prometió arreglarla.
Lo único que el gobierno de Macri logró terminar en Chubut fue el aeropuerto de Comodoro Rivadavia, pero tampoco el dato es para entusiasmarse: al primer vendaval se llovió en varios sectores.

Vaya cambio

El 21 de marzo de 1985 el entonces presidente Raúl Alfonsín se le plantó a su par de Estados Unidos, Ronald Reagan, en los mismísimos jardines de la Casa Blanca. Fue cuando le espetó el derecho de “autodeterminación” de los pueblos a decidir sobre su propio futuro frente a la injerencia grosera de la administración de su par del norte en Nicaragua, que estaba en medio de una crisis terminal.
Pasaron 33 años pero el episodio toma fuerza hoy, otra vez. Es que Argentina acaba de dar un paso en contrario a esa posición respecto a los acontecimientos de esta semana en Venezuela. Fue Macri, tras Donald Trump y Jair Bolsonaro, de los primeros mandatarios del mundo en reconocer como “presidente encargado” a Juan Gaidó, un outsider de la política que se autoproclamó en una ceremonia poco menos que bizarra desarrollada en una plaza de Caracas.
Venezuela vive uno de los momentos más complejos de su historia: el país está sumido en una crisis extrema, con índices inflacionarios exorbitantes, exiliados por millones y bajo acusaciones de corrupción que datan de varios años. El descontento de muchos de sus habitantes es innegable como también es poco discutible que Maduro no ha podido encauzar la situación, que se agrava día a día. No obstante, nunca hubo en la historia un país que solucionó sus problemas por la injerencia de otras naciones, y menos aún si entre ellas estuvo Estados Unidos, que ha hecho estragos en todo el planeta cada vez que se metió a, supuestamente, “pacificar” algún territorio que le era ajeno pero en el que tenía intereses geopolíticos o económicos.
Para los analistas, en su afán de “agradar al águila”, Macri dio un paso peligroso rompiendo con lo que ya era una tradición de Argentina desde los tiempos de Alfonsín. Sí debe reconocerse que su administración ha sido coherente con eso, lo que de todas formas ningún resultado le ha dado. Chupar las medias, en buen romance, jamás fue un buen negocio. Y no lo es ahora.
Penoso.#

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Arcioni y Sastre junto a Maderna y Artero, que se sumó al espacio.
26 ENE 2019 - 20:30

El gobernador Mariano Arcioni dio esta semana otro paso medular hacia la consolidación de su espacio y la reelección sumando a la intendente capitalina, Rossana Artero, al armado político que comanda con el jefe comunal de Puerto Madryn, Ricardo Sastre.
Artero, aunque de raíces y con buenas relaciones con el PJ, no solo se mostró el jueves en la foto que recorrió la provincia junto a la dupla Arcioni-Sastre y su par de Trelew, Adrián Maderna, sino que este viernes reafirmó su decisión con declaraciones que distribuyó el propio aparato de prensa del municipio capitalino.
“Estoy en un proyecto que busca cumplir con la comunidad”, dijo, y reafirmó coincidencias con el Frente que ahora integra además de criticar las políticas nacionales “que le hacen daño a la provincia y al municipio” de Rawson. Repitió el latiguillo que está de moda en todo Chubut: “El rival es Cambiemos”.
Es la contracara de lo que ocurre con el vapuleado PJ, que está plagado de indecisiones e internismo. Y esa cadencia le está quitando tiempo vital para armar una lista definitiva y convencer al electorado que resulta una opción válida para comandar la provincia. Mac Karthy, leyendo que esa pérdida de semanas y días le pasará factura, se lanzó al ruedo como cabeza de la lista y fue más allá con el Frente Peronista, incluso, al proponer a su actual pareja, Florencia Papaiani, como candidata en Trelew, que es su territorio.
No obstante, y cuando parecía que las cartas estaban ya jugadas, dirigentes sobre todo del sur provincial movieron las fichas durante los últimos días para instalar nuevamente a Carlos Linares como cabeza del proyecto, planteando internas contra el trelewense y Omar Burgoa. No pocos dentro del PJ observan críticamente esta maniobra porque, aducen, resulta funcional a la dupla Arcioni-Sastre.
Recuerdan no sin razón, además, que las internas en el justicialismo nunca resultan sencillas, y siempre el saldo se cuenta en heridos.

A vos no te va tan bien

Del otro lado del charco las cosas tampoco resultan sencillas. El  siempre verborrágico Roberto Carlos Aquilino Risso salió esta misma semana con los pies de punta para bajarle el copete a Ignacio Torres, que no se sabe bien cómo terminó semi instalado como posible compañero de fórmula de Gustavo Menna, a quien además dijo verlo “condicionado”.
Risso, de dilatada trayectoria dentro de la UCR, simplemente afirmó que a Torres “no le da porque no tiene nada para demostrar” y que, además, “cada vez que habla dice barbaridades”. Pero no se agotó allí su análisis, que realizó durante una charla con FM Tiempo Trelew, ya que evaluó como “triste” el papel que el radicalismo juega dentro de la alianza Cambiemos.
Para el comodorense el Pro, en Chubut, “prácticamente no existe” por lo que pidió una fórmula cien por ciento radical. ¿Se viene el estallido?

El día de la marmota

El 22 de abril de 2018 el ministro de Transporte de Nación, Guillermo Dietrich, anunció que “en 4 semanas comenzarán las obras en la terminal aérea de Esquel”. Fue el segundo anuncio, en rigor, porque ya lo había hecho el 9 de diciembre de 2017 al visitar Comodoro Rivadavia. Lo repitió el 19 de julio de 2018, el 8 de agosto al reunirse con el intendente Sergio Ongarato y también el 1 de setiembre. Esas obras nunca comenzaron pero, año electoral de por medio, parece que ahora sí. O cuanto menos eso promete la visita de Dietrich a Esquel durante esta semana en la que anunció con bombos y platillos, “obras para la terminal aérea de Esquel”, como si esto fuera una novedad.
Los anuncios del ministro se parecen al film “El día de la marmota”, protagonizado por el genial Bill Murray, quien encarna a un meteorólogo que queda atrapado en el tiempo cuando asiste a ese especial festejo que hacen los granjeros de Estados Unidos y Canadá en el que ese animal anuncia el fin del invierno.
Las marmotas aquí parecemos los chubutenses, que aplaudimos cada uno de los anuncios de Deitrich pero que jamás se concretan pese a lo cual los vuelve a hacer. Una y otra vez.
La realidad dolorosa es que Nación ha ninguneado desde las obras a Chubut, más allá de los parques eólicos donde acaban de hacer presentaciones en la Justicia por el supuesto interés empresarial del propio Macri en el negocio energético.
Por lo demás, ahí sigue la autovía entre Trelew y Puerto Madryn –es la vergüenza más grande de las últimas décadas- una obra que debió terminarse en menos de dos años y que ya pasó la década inconclusa. La administración Macri anunció decenas de veces su reactivación pero nunca se concreta. Es cada vez más peligrosa y todos los meses ocurren allí accidentes, algunos que se cobran vidas.
No es el único saldo negativo. La Ruta que une el Valle con la cordillera, medular para la conexión en Chubut, se asemeja a un camino de guerra y tampoco ha sido tenida en cuenta por Nación, más allá de que sí prometió arreglarla.
Lo único que el gobierno de Macri logró terminar en Chubut fue el aeropuerto de Comodoro Rivadavia, pero tampoco el dato es para entusiasmarse: al primer vendaval se llovió en varios sectores.

Vaya cambio

El 21 de marzo de 1985 el entonces presidente Raúl Alfonsín se le plantó a su par de Estados Unidos, Ronald Reagan, en los mismísimos jardines de la Casa Blanca. Fue cuando le espetó el derecho de “autodeterminación” de los pueblos a decidir sobre su propio futuro frente a la injerencia grosera de la administración de su par del norte en Nicaragua, que estaba en medio de una crisis terminal.
Pasaron 33 años pero el episodio toma fuerza hoy, otra vez. Es que Argentina acaba de dar un paso en contrario a esa posición respecto a los acontecimientos de esta semana en Venezuela. Fue Macri, tras Donald Trump y Jair Bolsonaro, de los primeros mandatarios del mundo en reconocer como “presidente encargado” a Juan Gaidó, un outsider de la política que se autoproclamó en una ceremonia poco menos que bizarra desarrollada en una plaza de Caracas.
Venezuela vive uno de los momentos más complejos de su historia: el país está sumido en una crisis extrema, con índices inflacionarios exorbitantes, exiliados por millones y bajo acusaciones de corrupción que datan de varios años. El descontento de muchos de sus habitantes es innegable como también es poco discutible que Maduro no ha podido encauzar la situación, que se agrava día a día. No obstante, nunca hubo en la historia un país que solucionó sus problemas por la injerencia de otras naciones, y menos aún si entre ellas estuvo Estados Unidos, que ha hecho estragos en todo el planeta cada vez que se metió a, supuestamente, “pacificar” algún territorio que le era ajeno pero en el que tenía intereses geopolíticos o económicos.
Para los analistas, en su afán de “agradar al águila”, Macri dio un paso peligroso rompiendo con lo que ya era una tradición de Argentina desde los tiempos de Alfonsín. Sí debe reconocerse que su administración ha sido coherente con eso, lo que de todas formas ningún resultado le ha dado. Chupar las medias, en buen romance, jamás fue un buen negocio. Y no lo es ahora.
Penoso.#


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