A la vera de la ruta 40 en el cruce a El Maitén y en las cercanías de las rucas, fuimos recogiendo, horas después del malón huinca, cartuchos y envases de gas lacrimógeno. Y balas de plomo, algunas sin detonar, desperdigadas entre los neneos, únicos testigos de la tropelía criminal cometida contra niños, mujeres y hombres ateridos de frío en la inmensidad de la estepa”, describió Julio Saquero Lois en julio de 2016 sobre uno de los tantos allanamientos desarrollados por la policía chubutense en el lof del Departamento Cushamen, cuando se procuraba la captura de Facundo Jones Huala.
Un año más tarde, el referente de los Derechos Humanos en la Comarca Andina, junto a su compañera Mabel Sánchez, fueron los primeros en presentar un habeas corpus por la desaparición de Santiago Maldonado, quien había llegado hasta Leleque para solidarizarse con la causa mapuche.
Este miércoles, a las 14, en el hospital de Bariloche, y víctima de un cáncer, Julio Saquero falleció a los 76 años. “Una grave enfermedad venció las resistencias vitales de este luchador de extensa militancia en el campo de los derechos humanos y sociales”, confirmaron desde la APDH del Noroeste del Chubut, de la que fue su miembro fundador y presidente honorario de la sede regional.
“Los exilios tienen como valorable los intercambios de culturas”, resaltó en su último reportaje en su casa de El Pedregoso, en El Hoyo, al ser consultado sobre su experiencia durante la última dictadura militar, que lo obligó a salir del país. Su participación en la actividad de los Hermanitos del Evangelio de Charles de Foucauld, que debatían sobre los dogmas en la lucha política revolucionaria en el desierto de Suriyaco -en La Rioja entre 1974 y 1977-, junto a curas obreros y religiosos laicos, quienes “no dudaron en ser parte de la lucha popular en esa convulsionada época, le significó el exilio y debió pasar largos años en Suiza”, recordaron.
Saquero había nacido en Uruguay y era profesor de filosofía y de literatura. Soportó la persecución de la Triple A en los ’70 y regresó a la Argentina al finalizar el proceso. También militó junto a pueblos originarios de Ecuador y fue integrante de equipos técnicos que trabajaron en la reforma educativa.
Desde mediados de los ‘80 estaba radicado en la cordillera, donde “desarrolló siempre una coherente militancia social, a favor de los más desposeídos y denunciando los atropellos de los poderosos, además de su actividad como docente”.
Su vocación por la lucha social lo tuvo como fundador de la Regional de la APDH de El Bolsón y Noroeste del Chubut; años después de la Asamblea Comarcal contra el Saqueo y fue parte de las luchas ambientales de la cordillera. “Trabajó para evitar el desalojos de antiguas familias acusadas de usurpar sus propias tierras, discutió como vecino las malas decisiones sobre territorio de los sucesivos Concejos Deliberantes y hasta integró la Junta Vecinal de El Pedregoso”, resaltaron sus vecinos.
En la lucha por la causa mapuche en Vuelta del Río, “fue víctima del espionaje ilegal por parte de la Gendarmería de Patricia Bullrich, a raíz de involucrarse de lleno en la denuncia y el pedido de verdad por la desaparición forzada de Santiago Maldonado”, recordaron desde la APDH local.
La carátula de esa causa lo tuvo como querellante en el expediente sobre “desaparición forzada de persona”, hasta que “fue injustamente cerrada por el juez Gustavo Lleral”.
“Ese compromiso, el último más intenso en su vida, le valió ser espiado ilegalmente y ser acusado por los medios de comunicación hostiles y serviles de haber armado, junto a la comunidad mapuche y otros militantes, un ´relato´ sobre lo ocurrido con Santiago”, remarcaron.
Suponen que “esa intensa entrega a la actividad militante en 2017, con todo lo que trajo aparejado, vino a afectar su salud y tal vez también el cuidado que debía tener para controlar la enfermedad que lo afectaba”.
Los referentes de Derechos Humanos, destacaron finalmente que “hoy nos invade la pena al despedir a este luchador ejemplar, aunque no despediremos ni su compromiso ni su memoria, seguiremos firmes en la actividad que él impulsó, sin apartar nuestros pasos militantes de los que marcó con su clara manera de analizar situaciones, pensar las acciones y comprometerse de lleno”.
Condolencias por la partida de Julio Saquero hicieron llegar Madres y Abuelas de Plaza de Mayo; Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas; Familiares de los 12 de la Santa Cruz; Liga Argentina por los Derechos Humanos, APDH La Matanza, Hijos y Comisión de Derechos Humanos Zona Norte Pcial. de Bs.As., entre otros.
A la vera de la ruta 40 en el cruce a El Maitén y en las cercanías de las rucas, fuimos recogiendo, horas después del malón huinca, cartuchos y envases de gas lacrimógeno. Y balas de plomo, algunas sin detonar, desperdigadas entre los neneos, únicos testigos de la tropelía criminal cometida contra niños, mujeres y hombres ateridos de frío en la inmensidad de la estepa”, describió Julio Saquero Lois en julio de 2016 sobre uno de los tantos allanamientos desarrollados por la policía chubutense en el lof del Departamento Cushamen, cuando se procuraba la captura de Facundo Jones Huala.
Un año más tarde, el referente de los Derechos Humanos en la Comarca Andina, junto a su compañera Mabel Sánchez, fueron los primeros en presentar un habeas corpus por la desaparición de Santiago Maldonado, quien había llegado hasta Leleque para solidarizarse con la causa mapuche.
Este miércoles, a las 14, en el hospital de Bariloche, y víctima de un cáncer, Julio Saquero falleció a los 76 años. “Una grave enfermedad venció las resistencias vitales de este luchador de extensa militancia en el campo de los derechos humanos y sociales”, confirmaron desde la APDH del Noroeste del Chubut, de la que fue su miembro fundador y presidente honorario de la sede regional.
“Los exilios tienen como valorable los intercambios de culturas”, resaltó en su último reportaje en su casa de El Pedregoso, en El Hoyo, al ser consultado sobre su experiencia durante la última dictadura militar, que lo obligó a salir del país. Su participación en la actividad de los Hermanitos del Evangelio de Charles de Foucauld, que debatían sobre los dogmas en la lucha política revolucionaria en el desierto de Suriyaco -en La Rioja entre 1974 y 1977-, junto a curas obreros y religiosos laicos, quienes “no dudaron en ser parte de la lucha popular en esa convulsionada época, le significó el exilio y debió pasar largos años en Suiza”, recordaron.
Saquero había nacido en Uruguay y era profesor de filosofía y de literatura. Soportó la persecución de la Triple A en los ’70 y regresó a la Argentina al finalizar el proceso. También militó junto a pueblos originarios de Ecuador y fue integrante de equipos técnicos que trabajaron en la reforma educativa.
Desde mediados de los ‘80 estaba radicado en la cordillera, donde “desarrolló siempre una coherente militancia social, a favor de los más desposeídos y denunciando los atropellos de los poderosos, además de su actividad como docente”.
Su vocación por la lucha social lo tuvo como fundador de la Regional de la APDH de El Bolsón y Noroeste del Chubut; años después de la Asamblea Comarcal contra el Saqueo y fue parte de las luchas ambientales de la cordillera. “Trabajó para evitar el desalojos de antiguas familias acusadas de usurpar sus propias tierras, discutió como vecino las malas decisiones sobre territorio de los sucesivos Concejos Deliberantes y hasta integró la Junta Vecinal de El Pedregoso”, resaltaron sus vecinos.
En la lucha por la causa mapuche en Vuelta del Río, “fue víctima del espionaje ilegal por parte de la Gendarmería de Patricia Bullrich, a raíz de involucrarse de lleno en la denuncia y el pedido de verdad por la desaparición forzada de Santiago Maldonado”, recordaron desde la APDH local.
La carátula de esa causa lo tuvo como querellante en el expediente sobre “desaparición forzada de persona”, hasta que “fue injustamente cerrada por el juez Gustavo Lleral”.
“Ese compromiso, el último más intenso en su vida, le valió ser espiado ilegalmente y ser acusado por los medios de comunicación hostiles y serviles de haber armado, junto a la comunidad mapuche y otros militantes, un ´relato´ sobre lo ocurrido con Santiago”, remarcaron.
Suponen que “esa intensa entrega a la actividad militante en 2017, con todo lo que trajo aparejado, vino a afectar su salud y tal vez también el cuidado que debía tener para controlar la enfermedad que lo afectaba”.
Los referentes de Derechos Humanos, destacaron finalmente que “hoy nos invade la pena al despedir a este luchador ejemplar, aunque no despediremos ni su compromiso ni su memoria, seguiremos firmes en la actividad que él impulsó, sin apartar nuestros pasos militantes de los que marcó con su clara manera de analizar situaciones, pensar las acciones y comprometerse de lleno”.
Condolencias por la partida de Julio Saquero hicieron llegar Madres y Abuelas de Plaza de Mayo; Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas; Familiares de los 12 de la Santa Cruz; Liga Argentina por los Derechos Humanos, APDH La Matanza, Hijos y Comisión de Derechos Humanos Zona Norte Pcial. de Bs.As., entre otros.