Por Ismael Tebes
Sebastián Díaz, Rilo de penal y Matías Vargas, por dos le aseguraron la vuelta al triunfo. La visita lo peleó hasta el final y murió, digno, en su ley.
Costó jugar y los volantes cobraron protagonismo, lejos de los arcos. El local “primereó” con un tiro cruzado y apenas desviado de Díaz y con una proyección de Jofré que dejó al ex Boxing de cara al gol y con Cottet fuera de foco. Cuando se acomodaron las piezas, Rácing dió buenas señales con Bartolomé Martínez siempre involucrado. El delantero se debatió a veces en soledad y cuando pudo, movió a los centrales con un par de aciertos.
El juego levantó casi por inercia, sin que tuviera un dueño. Y mientras la visita sufrió la salida del lesionado Bataller, dejaba escapar otra chance con Garay “enroscado” hasta perder un tiro factible.
CAI explotó los centros al área y desde ahí, llegó a la red a los 37 minutos. La armó por derecha Blas Sosa y Sebastián Díaz definió abajo con poste incluído para ganarle a la estirada del arquero.
El gol premió con exceso el momento del local que a la vuelta durmió en un lateral y permitió a Brian Castillo, irrumpir sin marca y con permiso para materializar el empate.
Lluvia de goles
En el segundo tiempo, el árbitro Maldonado pitó un penal por mano de Martínez y comenzó a ser protagonista. Hubo una lluvia de protestas que levantaron el termostato: Rilo cambió por gol y con un derechazo, aseguró el 2-1 desde los doce pasos.
Giordanella leyó cierta endeblez defensiva y algunas inseguridades de Grasso en el local. Por eso eligió un trío defensivo; metió seis córners consecutivos y decidió buscarlo, sintiendo que se podía con el pie de Rivadeneira y las subidas de Larreguy.
Pero Cottet sacó de la línea un cabezazo de Germán Martínez y enseguida, Blas Sosa redondeó su buena tarde con un pase lineal que Vargas definió en velocidad y de sobrepique, con clase, sobre la salida del arquero. Y trascartón, el mismo Vargas asociado con Sosa, le puso el moño a una maniobra generada por él. 4-1 a pura contra. El descuento, un infortunio de Jofré contra su propio valla, incorporó un signo de pregunta al final porque Racing jugó la heroica y lo perdió, asumiendo todos los riesgos que el fútbol a veces no recomienda.
No le faltó ambición y terminó resignando su invicto con valentía, yendo a buscar lo que ya parecía escrito, jugando con lealtad todas sus cartas.
La CAI de Comodoro tuvo en Benites, Blas Sosa –figura-, el debutante Izza (15 años) y el ingresado Matías Vargas a sus puntos más altos; cada uno contribuyendo a la causa desde su lugar y en función de una apuesta colectiva que ésta vez, no admite reproches.
Los goles estuvieron siempre ahí donde debían estar.#
Por Ismael Tebes
Sebastián Díaz, Rilo de penal y Matías Vargas, por dos le aseguraron la vuelta al triunfo. La visita lo peleó hasta el final y murió, digno, en su ley.
Costó jugar y los volantes cobraron protagonismo, lejos de los arcos. El local “primereó” con un tiro cruzado y apenas desviado de Díaz y con una proyección de Jofré que dejó al ex Boxing de cara al gol y con Cottet fuera de foco. Cuando se acomodaron las piezas, Rácing dió buenas señales con Bartolomé Martínez siempre involucrado. El delantero se debatió a veces en soledad y cuando pudo, movió a los centrales con un par de aciertos.
El juego levantó casi por inercia, sin que tuviera un dueño. Y mientras la visita sufrió la salida del lesionado Bataller, dejaba escapar otra chance con Garay “enroscado” hasta perder un tiro factible.
CAI explotó los centros al área y desde ahí, llegó a la red a los 37 minutos. La armó por derecha Blas Sosa y Sebastián Díaz definió abajo con poste incluído para ganarle a la estirada del arquero.
El gol premió con exceso el momento del local que a la vuelta durmió en un lateral y permitió a Brian Castillo, irrumpir sin marca y con permiso para materializar el empate.
Lluvia de goles
En el segundo tiempo, el árbitro Maldonado pitó un penal por mano de Martínez y comenzó a ser protagonista. Hubo una lluvia de protestas que levantaron el termostato: Rilo cambió por gol y con un derechazo, aseguró el 2-1 desde los doce pasos.
Giordanella leyó cierta endeblez defensiva y algunas inseguridades de Grasso en el local. Por eso eligió un trío defensivo; metió seis córners consecutivos y decidió buscarlo, sintiendo que se podía con el pie de Rivadeneira y las subidas de Larreguy.
Pero Cottet sacó de la línea un cabezazo de Germán Martínez y enseguida, Blas Sosa redondeó su buena tarde con un pase lineal que Vargas definió en velocidad y de sobrepique, con clase, sobre la salida del arquero. Y trascartón, el mismo Vargas asociado con Sosa, le puso el moño a una maniobra generada por él. 4-1 a pura contra. El descuento, un infortunio de Jofré contra su propio valla, incorporó un signo de pregunta al final porque Racing jugó la heroica y lo perdió, asumiendo todos los riesgos que el fútbol a veces no recomienda.
No le faltó ambición y terminó resignando su invicto con valentía, yendo a buscar lo que ya parecía escrito, jugando con lealtad todas sus cartas.
La CAI de Comodoro tuvo en Benites, Blas Sosa –figura-, el debutante Izza (15 años) y el ingresado Matías Vargas a sus puntos más altos; cada uno contribuyendo a la causa desde su lugar y en función de una apuesta colectiva que ésta vez, no admite reproches.
Los goles estuvieron siempre ahí donde debían estar.#