Trelew: obtenían sexo de menores a cambio de pegamento y cargas para celular

Ocurrió en 2016 en Trelew. Las víctimas fueron un grupo de 6 chicas de entre 11 y 17 años. Se escapaban del Hogar de Adolescentes y las encontraban en casa de dos hombres, que les ofrecían comida, alojamiento y alcohol. Fueron sentenciados a 4 años de cárcel por corrupción de menores.

25 AGO 2019 - 20:28 | Actualizado

Por Rolando Tobarez / @rtobarez

Un albañil y un mecánico fueron condenados a 4 años de prisión por corrupción de menores en Trelew. Se trata de Misael Israel Chávez Arias, alias “Misa”, y Daniel Amadeo Ñancul, alias “Gordo” y “Amadeo Pitt”. El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia consideró que abusaron de un grupo de 6 niñas y adolescentes de entre 11 y 17 años, todas con problemas de adicción y de sectores vulnerables de Trelew, con familias pobres y numerosas. Los condenados obtenían sexo a cambio de regalarles pegamento para aspirar, dinero, ropa, comida, salidas, alcohol y cargas en celulares.

Los jueces Nora María Teresa Cabrera de Monella, Enrique Guanziroli y Luis Giménez ordenaron decomisar la casa de Chávez, en Manzana 54, Lote Nº 1 de barrio Norte; y el taller de Ñancul, en Manzana 126 “B”, Lote 21 de calle Mukulis de Trelew.

El caso estalló en 2016 cuando la Fiscalía investigó varias denuncias por averiguación de paradero de menores y su presunta explotación sexual. La Brigada de Investigaciones detectó menores que coincidían en reiteradas fugas desde el Hogar de Adolescentes Mujeres. La mayoría eran halladas en la periferia del barrio Planta de Gas, o en casas de estos varones.

Se decidió allanar la vivienda de calle Mukulis. Todo estaba muy sucio. En una cama de dos plazas estaban acostadas, desnudas y tapadas con una frazada C.G.P. (14 años) y D.A.C (17 años) junto con Chávez. Los policías debieron usar la fuerza ya que el sujeto se negó a tirarse al piso.

Se secuestró una lata de Poxirán Fortex, celulares, el DNI de D.A.C., películas porno y gran cantidad de medicamentos. Había un colchón de una plaza en el suelo, con sábana y frazada. Ropas de mujer, celulares y toallas femeninas. Todo tirado en el piso porque no había armario. En el tacho de basura había cajas de vino.

Hubo otro procedimiento en la vivienda de barrio Norte. Estaba Ñancul en una cama matrimonial en calzoncillos. Escondida en un placard hallaron a P.B.A. (16 años). Se incautó una bolsita de nylon con pegamento y otra bolsa con una lata amarilla de 860 gramos de Poxirán. La nena gritó que era “Jale”. También un arma, celulares, mucha ropa femenina, gel íntimo y un preservativo.

Había papeles pegados en la heladera: “Mika…Sasha…y María…Amigas X 100pre” y “Pedir permiso no sembrar colilla de cigarrillos mantener la cama ordenada, orden, si ensucian limpian, reglas de Pitt”. También una carpeta, cartuchera y un cuaderno de comunicados.

La casita de material de Ñancul era de 4 metros por 3. Tenía un galponcito de chapa que usaba como taller de autos y un Fiat 147 azul para sacar a pasear a las menores por Trelew y los fines de semana llevarlas al boliche “Mil Demonios”, en Rawson, según quedó registrado en el expediente de la causa.

El caso pasó a la Justicia Federal de Rawson. Las menores –todas amigas- estaban en situación de vulnerabilidad y en situación de calle. Se fugaban seguido del Hogar de Niñas y Adolescentes. No tenían escolaridad. Algunas habían sufrido violencia sexual y tenían serios problemas de conducta, sin arraigo ni límites familiares.

Según el fallo, hubo favores sexuales con “prácticas prematuras y perversas para sus edades”. Tras cada escape, los propios vecinos le dijeron a la Policía que los “aguantaderos” eran la casa de Chávez y de un tal “Amadeo Pi” (sic). Vivían solos. “Lo saben casi todos los vecinos porque es muy evidente”, dice el fallo.

Hubo alertas previas de docentes de la Escuela 173 basados en pistas de los alumnos y operadores de los Centros de Atención Primaria de Salud, preocupados por la deserción escolar.

María Juana Mendoza, exdirectora del Hogar “Rincón de Luz”, admitió los escapes repetidos y las denuncias. Las chicas eran encontradas intoxicadas. Tanto, que necesitaban atención médica y hospitalaria.

En la pesquisa previa y al ser identificados, Chávez y Ñancul admitieron a la Policía que alojaban a las niñas “porque no tienen dónde ir, andan vagando por la noche; habitualmente almuerzan o cenan con ellos y a veces se quedan a dormir”. Se comunicaban con llamados, mensajes de texto, Facebook o ellas solas iban a las casas. En el caso de Chávez, “se notó nervioso ante varias preguntas”.

Cuando la Policía las buscaba solían escapar por la puerta trasera. Incluso una vez la menor D.C. al momento de restituirla al Hogar, tenía llave de la casa de Chávez “para ir cuando ella quisiera y con quien quiera, maniobra llamativa por ser una menor”.

Informes policiales detectaron cómo los imputados hablaban del “gasto de dinero que implican las pendejas” y del “olor a ´jale´ que hay en la habitación donde se encuentran las menores”.

Varias veces Chávez y Ñancul las llevaron y trajeron de “Mil Demonios” en sus vehículos “incentivando el consumo de alcohol, situaciones evidenciadas con fotos sacadas dentro del local”.

Las mismas chicas desafiaban a las autoridades. “Ni bien se retiraran del Hogar se iban a volver a escapar, no importándole nada porque en la calle estaban mejor y en el Hogar las hacían limpiar y las maltrataban; incluso vociferaban que ellas igual tenían techo y comida; decían que en el Hogar no podían estar las puertas cerradas con llave, y que eso había dicho la jueza”.#

“Poxi, Rivotril,merca y pepa”

Las chicas fueron entrevistadas por el Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata de Personas. Fue en el Hogar de Niñas y Adolescentes “Rincón de Luz”.

“D” contó que había empezado a consumir “poxi, pastillas, rivotril, faso, merca y pepa”. Chávez “fumaba faso y se daba con cositas en la nariz pero muy pocas veces porque tiene problemas de corazón”. Lo definió como “un amigo con el que me quedaba a dormir. Yo siempre iba, no me pegaba y comíamos todos los días”.

Por su parte, “E” explicó que a Chávez “en el barrio lo conocían como ´El Chileno´ (...) Una vez una amiga le ofreció ´prostituirme con Chávez a cambio de plata´ a lo que respondió en forma negativa, aunque algunas de sus amigas sí lo habían hecho”.

La entrevistada “F” reveló: “Me gusta el jale para olvidarme de los problemas. Me quedaba en lo de Amadeo porque sentía que alguien me prestaba atención, sabía escucharme, me daba consejos, nos cargaba crédito en el celular. Le tenía confianza”. No le gustaba quedarse con Chávez “porque hacía mucho frío”. Sobre “Mil Demonios” en Rawson refirió que “lo cerraron porque había menores”. Las mujeres entraban gratis y los varones pagaban la entrada. “Cuando Amadeo trabajaba y tenía plata me pagaba cervezas ahí”.

La niña “G” reveló que el grupo obtenía dinero para “poxi, pastillas, rivo, faso, merca, pepa”. Sobre Ñancul, “las chicas iban siempre a su casa. Dejé de ir porque estábamos requemados, todo el mundo se empezó a dar cuenta que íbamos ahí. Él estaba en pareja y cortó porque a su pareja le molestó que fuéramos todo el tiempo. Él consumía faso y alcohol”. En “Mil Demonios” no pagaban ingreso ni bebidas “a cambio de bailar en la tarima”.

Las profesionales detectaron mucha reticencia de las chicas para hablar de los hechos. Estaban enojadas por la difusión de sus fotos. Todas las instituciones que trabajaban con ellas les resultaban “agresivas”. No tenían figuras paternas ni maternas ni de referencia.

El fallo advirtió que “no debe investigarse a las menores víctimas de actos corruptores, no son ellas las culpables de nada, menos aún de su triste y miserable pasado, con carencias de todo tipo, sino de lo que se trata es de evitar que los adultos se aprovechen”. Los condenados “consideraron a las niñas una cosa que puede usarse, ofrecerse, y compartirse con otros”.

El TOF concluyó que Chávez y Ñancul “lograron que las menores acepten y mantengan como prácticas normales, relaciones sexuales con consumo de sustancias, con más de una persona al mismo tiempo, con intercambios de hombres y a cambio de algo que quieran”. Se generó “una sexualidad perversa, sometidas sin amor ni deseo, lo que implica una inaceptable cosificación”.

Fueron absueltos Aníbal Orihuela y Santos Ramón Coñuel.#

“Dormimostodos juntos yla pasé re bien”

Algunos mensajes de texto incluidos en la causa fueron pistas centrales para la condena: “Che, querés trío ja avisá”, “Se quedan las tres acá en mi cama, te enpresto una si querés, en un rato me acuesto, hoy es mi día las mejores minas acá con el Chávez ja”; “A las chicas que están en mi casa hace tres días hoy se van a Madryn”; “Viste que son todas así sino le das algo no quieren c…”; “Por ahí aparecen las pendejas y le mandamos fruta jajaja”. “¿Conseguiste un Viagra boludo? Una sola, tomamos la mitad cada uno y que se cague todo porque yo ando bien, viste, pero para darle con alma y vida”; “Yo a la negraza le voy a dar con todo, las dos un rato cada uno; le mandé una foto de ella que está durmiendo acá en la casa”.

Las escuchas telefónicas también revelaron buena parte de la trama de corrupción de menores en Trelew:

-Chávez: Mirá, es corta ¿va a venir a c… o no?

-D.C.: No sé, voy a ver.

-C: Acá estamos con el viejo, los dos tenemos ganas, ¿me entendés? Si vos andás con muchas vuelta ni subas no vengas, fue. Si querés venir vení, porque ya muchas vueltas al pedo.

-D.C.: Bueno, dale, ahora voy, espérenme.

Recomendación

-Chávez: Tranqui nomás, pero si te la recomiendo, es la mejor que todas.

-NN: Cuando vaya entonces...

-C: Sí, te la voy a presentar, parece una culebrita.

-NN: Jajajaj.

-C: Sí, vos sabés qué bien che…

-NN: Me imagino la chiquitita...

La Negra

-Chávez: Tengo la negra y otra más, están todas en la casa...

-NN: ¿Están en tu casa?

-C: Sí, dormimos todos juntos anoche, la pasé re bien boló.

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25 AGO 2019 - 20:28

Por Rolando Tobarez / @rtobarez

Un albañil y un mecánico fueron condenados a 4 años de prisión por corrupción de menores en Trelew. Se trata de Misael Israel Chávez Arias, alias “Misa”, y Daniel Amadeo Ñancul, alias “Gordo” y “Amadeo Pitt”. El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia consideró que abusaron de un grupo de 6 niñas y adolescentes de entre 11 y 17 años, todas con problemas de adicción y de sectores vulnerables de Trelew, con familias pobres y numerosas. Los condenados obtenían sexo a cambio de regalarles pegamento para aspirar, dinero, ropa, comida, salidas, alcohol y cargas en celulares.

Los jueces Nora María Teresa Cabrera de Monella, Enrique Guanziroli y Luis Giménez ordenaron decomisar la casa de Chávez, en Manzana 54, Lote Nº 1 de barrio Norte; y el taller de Ñancul, en Manzana 126 “B”, Lote 21 de calle Mukulis de Trelew.

El caso estalló en 2016 cuando la Fiscalía investigó varias denuncias por averiguación de paradero de menores y su presunta explotación sexual. La Brigada de Investigaciones detectó menores que coincidían en reiteradas fugas desde el Hogar de Adolescentes Mujeres. La mayoría eran halladas en la periferia del barrio Planta de Gas, o en casas de estos varones.

Se decidió allanar la vivienda de calle Mukulis. Todo estaba muy sucio. En una cama de dos plazas estaban acostadas, desnudas y tapadas con una frazada C.G.P. (14 años) y D.A.C (17 años) junto con Chávez. Los policías debieron usar la fuerza ya que el sujeto se negó a tirarse al piso.

Se secuestró una lata de Poxirán Fortex, celulares, el DNI de D.A.C., películas porno y gran cantidad de medicamentos. Había un colchón de una plaza en el suelo, con sábana y frazada. Ropas de mujer, celulares y toallas femeninas. Todo tirado en el piso porque no había armario. En el tacho de basura había cajas de vino.

Hubo otro procedimiento en la vivienda de barrio Norte. Estaba Ñancul en una cama matrimonial en calzoncillos. Escondida en un placard hallaron a P.B.A. (16 años). Se incautó una bolsita de nylon con pegamento y otra bolsa con una lata amarilla de 860 gramos de Poxirán. La nena gritó que era “Jale”. También un arma, celulares, mucha ropa femenina, gel íntimo y un preservativo.

Había papeles pegados en la heladera: “Mika…Sasha…y María…Amigas X 100pre” y “Pedir permiso no sembrar colilla de cigarrillos mantener la cama ordenada, orden, si ensucian limpian, reglas de Pitt”. También una carpeta, cartuchera y un cuaderno de comunicados.

La casita de material de Ñancul era de 4 metros por 3. Tenía un galponcito de chapa que usaba como taller de autos y un Fiat 147 azul para sacar a pasear a las menores por Trelew y los fines de semana llevarlas al boliche “Mil Demonios”, en Rawson, según quedó registrado en el expediente de la causa.

El caso pasó a la Justicia Federal de Rawson. Las menores –todas amigas- estaban en situación de vulnerabilidad y en situación de calle. Se fugaban seguido del Hogar de Niñas y Adolescentes. No tenían escolaridad. Algunas habían sufrido violencia sexual y tenían serios problemas de conducta, sin arraigo ni límites familiares.

Según el fallo, hubo favores sexuales con “prácticas prematuras y perversas para sus edades”. Tras cada escape, los propios vecinos le dijeron a la Policía que los “aguantaderos” eran la casa de Chávez y de un tal “Amadeo Pi” (sic). Vivían solos. “Lo saben casi todos los vecinos porque es muy evidente”, dice el fallo.

Hubo alertas previas de docentes de la Escuela 173 basados en pistas de los alumnos y operadores de los Centros de Atención Primaria de Salud, preocupados por la deserción escolar.

María Juana Mendoza, exdirectora del Hogar “Rincón de Luz”, admitió los escapes repetidos y las denuncias. Las chicas eran encontradas intoxicadas. Tanto, que necesitaban atención médica y hospitalaria.

En la pesquisa previa y al ser identificados, Chávez y Ñancul admitieron a la Policía que alojaban a las niñas “porque no tienen dónde ir, andan vagando por la noche; habitualmente almuerzan o cenan con ellos y a veces se quedan a dormir”. Se comunicaban con llamados, mensajes de texto, Facebook o ellas solas iban a las casas. En el caso de Chávez, “se notó nervioso ante varias preguntas”.

Cuando la Policía las buscaba solían escapar por la puerta trasera. Incluso una vez la menor D.C. al momento de restituirla al Hogar, tenía llave de la casa de Chávez “para ir cuando ella quisiera y con quien quiera, maniobra llamativa por ser una menor”.

Informes policiales detectaron cómo los imputados hablaban del “gasto de dinero que implican las pendejas” y del “olor a ´jale´ que hay en la habitación donde se encuentran las menores”.

Varias veces Chávez y Ñancul las llevaron y trajeron de “Mil Demonios” en sus vehículos “incentivando el consumo de alcohol, situaciones evidenciadas con fotos sacadas dentro del local”.

Las mismas chicas desafiaban a las autoridades. “Ni bien se retiraran del Hogar se iban a volver a escapar, no importándole nada porque en la calle estaban mejor y en el Hogar las hacían limpiar y las maltrataban; incluso vociferaban que ellas igual tenían techo y comida; decían que en el Hogar no podían estar las puertas cerradas con llave, y que eso había dicho la jueza”.#

“Poxi, Rivotril,merca y pepa”

Las chicas fueron entrevistadas por el Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata de Personas. Fue en el Hogar de Niñas y Adolescentes “Rincón de Luz”.

“D” contó que había empezado a consumir “poxi, pastillas, rivotril, faso, merca y pepa”. Chávez “fumaba faso y se daba con cositas en la nariz pero muy pocas veces porque tiene problemas de corazón”. Lo definió como “un amigo con el que me quedaba a dormir. Yo siempre iba, no me pegaba y comíamos todos los días”.

Por su parte, “E” explicó que a Chávez “en el barrio lo conocían como ´El Chileno´ (...) Una vez una amiga le ofreció ´prostituirme con Chávez a cambio de plata´ a lo que respondió en forma negativa, aunque algunas de sus amigas sí lo habían hecho”.

La entrevistada “F” reveló: “Me gusta el jale para olvidarme de los problemas. Me quedaba en lo de Amadeo porque sentía que alguien me prestaba atención, sabía escucharme, me daba consejos, nos cargaba crédito en el celular. Le tenía confianza”. No le gustaba quedarse con Chávez “porque hacía mucho frío”. Sobre “Mil Demonios” en Rawson refirió que “lo cerraron porque había menores”. Las mujeres entraban gratis y los varones pagaban la entrada. “Cuando Amadeo trabajaba y tenía plata me pagaba cervezas ahí”.

La niña “G” reveló que el grupo obtenía dinero para “poxi, pastillas, rivo, faso, merca, pepa”. Sobre Ñancul, “las chicas iban siempre a su casa. Dejé de ir porque estábamos requemados, todo el mundo se empezó a dar cuenta que íbamos ahí. Él estaba en pareja y cortó porque a su pareja le molestó que fuéramos todo el tiempo. Él consumía faso y alcohol”. En “Mil Demonios” no pagaban ingreso ni bebidas “a cambio de bailar en la tarima”.

Las profesionales detectaron mucha reticencia de las chicas para hablar de los hechos. Estaban enojadas por la difusión de sus fotos. Todas las instituciones que trabajaban con ellas les resultaban “agresivas”. No tenían figuras paternas ni maternas ni de referencia.

El fallo advirtió que “no debe investigarse a las menores víctimas de actos corruptores, no son ellas las culpables de nada, menos aún de su triste y miserable pasado, con carencias de todo tipo, sino de lo que se trata es de evitar que los adultos se aprovechen”. Los condenados “consideraron a las niñas una cosa que puede usarse, ofrecerse, y compartirse con otros”.

El TOF concluyó que Chávez y Ñancul “lograron que las menores acepten y mantengan como prácticas normales, relaciones sexuales con consumo de sustancias, con más de una persona al mismo tiempo, con intercambios de hombres y a cambio de algo que quieran”. Se generó “una sexualidad perversa, sometidas sin amor ni deseo, lo que implica una inaceptable cosificación”.

Fueron absueltos Aníbal Orihuela y Santos Ramón Coñuel.#

“Dormimostodos juntos yla pasé re bien”

Algunos mensajes de texto incluidos en la causa fueron pistas centrales para la condena: “Che, querés trío ja avisá”, “Se quedan las tres acá en mi cama, te enpresto una si querés, en un rato me acuesto, hoy es mi día las mejores minas acá con el Chávez ja”; “A las chicas que están en mi casa hace tres días hoy se van a Madryn”; “Viste que son todas así sino le das algo no quieren c…”; “Por ahí aparecen las pendejas y le mandamos fruta jajaja”. “¿Conseguiste un Viagra boludo? Una sola, tomamos la mitad cada uno y que se cague todo porque yo ando bien, viste, pero para darle con alma y vida”; “Yo a la negraza le voy a dar con todo, las dos un rato cada uno; le mandé una foto de ella que está durmiendo acá en la casa”.

Las escuchas telefónicas también revelaron buena parte de la trama de corrupción de menores en Trelew:

-Chávez: Mirá, es corta ¿va a venir a c… o no?

-D.C.: No sé, voy a ver.

-C: Acá estamos con el viejo, los dos tenemos ganas, ¿me entendés? Si vos andás con muchas vuelta ni subas no vengas, fue. Si querés venir vení, porque ya muchas vueltas al pedo.

-D.C.: Bueno, dale, ahora voy, espérenme.

Recomendación

-Chávez: Tranqui nomás, pero si te la recomiendo, es la mejor que todas.

-NN: Cuando vaya entonces...

-C: Sí, te la voy a presentar, parece una culebrita.

-NN: Jajajaj.

-C: Sí, vos sabés qué bien che…

-NN: Me imagino la chiquitita...

La Negra

-Chávez: Tengo la negra y otra más, están todas en la casa...

-NN: ¿Están en tu casa?

-C: Sí, dormimos todos juntos anoche, la pasé re bien boló.


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