Quemaron la casa de un gobernador en una jornada de tensión creciente en Bolivia

Un grupo de personas incendió la vivienda del gobernador del departamento boliviano Oruro, Víctor Vásquez, a quien responsabilizaron por un ataque en una ruta, que dejó al menos 37 heridos, a una caravana opositora que se dirigía a La Paz.

10 NOV 2019 - 1:51 | Actualizado

Fue el punto más alto de una jornada de tensión creciente en la que la mayoría de la oposición rechazó una invitación del presidente Evo Morales a dialogar, las Fuerzas Armadas advirtieron que no intervendrán en la crisis y la Policía continuó amotinada y protestó en las calles.

La vivienda de Vásquez, ubicada en el sur de la ciudad de Oruro, fue quemada por manifestantes que protestaban en la plaza 10 de febrero, según el diario Página Siete.

Más temprano, el presidente del Comité Cívico de Potosí, Marco Pumari, responsabilizó a Vásquez por la emboscada de simpatizantes de Morales contra la caravana opositora.

"Hay una persona que denunció que esto lo ha preparado el gobernador de Oruro, ha indicado que se le ha pagado 50 bolivianos por cometer estos actos criminales en contra de la población boliviana", sostuvo Pumari.

“Nos han cercado, la gente del MAS estaba armada hasta los dientes, con piedras, hondas, palos, dinamita y hasta granadas de gas; destruyeron los buses y capturaron rehenes”, afirmó el presidente del Comité Cívico de Chuquisaca, Rodrigo Echalar.

Tras el ataque, los manifestantes se retiraron hasta Oruro, donde fueron identificadas al menos 37 personas atendidas en cuatro hospitales diferentes.

Mientras tanto, Morales convocó esta tarde a las tres fuerzas opositoras con representación parlamentaria a un diálogo "urgente" con “agenda abierta” a fin de "debatir para pacificar Bolivia".

Sin embargo, pocos minutos después, dos de esos partidos rechazaron la invitación.

“Le toca hoy, señor Evo Morales, tomar una decisión; su decisión es la que va a definir su propio destino y el destino de Bolivia; nosotros no tenemos nada que negociar con usted”, dijo en un video el ex presidente Carlos Mesa, segundo en la elección presidencial, en la que su partido ganó 50 bancas en la Cámara de Diputados y cuatro en el Senado.

“No vamos a participar en ese diálogo; este no es un problema solo de partidos, no es solo un conflicto entre políticos; hay una ciudadanía movilizada que clama por nuevas elecciones y eso no se puede obviar”, sostuvo el senador Oscar Ortiz, cuarto en la competencia presidencial y con nueve diputados y un senador electos.

En cambio, el surcoreano nacionalizado boliviano Chi Hyun Chung -tercero en la elección presidencial y con nueve bancas ganadas en Diputados- confirmó que asistirá a conversar con Morales, según el diario El Deber.

Asimismo, por primera vez desde que estallaron las protestas y tras descartarlo explícitamente en los días previos, Morales sugirió una eventual intervención militar para conjurar la crisis al pedir a las Fuerzas Armadas “preservar la nueva Bolivia” de los grupos que, según él, quieren dividir al país.

Pero las instituciones militares, “enmarcadas en la democracia y las leyes, garantizaremos la unión entre compatriotas, por lo que ratificamos que nunca nos enfrentaremos con el pueblo, al que nos debemos”, respondió el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general Williams Kaliman, en conferencia de prensa.

Kaliman advirtió que “los actuales problemas generados en el ámbito político deben ser solucionados en el marco de los más altos intereses de la patria antes de llegar a momentos irreversibles”.

Por otra parte, cientos de policías uniformados, acompañados por miles de civiles, marcharon por las calles paceñas hasta la catedral, mientras la prensa local reportó acuartelamientos o motines en las nueve capitales departamentales y en El Alto, la estratégica ciudad vecina a La Paz.

El primer motín estalló ayer por la tarde en Cochabamba. Medidas similares fueron registrándose en otras ciudades e incluso esta mañana alcanzó a efectivos del cordón de seguridad de la Casa Grande del Pueblo, la nueva sede del gobierno central.

En ese contexto, un gobernador, dos alcaldes de capitales departamentales, un senador electo y un embajador, todos pertenecientes al Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, anunciaron hoy que renunciaron a esos cargos, y uno de ellos, que también se sumaba a las protestas en la capital.

Se trata del gobernador de Potosí, Juan Carlos Cejas; los alcaldes de la capital homónima de ese departamento, Williams Cervantes, y de Sucre -capital judicial del país y de Chuquisaca-, Iván Arciénega; el senador electo potosino Orlando Careaga, y el embajador en Francia, general Gonzalo Durán.

Cervantes dijo además que iría a La Paz a sumarse a las protestas.

En tanto, dirigentes cívicos de Chuquisaca y Potosí denunciaron que una caravana de ómnibus con manifestantes fue atacada en una ruta, mientras se diría a La Paz para sumarse a la protestas.

10 NOV 2019 - 1:51

Fue el punto más alto de una jornada de tensión creciente en la que la mayoría de la oposición rechazó una invitación del presidente Evo Morales a dialogar, las Fuerzas Armadas advirtieron que no intervendrán en la crisis y la Policía continuó amotinada y protestó en las calles.

La vivienda de Vásquez, ubicada en el sur de la ciudad de Oruro, fue quemada por manifestantes que protestaban en la plaza 10 de febrero, según el diario Página Siete.

Más temprano, el presidente del Comité Cívico de Potosí, Marco Pumari, responsabilizó a Vásquez por la emboscada de simpatizantes de Morales contra la caravana opositora.

"Hay una persona que denunció que esto lo ha preparado el gobernador de Oruro, ha indicado que se le ha pagado 50 bolivianos por cometer estos actos criminales en contra de la población boliviana", sostuvo Pumari.

“Nos han cercado, la gente del MAS estaba armada hasta los dientes, con piedras, hondas, palos, dinamita y hasta granadas de gas; destruyeron los buses y capturaron rehenes”, afirmó el presidente del Comité Cívico de Chuquisaca, Rodrigo Echalar.

Tras el ataque, los manifestantes se retiraron hasta Oruro, donde fueron identificadas al menos 37 personas atendidas en cuatro hospitales diferentes.

Mientras tanto, Morales convocó esta tarde a las tres fuerzas opositoras con representación parlamentaria a un diálogo "urgente" con “agenda abierta” a fin de "debatir para pacificar Bolivia".

Sin embargo, pocos minutos después, dos de esos partidos rechazaron la invitación.

“Le toca hoy, señor Evo Morales, tomar una decisión; su decisión es la que va a definir su propio destino y el destino de Bolivia; nosotros no tenemos nada que negociar con usted”, dijo en un video el ex presidente Carlos Mesa, segundo en la elección presidencial, en la que su partido ganó 50 bancas en la Cámara de Diputados y cuatro en el Senado.

“No vamos a participar en ese diálogo; este no es un problema solo de partidos, no es solo un conflicto entre políticos; hay una ciudadanía movilizada que clama por nuevas elecciones y eso no se puede obviar”, sostuvo el senador Oscar Ortiz, cuarto en la competencia presidencial y con nueve diputados y un senador electos.

En cambio, el surcoreano nacionalizado boliviano Chi Hyun Chung -tercero en la elección presidencial y con nueve bancas ganadas en Diputados- confirmó que asistirá a conversar con Morales, según el diario El Deber.

Asimismo, por primera vez desde que estallaron las protestas y tras descartarlo explícitamente en los días previos, Morales sugirió una eventual intervención militar para conjurar la crisis al pedir a las Fuerzas Armadas “preservar la nueva Bolivia” de los grupos que, según él, quieren dividir al país.

Pero las instituciones militares, “enmarcadas en la democracia y las leyes, garantizaremos la unión entre compatriotas, por lo que ratificamos que nunca nos enfrentaremos con el pueblo, al que nos debemos”, respondió el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general Williams Kaliman, en conferencia de prensa.

Kaliman advirtió que “los actuales problemas generados en el ámbito político deben ser solucionados en el marco de los más altos intereses de la patria antes de llegar a momentos irreversibles”.

Por otra parte, cientos de policías uniformados, acompañados por miles de civiles, marcharon por las calles paceñas hasta la catedral, mientras la prensa local reportó acuartelamientos o motines en las nueve capitales departamentales y en El Alto, la estratégica ciudad vecina a La Paz.

El primer motín estalló ayer por la tarde en Cochabamba. Medidas similares fueron registrándose en otras ciudades e incluso esta mañana alcanzó a efectivos del cordón de seguridad de la Casa Grande del Pueblo, la nueva sede del gobierno central.

En ese contexto, un gobernador, dos alcaldes de capitales departamentales, un senador electo y un embajador, todos pertenecientes al Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, anunciaron hoy que renunciaron a esos cargos, y uno de ellos, que también se sumaba a las protestas en la capital.

Se trata del gobernador de Potosí, Juan Carlos Cejas; los alcaldes de la capital homónima de ese departamento, Williams Cervantes, y de Sucre -capital judicial del país y de Chuquisaca-, Iván Arciénega; el senador electo potosino Orlando Careaga, y el embajador en Francia, general Gonzalo Durán.

Cervantes dijo además que iría a La Paz a sumarse a las protestas.

En tanto, dirigentes cívicos de Chuquisaca y Potosí denunciaron que una caravana de ómnibus con manifestantes fue atacada en una ruta, mientras se diría a La Paz para sumarse a la protestas.


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