Argentina inaugura el desfile en la festiva apertura de los Panamericanos

Cerca de 200 atletas argentinos, en representación de los 553 que competirán en la capital peruana, inauguraron esta noche el desfile de deportistas en la ceremonia de apertura de los XVIII Juegos Panamericanos Lima 2019.

Javier Conte fue el abanderado del equipo nacional en la ceremonia inaugural.
27 JUL 2019 - 2:28 | Actualizado

El regatista Javier Conte, portador de la bandera argentina, irrumpió en escena y atravesó todo el escenario montado sobre el campo del Estadio Nacional con una columna de sus compatriotas detrás.

Conte, de 43 años, medallista de bronce en los Juegos Olímpicos Sydney 2000 (clase 470) y campeón panamericano en Toronto 2015 (lighting mixto), guió a la delegación "albiceleste" hasta la tribuna del estadio que permanecía vacía para el alojamiento de los atletas durante el acto.

Durante el transcurso del desfile, los deportistas argentinos retrataron el momento con sus celulares y arengaron con el tradicional cántico futbolero: "Vamos, vamos, Argentina; vamos, vamos, a ganar; que esta barra, quilombera; no te deja, no te deja de alentar...".

La delegación argentina está compuesta por 778 personas entre atletas, entrenadores y oficiales, informó el Comité Olímpico (COA), lo que la convierte en la más numerosa de la historia de los Juegos Panamericanos.

Los 553 deportistas que representarán al país tendrán participación en los 41 deportes que componen el calendario de Lima.

Los Juegos Panamericanos Lima-2019 fueron "solemnemente inaugurados" por el presidente de Perú, Martín Vizcarra, tras una imponente ceremonia que rindió tributo al pasado prehispánico del país y su riqueza gastronómica y musical.

"Bienvenidos sean todos ustedes a la mayor fiesta deportiva del continente. El Perú, tierra de grandes culturas y de una historia milenaria, los recibe con los brazos abiertos", dijo Vizcarra en el Estadio Nacional de Lima.

El pebetero panamericano fue encendido por Cecilia Tait, exjugadora de voleibol ganadora de medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl-1988, en un recorrido final en la que la llama pasó por las manos de figuras de la historia del deporte peruano como Edith Noeding y Lucha Fuentes.

El fuego panamericano subió por escalas una enorme montaña dorada en la cancha del estadio.

La edición XVIII de los Juegos Panamericanos cuenta con unos 6.700 deportistas de 41 países y territorios de América.

"Ya estamos listos y, ahora, juguemos todos", expresó en un discurso previo el presidente del comité organizador, Carlos Neuhaus.

Atletismo, fútbol, natación, boxeo y el resto de las 61 disciplinas de estos Juegos Panamericanos estuvieron representadas por artistas y bailarines en el campo de juego, entre otras coreografías que recorrieron las tradiciones del país y sus expresiones contemporáneas.

Esa fusión demandó al director creativo Francisco Negrín viajar por más de un año por los rincones del país. "Es una gran responsabilidad contar el Perú no solo al mundo, sino a los propios peruanos", dijo Negrín, quien formó para el diseño de las cuatro ceremonias (incluyendo las de los Juegos Parapanamericanos) un equipo con historiadores, coreógrafos, músicos y otros.

Detrás del espectáculo estuvo la productora italiana Balich Worldwide Shows, responsable de numerosos eventos similares, como en Rio de Janeiro-2016 o Turín-2006. La escala no es despreciable: la ceremonia inaugural de la tercera competencia multideportiva más grande del mundo tuvo unos 400 millones de telespectadores.

Unos 1.700 artistas en escena protagonizaron un "diálogo" entre las civilizaciones prehispánicas y el presente, en una representación presidida por la escenografía de los picos del Nevado de Pariacaca, ubicado en los Andes Centrales.

Una ofrenda a la Pacha Mama observada por mochileros que se toman selfis; alusiones a la reconocida gastronomía y tejidos locales, así como a la costa, la sierra y la selva, se mezclaron en el acto de apertura en el que sonó tanto la melodía de "El cóndor pasa" como "Despacito", de Luis Fonsi.

El estadio donde se realizó la ceremonia es una de una veintena de sedes desperdigadas por Lima y el puerto vecino de Callao, cuya construcción y puesta a punto demandó una inversión de 5.476 millones de soles (alrededor de 1.700 millones de dólares).

El presupuesto incluye la Villa Panamericana, un complejo de siete torres de 20 pisos en el sur de la ciudad, que después se destinarán a viviendas accesibles según las promesas.

El desafío del que las autoridades son conscientes es el tránsito caótico de Lima, de casi 10 millones de habitantes, y donde algunos proyectos de inversión han quedado enredados en el escándalo de corrupción de Odebrecht. La propuesta para que el caos no afecte a los 175.000 visitantes y locales participantes son carriles exclusivos para la movilidad relacionada con el evento.

Para enfrentar la inseguridad, otro gran problema de Perú, las autoridades desplegaron a 10.000 policías y 3.000 soldados.

La lucha por el podio continental

Por las próximas tres semanas, las miradas se posarán en atletas reconocidos como el luchador grecorromano cubano Mijain López; el velocista estadounidense Justin Gatlin; la saltadora colombiana Caterine Ibargüen Rojas y la judoca argentina Paula Pareto, por mencionar algunos de los destacados entre unos 6.700 deportistas participantes de 41 países y territorios de toda América.

"Los Panamericanos son la gran oportunidad para unir a las culturas de las Américas", dijo en la víspera el presidente del Comité Organizador, Carlos Neuhaus.

En el plano deportivo, sin embargo, se anticipa una batalla: con un medallero liderado históricamente por Estados Unidos, la competencia más reñida será por el segundo lugar, con Brasil, Cuba y Canadá como los candidatos más firmes, y Colombia perfilado para meterse en la lucha.

Desde el martes se pusieron en marcha deportes como vóley playa, balonmano, bowling y squash, pero las primeras preseas se entregarán este sábado en el maratón.

La agenda para el primer día del fin de semana incluye igualmente las primeras pruebas de gimnasia artística y el inicio del boxeo.

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Javier Conte fue el abanderado del equipo nacional en la ceremonia inaugural.
27 JUL 2019 - 2:28

El regatista Javier Conte, portador de la bandera argentina, irrumpió en escena y atravesó todo el escenario montado sobre el campo del Estadio Nacional con una columna de sus compatriotas detrás.

Conte, de 43 años, medallista de bronce en los Juegos Olímpicos Sydney 2000 (clase 470) y campeón panamericano en Toronto 2015 (lighting mixto), guió a la delegación "albiceleste" hasta la tribuna del estadio que permanecía vacía para el alojamiento de los atletas durante el acto.

Durante el transcurso del desfile, los deportistas argentinos retrataron el momento con sus celulares y arengaron con el tradicional cántico futbolero: "Vamos, vamos, Argentina; vamos, vamos, a ganar; que esta barra, quilombera; no te deja, no te deja de alentar...".

La delegación argentina está compuesta por 778 personas entre atletas, entrenadores y oficiales, informó el Comité Olímpico (COA), lo que la convierte en la más numerosa de la historia de los Juegos Panamericanos.

Los 553 deportistas que representarán al país tendrán participación en los 41 deportes que componen el calendario de Lima.

Los Juegos Panamericanos Lima-2019 fueron "solemnemente inaugurados" por el presidente de Perú, Martín Vizcarra, tras una imponente ceremonia que rindió tributo al pasado prehispánico del país y su riqueza gastronómica y musical.

"Bienvenidos sean todos ustedes a la mayor fiesta deportiva del continente. El Perú, tierra de grandes culturas y de una historia milenaria, los recibe con los brazos abiertos", dijo Vizcarra en el Estadio Nacional de Lima.

El pebetero panamericano fue encendido por Cecilia Tait, exjugadora de voleibol ganadora de medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl-1988, en un recorrido final en la que la llama pasó por las manos de figuras de la historia del deporte peruano como Edith Noeding y Lucha Fuentes.

El fuego panamericano subió por escalas una enorme montaña dorada en la cancha del estadio.

La edición XVIII de los Juegos Panamericanos cuenta con unos 6.700 deportistas de 41 países y territorios de América.

"Ya estamos listos y, ahora, juguemos todos", expresó en un discurso previo el presidente del comité organizador, Carlos Neuhaus.

Atletismo, fútbol, natación, boxeo y el resto de las 61 disciplinas de estos Juegos Panamericanos estuvieron representadas por artistas y bailarines en el campo de juego, entre otras coreografías que recorrieron las tradiciones del país y sus expresiones contemporáneas.

Esa fusión demandó al director creativo Francisco Negrín viajar por más de un año por los rincones del país. "Es una gran responsabilidad contar el Perú no solo al mundo, sino a los propios peruanos", dijo Negrín, quien formó para el diseño de las cuatro ceremonias (incluyendo las de los Juegos Parapanamericanos) un equipo con historiadores, coreógrafos, músicos y otros.

Detrás del espectáculo estuvo la productora italiana Balich Worldwide Shows, responsable de numerosos eventos similares, como en Rio de Janeiro-2016 o Turín-2006. La escala no es despreciable: la ceremonia inaugural de la tercera competencia multideportiva más grande del mundo tuvo unos 400 millones de telespectadores.

Unos 1.700 artistas en escena protagonizaron un "diálogo" entre las civilizaciones prehispánicas y el presente, en una representación presidida por la escenografía de los picos del Nevado de Pariacaca, ubicado en los Andes Centrales.

Una ofrenda a la Pacha Mama observada por mochileros que se toman selfis; alusiones a la reconocida gastronomía y tejidos locales, así como a la costa, la sierra y la selva, se mezclaron en el acto de apertura en el que sonó tanto la melodía de "El cóndor pasa" como "Despacito", de Luis Fonsi.

El estadio donde se realizó la ceremonia es una de una veintena de sedes desperdigadas por Lima y el puerto vecino de Callao, cuya construcción y puesta a punto demandó una inversión de 5.476 millones de soles (alrededor de 1.700 millones de dólares).

El presupuesto incluye la Villa Panamericana, un complejo de siete torres de 20 pisos en el sur de la ciudad, que después se destinarán a viviendas accesibles según las promesas.

El desafío del que las autoridades son conscientes es el tránsito caótico de Lima, de casi 10 millones de habitantes, y donde algunos proyectos de inversión han quedado enredados en el escándalo de corrupción de Odebrecht. La propuesta para que el caos no afecte a los 175.000 visitantes y locales participantes son carriles exclusivos para la movilidad relacionada con el evento.

Para enfrentar la inseguridad, otro gran problema de Perú, las autoridades desplegaron a 10.000 policías y 3.000 soldados.

La lucha por el podio continental

Por las próximas tres semanas, las miradas se posarán en atletas reconocidos como el luchador grecorromano cubano Mijain López; el velocista estadounidense Justin Gatlin; la saltadora colombiana Caterine Ibargüen Rojas y la judoca argentina Paula Pareto, por mencionar algunos de los destacados entre unos 6.700 deportistas participantes de 41 países y territorios de toda América.

"Los Panamericanos son la gran oportunidad para unir a las culturas de las Américas", dijo en la víspera el presidente del Comité Organizador, Carlos Neuhaus.

En el plano deportivo, sin embargo, se anticipa una batalla: con un medallero liderado históricamente por Estados Unidos, la competencia más reñida será por el segundo lugar, con Brasil, Cuba y Canadá como los candidatos más firmes, y Colombia perfilado para meterse en la lucha.

Desde el martes se pusieron en marcha deportes como vóley playa, balonmano, bowling y squash, pero las primeras preseas se entregarán este sábado en el maratón.

La agenda para el primer día del fin de semana incluye igualmente las primeras pruebas de gimnasia artística y el inicio del boxeo.


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