El Índice de Actividad Económica, considerado como un dato previo del Producto Bruto Interno (PBI), puso en evidencia en enero las dificultades del país para superar los efectos de la profunda recesión vivida entre 2015 y 2016.
En ese bienio, la mayor economía de Sudamérica se retrajo unos siete puntos porcentuales, caída que no consiguió revertir hasta la fecha, pues en 2017 creció un 1,1% y en 2018 calcó ese mismo resultado (1,1%).
El Banco Central impulsó desde entonces una política de bajas de las tasas de interés oficiales, que actualmente se encuentran en mínimos históricos (6,50%), con el objeto de estimular el crecimiento.
La leve caída en enero de 2019 se produce después de dos meses de resultados positivos, con subas de 0,27% en noviembre y de 0,21% en diciembre, respectivamente y en comparación intermensual.
No obstante, frente a enero de 2018, la actividad económica brasileña saltó 0,79%, lo que arroja un crecimiento interanual de 1,00% hasta enero.
De acuerdo con analistas consultados por el Banco Central, Brasil crecerá en 2019 un 2,01%, cuando hasta hace cuatro semanas esos mismos expertos proyectaban un 2,48% este año y un 2,80% en 2020, informó la agencia de noticias EFE.
La actividad económica es calculada con base en los datos del crecimiento industrial, agropecuario y de servicios, los tres principales sectores de la economía brasileña, pero no reúne todas las variables necesarias para determinar el PIB, dato divulgado por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
El resultado obtenido es utilizado por el Banco Central para analizar la evolución de la actividad económica y adoptar decisiones de política económica, como la definición de la tasa básica de interés.
El Índice de Actividad Económica, considerado como un dato previo del Producto Bruto Interno (PBI), puso en evidencia en enero las dificultades del país para superar los efectos de la profunda recesión vivida entre 2015 y 2016.
En ese bienio, la mayor economía de Sudamérica se retrajo unos siete puntos porcentuales, caída que no consiguió revertir hasta la fecha, pues en 2017 creció un 1,1% y en 2018 calcó ese mismo resultado (1,1%).
El Banco Central impulsó desde entonces una política de bajas de las tasas de interés oficiales, que actualmente se encuentran en mínimos históricos (6,50%), con el objeto de estimular el crecimiento.
La leve caída en enero de 2019 se produce después de dos meses de resultados positivos, con subas de 0,27% en noviembre y de 0,21% en diciembre, respectivamente y en comparación intermensual.
No obstante, frente a enero de 2018, la actividad económica brasileña saltó 0,79%, lo que arroja un crecimiento interanual de 1,00% hasta enero.
De acuerdo con analistas consultados por el Banco Central, Brasil crecerá en 2019 un 2,01%, cuando hasta hace cuatro semanas esos mismos expertos proyectaban un 2,48% este año y un 2,80% en 2020, informó la agencia de noticias EFE.
La actividad económica es calculada con base en los datos del crecimiento industrial, agropecuario y de servicios, los tres principales sectores de la economía brasileña, pero no reúne todas las variables necesarias para determinar el PIB, dato divulgado por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
El resultado obtenido es utilizado por el Banco Central para analizar la evolución de la actividad económica y adoptar decisiones de política económica, como la definición de la tasa básica de interés.