La brecha de género en el empleo: ¿una carrera de obstáculos?

Columna de AMJA Chubut/Igualdad en la diversidad.

30 MAR 2019 - 20:41 | Actualizado

Por Silvana Millán * / Especial para Jornada

Desde 1901, Alicia Moreau de Justo fue construyendo las bases para el reconocimiento de la igualdad de la mujer en la sociedad argentina, considerando que el Feminismo es Libertad y posibilidad de seguir adelante. También la Organización Internacional del Trabajo, (OIT) a través del Convenio sobre la protección de la maternidad, 1919, número tres, ha estado bregando por ello.

A lo largo del siglo XX hemos dado un salto enorme en materia de derechos, más queda pendiente en el siglo XXI una deuda moral: “No hay libertad sin igualdad”. Libertad e Igualdad que protejan y permitan el progreso de toda la población sin distinción de sexos. Las mujeres no pretendemos porcentajes en la política, en el sindicato, en los puestos directivos por ser del sexo femenino, sí consideramos que debemos cubrir los mismos lugares ante igualdad de oportunidades en condiciones de equidad y seguridad. ¡Que no nos invisibilisen!!!

Millones de mujeres libres, conquistan derechos, empoderándose con brillo propio en los más variados ámbitos, otro millón de ellas deben superar una carrera de obstáculos. Las unas y las otras padecen una cuestión común: aun aquellas que han alcanzado sus logros padecen de la desigualdad de oportunidades con los hombres en el mundo del trabajo. La reducción de la brecha de género en la participación en la población activa, no es cuestión feminista, es cuestión de humanidad pues podría aumentar considerablemente el PIB mundial.

Exitosas y relegadas se unen para eliminar barreras que dificultan el acceso a trabajos sin discriminación, pues no somos iguales, ningún ser humano es igual al otro, somos distintas, las exitosas y las vulnerables, nos complementamos, cada una de nosotras resistiendo el mandato de la cultura machista.

Estamos en el siglo de las trasformaciones, no solo la digital, sino el siglo para lograr la unión entre las personas del mismo sexo y la resiliencia en sostener una y otra vez la discriminación para crecer y ser NOSOTRAS. Aquellas que han logrado el liderazgo serán el motor para sostener y reivindicar a las mujeres más vulnerables, ese es el RETO en el mes de la mujer.

Hay que exigir el trabajo decente, las condiciones dignas y equitativas de labor, igualdad de remuneración por tareas de igual valor. En Argentina, por cada peso que gana un hombre, una mujer gana 27 centavos menos. Otras cuestiones a considerar lo son el trabajo a tiempo parcial de las mujeres ante el trabajo a jornada completa de los hombres.

Estas cuestiones citadas impactan categóricamente en el desarrollo y carrera de la mujer.

Para mitigar estos obstáculos es necesario dar un verdadero enfoque de género y establecer las bases para un cambio profundo con políticas públicas de conciliación, educación e igualdad, y diálogo social entre los sectores comprometidos, no palabras y discursos en épocas electorales. Aquellas políticas que buscan frenar y erosionar la igualdad de género son un riesgo para la humanidad. Hay que revisar la idea de trabajo como sinónimo de empleo, específicamente en el “trabajo de cuidado”. El mismo recae en nosotras, las mujeres teniendo un gran valor social y escaso o nulo valor económico.

La Organización Internacional del Trabajo en el programa 2018-2020 invita a trabajar en esta problemática con estrategias y técnicas que propicien empleos en un mundo de trabajo más innovador y equitativo para los hombres y mujeres.#

(*) Abogada. Mediadora. Especialista en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.

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30 MAR 2019 - 20:41

Por Silvana Millán * / Especial para Jornada

Desde 1901, Alicia Moreau de Justo fue construyendo las bases para el reconocimiento de la igualdad de la mujer en la sociedad argentina, considerando que el Feminismo es Libertad y posibilidad de seguir adelante. También la Organización Internacional del Trabajo, (OIT) a través del Convenio sobre la protección de la maternidad, 1919, número tres, ha estado bregando por ello.

A lo largo del siglo XX hemos dado un salto enorme en materia de derechos, más queda pendiente en el siglo XXI una deuda moral: “No hay libertad sin igualdad”. Libertad e Igualdad que protejan y permitan el progreso de toda la población sin distinción de sexos. Las mujeres no pretendemos porcentajes en la política, en el sindicato, en los puestos directivos por ser del sexo femenino, sí consideramos que debemos cubrir los mismos lugares ante igualdad de oportunidades en condiciones de equidad y seguridad. ¡Que no nos invisibilisen!!!

Millones de mujeres libres, conquistan derechos, empoderándose con brillo propio en los más variados ámbitos, otro millón de ellas deben superar una carrera de obstáculos. Las unas y las otras padecen una cuestión común: aun aquellas que han alcanzado sus logros padecen de la desigualdad de oportunidades con los hombres en el mundo del trabajo. La reducción de la brecha de género en la participación en la población activa, no es cuestión feminista, es cuestión de humanidad pues podría aumentar considerablemente el PIB mundial.

Exitosas y relegadas se unen para eliminar barreras que dificultan el acceso a trabajos sin discriminación, pues no somos iguales, ningún ser humano es igual al otro, somos distintas, las exitosas y las vulnerables, nos complementamos, cada una de nosotras resistiendo el mandato de la cultura machista.

Estamos en el siglo de las trasformaciones, no solo la digital, sino el siglo para lograr la unión entre las personas del mismo sexo y la resiliencia en sostener una y otra vez la discriminación para crecer y ser NOSOTRAS. Aquellas que han logrado el liderazgo serán el motor para sostener y reivindicar a las mujeres más vulnerables, ese es el RETO en el mes de la mujer.

Hay que exigir el trabajo decente, las condiciones dignas y equitativas de labor, igualdad de remuneración por tareas de igual valor. En Argentina, por cada peso que gana un hombre, una mujer gana 27 centavos menos. Otras cuestiones a considerar lo son el trabajo a tiempo parcial de las mujeres ante el trabajo a jornada completa de los hombres.

Estas cuestiones citadas impactan categóricamente en el desarrollo y carrera de la mujer.

Para mitigar estos obstáculos es necesario dar un verdadero enfoque de género y establecer las bases para un cambio profundo con políticas públicas de conciliación, educación e igualdad, y diálogo social entre los sectores comprometidos, no palabras y discursos en épocas electorales. Aquellas políticas que buscan frenar y erosionar la igualdad de género son un riesgo para la humanidad. Hay que revisar la idea de trabajo como sinónimo de empleo, específicamente en el “trabajo de cuidado”. El mismo recae en nosotras, las mujeres teniendo un gran valor social y escaso o nulo valor económico.

La Organización Internacional del Trabajo en el programa 2018-2020 invita a trabajar en esta problemática con estrategias y técnicas que propicien empleos en un mundo de trabajo más innovador y equitativo para los hombres y mujeres.#

(*) Abogada. Mediadora. Especialista en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.


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