El “Verde” se ilusiona con regresos y con goles

Germinal no tuvo piedad de Independiente ayer en Rawson y le propinó una goleada. Fue 5 a 1 y pudo ser más abultada la diferencia. Con la eliminación de la mayoría de los tradicionales, el elenco rawsense quiere un trofeo más. Pero antes tendrá que verse cara a cara con La Ribera.

Germinal logró el pase a cuartos en “El Fortín” con una goleada. Ahora se verá las caras con su clásico rival.
01 JUN 2019 - 21:24 | Actualizado

Después de un comienzo dubitativo, Germinal mostró ayer su categoría (sobre todo en el segundo tiempo) y goleó a Independiente por 5 a 1. Accedió a los cuartos de final del torneo doméstico de fútbol y se verá las caras con su rival de ciudad, Defensores de la Ribera que despachó a Los Aromos, también ayer y en Rawson.

Sandoval, Neculhueque, Pellejero, Macarof y Fonseca le dieron los goles al Albiverde; Barreda logró el descuento de los trelewenses para darle un poco más de dignidad al marcador.

Sin embargo, los primeros minutos del partido lo mostró mejor al Rojinegro que, a fuerza de pelotazos cruzados, desnudó algunas falencias defensivas de Germinal; tanto que varias las veces fueron que los jugadores visitantes llegaron solos y no tan cómodos al área rival, para definir siempre mal. Pero bastó que Nicolás Macarof y Darío Pellejero entraran en el juego para que éste se emparejara y se inclinara paulatinamente para el local. Es que tanto el exriverplatense como el uruguayo tienen una virtud: saben sumar; que para el fútbol de hoy en día es clave. Ante tanto despliegue físico, tanta intensidad y velocidad, hay una alarmante carencia de precisión y de inteligencia para hacer rodar el balón y los dos volantes germinalistas lo entienden. Saben cuándo hacer la pausa; siempre están libres para recibir el balón y sacan fácil las cuentas que cuando hay dos rivales que marcan a un compañero, sobra uno de ellos y hacia allí va la pelota. Y esas fortalezas quedaron palmariamente demostradas en la fría tarde de ayer en “El Fortín” y que hace ilusionar a la grey germinalista, que también comenzó con dudas en el presente certamen y que los últimos resultados, la vuelta de jugadores medulares y la eliminación de pesos pesados del balompié doméstico, hacen ilusionar con levantar el trofeo una vez más.

Le costó al equipo dirigido por la dupla Dencor-Cugura arrimar en el marcador. Recién expirando los cuarenta y cinco minutos iniciales y tras una pelota detenida, Rodrigo Sandoval abrió el marcador en una jugada sucia en el área visitante. Ese gol inicial fue fundamental para encarar la segunda mitad de la mejor manera. Ganando, de local y con un Independiente que tendría que salir, el Verde sólo esperaría el momento adecuado para definir el cotejo. Y así lo hizo. El segundo tiempo fue un monólogo y quizás la mejor versión en este campeonato que ya está en los tramos finales. Los dirigidos por Andrés Price nada pudieron hacer ante la supremacía local que dominó a voluntad y no hubo una mayor diferencia fue más por deficiencias en la puntada final que por virtudes de la visita. De igual manera, hubo tantos de exquisita factura como los obtenidos por Pellejero y Macarof, aprovechando, como y se dijo, lo espacios libres y su notable capacidad para leer y entender el juego.

Y llegaron los goles. Luego de dos chances netas desperdiciadas, a los seis, Bruno Neculhueque amplió el marcador con un penal tontamente cometido por Lautaro Dimol. Diez minutos después, el charrúa Darío Pellejero, en posición de clásico diez- la clavó en un ángulo y todo se terminó. Dominio físico (Independiente pareció fundirse y para colmo de males no manejó más la pelota); dominio territorial y sicológico fueron determinantes para que Germinal mostrara buen juego, una disposición táctica adecuada y puntos altos en a rendimientos individuales. A la sobriedad reconocida de Matías López, se le sumó la del “Pali” Molina, organizador de una defensa que no mostró grandes fisuras, aunque deberá prestar atención a los envíos aéreos que ayer fueron ganados por los visitantes en preocupantes oportunidades.

En la mitad de la cancha, la calidad de Macarof y Pellejero fue suficiente para sacar diferencias y la prodigalidad de sus delanteros hicieron el resto con un desgaste permanente. El Rojinegro de la Soberanía Nacional hizo lo que pudo. Tuvo un par de balas y no les alcanzó. Comenzó muy bien, después bien y finalizó dominado absolutamente por un rival claramente superior. La visita, cuando tuvo la oportunidad de marcar, no las aprovechó y luego fue tarde, aunque la búsqueda del arco de enfrente hasta el final lo reinvindica.

Los trelewenses deberán barajar y dar de nuevo y a la espera de ser locales de nuevo en su histórico lugar. Los capitalinos podrán ser campeones si ajustan algunos detalles de marca en el fondo y calman la ansiedad de los arriba. Ambos tienen con qué ilusionarse.

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Germinal logró el pase a cuartos en “El Fortín” con una goleada. Ahora se verá las caras con su clásico rival.
01 JUN 2019 - 21:24

Después de un comienzo dubitativo, Germinal mostró ayer su categoría (sobre todo en el segundo tiempo) y goleó a Independiente por 5 a 1. Accedió a los cuartos de final del torneo doméstico de fútbol y se verá las caras con su rival de ciudad, Defensores de la Ribera que despachó a Los Aromos, también ayer y en Rawson.

Sandoval, Neculhueque, Pellejero, Macarof y Fonseca le dieron los goles al Albiverde; Barreda logró el descuento de los trelewenses para darle un poco más de dignidad al marcador.

Sin embargo, los primeros minutos del partido lo mostró mejor al Rojinegro que, a fuerza de pelotazos cruzados, desnudó algunas falencias defensivas de Germinal; tanto que varias las veces fueron que los jugadores visitantes llegaron solos y no tan cómodos al área rival, para definir siempre mal. Pero bastó que Nicolás Macarof y Darío Pellejero entraran en el juego para que éste se emparejara y se inclinara paulatinamente para el local. Es que tanto el exriverplatense como el uruguayo tienen una virtud: saben sumar; que para el fútbol de hoy en día es clave. Ante tanto despliegue físico, tanta intensidad y velocidad, hay una alarmante carencia de precisión y de inteligencia para hacer rodar el balón y los dos volantes germinalistas lo entienden. Saben cuándo hacer la pausa; siempre están libres para recibir el balón y sacan fácil las cuentas que cuando hay dos rivales que marcan a un compañero, sobra uno de ellos y hacia allí va la pelota. Y esas fortalezas quedaron palmariamente demostradas en la fría tarde de ayer en “El Fortín” y que hace ilusionar a la grey germinalista, que también comenzó con dudas en el presente certamen y que los últimos resultados, la vuelta de jugadores medulares y la eliminación de pesos pesados del balompié doméstico, hacen ilusionar con levantar el trofeo una vez más.

Le costó al equipo dirigido por la dupla Dencor-Cugura arrimar en el marcador. Recién expirando los cuarenta y cinco minutos iniciales y tras una pelota detenida, Rodrigo Sandoval abrió el marcador en una jugada sucia en el área visitante. Ese gol inicial fue fundamental para encarar la segunda mitad de la mejor manera. Ganando, de local y con un Independiente que tendría que salir, el Verde sólo esperaría el momento adecuado para definir el cotejo. Y así lo hizo. El segundo tiempo fue un monólogo y quizás la mejor versión en este campeonato que ya está en los tramos finales. Los dirigidos por Andrés Price nada pudieron hacer ante la supremacía local que dominó a voluntad y no hubo una mayor diferencia fue más por deficiencias en la puntada final que por virtudes de la visita. De igual manera, hubo tantos de exquisita factura como los obtenidos por Pellejero y Macarof, aprovechando, como y se dijo, lo espacios libres y su notable capacidad para leer y entender el juego.

Y llegaron los goles. Luego de dos chances netas desperdiciadas, a los seis, Bruno Neculhueque amplió el marcador con un penal tontamente cometido por Lautaro Dimol. Diez minutos después, el charrúa Darío Pellejero, en posición de clásico diez- la clavó en un ángulo y todo se terminó. Dominio físico (Independiente pareció fundirse y para colmo de males no manejó más la pelota); dominio territorial y sicológico fueron determinantes para que Germinal mostrara buen juego, una disposición táctica adecuada y puntos altos en a rendimientos individuales. A la sobriedad reconocida de Matías López, se le sumó la del “Pali” Molina, organizador de una defensa que no mostró grandes fisuras, aunque deberá prestar atención a los envíos aéreos que ayer fueron ganados por los visitantes en preocupantes oportunidades.

En la mitad de la cancha, la calidad de Macarof y Pellejero fue suficiente para sacar diferencias y la prodigalidad de sus delanteros hicieron el resto con un desgaste permanente. El Rojinegro de la Soberanía Nacional hizo lo que pudo. Tuvo un par de balas y no les alcanzó. Comenzó muy bien, después bien y finalizó dominado absolutamente por un rival claramente superior. La visita, cuando tuvo la oportunidad de marcar, no las aprovechó y luego fue tarde, aunque la búsqueda del arco de enfrente hasta el final lo reinvindica.

Los trelewenses deberán barajar y dar de nuevo y a la espera de ser locales de nuevo en su histórico lugar. Los capitalinos podrán ser campeones si ajustan algunos detalles de marca en el fondo y calman la ansiedad de los arriba. Ambos tienen con qué ilusionarse.


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