El policía juzgado por balear y dejar cuadripléjico a un joven dijo que disparó porque lo amenazaron

El efectivo de la ex Policía Metropolitana que comenzó a ser juzgado por balear y dejar cuadripléjico a un joven en un conventillo de La Boca en 2016 aseguró que disparó contra la víctima porque lo había amenazado y estaba armada, a pesar de que no se encontró arma alguna en su poder.

22 AGO 2019 - 18:28 | Actualizado

Los dichos del policía Ricardo Ayala (21), quien llegó libre al juicio, fueron incorporados por lectura y se remitieron a los pronunciados durante la instrucción de la causa, ya que hoy se abstuvo de declarar durante la primera audiencia del debate ante el Tribunal Oral Criminal 1, que lo juzga por la tentativa de homicidio de Lucas Cabello (24).

En aquel entonces, el efectivo aseguró que disparó luego de recibir amenazas verbales por parte de Cabello y verlo extraer "un arma plateada" con la que creyó que iba a tirarle.

Los dichos del policía se contradicen de plano con los del joven baleado y la evidencia obtenida durante la instrucción fiscal, que estableció que Ayala disparó contra Cabello una vez desde atrás cuando entró caminando al conventillo y luego otras dos cuando estaba en el suelo.

Cabello tampoco declaró en esta primera jornada del debate, a la que llegó acompañado por familiares y en silla de ruedas, ya que los disparos que recibió lo dejaron cuadripléjico.

Según la investigación del Ministerio Público Fiscal, el hecho ocurrió el 9 de noviembre de 2017, cerca de las 16, cuando el policía Ayala cumplía con la custodia de una familia que vivía en el conventillo de la calle Martín Rodríguez al 500, tal como le habían asignado.

De acuerdo a la versión del policía, en ese marco se cruzó con uno de los moradores del lugar, Cabello, quien ya lo había amenazado el día anterior con matarlo a él y a la familia que custodiaba.

Según Ayala, en ese momento optó por no entrar en la provocación y sólo le respondió en voz baja: "Tomátelas", aunque al día siguiente, cuando volvió a cruzárselo, Cabello reiteró sus amenazas y extrajo de su cintura un "arma plateada" con la cual lo apuntó.

El policía explicó que evaluó que Cabello estaba dispuesto a disparar y, que para preservar su seguridad y la de sus custodiados, desenfundó el arma reglamentaria y efectuó dos disparos, uno cuando se encontraba a no más de dos metros del joven y otro cuando comenzó a recular.

No obstante, durante la pesquisa se determinó que Cabello recibió tres disparos y no dos, mientras que nunca se encontró el "arma plateada" que Ayala aseguró que la víctima tenía.

De acuerdo a los estudios médicos, el joven baleado recibió un impacto en la espalda, entre la cuarta y quinta vértebra que lo dejó con secuelas permanentes; otro en un muslo y el tercero que lo hirió en el escroto, por lo que debieron extirparle un testículo.

Por su parte, Cabello, en la declaración que brindó el 15 de marzo de 2016, dijo que se encontró con Ayala en la puerta del conventillo y que éste con mucha hostilidad le dijo "¡metete adentro!".

Luego -continuó- cuando ingresó al lugar sintió "pasos fuertes" desde atrás y advirtió que eran del policía que iba con su arma en la mano, la que instantes después disparó.

La víctima dijo que después del primer tiro ya no pudo moverse, que los oídos comenzaron a zumbarle y que su pareja de aquel entonces lo auxilió y llamó a la ambulancia, que lo trasladó de urgencia al Hospital Argerich, donde lo asistieron.

Tras la lectura de su declaración, el TOC 1 escuchó a la madre de Cabello, Carolina Vila Lorenz, como primera testigo, quien llegó al lugar poco después de que su hijo fuera baleado.

La mujer recordó que en su vivienda se realizaron dos allanamientos en busca de armas pero que nunca encontraron nada porque "nunca hubo armas en la casa".

Al momento de elevar la causa a juicio, la fiscal de La Boca, Susana Calleja, y el fiscal Miguel Palazzani, entonces a cargo de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), consideraron que "no hay dudas" sobre la responsabilidad penal del policía Ayala en el ataque al joven.

Ahora la acusación está a cargo de la fiscal de juicio Irma García Netto, quien en los próximos días recibirá a nuevos testigos, junto con los abogados que representan a Cabello como querellante y el defensor del policía.

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22 AGO 2019 - 18:28

Los dichos del policía Ricardo Ayala (21), quien llegó libre al juicio, fueron incorporados por lectura y se remitieron a los pronunciados durante la instrucción de la causa, ya que hoy se abstuvo de declarar durante la primera audiencia del debate ante el Tribunal Oral Criminal 1, que lo juzga por la tentativa de homicidio de Lucas Cabello (24).

En aquel entonces, el efectivo aseguró que disparó luego de recibir amenazas verbales por parte de Cabello y verlo extraer "un arma plateada" con la que creyó que iba a tirarle.

Los dichos del policía se contradicen de plano con los del joven baleado y la evidencia obtenida durante la instrucción fiscal, que estableció que Ayala disparó contra Cabello una vez desde atrás cuando entró caminando al conventillo y luego otras dos cuando estaba en el suelo.

Cabello tampoco declaró en esta primera jornada del debate, a la que llegó acompañado por familiares y en silla de ruedas, ya que los disparos que recibió lo dejaron cuadripléjico.

Según la investigación del Ministerio Público Fiscal, el hecho ocurrió el 9 de noviembre de 2017, cerca de las 16, cuando el policía Ayala cumplía con la custodia de una familia que vivía en el conventillo de la calle Martín Rodríguez al 500, tal como le habían asignado.

De acuerdo a la versión del policía, en ese marco se cruzó con uno de los moradores del lugar, Cabello, quien ya lo había amenazado el día anterior con matarlo a él y a la familia que custodiaba.

Según Ayala, en ese momento optó por no entrar en la provocación y sólo le respondió en voz baja: "Tomátelas", aunque al día siguiente, cuando volvió a cruzárselo, Cabello reiteró sus amenazas y extrajo de su cintura un "arma plateada" con la cual lo apuntó.

El policía explicó que evaluó que Cabello estaba dispuesto a disparar y, que para preservar su seguridad y la de sus custodiados, desenfundó el arma reglamentaria y efectuó dos disparos, uno cuando se encontraba a no más de dos metros del joven y otro cuando comenzó a recular.

No obstante, durante la pesquisa se determinó que Cabello recibió tres disparos y no dos, mientras que nunca se encontró el "arma plateada" que Ayala aseguró que la víctima tenía.

De acuerdo a los estudios médicos, el joven baleado recibió un impacto en la espalda, entre la cuarta y quinta vértebra que lo dejó con secuelas permanentes; otro en un muslo y el tercero que lo hirió en el escroto, por lo que debieron extirparle un testículo.

Por su parte, Cabello, en la declaración que brindó el 15 de marzo de 2016, dijo que se encontró con Ayala en la puerta del conventillo y que éste con mucha hostilidad le dijo "¡metete adentro!".

Luego -continuó- cuando ingresó al lugar sintió "pasos fuertes" desde atrás y advirtió que eran del policía que iba con su arma en la mano, la que instantes después disparó.

La víctima dijo que después del primer tiro ya no pudo moverse, que los oídos comenzaron a zumbarle y que su pareja de aquel entonces lo auxilió y llamó a la ambulancia, que lo trasladó de urgencia al Hospital Argerich, donde lo asistieron.

Tras la lectura de su declaración, el TOC 1 escuchó a la madre de Cabello, Carolina Vila Lorenz, como primera testigo, quien llegó al lugar poco después de que su hijo fuera baleado.

La mujer recordó que en su vivienda se realizaron dos allanamientos en busca de armas pero que nunca encontraron nada porque "nunca hubo armas en la casa".

Al momento de elevar la causa a juicio, la fiscal de La Boca, Susana Calleja, y el fiscal Miguel Palazzani, entonces a cargo de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), consideraron que "no hay dudas" sobre la responsabilidad penal del policía Ayala en el ataque al joven.

Ahora la acusación está a cargo de la fiscal de juicio Irma García Netto, quien en los próximos días recibirá a nuevos testigos, junto con los abogados que representan a Cabello como querellante y el defensor del policía.


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