Combate a la crisis: en El Bolsón cortan el pelo a cambio de un alimento no perecedero

26 JUN 2019 - 19:46 | Actualizado

1300 familias asistidas a través del Plan Calor, apoyo a 14 comedores solidarios y cortes de pelo a cambio de un alimento no perecedero son parte de las medidas aplicadas por el gobierno de El Bolsón como paliativos para pasar un invierno que se avecina riguroso, tanto en lo climático como en la situación económica de muchos sectores sociales.

La secretaria de Desarrollo Social, Laura Rojas, confirmó ayer que “a diario atendemos a decenas de personas que manifiestan dificultades para llegar a fin de mes y tienen que recurrir a los comedores y merenderos comunitarios. Ante ello, y enmarcado en el programa provincial Emprender y del taller dictado en la fundación Cooperar, se realizan cortes de pelo a cambio de alimentos no perecederos que serán destinados a reforzar esos espacios creados por las iglesias evangélicas y los mismos vecinos para ayudar a quienes más lo necesitan”.

“En este momento estamos asistiendo a 14 comedores de distintos barrios –amplió-, donde la prioridad es hacer frente a esta situación. Seguramente va a ir en aumento porque también hemos recibido pedidos de ayuda de lugares que se abrirán en los próximos días para ofrecer una copa de leche y algún alimento. La demanda más recurrente es por harina, levadura y cajones de fruta, ya que apuntamos a la buena nutrición”, graficó.

Para el caso de los almuerzos y cenas “que preparan los mismos vecinos solidarios, se aportan alimentos frescos (verduras y carnes) necesarios para una comida diaria sustentable”, detalló.

La funcionaria evidenció enseguida que “está llegando cada vez más gente a vivir a El Bolsón” y que en muchos casos “arriban con la expectativa de conseguir un trabajo, que a esta altura del año no es nada fácil”. “Hubo quienes vinieron en la temporada veraniega, que resultó mala porque prácticamente no hubo turismo y hoy se traduce en situaciones de mayor vulnerabilidad, no solamente para los lugareños sino también para los nuevos”, insistió.

En referencia al Plan Calor, Rojas explicó que “hay un gran aumento de la demanda con respecto al invierno anterior. A la fecha estamos asistiendo a más de 1300 familias y se va modificando constantemente. Si bien la leña es una ayuda importante (se entrega un metro cúbico por mes), no alcanza para cubrir el consumo familiar. En consecuencia, hay más pedidos por la garrafa de 10 kilos (una unidad semanal), ya que operativamente y por una cuestión de necesidad es más práctico”.

“Se le está dando respuesta a la gente porque la necesidad es muy grande y no estamos exentos de la contingencia socioeconómica que está viviendo el país. La desocupación supera el 20% y se nota más durante los meses de invierno teniendo en cuenta que el turismo es el gran dinamizador de la economía en la región y a esta altura de año está en su mínima expresión”, remarcó.

“Hay muchas situaciones de salud y enfermedades crónicas, donde los pacientes no tienen los recursos para comprar los medicamentos o necesitan un pasaje para viajar a ver un especialista en Bariloche, principalmente personas con discapacidad o adultos mayores, a los que debemos asistir”, concluyó.

Walter, el malabarista

En coincidencia, ayer llamó la atención la situación de calle en que se encuentra Walter, un malabarista y changarín de 39 años, quien está viviendo debajo de un puente en Los Repollos ya que no tiene recursos para alquilar.

“Estoy así desde hace dos semanas por el abandono de la sociedad, me prometieron trabajo durante el invierno y no se cumple. Lo que gano en los semáforos me alcanza apenas para comer”, reveló.

Pasa las noches metido en una pequeña carpa, sin posibilidades de hacer fuego y a pocos metros de un arroyo, con temperaturas de varios grados bajo cero. “Estoy acostumbrado al frío”, asegura aunque no para de temblar cuando sale de su cobijo. “Si alguien me puedo brindar un par de frazadas, agradecido”, reconoce.

“También me vendría bien cualquier tipo de trabajo, quizás cuidar una casa. Soy honesto, no tengo ningún tipo de antecedente. Me porto bien y hasta la policía sabe que estoy acá. Tengo domicilio en El Bolsón”, asegura.

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26 JUN 2019 - 19:46

1300 familias asistidas a través del Plan Calor, apoyo a 14 comedores solidarios y cortes de pelo a cambio de un alimento no perecedero son parte de las medidas aplicadas por el gobierno de El Bolsón como paliativos para pasar un invierno que se avecina riguroso, tanto en lo climático como en la situación económica de muchos sectores sociales.

La secretaria de Desarrollo Social, Laura Rojas, confirmó ayer que “a diario atendemos a decenas de personas que manifiestan dificultades para llegar a fin de mes y tienen que recurrir a los comedores y merenderos comunitarios. Ante ello, y enmarcado en el programa provincial Emprender y del taller dictado en la fundación Cooperar, se realizan cortes de pelo a cambio de alimentos no perecederos que serán destinados a reforzar esos espacios creados por las iglesias evangélicas y los mismos vecinos para ayudar a quienes más lo necesitan”.

“En este momento estamos asistiendo a 14 comedores de distintos barrios –amplió-, donde la prioridad es hacer frente a esta situación. Seguramente va a ir en aumento porque también hemos recibido pedidos de ayuda de lugares que se abrirán en los próximos días para ofrecer una copa de leche y algún alimento. La demanda más recurrente es por harina, levadura y cajones de fruta, ya que apuntamos a la buena nutrición”, graficó.

Para el caso de los almuerzos y cenas “que preparan los mismos vecinos solidarios, se aportan alimentos frescos (verduras y carnes) necesarios para una comida diaria sustentable”, detalló.

La funcionaria evidenció enseguida que “está llegando cada vez más gente a vivir a El Bolsón” y que en muchos casos “arriban con la expectativa de conseguir un trabajo, que a esta altura del año no es nada fácil”. “Hubo quienes vinieron en la temporada veraniega, que resultó mala porque prácticamente no hubo turismo y hoy se traduce en situaciones de mayor vulnerabilidad, no solamente para los lugareños sino también para los nuevos”, insistió.

En referencia al Plan Calor, Rojas explicó que “hay un gran aumento de la demanda con respecto al invierno anterior. A la fecha estamos asistiendo a más de 1300 familias y se va modificando constantemente. Si bien la leña es una ayuda importante (se entrega un metro cúbico por mes), no alcanza para cubrir el consumo familiar. En consecuencia, hay más pedidos por la garrafa de 10 kilos (una unidad semanal), ya que operativamente y por una cuestión de necesidad es más práctico”.

“Se le está dando respuesta a la gente porque la necesidad es muy grande y no estamos exentos de la contingencia socioeconómica que está viviendo el país. La desocupación supera el 20% y se nota más durante los meses de invierno teniendo en cuenta que el turismo es el gran dinamizador de la economía en la región y a esta altura de año está en su mínima expresión”, remarcó.

“Hay muchas situaciones de salud y enfermedades crónicas, donde los pacientes no tienen los recursos para comprar los medicamentos o necesitan un pasaje para viajar a ver un especialista en Bariloche, principalmente personas con discapacidad o adultos mayores, a los que debemos asistir”, concluyó.

Walter, el malabarista

En coincidencia, ayer llamó la atención la situación de calle en que se encuentra Walter, un malabarista y changarín de 39 años, quien está viviendo debajo de un puente en Los Repollos ya que no tiene recursos para alquilar.

“Estoy así desde hace dos semanas por el abandono de la sociedad, me prometieron trabajo durante el invierno y no se cumple. Lo que gano en los semáforos me alcanza apenas para comer”, reveló.

Pasa las noches metido en una pequeña carpa, sin posibilidades de hacer fuego y a pocos metros de un arroyo, con temperaturas de varios grados bajo cero. “Estoy acostumbrado al frío”, asegura aunque no para de temblar cuando sale de su cobijo. “Si alguien me puedo brindar un par de frazadas, agradecido”, reconoce.

“También me vendría bien cualquier tipo de trabajo, quizás cuidar una casa. Soy honesto, no tengo ningún tipo de antecedente. Me porto bien y hasta la policía sabe que estoy acá. Tengo domicilio en El Bolsón”, asegura.


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