Intriga policial en Alemania por secta que mata con ballestas

La Policía alemana investigaba este martes la pista de una secta para explicar la misteriosa muerte de cinco personas, varias de ellas por saetas de ballesta, que probablemente se conocían y eran aficionadas al mundo medieval y a la alquimia.

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14 MAY 2019 - 10:32 | Actualizado

Uno de los fallecidos, Torsten W, un hombre de 53 años hallado muerto con saetas clavadas en la cabeza y el cuerpo, tenía una tienda de objetos medievales en Hachenburg (Renania Palatinado) llamada "Milites Conductius".

En la tienda vendía puñales y espadas, cascos de armadura e hidromiel, una de las primeras bebidas alcohólicas que se conocen.

La víctima, que tenía un larga barba blanca, también organizaba sesiones de combate con espadas. En el brazo llevaba tatuados símbolos de alquimia, una práctica medieval.

Los investigadores intentan determinar si los clientes habituales de la tienda están implicados en las muertes y cual eran las relaciones entre las víctimas.

Según el periódico Bild, todas las víctimas eran miembros de una liga de torneos de caballeros y de combates medievales.

Los investigadores están registrando en particular dos lugares.

El primero es un albergue en Passau (Baviera), donde este fin de semana se encontraron tres cadáveres con saetas clavadas en el cuerpo.

El otro lugar, situado a 600 kilómetros, es el apartamento en Gifhorn (Baja Sajonia) de una de las tres víctimas del albergue, donde el lunes se encontraron los cadáveres de dos mujeres.

Los resultados preliminares de las autopsias de Passau hechos públicos el martes por la policía de Baviera muestran que dos des las tres víctimas del albergue murieron al recibir una saeta en el corazón.

Esos dos fallecidos son un hombre de 53 años y una mujer de 33, que vestían de negro y tenían piercings. Ambos estaban tendidos en la cama dándose de la mano.

La autopsia determinó que tras la muerte les dispararon más saetas, lanzadas probablemente por la tercera víctima del albergue, una mujer de 30 años, Farina C, que luego se habría suicidado lanzándose una saeta en el cuello.

Las tres personas pagaron en efectivo tres noches de estancia y venían de Austria, según la fiscalía de Passau, donde habrían comprado las saetas. Los cuerpos fueron descubiertos por una empleada del hotel el sábado.

"No hay indicios que demuestren que hubo una disputa entre las personas presentes" en la habitación, dijo el martes la policía bávara. "Se pidieron análisis para determinar la posible ingestión de medicamentos, alcohol o estupefacientes", añadió.

Los investigadores también están registrando un coche blanco con un arquero dibujado con el que las tres personas llegaron al albergue.

En la habitación también se encontraron los testamentos de las víctimas que estaban estiradas en la cama, según la prensa local.

Por su parte todavía se desconocen los resultados de la autopsia de las víctimas del apartamento en Gifhorn, propiedad de Farina C. Los cuerpos son de dos mujeres de unos 30 años pero que no murieron por saetas, según los investigadores.

Una de las mujeres sería la hermana de la mujer de 30 años de Passau, y no su compañera, como pensaron en un primer momento los investigadores.

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"La Edad Media no terminó" solía repetir el gran historiador Jacques Le Goff... Y Dan Brown tiene material para otra novela...
14 MAY 2019 - 10:32

Uno de los fallecidos, Torsten W, un hombre de 53 años hallado muerto con saetas clavadas en la cabeza y el cuerpo, tenía una tienda de objetos medievales en Hachenburg (Renania Palatinado) llamada "Milites Conductius".

En la tienda vendía puñales y espadas, cascos de armadura e hidromiel, una de las primeras bebidas alcohólicas que se conocen.

La víctima, que tenía un larga barba blanca, también organizaba sesiones de combate con espadas. En el brazo llevaba tatuados símbolos de alquimia, una práctica medieval.

Los investigadores intentan determinar si los clientes habituales de la tienda están implicados en las muertes y cual eran las relaciones entre las víctimas.

Según el periódico Bild, todas las víctimas eran miembros de una liga de torneos de caballeros y de combates medievales.

Los investigadores están registrando en particular dos lugares.

El primero es un albergue en Passau (Baviera), donde este fin de semana se encontraron tres cadáveres con saetas clavadas en el cuerpo.

El otro lugar, situado a 600 kilómetros, es el apartamento en Gifhorn (Baja Sajonia) de una de las tres víctimas del albergue, donde el lunes se encontraron los cadáveres de dos mujeres.

Los resultados preliminares de las autopsias de Passau hechos públicos el martes por la policía de Baviera muestran que dos des las tres víctimas del albergue murieron al recibir una saeta en el corazón.

Esos dos fallecidos son un hombre de 53 años y una mujer de 33, que vestían de negro y tenían piercings. Ambos estaban tendidos en la cama dándose de la mano.

La autopsia determinó que tras la muerte les dispararon más saetas, lanzadas probablemente por la tercera víctima del albergue, una mujer de 30 años, Farina C, que luego se habría suicidado lanzándose una saeta en el cuello.

Las tres personas pagaron en efectivo tres noches de estancia y venían de Austria, según la fiscalía de Passau, donde habrían comprado las saetas. Los cuerpos fueron descubiertos por una empleada del hotel el sábado.

"No hay indicios que demuestren que hubo una disputa entre las personas presentes" en la habitación, dijo el martes la policía bávara. "Se pidieron análisis para determinar la posible ingestión de medicamentos, alcohol o estupefacientes", añadió.

Los investigadores también están registrando un coche blanco con un arquero dibujado con el que las tres personas llegaron al albergue.

En la habitación también se encontraron los testamentos de las víctimas que estaban estiradas en la cama, según la prensa local.

Por su parte todavía se desconocen los resultados de la autopsia de las víctimas del apartamento en Gifhorn, propiedad de Farina C. Los cuerpos son de dos mujeres de unos 30 años pero que no murieron por saetas, según los investigadores.

Una de las mujeres sería la hermana de la mujer de 30 años de Passau, y no su compañera, como pensaron en un primer momento los investigadores.


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