Elecciones en Israel con resultado y consecuencias impredecibles

Los israelíes están convocados a votar mañana en unas elecciones generales marcadas por las promesas de campaña que encienden la región del Medio Oriente, un virtual empate técnico en las encuestas y la consecuente dificultad de que los dos principales bloques políticos puedan formar gobierno.

16 SEP 2019 - 10:53 | Actualizado

Cerca de 6,4 millones están habilitados a votar en estas elecciones, las segundas en cinco meses, que se harán en una jornada de feriado con transporte público gratuito para que la población de mayor de edad pueda acceder fácilmente a las más de 10.000 urnas repartidas por el país y en asentamientos judíos en Jerusalén Este y en la Cisjordania ocupada.

Durante la jornada electoral, 18.000 policías, agentes de seguridad privada y voluntarios estarán desplegados en los puntos de votación, y agentes y unidades de paisano patrullarán los puntos electorales.

Benjamin Netanyahu, el político que más ha estado en el cargo de primer ministro, busca ser electo por quinta vez, por lo que llevó adelante una campaña que incluyó la desclasificación de material de inteligencia sobre Irán y la promesa de anexar territorios sobre el río Jordán, en la frontera con Jordania.

las encuestas indican que los principales bloques políticos, la derecha, ultraderecha y religiosos por un lado, encabezados por el Likud de Netanyahu, y centro e izquierda por otro, liderado por Azul y Blanco, de Beni Gantz, tendrán dificultades para formar gobierno con amplio apoyo, lo que abre la puerta a la posibilidad de un Ejecutivo de unidad.

El partido de Netanyahu tiene una leve ventaja que le otorgaría 33 bancas de las 120 del parlamento, mientras Gantz lo sigue de cerca con entre 32 y 33 bancas, de acuerdo a los sondeos.

Los partidos con los que el actual primer ministro pretende formar una coalición son el ultraderechista Yamina, que obtendría alrededor de 9 diputados, y los ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá, que conseguirían 7 cada uno.

De esta manera, Netanyahu alcanzaría alrededor de 55 escaños, seis menos de los 61 necesarios para tener mayoría simple en la cámara baja, algo que tampoco lograría en el caso de que el extremista Poder Judío (Otzma Yehudit) consiguiera entrar en el Parlamento y el primer ministro opte por incorporarlo a su eventual coalición.

Esta proyección empujó al primer ministro a dirigir su discurso a un segmento del electorado de derecha radical que puede resultar crucial en el momento de buscar mayoría parlamentaria, en particular de la ex ministra laica de Justicia, Ayelet Shaked, estrella en ascenso de la derecha ultranacionalista

En esta línea, Netanyahu, apodado "Bibi", prometió que si es reelegido anexará a Israel el valle del Jordán palestino, que abarca la parte oriental de la llamada "Area C" de Cisjordania, de gestión exclusiva israelí, según los Acuerdos de Oslo, con lo cual desató el unánime rechazo del mundo árabe.

Se trata de un territorio semidesértico, de unos 2.500 kilómetros cuadrados, habitado por unos 65.000 palestinos y 11.000 colonos judíos en varios asentamientos

El domingo, Netanyahu legalizó un asentamiento en la ocupada Cisjordania y lo presentó como un complemento de sus polémicas promesas de campaña, mientras las fracciones palestinas Al Fatah y Hamas tomaron el hecho como una declaración de guerra que impedirá cualquier intento de retomar el diálogo por la paz.

En medio del virtual empate entre los principales bloques políticos, la última palabra la podría tener Avigdor Liberman, ex ministro de Netanyahu y y referente del ultranacionalismo, quien con los diez escaños que le atribuyen las encuestas podría poseer las llaves de la gobernabilidad.

Luego de las próximas elecciones, Netanyahu deberá responder ante la Fiscalía por una acusación de soborno y fraude, además de tres casos de abuso de confianza.

16 SEP 2019 - 10:53

Cerca de 6,4 millones están habilitados a votar en estas elecciones, las segundas en cinco meses, que se harán en una jornada de feriado con transporte público gratuito para que la población de mayor de edad pueda acceder fácilmente a las más de 10.000 urnas repartidas por el país y en asentamientos judíos en Jerusalén Este y en la Cisjordania ocupada.

Durante la jornada electoral, 18.000 policías, agentes de seguridad privada y voluntarios estarán desplegados en los puntos de votación, y agentes y unidades de paisano patrullarán los puntos electorales.

Benjamin Netanyahu, el político que más ha estado en el cargo de primer ministro, busca ser electo por quinta vez, por lo que llevó adelante una campaña que incluyó la desclasificación de material de inteligencia sobre Irán y la promesa de anexar territorios sobre el río Jordán, en la frontera con Jordania.

las encuestas indican que los principales bloques políticos, la derecha, ultraderecha y religiosos por un lado, encabezados por el Likud de Netanyahu, y centro e izquierda por otro, liderado por Azul y Blanco, de Beni Gantz, tendrán dificultades para formar gobierno con amplio apoyo, lo que abre la puerta a la posibilidad de un Ejecutivo de unidad.

El partido de Netanyahu tiene una leve ventaja que le otorgaría 33 bancas de las 120 del parlamento, mientras Gantz lo sigue de cerca con entre 32 y 33 bancas, de acuerdo a los sondeos.

Los partidos con los que el actual primer ministro pretende formar una coalición son el ultraderechista Yamina, que obtendría alrededor de 9 diputados, y los ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá, que conseguirían 7 cada uno.

De esta manera, Netanyahu alcanzaría alrededor de 55 escaños, seis menos de los 61 necesarios para tener mayoría simple en la cámara baja, algo que tampoco lograría en el caso de que el extremista Poder Judío (Otzma Yehudit) consiguiera entrar en el Parlamento y el primer ministro opte por incorporarlo a su eventual coalición.

Esta proyección empujó al primer ministro a dirigir su discurso a un segmento del electorado de derecha radical que puede resultar crucial en el momento de buscar mayoría parlamentaria, en particular de la ex ministra laica de Justicia, Ayelet Shaked, estrella en ascenso de la derecha ultranacionalista

En esta línea, Netanyahu, apodado "Bibi", prometió que si es reelegido anexará a Israel el valle del Jordán palestino, que abarca la parte oriental de la llamada "Area C" de Cisjordania, de gestión exclusiva israelí, según los Acuerdos de Oslo, con lo cual desató el unánime rechazo del mundo árabe.

Se trata de un territorio semidesértico, de unos 2.500 kilómetros cuadrados, habitado por unos 65.000 palestinos y 11.000 colonos judíos en varios asentamientos

El domingo, Netanyahu legalizó un asentamiento en la ocupada Cisjordania y lo presentó como un complemento de sus polémicas promesas de campaña, mientras las fracciones palestinas Al Fatah y Hamas tomaron el hecho como una declaración de guerra que impedirá cualquier intento de retomar el diálogo por la paz.

En medio del virtual empate entre los principales bloques políticos, la última palabra la podría tener Avigdor Liberman, ex ministro de Netanyahu y y referente del ultranacionalismo, quien con los diez escaños que le atribuyen las encuestas podría poseer las llaves de la gobernabilidad.

Luego de las próximas elecciones, Netanyahu deberá responder ante la Fiscalía por una acusación de soborno y fraude, además de tres casos de abuso de confianza.


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