Sandra Oyarzo es de El Bolsón (Río Negro) pero está residiendo en Lago Puelo, y pidió contar a través de este medio el hecho en el que fue muerto su hijo Mauricio Burgos. “Hace dos años que estoy pidiendo justicia. Brian y Karin Millao me lo asesinaron a piedrazos. Los condenaron a 12 años de prisión. Pero, están libres y quiero justicia para mi hijo”.
Mauricio tenía 26 años, y una noche se encontraba en un bar en El Bolsón, tenía 14.000 pesos por la venta de un auto, y para robarle ese dinero lo mataron. Sandra se preguntó “por qué están libres los asesinos de su hijo”, a la vez que denunció que andan robando. “No se qué espera la Justicia, ¿que me maten otro hijo o hagan una masacre?”.
Contó que vive a siete cuadras de los autores del homicidio, e insistió en el reclamo de que los Millao cumplan la pena efectiva, tal el fallo de la causa llevada a cabo en El Bolón. “Por eso vine a esta reunión de Estrellas Amarillas, para acompañar, y para pedir justicia”.
Otro caso es el de Matías Albornoz, asesinado hace tres años. Su padre Luis Albornoz, también asistió a las jornadas de Estrellas Amarillas, y recordó aquel “fatídico 13 de febrero de 2016”.
Relató que su hijo trabajaba de remisero en Lago Puelo, se realizó el juicio y hubo condena para los autores. “Pero -aseguró-nuestra vida no volvió a ser la misma”, expresó. Asimismo comentó que forma parte de una organización que se denomina “Justicia Comarca”, que reúne a familiares de víctimas de hechos violentos, para acompañarse y pedir justicia de manera inclaudicable.
Participó del evento por su hijo, y con el propósito de acompañar a familiares de víctimas de Esquel, entre ellas la familia del niño Lorenzo Rossi, un sonado caso sucedido en diciembre de 2017 en la ciudad. “Exigimos justicia y acompañamos estos movimientos, porque consideramos que se debe trabajar mucho en la prevención, y la Justicia debe actuar en tiempo y forma, porque los asesinos caminan libres, y la justicia destiempo no es justicia”.
Luis Albornoz enfatizó al tomar la palabra en “que los jueces sepan que buscamos un poco de sosiego ante tanto dolor, aunque la pérdida de un ser querido es una espina que llevamos clavada en el corazón por siempre”.
Sandra Oyarzo es de El Bolsón (Río Negro) pero está residiendo en Lago Puelo, y pidió contar a través de este medio el hecho en el que fue muerto su hijo Mauricio Burgos. “Hace dos años que estoy pidiendo justicia. Brian y Karin Millao me lo asesinaron a piedrazos. Los condenaron a 12 años de prisión. Pero, están libres y quiero justicia para mi hijo”.
Mauricio tenía 26 años, y una noche se encontraba en un bar en El Bolsón, tenía 14.000 pesos por la venta de un auto, y para robarle ese dinero lo mataron. Sandra se preguntó “por qué están libres los asesinos de su hijo”, a la vez que denunció que andan robando. “No se qué espera la Justicia, ¿que me maten otro hijo o hagan una masacre?”.
Contó que vive a siete cuadras de los autores del homicidio, e insistió en el reclamo de que los Millao cumplan la pena efectiva, tal el fallo de la causa llevada a cabo en El Bolón. “Por eso vine a esta reunión de Estrellas Amarillas, para acompañar, y para pedir justicia”.
Otro caso es el de Matías Albornoz, asesinado hace tres años. Su padre Luis Albornoz, también asistió a las jornadas de Estrellas Amarillas, y recordó aquel “fatídico 13 de febrero de 2016”.
Relató que su hijo trabajaba de remisero en Lago Puelo, se realizó el juicio y hubo condena para los autores. “Pero -aseguró-nuestra vida no volvió a ser la misma”, expresó. Asimismo comentó que forma parte de una organización que se denomina “Justicia Comarca”, que reúne a familiares de víctimas de hechos violentos, para acompañarse y pedir justicia de manera inclaudicable.
Participó del evento por su hijo, y con el propósito de acompañar a familiares de víctimas de Esquel, entre ellas la familia del niño Lorenzo Rossi, un sonado caso sucedido en diciembre de 2017 en la ciudad. “Exigimos justicia y acompañamos estos movimientos, porque consideramos que se debe trabajar mucho en la prevención, y la Justicia debe actuar en tiempo y forma, porque los asesinos caminan libres, y la justicia destiempo no es justicia”.
Luis Albornoz enfatizó al tomar la palabra en “que los jueces sepan que buscamos un poco de sosiego ante tanto dolor, aunque la pérdida de un ser querido es una espina que llevamos clavada en el corazón por siempre”.