Condenado a diez años de prisión por abusar de una nena hija de su pareja
Un hombre fue condenado a diez años de prisión efectiva por el "abuso sexual con acceso carnal agravado por la convivencia" de la hija de su pareja, de 10 años de edad.
El juez de la Sala II del Tribunal de Juicio de Metán, Sebastián Fucho, dictó la pena que deberá cumplir Humberto Muruaga Maraz, de 33 años, tras hallar probados los delitos que le fueron imputados.
La denuncia fue radicada en 2018 por la madre de la víctima al conocer que su concubino había abusado sexualmente de su hija, aprovechando su ausencia por cuestiones laborales.
En su denuncia, la mujer planteó que no se trató de un hecho aislado, sino que llevaba sucediendo algún tiempo, y que Muruaga Maraz amenazaba a la niña diciéndole que, si revelaba lo que sucedía, haría que su madre la castigue por no cuidar bien a su hermanito.
Los hechos se registraron en una finca de la localidad de General Pizarro, del sur salteño.
Fucho ordenó, en el mismo fallo, que una vez firme la sentencia se proceda a la extracción de muestras del condenado para su posterior inscripción en el Banco de Datos Genéticos.
Además, el Servicio Médico Forense realizará un informe físico con las señas particulares que permitan una identificación integral del agresor sexual, que seguirá detenido en la cárcel local.
El juez de la Sala II del Tribunal de Juicio de Metán, Sebastián Fucho, dictó la pena que deberá cumplir Humberto Muruaga Maraz, de 33 años, tras hallar probados los delitos que le fueron imputados.
La denuncia fue radicada en 2018 por la madre de la víctima al conocer que su concubino había abusado sexualmente de su hija, aprovechando su ausencia por cuestiones laborales.
En su denuncia, la mujer planteó que no se trató de un hecho aislado, sino que llevaba sucediendo algún tiempo, y que Muruaga Maraz amenazaba a la niña diciéndole que, si revelaba lo que sucedía, haría que su madre la castigue por no cuidar bien a su hermanito.
Los hechos se registraron en una finca de la localidad de General Pizarro, del sur salteño.
Fucho ordenó, en el mismo fallo, que una vez firme la sentencia se proceda a la extracción de muestras del condenado para su posterior inscripción en el Banco de Datos Genéticos.
Además, el Servicio Médico Forense realizará un informe físico con las señas particulares que permitan una identificación integral del agresor sexual, que seguirá detenido en la cárcel local.