Femicidio en Comodoro: el exnovio de la joven boliviana confesó el crimen
La víctima es Esther Fernández, de 21 años. Su expareja confesó en sede policial haber sido el autor del asesinato. Hoy será indagado por la fiscal general María Laura Blanco.
La investigación por el asesinato de una joven en Comodoro Rivadavia logró establecer su identidad. Se trata de Esther Fernández, de 21 años, nacida en octubre de 1997 en Bolivia y nacionalizada argentina. Al cierre de esta edición se conoció que el exnovio de la joven declaró en sede de la Brigada de Investigaciones y habría confesado ser el autor del cruento crimen. El sospechoso es de origen boliviano y al cierre de esta edición permanecía en sede policial. Sería llevado a una Comisaría hasta la concreción de una audiencia para que lo indague la fiscal María Laura Blanco.
El caso estuvo hasta anoche plagado de incógnitas y los primeros datos dieron cuenta de una situación macabra.
El cuerpo de Fernández apareció pasadas las 13 del último jueves en el cordón forestal de Comodoro Rivadavia. Poseía el rostro desfigurado, carcomido por los perros y con señales de haber sido golpeada con un bloque. La encontraron entre unos tamariscos, contra un alambrado a la vera de la calle Tora al 2.000.
Para lograr su identificación no fue suficiente el empleo del sistema de identificación AFIS, con el que cuenta la provincia del Chubut. Fue necesaria la colaboración de la Policía Federal, ya que al ser extranjera, sus datos completos no figuraban. El sistema SIBIOS (Sistema Federal de Identificación Biométrica), debió ser empleado ya que la mano del dedo índice que sirve a estas pesquisas fue comida por un perro, informó una fuente de la investigación.
Mientras tanto, desde la Fiscalía se mantuvieron reacios a brindar datos del procedimiento de la investigación. Sí emitieron un escueto comunicado que solo agregó como novedad que la causa será manejada por la fiscal Blanco.
El día del hallazgo se hizo un procedimiento en un domicilio ubicado en Ccódigo 765 altura catastral 1787. Allí cerca de las 17 encontraron a dos nenes solos y se confirmó que son los hijos de la joven. Uno tiene un año. Los hallaron llorando y con hambre.
La investigación por el asesinato de una joven en Comodoro Rivadavia logró establecer su identidad. Se trata de Esther Fernández, de 21 años, nacida en octubre de 1997 en Bolivia y nacionalizada argentina. Al cierre de esta edición se conoció que el exnovio de la joven declaró en sede de la Brigada de Investigaciones y habría confesado ser el autor del cruento crimen. El sospechoso es de origen boliviano y al cierre de esta edición permanecía en sede policial. Sería llevado a una Comisaría hasta la concreción de una audiencia para que lo indague la fiscal María Laura Blanco.
El caso estuvo hasta anoche plagado de incógnitas y los primeros datos dieron cuenta de una situación macabra.
El cuerpo de Fernández apareció pasadas las 13 del último jueves en el cordón forestal de Comodoro Rivadavia. Poseía el rostro desfigurado, carcomido por los perros y con señales de haber sido golpeada con un bloque. La encontraron entre unos tamariscos, contra un alambrado a la vera de la calle Tora al 2.000.
Para lograr su identificación no fue suficiente el empleo del sistema de identificación AFIS, con el que cuenta la provincia del Chubut. Fue necesaria la colaboración de la Policía Federal, ya que al ser extranjera, sus datos completos no figuraban. El sistema SIBIOS (Sistema Federal de Identificación Biométrica), debió ser empleado ya que la mano del dedo índice que sirve a estas pesquisas fue comida por un perro, informó una fuente de la investigación.
Mientras tanto, desde la Fiscalía se mantuvieron reacios a brindar datos del procedimiento de la investigación. Sí emitieron un escueto comunicado que solo agregó como novedad que la causa será manejada por la fiscal Blanco.
El día del hallazgo se hizo un procedimiento en un domicilio ubicado en Ccódigo 765 altura catastral 1787. Allí cerca de las 17 encontraron a dos nenes solos y se confirmó que son los hijos de la joven. Uno tiene un año. Los hallaron llorando y con hambre.