Theresa May vuelve a la carga con otra propuesta sobre el Brexit

Dispuesta a hacer concesiones para salvar su acuerdo de Brexit, la primera ministra Theresa May propuso el martes a los diputados británicos un cuarto voto, que incluya esta vez decidir sobre un segundo referéndum y una unión aduanera temporal con la UE.

21 MAY 2019 - 14:15 | Actualizado

"Hay una ultima oportunidad de encontrar la manera" de acabar con el bloqueo, afirmó May, quien incluyó así en este "nuevo acuerdo", a cuyo voto no puso aún fecha precisa, las exigencias del opositor Partido Laborista con quien las negociaciones se rompieron el viernes.

Entabladas a principios de abril, esas conversaciones tenían como objetivo encontrar un acuerdo susceptible de obtener el apoyo de una mayoría del Parlamento, que desde enero rechazó estrepitosamente tres veces el texto firmado en noviembre por la primera ministra con sus 27 socios de la Unión Europea (UE).

Pero tras su fracaso al término de seis semanas de contactos, la jefa de gobierno, que ya había anunciado su intención de someter de nuevo el acuerdo a los diputados a principios de junio, parece decidida a hacer concesiones.

Esta vez, la Cámara de los Comunes deberá pronunciarse sobre las condiciones de salida -negociadas por May durante casi dos años con Bruselas- votando un proyecto de Ley sobre el Acuerdo de Retirada.

Y si los diputados aprueban el texto, May propone hacerles votar sobre la eventual convocatoria de un segundo referéndum y el mantenimiento temporal de Reino Unido en una unión aduanera con la UE.

Tras el referéndum de junio de 2016, en el que 52% de británicos votaron a favor del Brexit, el Reino Unido debería haber abandonado la Unión Europea el pasado 29 de marzo.

Pero el repetido rechazo del parlamento al acuerdo de divorcio con Bruselas empujó a May a aceptar un aplazamiento "flexible" del Brexit: hasta el 31 de octubre, aunque el país puede abandonar antes la UE si encuentra una solución al bloqueo.

- Dimisión sea como sea

El número dos de Downing Street, David Lidington, había afirmado hace dos semanas que el gobierno quiere encontrar una solución "antes del receso estival" del Parlamento británico, que comienza el 20 de julio.

La líder conservadora aseguró asimismo el martes que su proyecto de ley dará garantías adicionales sobre los derechos de los trabajadores y la protección del medio ambiente, dos cuestiones que figuraban también entre las condiciones de la oposición de izquierdas.

En las tres anteriores votaciones en la Cámara de los Comunes, el acuerdo de Brexit de May chocó con la oposición de decenas de diputados rebeldes de sus propias filas conservadoras, los más euroescépticos descontentos con el modo como la primera ministra llevó a cabo la negociación con Bruselas.

Para intentar convencerlos de que votasen a favor de su texto, May llegó incluso a prometerles que dejaría el poder en cuanto este fuese aprobado.

Los antieuropeos más recalcitrantes consideran que la jefa de gobierno hizo concesiones inaceptables a la UE y no quieren que siga a las riendas cuando empiece la segunda, y mucho más importante, fase de negociación: el acuerdo sobre la futura relación tras el Brexit.

Sin embargo, esta promesa desesperada tampoco bastó para que el acuerdo fuese aprobado.

Como resultado, May se giró hacia la oposición laborista, aumentando aún más la ira en las filas de su partido, cuyos diputados, temiendo que se aferrase al poder la instaron la semana pasada a establecer una fecha clara para su dimisión, sea cual sea el resultado de la próxima votación.

21 MAY 2019 - 14:15

"Hay una ultima oportunidad de encontrar la manera" de acabar con el bloqueo, afirmó May, quien incluyó así en este "nuevo acuerdo", a cuyo voto no puso aún fecha precisa, las exigencias del opositor Partido Laborista con quien las negociaciones se rompieron el viernes.

Entabladas a principios de abril, esas conversaciones tenían como objetivo encontrar un acuerdo susceptible de obtener el apoyo de una mayoría del Parlamento, que desde enero rechazó estrepitosamente tres veces el texto firmado en noviembre por la primera ministra con sus 27 socios de la Unión Europea (UE).

Pero tras su fracaso al término de seis semanas de contactos, la jefa de gobierno, que ya había anunciado su intención de someter de nuevo el acuerdo a los diputados a principios de junio, parece decidida a hacer concesiones.

Esta vez, la Cámara de los Comunes deberá pronunciarse sobre las condiciones de salida -negociadas por May durante casi dos años con Bruselas- votando un proyecto de Ley sobre el Acuerdo de Retirada.

Y si los diputados aprueban el texto, May propone hacerles votar sobre la eventual convocatoria de un segundo referéndum y el mantenimiento temporal de Reino Unido en una unión aduanera con la UE.

Tras el referéndum de junio de 2016, en el que 52% de británicos votaron a favor del Brexit, el Reino Unido debería haber abandonado la Unión Europea el pasado 29 de marzo.

Pero el repetido rechazo del parlamento al acuerdo de divorcio con Bruselas empujó a May a aceptar un aplazamiento "flexible" del Brexit: hasta el 31 de octubre, aunque el país puede abandonar antes la UE si encuentra una solución al bloqueo.

- Dimisión sea como sea

El número dos de Downing Street, David Lidington, había afirmado hace dos semanas que el gobierno quiere encontrar una solución "antes del receso estival" del Parlamento británico, que comienza el 20 de julio.

La líder conservadora aseguró asimismo el martes que su proyecto de ley dará garantías adicionales sobre los derechos de los trabajadores y la protección del medio ambiente, dos cuestiones que figuraban también entre las condiciones de la oposición de izquierdas.

En las tres anteriores votaciones en la Cámara de los Comunes, el acuerdo de Brexit de May chocó con la oposición de decenas de diputados rebeldes de sus propias filas conservadoras, los más euroescépticos descontentos con el modo como la primera ministra llevó a cabo la negociación con Bruselas.

Para intentar convencerlos de que votasen a favor de su texto, May llegó incluso a prometerles que dejaría el poder en cuanto este fuese aprobado.

Los antieuropeos más recalcitrantes consideran que la jefa de gobierno hizo concesiones inaceptables a la UE y no quieren que siga a las riendas cuando empiece la segunda, y mucho más importante, fase de negociación: el acuerdo sobre la futura relación tras el Brexit.

Sin embargo, esta promesa desesperada tampoco bastó para que el acuerdo fuese aprobado.

Como resultado, May se giró hacia la oposición laborista, aumentando aún más la ira en las filas de su partido, cuyos diputados, temiendo que se aferrase al poder la instaron la semana pasada a establecer una fecha clara para su dimisión, sea cual sea el resultado de la próxima votación.


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