Larrauri: “No les importa el comercio de nuestra ciudad”
La Cámara de Comercio de Rawson cuestionó la falta de apoyo a la actividad comercial local por parte de la Municipalidad.
Con un parte de prensa, reclamó que los concejales adhieran a la Emergencia Comercial sancionada por la Legislatura y que ya tratan otras localidades para frenar los embargos y aliviar la situación financieras de las pymes.
El titular de la Cámara, Miguel Larrauri, consideró al respecto que “la Emergencia es una herramienta más para nuestros comerciantes locales”. A la vez que marcó que “desde la Municipalidad siguen aún sin responder y tomar medidas, por lo que está claro que no les importa el comercio de nuestra capital”.
Larrauri expresó que “tenemos una Municipalidad en acefalía, donde el secretario de Gobierno sólo sale a chicanear a comerciantes, empresarios, o todo aquel que no coincide con ellos. Y hoy vemos a la ciudad sin agua, sin luz, sin gas, sin transporte y Souza en vez de hacerse cargo, reparte culpas a terceros”.
La entidad capitalina fue muy crítica también acerca de la situación del transporte urbano de pasajeros y su impacto para el vecino. “Pedimos que se solucione urgente y que dejen de echarle la culpa a la empresa, la cual lleva más de 30 años prestando el servicio y es una familia reconocida en la ciudad la cual siempre colabora con las instituciones y clubes locales”.
“Es una vergüenza que Souza salga a decir que la empresa tiene de rehén al usuario, cuando son ellos que no ponen el dinero para el funcionamiento del transporte”. Larrauri acotó: “Souza es el mismo que en pleno conflicto con la Saladita en Playa Unión no dio la cara cuando muchos comerciantes fuimos a reclamar a la Municipalidad; no nos quiso recibir diciendo que en las próximas semanas lo haría”.
Por último expresó: “Son muchos los temas en los cuales no hubo respuestas del Estado, perjudicando al sector privado. Un ejemplo fue la demora en el pago a proveedores por parte de Provincia, en sintonía con lo que ocurre localmente. Debe haber un resarcimiento, ya que la deuda se devaluó por la espera a la que nos sometieron, incluso con servicios que ya se prestaron hace tres o cuatro años al Estado”.
Con un parte de prensa, reclamó que los concejales adhieran a la Emergencia Comercial sancionada por la Legislatura y que ya tratan otras localidades para frenar los embargos y aliviar la situación financieras de las pymes.
El titular de la Cámara, Miguel Larrauri, consideró al respecto que “la Emergencia es una herramienta más para nuestros comerciantes locales”. A la vez que marcó que “desde la Municipalidad siguen aún sin responder y tomar medidas, por lo que está claro que no les importa el comercio de nuestra capital”.
Larrauri expresó que “tenemos una Municipalidad en acefalía, donde el secretario de Gobierno sólo sale a chicanear a comerciantes, empresarios, o todo aquel que no coincide con ellos. Y hoy vemos a la ciudad sin agua, sin luz, sin gas, sin transporte y Souza en vez de hacerse cargo, reparte culpas a terceros”.
La entidad capitalina fue muy crítica también acerca de la situación del transporte urbano de pasajeros y su impacto para el vecino. “Pedimos que se solucione urgente y que dejen de echarle la culpa a la empresa, la cual lleva más de 30 años prestando el servicio y es una familia reconocida en la ciudad la cual siempre colabora con las instituciones y clubes locales”.
“Es una vergüenza que Souza salga a decir que la empresa tiene de rehén al usuario, cuando son ellos que no ponen el dinero para el funcionamiento del transporte”. Larrauri acotó: “Souza es el mismo que en pleno conflicto con la Saladita en Playa Unión no dio la cara cuando muchos comerciantes fuimos a reclamar a la Municipalidad; no nos quiso recibir diciendo que en las próximas semanas lo haría”.
Por último expresó: “Son muchos los temas en los cuales no hubo respuestas del Estado, perjudicando al sector privado. Un ejemplo fue la demora en el pago a proveedores por parte de Provincia, en sintonía con lo que ocurre localmente. Debe haber un resarcimiento, ya que la deuda se devaluó por la espera a la que nos sometieron, incluso con servicios que ya se prestaron hace tres o cuatro años al Estado”.