Fin del Ramadán en la mezquita más austral del mundo

En la Comarca Andina conviven unos 200 seguidores de dicha religión.

Fe. Una postal de los seguidores de Mahoma en la mezquita más austral del mundo, que conserva varias tradiciones.
31 MAY 2019 - 21:05 | Actualizado

El ayuno “se mantiene de sol a sol, donde no ponemos nada en la boca, ni siquiera un beso, ni agua, ni comida, ni malas palabras, ni violencia. Al caer la oración del magrib (atardecer), comemos un dátil, tomamos agua, rezamos y luego cenamos frugalmente”, graficó ayer el sheik Rauf Felpete, al frente de la mezquita más austral de la tierra, en Mallín Ahogado, sobre el Ramadán que finaliza el lunes.

“Cada musulmán ayuna 30 días al año por agrado al Señor. No es tan difícil si se piensa que somos 2 mil millones en la Tierra que lo estamos haciendo al mismo tiempo y pensando que no hay más Dios que el único Dios y el profeta Mohamed su representante”.

Al cierre, “haremos un festejo con un par de corderos que guardamos para la ocasión”, adelantó. El Ramadán coincide con la fecha en la que el profeta Mahoma recibió la primera revelación del Corán, el libro sagrado de los musulmanes que establece los límites en las relaciones entre individuos y la comunidad. Durante un mes deben cumplir con el ayuno o ‘sawn’, uno de los cinco pilares del islam, considerado como un método de auto-purificación por el que aprenden a tener fuerza y paciencia y, por lo tanto, a conocerse a sí mismos.

Sin embargo, por tratarse “de la primera orden fundada hace 1500 años, ayunamos otros 6 días a partir del miércoles, recordando la tradición del santo profeta por los ancianos y la gente enferma que no había podido ayudar. Una expiación personal, somos los únicos que la mantenemos y es mucho más dura”, anticipa Felpete.

“Cada vez está entrando más gente a nuestra mezquita. Es una semana clave, vienen de distintos lugares para cumplir las últimas 10 noches del Ramadán e incluye una que se llama ‘Noche de poder’, donde nos quedamos rezando porque hay para reconocer muchas maravillas magníficas como regalo de Dios. Las heladas son bravas, pero tenemos un horno ruso para calefaccionar el ambiente”, detalló el sheik.

Enseguida confirmó para 2020 la vuelta al país y a la zona andina del “Santo vivo”, Maulana Sheij Muhamed, descendiente directo del profeta Mahoma, quien es actualmente el 41° jefe espiritual de la orden Sufi Naqsbandi. “En septiembre de este año va a Sudáfrica, trataremos que a nuestra casa venga en noviembre del año venidero, cuando ya no hace tanto frío y teniendo en cuenta que seguramente llegarán unos 500 musulmanes de toda la Patagonia”, adelantó.

Felpete recordó también la historia de los siriolibaneses que “llegaron a la zona a principios del siglo XX como comerciantes, mal llamados turcos porque traían en sus manos un pasaporte del imperio otomano. En realidad, venían escapando por cuestiones religiosas. La mayoría eran cristianos maronitas y también algunos musulmanes, que aquí preservaron su culto al encontrarse con costumbres distintas”.

“La segunda generación (sus hijos), ni se enteraron de aquellos orígenes; pero la tercera generación (los nietos) está llegando. Varios vienen con un libro y preguntan, sin saber que es el Corán que trajeron sus abuelos. Se interesan y empiezan a venir a la mezquita. Hay un dicho que dice que ‘todos nacemos musulmanes, pero algunos no se enteran nunca’”, se sonríe.

Felpete agregó que en su rol de líder espiritual del Islam, “ahora estoy abriendo la sede de la orden Sufí en Buenos Aires. Voy una vez al mes y cada vez veo más fieles”.

Tras reconocer que “soy la autoridad máxima en la América hispano parlante”, aseveró que “no paso de ser un servidor más, aunque con bastante más trabajo. Implica viajar mucho, México es un lugar difícil, muy parecido a Argentina en las apetencias políticas pero con mucho más violencia. Hay que trabajar sobre la paz y las injusticias. Colombia también se está convirtiendo en un infierno”.#

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31 MAY 2019 - 21:05

El ayuno “se mantiene de sol a sol, donde no ponemos nada en la boca, ni siquiera un beso, ni agua, ni comida, ni malas palabras, ni violencia. Al caer la oración del magrib (atardecer), comemos un dátil, tomamos agua, rezamos y luego cenamos frugalmente”, graficó ayer el sheik Rauf Felpete, al frente de la mezquita más austral de la tierra, en Mallín Ahogado, sobre el Ramadán que finaliza el lunes.

“Cada musulmán ayuna 30 días al año por agrado al Señor. No es tan difícil si se piensa que somos 2 mil millones en la Tierra que lo estamos haciendo al mismo tiempo y pensando que no hay más Dios que el único Dios y el profeta Mohamed su representante”.

Al cierre, “haremos un festejo con un par de corderos que guardamos para la ocasión”, adelantó. El Ramadán coincide con la fecha en la que el profeta Mahoma recibió la primera revelación del Corán, el libro sagrado de los musulmanes que establece los límites en las relaciones entre individuos y la comunidad. Durante un mes deben cumplir con el ayuno o ‘sawn’, uno de los cinco pilares del islam, considerado como un método de auto-purificación por el que aprenden a tener fuerza y paciencia y, por lo tanto, a conocerse a sí mismos.

Sin embargo, por tratarse “de la primera orden fundada hace 1500 años, ayunamos otros 6 días a partir del miércoles, recordando la tradición del santo profeta por los ancianos y la gente enferma que no había podido ayudar. Una expiación personal, somos los únicos que la mantenemos y es mucho más dura”, anticipa Felpete.

“Cada vez está entrando más gente a nuestra mezquita. Es una semana clave, vienen de distintos lugares para cumplir las últimas 10 noches del Ramadán e incluye una que se llama ‘Noche de poder’, donde nos quedamos rezando porque hay para reconocer muchas maravillas magníficas como regalo de Dios. Las heladas son bravas, pero tenemos un horno ruso para calefaccionar el ambiente”, detalló el sheik.

Enseguida confirmó para 2020 la vuelta al país y a la zona andina del “Santo vivo”, Maulana Sheij Muhamed, descendiente directo del profeta Mahoma, quien es actualmente el 41° jefe espiritual de la orden Sufi Naqsbandi. “En septiembre de este año va a Sudáfrica, trataremos que a nuestra casa venga en noviembre del año venidero, cuando ya no hace tanto frío y teniendo en cuenta que seguramente llegarán unos 500 musulmanes de toda la Patagonia”, adelantó.

Felpete recordó también la historia de los siriolibaneses que “llegaron a la zona a principios del siglo XX como comerciantes, mal llamados turcos porque traían en sus manos un pasaporte del imperio otomano. En realidad, venían escapando por cuestiones religiosas. La mayoría eran cristianos maronitas y también algunos musulmanes, que aquí preservaron su culto al encontrarse con costumbres distintas”.

“La segunda generación (sus hijos), ni se enteraron de aquellos orígenes; pero la tercera generación (los nietos) está llegando. Varios vienen con un libro y preguntan, sin saber que es el Corán que trajeron sus abuelos. Se interesan y empiezan a venir a la mezquita. Hay un dicho que dice que ‘todos nacemos musulmanes, pero algunos no se enteran nunca’”, se sonríe.

Felpete agregó que en su rol de líder espiritual del Islam, “ahora estoy abriendo la sede de la orden Sufí en Buenos Aires. Voy una vez al mes y cada vez veo más fieles”.

Tras reconocer que “soy la autoridad máxima en la América hispano parlante”, aseveró que “no paso de ser un servidor más, aunque con bastante más trabajo. Implica viajar mucho, México es un lugar difícil, muy parecido a Argentina en las apetencias políticas pero con mucho más violencia. Hay que trabajar sobre la paz y las injusticias. Colombia también se está convirtiendo en un infierno”.#


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