Base Marambio: la vida bajo cero

Desde la Antártida Argentina una médica y un científico le contaron a Cadena Tiempo el trabajo que desarrollan los compatriotas allí.

Hernández y Medina comunicados con Cadena Tiempo, Via Skype.
01 JUL 2019 - 21:14 | Actualizado

Las gélidas mañanas que se vienen registrando en toda la región del VIRCh, son apenas un día fresquito en la Base Marambio. Allí está apostada la dotación 50 que completará un año en el lugar y que permanece aislada soportando temperaturas que pueden alcanzar los 48° bajo cero. Cadena Tiempo dialogó en la jornada de ayer con Maitén Hernández y Sebastián Medina. Ella tiene 29 años, es la médica de toda la base y futura cardióloga. Él es ingeniero de la DNA (Dirección Nacional del Antártico), y desarrolla su trabajo en el pabellón científico de la base.

Vía Skype se acortó la distancia entre Trelew y la Base Marambio y sentados en la Biblioteca, Maitén Hernández y Sebastián Medina contaron cómo es la vida en la base antártica.

Primero las damas

“Soy la primer teniente Maitén Hernández y la médica de la dotación acá en la base Marambio” se presentó ella. “Yo soy el ingeniero Sebastián Medina, estoy acá representando a la parte científica por parte de la DNA (Dirección Nacional del Antártico), mi trabajo es en el pabellón científico de la base” agregó Medina.

Maitén Hernández contó cómo llegaron a la base y a qué se dedica la dotación. “Nosotros llegamos el 29 de octubre pasado. Yo integro la dotación número 50. Somos 43 los que llegamos. Las tareas que desempeñamos son muchas. Yo soy la médica de la dotación, junto con una enfermera. En la dotación hay miembros de la Fuerza Aérea Argentina, gente que pertenece a plomería (abastecimiento de agua, mantenimiento y arreglo de cañerías) 2 electricistas, servicio de transporte, contra incendios, un jefe de base, un coordinador, un encargado y a esto se suma la gente de la DNA y el Servicio Meteorológico Nacional”.

La Base Marambio posee un aeródromo que tiene que estar operable los 365 del año. Eso hace que la actividad muy intensa. Durante la campaña de verano los vuelos a la base son permanentes El buque,Almirante Irizar,llega para proveer víveres y combustible durante todo el año. En verano, en la Base se trabaja las 24 horas y se aprovecha la luz del sol, porque hay luz las 24 horas.

Hernández mencionó que “después que pasa la campaña de verano, a partir de marzo, comienza a disminuir la luz solar y pasamos a la otra etapa, en donde hacemos apoyo logístico y apoyo a la ciencia manteniendo la base con todos los servicios, que es fundamental para que los científicos puedan trabajar durante todo el año.

Hoy somos unas 75 personas entre dotación (43 personas) más grupo de trabajo y ayudantes”.

Un día en la vida

Una jornada laboral en la Base va desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde. A la 1 de la tarde se hace un break para almorzar y descansar y retomar la actividad sobre las 3 de la tarde. El personal se puede distender distintas formas: viendo películas, se junta en la sala de conferencias para ver tv, escuchar música. Hay un gimnasio equipado para quienes quieren ejercitarse y la conexión a internet les permite estar en contacto con las familias en el continente.

Tiempo de permanencia

La dotación permanece un año en la base y el relevo comienza a fines de octubre de cada año. Por unos días trabajan a doble comando trasladando información de una dotación a otra y después la nueva dotación Se hace cargo de la base. Luego, po r 3 meses, llegan los ayudantes y los auxiliares.

“En el caso de la DNA, los científicos, hay campaña de verano y campaña de invierno. La mayoría de los científicos vienen en la campaña de verano porque es más propicio para trabajar, no hay tanto viento ni tanta nieve. Vienen paleontólogos, la gente que hace el estudio de los pingüinos, glaciólogos. Si hay que instalar equipos, vienen científicos especializados para hacer el mantenimiento. Y siempre quedan, en todas las bases antárticas permanentes, dos o tres científicos, o técnicos, encargamos del laboratorio. En este caso nosotros. Lo que hacemos es mantener y reparar, en todo caso, equipos. Y estamos pendientes de los datos que se recaban, hay equipos que requieren que se envíen manualmente todo los días los datos que se recaban” detalló con Maitén Hernández.

Las tareas con viejas y nuevas tecnologías también mantienen al personal técnico y científico trabajando con intensidad. “Estamos instalando ahora un equipo nuevo que nos ha llegado de un convenio con Italia. Mide el ozono. La mayoría de las cosas que tenemos en el pabellón miden ozono. Tenemos también un sismógrafo, medimos los terremotos de cualquier parte del planeta, de 6.5 de la escala de Richter para arriba, y un GPS terreno que sirve de guía tanto para el sistema GPS de los satélites, aviones, celulares, todo se sincroniza con esto como para medir el movimiento de la placa tectónica de la Antártida. Ahora deberían mandar un sismógrafo más nuevo, más preciso, que va a medir terremotos un poco más leves” aseguró Maitén Hernández.

La Base Marambio vota

Este es un año electoral y en la Base Marambio se vota. “Votamos los que estamos un año, porque tenemos el cambio de domicilio y eso nos permite participar de las elecciones. En las elecciones pasadas votamos unas 36 personas y ahora en las presidenciales votaremos alrededor de 40. Se eligen presidentes de mesas, fiscales, se ambienta un cuarto oscuro y se vota. Después se manda el telegrama y en cuanto viene un vuelo, que en este momento tenemos un vuelo cada 30-45 días, se envía la urna en el Hércules” contó el ingeniero Sebastián Medina.

Crisis congelada

La dura realidad económica que se vive en el continente fue parte de la charla y Maitén Hernández comentó: “Si bien estamos haciendo cosas para mejorar las instalaciones, Por ejemplo ahora se ha cambiado toda la parte de electricidad, los generadores son nuevos, entonces eso hace que generemos un ahorro de combustible. Hay cosas que se han hecho también en las aislaciones térmicas de la base justamente para que los equipos de calefacción no estén funcionando tanto tiempo, tan seguido con lo cual también se ahorra combustible. Básicamente no nos enteramos de algún ajuste.

Acá las cosas tienen previsiones cercanas a los 3 años. Se hacen los requerimientos de la campaña que se hará dentro de tres años”.

Ayer, mientras hablaban con Cadena Tiempo, en la Base se registraban 17 grados bajo cero, -24 era la térmica y unos 25 km/h de viento. Era un día tranquilo, comparado días de 72 km/h de viento que les tocaron vivir.

Luego de la charla con Cadena Tiempo, Maitén Hernández y Sebastián Medina, tenían otra videoconferencia con una escuela del continente y después una actividad de vuelo.

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Hernández y Medina comunicados con Cadena Tiempo, Via Skype.
01 JUL 2019 - 21:14

Las gélidas mañanas que se vienen registrando en toda la región del VIRCh, son apenas un día fresquito en la Base Marambio. Allí está apostada la dotación 50 que completará un año en el lugar y que permanece aislada soportando temperaturas que pueden alcanzar los 48° bajo cero. Cadena Tiempo dialogó en la jornada de ayer con Maitén Hernández y Sebastián Medina. Ella tiene 29 años, es la médica de toda la base y futura cardióloga. Él es ingeniero de la DNA (Dirección Nacional del Antártico), y desarrolla su trabajo en el pabellón científico de la base.

Vía Skype se acortó la distancia entre Trelew y la Base Marambio y sentados en la Biblioteca, Maitén Hernández y Sebastián Medina contaron cómo es la vida en la base antártica.

Primero las damas

“Soy la primer teniente Maitén Hernández y la médica de la dotación acá en la base Marambio” se presentó ella. “Yo soy el ingeniero Sebastián Medina, estoy acá representando a la parte científica por parte de la DNA (Dirección Nacional del Antártico), mi trabajo es en el pabellón científico de la base” agregó Medina.

Maitén Hernández contó cómo llegaron a la base y a qué se dedica la dotación. “Nosotros llegamos el 29 de octubre pasado. Yo integro la dotación número 50. Somos 43 los que llegamos. Las tareas que desempeñamos son muchas. Yo soy la médica de la dotación, junto con una enfermera. En la dotación hay miembros de la Fuerza Aérea Argentina, gente que pertenece a plomería (abastecimiento de agua, mantenimiento y arreglo de cañerías) 2 electricistas, servicio de transporte, contra incendios, un jefe de base, un coordinador, un encargado y a esto se suma la gente de la DNA y el Servicio Meteorológico Nacional”.

La Base Marambio posee un aeródromo que tiene que estar operable los 365 del año. Eso hace que la actividad muy intensa. Durante la campaña de verano los vuelos a la base son permanentes El buque,Almirante Irizar,llega para proveer víveres y combustible durante todo el año. En verano, en la Base se trabaja las 24 horas y se aprovecha la luz del sol, porque hay luz las 24 horas.

Hernández mencionó que “después que pasa la campaña de verano, a partir de marzo, comienza a disminuir la luz solar y pasamos a la otra etapa, en donde hacemos apoyo logístico y apoyo a la ciencia manteniendo la base con todos los servicios, que es fundamental para que los científicos puedan trabajar durante todo el año.

Hoy somos unas 75 personas entre dotación (43 personas) más grupo de trabajo y ayudantes”.

Un día en la vida

Una jornada laboral en la Base va desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde. A la 1 de la tarde se hace un break para almorzar y descansar y retomar la actividad sobre las 3 de la tarde. El personal se puede distender distintas formas: viendo películas, se junta en la sala de conferencias para ver tv, escuchar música. Hay un gimnasio equipado para quienes quieren ejercitarse y la conexión a internet les permite estar en contacto con las familias en el continente.

Tiempo de permanencia

La dotación permanece un año en la base y el relevo comienza a fines de octubre de cada año. Por unos días trabajan a doble comando trasladando información de una dotación a otra y después la nueva dotación Se hace cargo de la base. Luego, po r 3 meses, llegan los ayudantes y los auxiliares.

“En el caso de la DNA, los científicos, hay campaña de verano y campaña de invierno. La mayoría de los científicos vienen en la campaña de verano porque es más propicio para trabajar, no hay tanto viento ni tanta nieve. Vienen paleontólogos, la gente que hace el estudio de los pingüinos, glaciólogos. Si hay que instalar equipos, vienen científicos especializados para hacer el mantenimiento. Y siempre quedan, en todas las bases antárticas permanentes, dos o tres científicos, o técnicos, encargamos del laboratorio. En este caso nosotros. Lo que hacemos es mantener y reparar, en todo caso, equipos. Y estamos pendientes de los datos que se recaban, hay equipos que requieren que se envíen manualmente todo los días los datos que se recaban” detalló con Maitén Hernández.

Las tareas con viejas y nuevas tecnologías también mantienen al personal técnico y científico trabajando con intensidad. “Estamos instalando ahora un equipo nuevo que nos ha llegado de un convenio con Italia. Mide el ozono. La mayoría de las cosas que tenemos en el pabellón miden ozono. Tenemos también un sismógrafo, medimos los terremotos de cualquier parte del planeta, de 6.5 de la escala de Richter para arriba, y un GPS terreno que sirve de guía tanto para el sistema GPS de los satélites, aviones, celulares, todo se sincroniza con esto como para medir el movimiento de la placa tectónica de la Antártida. Ahora deberían mandar un sismógrafo más nuevo, más preciso, que va a medir terremotos un poco más leves” aseguró Maitén Hernández.

La Base Marambio vota

Este es un año electoral y en la Base Marambio se vota. “Votamos los que estamos un año, porque tenemos el cambio de domicilio y eso nos permite participar de las elecciones. En las elecciones pasadas votamos unas 36 personas y ahora en las presidenciales votaremos alrededor de 40. Se eligen presidentes de mesas, fiscales, se ambienta un cuarto oscuro y se vota. Después se manda el telegrama y en cuanto viene un vuelo, que en este momento tenemos un vuelo cada 30-45 días, se envía la urna en el Hércules” contó el ingeniero Sebastián Medina.

Crisis congelada

La dura realidad económica que se vive en el continente fue parte de la charla y Maitén Hernández comentó: “Si bien estamos haciendo cosas para mejorar las instalaciones, Por ejemplo ahora se ha cambiado toda la parte de electricidad, los generadores son nuevos, entonces eso hace que generemos un ahorro de combustible. Hay cosas que se han hecho también en las aislaciones térmicas de la base justamente para que los equipos de calefacción no estén funcionando tanto tiempo, tan seguido con lo cual también se ahorra combustible. Básicamente no nos enteramos de algún ajuste.

Acá las cosas tienen previsiones cercanas a los 3 años. Se hacen los requerimientos de la campaña que se hará dentro de tres años”.

Ayer, mientras hablaban con Cadena Tiempo, en la Base se registraban 17 grados bajo cero, -24 era la térmica y unos 25 km/h de viento. Era un día tranquilo, comparado días de 72 km/h de viento que les tocaron vivir.

Luego de la charla con Cadena Tiempo, Maitén Hernández y Sebastián Medina, tenían otra videoconferencia con una escuela del continente y después una actividad de vuelo.


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