Aerogenerador construido en El Bolsón para una escuelita rural de Cushamen

La cara de los chicos fue impresionante al ver que tenían luz, la satisfacción en el alma de todos los que participamos es enorme. A las 7 salimos para Ranquil Huao.

Manos a la obra. Estudiantes del CCT7 de El Bolsón en apoyo de los chicos de la meseta chubutense
20 OCT 2019 - 19:58 | Actualizado

Participaron estudiantes de primero y segundo año, principalmente de Electricidad. En un día completo terminamos los trabajos, nos volvimos todos, excepto los chicos de segundo que se quedaron acampando. Fue una jornada hermosa”, reflejó ayer el profesor Gastón Palleiro, del Centro de Capacitación Técnica 7 de El Bolsón luego de instalar este sábado un aerogenerador en la escuela 60, perteneciente al ejido de Cushamen, que desde hace un mes se encuentra sin energía eléctrica debido a la rotura del equipo autónomo a combustible.

Acerca del origen del proyecto, Palleiro recordó que “hace un par de años tomamos contacto con la Fundación 500rpm, a cargo del programa de desarrollo rural con energía eólica, a través del aerogenerador Piggot con usos sociales. Este año conseguimos financiamiento para construir un molino en los talleres de nuestra escuela, destinado a esta humilde comunidad rural de la meseta chubutense”.

“Actualmente, si funciona el generador, tienen un costo de casi un millón de pesos anuales en combustible; además de limitar su uso ya que por las noches se apaga. Tampoco les permite tener una heladera para conservar los alimentos”, comparó.

“La directora y una auxiliar duermen allí. Se apaga el generador y andan con velas y muchas veces tienen que caminar 100 metros a oscuras o en la nieve para volver hasta el edificio. Uno se siente realmente reconfortado y feliz en poder ayudar a mejorar la calidad de vida de estos chicos y pobladores”, resumió el coordinador.

“Para finalizar el primer prototipo, trabajaron hasta los auxiliares hasta altas horas y también vinieron de la cooperativa de Epuyén y docentes de Junín de los Andes, siempre pensando en que podemos ser multiplicadores de esta propuesta tecnológica”, graficó.

Para completar el trabajo en Ranquil Huao, un grupo se dedicó al montaje del equipo y otro hizo una instalación eléctrica específica para energías renovables.

A su lado, Damián Planes (500rpm) explicó que “es un generador de baja potencia, basado en el diseño del ingeniero escocés Huge Piggot, concebido hace 40 años –con patente abierta- para que se desarrolle en todo el mundo con fines sociales. En medio, hubo varias modificaciones para mejorarlo”.

“Es una máquina con muy buena eficiencia y está diseñada para ser construida por gente sin experiencia previa y con materiales comunes, a un costo relativamente bajo a partir de los 3 mil dólares, además del equipamiento complementario. Hay modelos de hasta 4 metros de diámetro con 1kw de potencia, suficiente para abastecer a una casa”, subrayó.

“Como ONG tenemos varios tipos de proyectos y damos cursos de construcción que duran 48 horas. En una semana, entre varias personas, se puede terminar uno simple. A partir de ahora, el CCT7 está en condiciones de comenzar a replicar estos aerogeneradores, ya que aún hay muchos lugares que lo necesitan”, resaltó.

En consecuencia, el viernes comenzaron las charlas para los interesados en la propuesta. “Hay un manual muy completo, indicando el paso a paso y alcanza con las herramientas que tenemos en la escuela”, reveló Palleiro.

Mantenimiento

“Otro factor fundamental es lo simple de su mantenimiento –completó Planes-, estamos hablando de un equipo muy resistente. Tiene una torre rebatible, lo que implica no trabajar en altura. Con un vehículo, entre dos personas puedan bajar el aerogenerador, hacer las tareas y volver a subirlo.

“Como toda máquina, si no se le hace mantenimiento, en algún momento se va a romper. En este caso, consiste en engrasar dos caños, revisar que dos rulemanes no tengan juego y repasar el estado general de las piezas. Tiene un sistema de frenos electromagnético que es eterno”, resumió.

Juegos mapuches

La escuela 60 de Ranquil Huao, junto a otras del ejido de Cushamen (59 de Fofo Cahuel; 38 Policía Federal Argentina; Secundaria 7709; 69 Miguel Ñancuche Nahuelquir y 67 de Ñorquinco Sur), durante el mes de noviembre de cada año son sede de los Juegos Mapuches que proponen “rescatar las costumbres ancestrales para que la comunidad siga creciendo”, entre los que se incluye “la caza del choique” (los niños intentan bolear a un ñandú de madera recubierto con plumas), el palín o la chueca (una especie de partido de hockey que se juega con un palo curvo llamado wiño y una bocha llamada pali); sacarle la cola al zorro; la famosa cinchada y una correcaminata.

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20 OCT 2019 - 19:58

Participaron estudiantes de primero y segundo año, principalmente de Electricidad. En un día completo terminamos los trabajos, nos volvimos todos, excepto los chicos de segundo que se quedaron acampando. Fue una jornada hermosa”, reflejó ayer el profesor Gastón Palleiro, del Centro de Capacitación Técnica 7 de El Bolsón luego de instalar este sábado un aerogenerador en la escuela 60, perteneciente al ejido de Cushamen, que desde hace un mes se encuentra sin energía eléctrica debido a la rotura del equipo autónomo a combustible.

Acerca del origen del proyecto, Palleiro recordó que “hace un par de años tomamos contacto con la Fundación 500rpm, a cargo del programa de desarrollo rural con energía eólica, a través del aerogenerador Piggot con usos sociales. Este año conseguimos financiamiento para construir un molino en los talleres de nuestra escuela, destinado a esta humilde comunidad rural de la meseta chubutense”.

“Actualmente, si funciona el generador, tienen un costo de casi un millón de pesos anuales en combustible; además de limitar su uso ya que por las noches se apaga. Tampoco les permite tener una heladera para conservar los alimentos”, comparó.

“La directora y una auxiliar duermen allí. Se apaga el generador y andan con velas y muchas veces tienen que caminar 100 metros a oscuras o en la nieve para volver hasta el edificio. Uno se siente realmente reconfortado y feliz en poder ayudar a mejorar la calidad de vida de estos chicos y pobladores”, resumió el coordinador.

“Para finalizar el primer prototipo, trabajaron hasta los auxiliares hasta altas horas y también vinieron de la cooperativa de Epuyén y docentes de Junín de los Andes, siempre pensando en que podemos ser multiplicadores de esta propuesta tecnológica”, graficó.

Para completar el trabajo en Ranquil Huao, un grupo se dedicó al montaje del equipo y otro hizo una instalación eléctrica específica para energías renovables.

A su lado, Damián Planes (500rpm) explicó que “es un generador de baja potencia, basado en el diseño del ingeniero escocés Huge Piggot, concebido hace 40 años –con patente abierta- para que se desarrolle en todo el mundo con fines sociales. En medio, hubo varias modificaciones para mejorarlo”.

“Es una máquina con muy buena eficiencia y está diseñada para ser construida por gente sin experiencia previa y con materiales comunes, a un costo relativamente bajo a partir de los 3 mil dólares, además del equipamiento complementario. Hay modelos de hasta 4 metros de diámetro con 1kw de potencia, suficiente para abastecer a una casa”, subrayó.

“Como ONG tenemos varios tipos de proyectos y damos cursos de construcción que duran 48 horas. En una semana, entre varias personas, se puede terminar uno simple. A partir de ahora, el CCT7 está en condiciones de comenzar a replicar estos aerogeneradores, ya que aún hay muchos lugares que lo necesitan”, resaltó.

En consecuencia, el viernes comenzaron las charlas para los interesados en la propuesta. “Hay un manual muy completo, indicando el paso a paso y alcanza con las herramientas que tenemos en la escuela”, reveló Palleiro.

Mantenimiento

“Otro factor fundamental es lo simple de su mantenimiento –completó Planes-, estamos hablando de un equipo muy resistente. Tiene una torre rebatible, lo que implica no trabajar en altura. Con un vehículo, entre dos personas puedan bajar el aerogenerador, hacer las tareas y volver a subirlo.

“Como toda máquina, si no se le hace mantenimiento, en algún momento se va a romper. En este caso, consiste en engrasar dos caños, revisar que dos rulemanes no tengan juego y repasar el estado general de las piezas. Tiene un sistema de frenos electromagnético que es eterno”, resumió.

Juegos mapuches

La escuela 60 de Ranquil Huao, junto a otras del ejido de Cushamen (59 de Fofo Cahuel; 38 Policía Federal Argentina; Secundaria 7709; 69 Miguel Ñancuche Nahuelquir y 67 de Ñorquinco Sur), durante el mes de noviembre de cada año son sede de los Juegos Mapuches que proponen “rescatar las costumbres ancestrales para que la comunidad siga creciendo”, entre los que se incluye “la caza del choique” (los niños intentan bolear a un ñandú de madera recubierto con plumas), el palín o la chueca (una especie de partido de hockey que se juega con un palo curvo llamado wiño y una bocha llamada pali); sacarle la cola al zorro; la famosa cinchada y una correcaminata.


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