La Columna de Elio Rossi/ Todavía estamos vivos

Con el estilo ya bien definido (sufrir hasta cuando las circunstancias no alcancen para justificarlo o entenderlo), el equipo argentino está en cuartos de final. Un guiño del destino lo pone frente a Venezuela, preferible en los papeles a los que deberá cruzar Colombia por ser primero en el grupo. Por una semana más, seguimos vivos.

23 JUN 2019 - 20:56 | Actualizado

Por Elio Rossi

Resulta difícil imaginar un dirigente con “muñeca” que se acerque a Julio Humberto Grondona en capacidad para la “rosca política” y para el manejo de los tiempos.

Tiempos políticos especialmente, y económicos, casi en el mismo lugar de importancia.

Julio Humberto I de Viamonte, es uno de los pocos que logró salirse con la suya.

Cuando parecía que podían dar con él, partió hacia la eternidad y burló a todos, incluso a los yanquis del FBI que están en capacidad de “cargarse” al mundo entero.

La edad al momento de partir, le hubiera significado quedarse en casa, en su casa, aunque las pruebas en su contra fueran abrumadoras.

Pero se fue para –como decimos siempre- reírse desde la eternidad, eternamente.

Claudio Tapia es un apellido relativamente nuevo para el mundo del fútbol, especialmente para el mundo de la élite futbolística mundial.

Es difícil, dado el contexto, que Chiqui pueda acceder a puestos importantes como el que supo detentar Julio (2 en la Finanzas de la Fifa, el que manejaba la caja); cuando hablo de “contexto” hablo de resultados. Tapia, para tener más poder en Fifa, necesitaría ganar dos mundiales y ser subcampeón en otros dos, más todos los juveniles y JJOO (como le sucedió a Grondona); por ahora el seleccionado argentino sufre más de lo que disfruta en todo lo que juega.

Pero, y he aquí lo interesante de Tapia, está llevando adelante una dolorosísima transición que está dejando el tendal.

Para esto, que llamaremos “el trabajo sucio”, llamó a Scaloni.

Entre otras cosas porque supo advertir que no podía contar con entrenadores consagrados que pudieran concluir con el proceso que comenzó con la irrupción de Messi allá lejos y hace tiempo en Alemania 2006.

Ninguno se animó, ni los que hacen roncha en Europa, a concluir la historia de Lionel M. en el equipo. Tapia lo supo y actuó en consecuencia. Sabedor de la necesidad de acompañar y contener a Messi hasta que Messi…se vaya solo. Ojalá con un título.

Olvidaré deliberadamente toda la cuestión de Messi-juvenil con Argentina y haré referencia a la larga-larga década de más de diez años que tiene a Lionel Messi como referencia casi absoluta del equipo.

Con decirles que en transnochadas comilonas bien regadas por amigos decadentes del decadente Basile (pasa gran parte de su vida rogándole a una panelista veterana de televisión una salida con audios que, de filtrarse, serían el hazmerreir de la tevé cholula), el ex dt les decía, sigue quejándose de haber sufrido “una cama” por parte de Messi y Agüero como cabezas del “golpe” que lo echó del seleccionado.

Han pasado más de diez años. Y Messi y sus circunstancias, continúan entre nosotros.

Pero Tapia introdujo el “factor Scaloni”, el hacedor del “trabajo sucio”.

El que habrá de cargarse a la “mesa chica”, a “los amigos de Messi”. A la vista de todos, en el país más ganador de la historia del fútbol, en ésta Copa América 2019.

Para quien esto escribo, Messi no llega al mundial de Qatar. No porque no esté en condiciones físicas o futbolísticas de jugarlo. No.

Simplemente, tengo la impresión de que se baja antes de la competencia.

¿Cuándo? Solo él lo sabe. Pero habría que prestarle atención cuando declara de sus inseguridades respecto del fututo con la celeste y blanca. Es por escuchar a Messi declarando, que hago esta especulación.

Si el operativo “dulce adiós al genial 10” se produjese con una salida anticipada de la Copa Brasil 2019, la contribución de Scaloni habría sido ya un éxito.

No habría modo de convencer a nadie de que han sido Messi y su propia mente los responsables de no haber convertido un gol en las finales que jugó ni brillar en los partidos decisivos. Con la camiseta del seleccionado claro.

Nadie lo lamentaría. Ni por Lionel 10, ni por Lionel DT.

Si el operativo “dulce adiós al genial 10” incluyera una utópica (pero posible, recuerden que esto es fútbol), obtención de la Copa América, quizá haría realidad la broma que compartió con todos en la conferencia de prensa a horas del fallido debut con Colombia: “gano esta copa y me retiro” dijo Scaloni.

Quizá Claudio Tapia terminaría con esta etapa del ganador con una enorme placa de reconocimiento por los servicios prestados.

Y nadie pediría por él. ¿O sí?. Difícil que el chancho vuele.

Tapia sabe lo que hace, aunque muchos sigan riéndose de él por su procedencia. Se está poniendo al hombre la transición más difícil de los últimos 40 años del fútbol. Está haciendo el “post-grondonismo”, ni más ni menos.

Algunos memoriosos nos recordaron al concluir el partido que Mario Kempes empezó a constituirse como figura del equipo -para luego ser figura del Mundial- en cuartos, precisamente. Quienes seguimos esperando X Messi en partidos decisivos, prendemos velas para que todo ocurra de una buena vez. Será? Hasta el sábado próximo.

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23 JUN 2019 - 20:56

Por Elio Rossi

Resulta difícil imaginar un dirigente con “muñeca” que se acerque a Julio Humberto Grondona en capacidad para la “rosca política” y para el manejo de los tiempos.

Tiempos políticos especialmente, y económicos, casi en el mismo lugar de importancia.

Julio Humberto I de Viamonte, es uno de los pocos que logró salirse con la suya.

Cuando parecía que podían dar con él, partió hacia la eternidad y burló a todos, incluso a los yanquis del FBI que están en capacidad de “cargarse” al mundo entero.

La edad al momento de partir, le hubiera significado quedarse en casa, en su casa, aunque las pruebas en su contra fueran abrumadoras.

Pero se fue para –como decimos siempre- reírse desde la eternidad, eternamente.

Claudio Tapia es un apellido relativamente nuevo para el mundo del fútbol, especialmente para el mundo de la élite futbolística mundial.

Es difícil, dado el contexto, que Chiqui pueda acceder a puestos importantes como el que supo detentar Julio (2 en la Finanzas de la Fifa, el que manejaba la caja); cuando hablo de “contexto” hablo de resultados. Tapia, para tener más poder en Fifa, necesitaría ganar dos mundiales y ser subcampeón en otros dos, más todos los juveniles y JJOO (como le sucedió a Grondona); por ahora el seleccionado argentino sufre más de lo que disfruta en todo lo que juega.

Pero, y he aquí lo interesante de Tapia, está llevando adelante una dolorosísima transición que está dejando el tendal.

Para esto, que llamaremos “el trabajo sucio”, llamó a Scaloni.

Entre otras cosas porque supo advertir que no podía contar con entrenadores consagrados que pudieran concluir con el proceso que comenzó con la irrupción de Messi allá lejos y hace tiempo en Alemania 2006.

Ninguno se animó, ni los que hacen roncha en Europa, a concluir la historia de Lionel M. en el equipo. Tapia lo supo y actuó en consecuencia. Sabedor de la necesidad de acompañar y contener a Messi hasta que Messi…se vaya solo. Ojalá con un título.

Olvidaré deliberadamente toda la cuestión de Messi-juvenil con Argentina y haré referencia a la larga-larga década de más de diez años que tiene a Lionel Messi como referencia casi absoluta del equipo.

Con decirles que en transnochadas comilonas bien regadas por amigos decadentes del decadente Basile (pasa gran parte de su vida rogándole a una panelista veterana de televisión una salida con audios que, de filtrarse, serían el hazmerreir de la tevé cholula), el ex dt les decía, sigue quejándose de haber sufrido “una cama” por parte de Messi y Agüero como cabezas del “golpe” que lo echó del seleccionado.

Han pasado más de diez años. Y Messi y sus circunstancias, continúan entre nosotros.

Pero Tapia introdujo el “factor Scaloni”, el hacedor del “trabajo sucio”.

El que habrá de cargarse a la “mesa chica”, a “los amigos de Messi”. A la vista de todos, en el país más ganador de la historia del fútbol, en ésta Copa América 2019.

Para quien esto escribo, Messi no llega al mundial de Qatar. No porque no esté en condiciones físicas o futbolísticas de jugarlo. No.

Simplemente, tengo la impresión de que se baja antes de la competencia.

¿Cuándo? Solo él lo sabe. Pero habría que prestarle atención cuando declara de sus inseguridades respecto del fututo con la celeste y blanca. Es por escuchar a Messi declarando, que hago esta especulación.

Si el operativo “dulce adiós al genial 10” se produjese con una salida anticipada de la Copa Brasil 2019, la contribución de Scaloni habría sido ya un éxito.

No habría modo de convencer a nadie de que han sido Messi y su propia mente los responsables de no haber convertido un gol en las finales que jugó ni brillar en los partidos decisivos. Con la camiseta del seleccionado claro.

Nadie lo lamentaría. Ni por Lionel 10, ni por Lionel DT.

Si el operativo “dulce adiós al genial 10” incluyera una utópica (pero posible, recuerden que esto es fútbol), obtención de la Copa América, quizá haría realidad la broma que compartió con todos en la conferencia de prensa a horas del fallido debut con Colombia: “gano esta copa y me retiro” dijo Scaloni.

Quizá Claudio Tapia terminaría con esta etapa del ganador con una enorme placa de reconocimiento por los servicios prestados.

Y nadie pediría por él. ¿O sí?. Difícil que el chancho vuele.

Tapia sabe lo que hace, aunque muchos sigan riéndose de él por su procedencia. Se está poniendo al hombre la transición más difícil de los últimos 40 años del fútbol. Está haciendo el “post-grondonismo”, ni más ni menos.

Algunos memoriosos nos recordaron al concluir el partido que Mario Kempes empezó a constituirse como figura del equipo -para luego ser figura del Mundial- en cuartos, precisamente. Quienes seguimos esperando X Messi en partidos decisivos, prendemos velas para que todo ocurra de una buena vez. Será? Hasta el sábado próximo.


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