“Tuve mejor trato en la cárcel que con examigos”

Gatica admitió que muchos conocidos ni lo visitaron cuando cayó detenido. “Mi círculo de amigos se redujo y uno cree que lo rodea gente de confianza”, aseguró. Piensa que el traumatólogo Juan Ignacio Blasco “tuvo pánico de ir preso” y cargó responsabilidad en organismos de control que lo querellan.

15 SEP 2019 - 19:43 | Actualizado

-Cuesta creer que recién en 2017 tuvo vínculo con Diego Correa…

-Me nombran síndico titular de Transpa en mayo de 2016. Uno no va a Casa de Gobierno porque quiere sino con un propósito. Empecé a ir porque el titular de las acciones era el gobernador. Esa Secretaria Privada la compartían Correa y Gonzalo Carpintero. No era funcionario público, me pagaba una sociedad anónima. Cuando arranca Mezeta, fue Carpintero, mi amigo íntimo desde chico, quien le presenta a Juan Blasco a Correa. Carpintero y Blasco estudiaron en Córdoba y tenían una relación. Yo estudié en Buenos Aires. Te digo más: en ese grupo compartía hasta el fiscal Omar Rodríguez. En octubre Correa me pregunta por una cesión de cuotas. Ya había prestado servicios a otras personas que fueron funcionarios teniendo empresas grandes y le facturaron al Estado, no es incompatible. Para que lo sea debe tener la mayoría de la toma de decisiones y una injerencia significativa. Esa tarea corresponde a los organismos de control, no a mí. No estoy en los escritorios de las empresas, no retiro pliegos, no estoy cuando invitan a una empresa a cotizar. Los estudios nos valemos de la información que nos da el cliente.

-Pero trabajó en el área social del Gobierno…

-No era amigo ni había compartido nunca absolutamente nada con Correa ni Diego Lüters ni ningún miembro de Dual Core y Sepat, ni ningún acto social ni político. Sólo era dueño del estudio que prestó servicio a estas empresas, dos clientes más del montón. Se tomaron el trabajo de aportar fotos de WhatsApp y de ver en las casas quién entraba y salía, y meterse en los Facebook de las esposas. No estoy en ningún lado. No milité políticamente ni estaba en cenas de nada. Me buscó el gobernador por mi trayectoria. Hubo mala intención de los fiscales. En su informe Walter Kobak ni siquiera fue él a relevar las propiedades. Le preguntaron cómo había hecho y dijo: “Con profesionales y referentes de la zona con los cuales tengo contacto”. ¿Se lo comunicó a los fiscales? Era una pericia, no una valuación privada donde uno no cuida lo jurídico. Ni siquiera se valió de informes escritos de profesionales de cada localidad. No sabía si los terrenos tenían servicios o cordón cuneta, no sabía nada. Una falta total de seriedad.

-¿Qué sintió al escuchar la declaración de Juan Blasco?

-La única explicación que encuentro es la psicosis que había. Cuando tengo el primer allanamiento ya direccionaban la responsabilidad al contador. Me colgaban en la plaza y les venía bárbaro a los fiscales. La única explicación lógica es el pánico de Blasco a que lo detuvieran, sin importar la inversión legal que haya hecho. Cuando ponían en los medios que me iban a detener yo estaba totalmente de los pelos. Fui su contador diez años, sabía sus movimientos económicos, era su amigo hace 30 años, no era un cliente que no conociera. Cuando uno es contador de una persona no entra a su casa. No te transformás en agente del FBI. Pero de un amigo uno sabe y si encima sos su contador, uno tiene un conocimiento completo. Por eso hablé de Tesla. Yo sabía qué era y me lo había ofrecido. Él era gerente. Yo no era el contador de Tesla pero sí de él. Conocía todo. Lo quería replicar en Rawson y Puerto Madryn. Realmente era un buen negocio y uno va viendo dónde invertir. La única lógica que encuentro es su miedo a perder su trayectoria como médico e ir preso. Mezeta fue un negocio que trajo un amigo y donde puse plata.

-¿Dejó de ser su amigo?

-Por supuesto. Mi estudio no era contador de ningún socio de Dual Core ni Sepat ni del apoderado ni de Correa ni de Lüters. El estudio fue allanado dos veces, se llevaron el backup entero digitalizado del servidor, mi computadora, los DVR, tenían toda la información para relevar. Mi estudio no prestó ningún servicio a ninguna persona física. Lo que hayan hecho o dejado de hacer no me consta ni tenía la forma ni tengo porqué; no sé quiénes eran sus contadores. Era contador de Blasco pero no de Tesla.

-¿Vinieron a verlo todos sus amigos?

-No, tiene que ver con cómo es la vida realmente. Uno cree estar rodeado de gente de confianza y amiga, y recién con estas situaciones ve realmente a quién tiene al lado y con quién puede contar y con quién no. La verdad es que mi círculo se redujo a lo ínfimo y el tiempo dirá. En algún momento lamentablemente voy a tener que empezar de cero sin que me dijeran en qué me equivoqué. Es lo más grave.

-Del grupo de amigos, ¿cuántos vinieron?

-La mitad. Es realmente muy difícil pero es darse cuenta de que uno creía que tenía amigos que quizás se acercaban para que uno lo ayudara. Ayudé a muchísima gente y amigos, a que entraran a trabajar en empresas. De mi grupo fui el primero en volver recibido y en ayudar a todos. Pero son elecciones de la vida.

-¿Hubo gente que lo sorprendió para bien?

-También, es lo más llamativo: gente con quien uno no tenía relación te diga: “Estoy para lo que necesites”, o llamar a mi esposa, un mensaje, saber que están. Es gente con quien ni me juntaba a comer, conocía de vista o compartir un ámbito lejano. Realmente me impresionó gente que no era amiga y que me dio una mano.

-¿Cómo sería arrancar de cero?

-No me queda otra y la verdad que no sé si podré volver a ejercer. Con el prestigio uno gana clientes y la confianza de empresas grandes. Después de esta mediatización de un año y medio, ¿quién me va a querer contratar? Ojalá que pase, pero si no tendré que hacer otra cosa y empezar a golpear puertas desde cero. Lamentablemente debí indemnizar a 12 personas porque destruyeron una empresa. Empleados con 16 años de antigüedad que están en la calle. No hay forma de recuperar eso.

-¿Cómo es su vida preso?

-Escuché que me habían robado el colchón o las zapatillas, la verdad es que jamás tuve ningún problema, nunca me agredieron, nunca nadie me sacó nada. Estuve desde abril de 2017 hasta el 11 de febrero de 2018 en el Centro de Detención con un pabellón de 15 personas, jamás tuve una situación fea, que alguien me amenace o me pida algo. Tuve mejor trato humano detenido que con examigos o gente que era amiga y no me vino ni a ver. Me trataron mejor que los que ni vinieron. Es un shock emocional muy difícil para la familia y más que nada para los hijos. Es muy duro, en un año mi hijo me vino a ver una sola vez.

-¿Qué incluye ese shock?

-Le bloquearon cosas bancarias y patrimoniales a mi papá, médico hace más de 30 años y viudo. Si le pasaba algo yo figuraba como su cotitular por si tenía que hacer trámites. Hoy sigue con bloqueos malintencionados. El daño que me hicieron a costa de lograr un mejor cartel y de sacarse una mejor foto no tiene dimensión. Es ilimitado porque las cosas de mi padre exceden lo que tiene que ver con lo mío. Le bloquearon hasta una sociedad a un hermano que ni vive ni Chubut.

-¿Qué pasa con los organismos de control?

-Debían verificar el patrimonio de estas personas, no un contador. Si todos estos organismos no accionan teniendo la legislación, no es problema del contador. Es grave institucionalmente que me quieran hacer cargo porque no funcionaron los organismos del Estado. Deberían revisar us procedimientos. Hay personas de esta causa que no presentaron sus DDJJ y nunca los intimaron. Es su deber, para eso están constituidos y tienen personal y estructura. La primera obligación del funcionario es presentarse voluntariamente. El organismo lo único que hace es guardarlo como si fuera cualquier papel. ¿No debería verificar lo que el funcionario dice tener? No me pueden delegar una carga pública que no me corresponde.

-¿O sea que querellantes como Fiscalía de Estado y Oficina Anticorrupción no actuaron?

-Exactamente. No tengo poder de policía. Las declaraciones se presentan en el Tribunal de Cuentas, que le rinde cuentas a Legislatura. Si un funcionario no presenta la DDJJ pedile la renuncia. No puedo hacerme cargo de algo que no me compete.

-¿Quién no lo presentó en esta causa?

-Las dos personas más importantes, Correa y Lüters, no presentaron las DDJJ. En el expediente hay una nota del Tribunal de Cuentas diciendo que tampoco los intimaron. ¿No deberían acusar también al Tribunal?, ¿qué tengo que ver yo?

-¿Cómo espera el fallo?

-Totalmente tranquilo. Confío en la justicia y deberían absolverme en base a los testimonios del juicio. No hice nada fuera de la ley. Esperé un año y medio para poder declarar en un marco de seguridad. Antes no tuve las garantías. Debí pasar por tres forenses para que me examinaran por la salud de mi hijo. El primero hizo un informe sin siquiera verme. El segundo era un clínico que hacía autopsias y me despachó en tres minutos. Recién el tercer forense especialista en psiquiatría, como corresponde, aplicó su criterio profesional para ver las cosas como un especialista en el tema y recién ahí se entendió el problema de mi hijo. Los fiscales decían que yo quería mejorar mis condiciones de detención. Quizás destruyan una familia, ¿Quién me garantiza cómo sale mi hijo de esto? No verificaron ningún papel. Es responsabilidad del juez de garantías, como verificar si el peligro de fuga está acreditado. Me tienen que encontrar con un pasaje de avión yéndome y sabiendo que me iban a detener. El juez debe garantizar el control de la documentación con la cual te acusan.

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15 SEP 2019 - 19:43

-Cuesta creer que recién en 2017 tuvo vínculo con Diego Correa…

-Me nombran síndico titular de Transpa en mayo de 2016. Uno no va a Casa de Gobierno porque quiere sino con un propósito. Empecé a ir porque el titular de las acciones era el gobernador. Esa Secretaria Privada la compartían Correa y Gonzalo Carpintero. No era funcionario público, me pagaba una sociedad anónima. Cuando arranca Mezeta, fue Carpintero, mi amigo íntimo desde chico, quien le presenta a Juan Blasco a Correa. Carpintero y Blasco estudiaron en Córdoba y tenían una relación. Yo estudié en Buenos Aires. Te digo más: en ese grupo compartía hasta el fiscal Omar Rodríguez. En octubre Correa me pregunta por una cesión de cuotas. Ya había prestado servicios a otras personas que fueron funcionarios teniendo empresas grandes y le facturaron al Estado, no es incompatible. Para que lo sea debe tener la mayoría de la toma de decisiones y una injerencia significativa. Esa tarea corresponde a los organismos de control, no a mí. No estoy en los escritorios de las empresas, no retiro pliegos, no estoy cuando invitan a una empresa a cotizar. Los estudios nos valemos de la información que nos da el cliente.

-Pero trabajó en el área social del Gobierno…

-No era amigo ni había compartido nunca absolutamente nada con Correa ni Diego Lüters ni ningún miembro de Dual Core y Sepat, ni ningún acto social ni político. Sólo era dueño del estudio que prestó servicio a estas empresas, dos clientes más del montón. Se tomaron el trabajo de aportar fotos de WhatsApp y de ver en las casas quién entraba y salía, y meterse en los Facebook de las esposas. No estoy en ningún lado. No milité políticamente ni estaba en cenas de nada. Me buscó el gobernador por mi trayectoria. Hubo mala intención de los fiscales. En su informe Walter Kobak ni siquiera fue él a relevar las propiedades. Le preguntaron cómo había hecho y dijo: “Con profesionales y referentes de la zona con los cuales tengo contacto”. ¿Se lo comunicó a los fiscales? Era una pericia, no una valuación privada donde uno no cuida lo jurídico. Ni siquiera se valió de informes escritos de profesionales de cada localidad. No sabía si los terrenos tenían servicios o cordón cuneta, no sabía nada. Una falta total de seriedad.

-¿Qué sintió al escuchar la declaración de Juan Blasco?

-La única explicación que encuentro es la psicosis que había. Cuando tengo el primer allanamiento ya direccionaban la responsabilidad al contador. Me colgaban en la plaza y les venía bárbaro a los fiscales. La única explicación lógica es el pánico de Blasco a que lo detuvieran, sin importar la inversión legal que haya hecho. Cuando ponían en los medios que me iban a detener yo estaba totalmente de los pelos. Fui su contador diez años, sabía sus movimientos económicos, era su amigo hace 30 años, no era un cliente que no conociera. Cuando uno es contador de una persona no entra a su casa. No te transformás en agente del FBI. Pero de un amigo uno sabe y si encima sos su contador, uno tiene un conocimiento completo. Por eso hablé de Tesla. Yo sabía qué era y me lo había ofrecido. Él era gerente. Yo no era el contador de Tesla pero sí de él. Conocía todo. Lo quería replicar en Rawson y Puerto Madryn. Realmente era un buen negocio y uno va viendo dónde invertir. La única lógica que encuentro es su miedo a perder su trayectoria como médico e ir preso. Mezeta fue un negocio que trajo un amigo y donde puse plata.

-¿Dejó de ser su amigo?

-Por supuesto. Mi estudio no era contador de ningún socio de Dual Core ni Sepat ni del apoderado ni de Correa ni de Lüters. El estudio fue allanado dos veces, se llevaron el backup entero digitalizado del servidor, mi computadora, los DVR, tenían toda la información para relevar. Mi estudio no prestó ningún servicio a ninguna persona física. Lo que hayan hecho o dejado de hacer no me consta ni tenía la forma ni tengo porqué; no sé quiénes eran sus contadores. Era contador de Blasco pero no de Tesla.

-¿Vinieron a verlo todos sus amigos?

-No, tiene que ver con cómo es la vida realmente. Uno cree estar rodeado de gente de confianza y amiga, y recién con estas situaciones ve realmente a quién tiene al lado y con quién puede contar y con quién no. La verdad es que mi círculo se redujo a lo ínfimo y el tiempo dirá. En algún momento lamentablemente voy a tener que empezar de cero sin que me dijeran en qué me equivoqué. Es lo más grave.

-Del grupo de amigos, ¿cuántos vinieron?

-La mitad. Es realmente muy difícil pero es darse cuenta de que uno creía que tenía amigos que quizás se acercaban para que uno lo ayudara. Ayudé a muchísima gente y amigos, a que entraran a trabajar en empresas. De mi grupo fui el primero en volver recibido y en ayudar a todos. Pero son elecciones de la vida.

-¿Hubo gente que lo sorprendió para bien?

-También, es lo más llamativo: gente con quien uno no tenía relación te diga: “Estoy para lo que necesites”, o llamar a mi esposa, un mensaje, saber que están. Es gente con quien ni me juntaba a comer, conocía de vista o compartir un ámbito lejano. Realmente me impresionó gente que no era amiga y que me dio una mano.

-¿Cómo sería arrancar de cero?

-No me queda otra y la verdad que no sé si podré volver a ejercer. Con el prestigio uno gana clientes y la confianza de empresas grandes. Después de esta mediatización de un año y medio, ¿quién me va a querer contratar? Ojalá que pase, pero si no tendré que hacer otra cosa y empezar a golpear puertas desde cero. Lamentablemente debí indemnizar a 12 personas porque destruyeron una empresa. Empleados con 16 años de antigüedad que están en la calle. No hay forma de recuperar eso.

-¿Cómo es su vida preso?

-Escuché que me habían robado el colchón o las zapatillas, la verdad es que jamás tuve ningún problema, nunca me agredieron, nunca nadie me sacó nada. Estuve desde abril de 2017 hasta el 11 de febrero de 2018 en el Centro de Detención con un pabellón de 15 personas, jamás tuve una situación fea, que alguien me amenace o me pida algo. Tuve mejor trato humano detenido que con examigos o gente que era amiga y no me vino ni a ver. Me trataron mejor que los que ni vinieron. Es un shock emocional muy difícil para la familia y más que nada para los hijos. Es muy duro, en un año mi hijo me vino a ver una sola vez.

-¿Qué incluye ese shock?

-Le bloquearon cosas bancarias y patrimoniales a mi papá, médico hace más de 30 años y viudo. Si le pasaba algo yo figuraba como su cotitular por si tenía que hacer trámites. Hoy sigue con bloqueos malintencionados. El daño que me hicieron a costa de lograr un mejor cartel y de sacarse una mejor foto no tiene dimensión. Es ilimitado porque las cosas de mi padre exceden lo que tiene que ver con lo mío. Le bloquearon hasta una sociedad a un hermano que ni vive ni Chubut.

-¿Qué pasa con los organismos de control?

-Debían verificar el patrimonio de estas personas, no un contador. Si todos estos organismos no accionan teniendo la legislación, no es problema del contador. Es grave institucionalmente que me quieran hacer cargo porque no funcionaron los organismos del Estado. Deberían revisar us procedimientos. Hay personas de esta causa que no presentaron sus DDJJ y nunca los intimaron. Es su deber, para eso están constituidos y tienen personal y estructura. La primera obligación del funcionario es presentarse voluntariamente. El organismo lo único que hace es guardarlo como si fuera cualquier papel. ¿No debería verificar lo que el funcionario dice tener? No me pueden delegar una carga pública que no me corresponde.

-¿O sea que querellantes como Fiscalía de Estado y Oficina Anticorrupción no actuaron?

-Exactamente. No tengo poder de policía. Las declaraciones se presentan en el Tribunal de Cuentas, que le rinde cuentas a Legislatura. Si un funcionario no presenta la DDJJ pedile la renuncia. No puedo hacerme cargo de algo que no me compete.

-¿Quién no lo presentó en esta causa?

-Las dos personas más importantes, Correa y Lüters, no presentaron las DDJJ. En el expediente hay una nota del Tribunal de Cuentas diciendo que tampoco los intimaron. ¿No deberían acusar también al Tribunal?, ¿qué tengo que ver yo?

-¿Cómo espera el fallo?

-Totalmente tranquilo. Confío en la justicia y deberían absolverme en base a los testimonios del juicio. No hice nada fuera de la ley. Esperé un año y medio para poder declarar en un marco de seguridad. Antes no tuve las garantías. Debí pasar por tres forenses para que me examinaran por la salud de mi hijo. El primero hizo un informe sin siquiera verme. El segundo era un clínico que hacía autopsias y me despachó en tres minutos. Recién el tercer forense especialista en psiquiatría, como corresponde, aplicó su criterio profesional para ver las cosas como un especialista en el tema y recién ahí se entendió el problema de mi hijo. Los fiscales decían que yo quería mejorar mis condiciones de detención. Quizás destruyan una familia, ¿Quién me garantiza cómo sale mi hijo de esto? No verificaron ningún papel. Es responsabilidad del juez de garantías, como verificar si el peligro de fuga está acreditado. Me tienen que encontrar con un pasaje de avión yéndome y sabiendo que me iban a detener. El juez debe garantizar el control de la documentación con la cual te acusan.


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