El juez de Trevelin reclamó que su hijo “Camilo” sea trasladado a la Argentina

Hugo Molares contó que su hijo Facundo tiene problemas renales y perdigones alojados en la cabeza. Y aclaró que ya no milita en las FARC. Sus problemas con la policía extranjera: “Nos dejaron 25 horas incomunicados con mi esposa”.

Padre e hijo. El juez Molares reclama un juicio justo para Facundo.
18 NOV 2019 - 20:50 | Actualizado

El padre de Facundo Molares Schoenfeld, el argentino hospitalizado en Bolivia en grave estado, contó en diario Perfil la situación de su hijo de 44 años y pidió resguardo para su salud. Hugo Molares es juez de Paz de Trevelin, donde muchos dicen tener una buena relación de vecinos con el funcionario, y otros aseguran que tienen una amistad. Pero nadie sabe nada desde su partida a Bolivia junto a su esposa Silvana Irene Reyes, madrastra de Facundo, alias “Camilo”. Todos optan por guardar silencio, a pesar de la insistencia por tener algún dato que aporte algo más.

Molares desmintió cualquier vinculación actual de su hijo con algún grupo guerrillero, y que haya sido herido. Aseguró que viajó a Bolivia como foto-reportero para una revista que difunde el Partido Comunista, publicación que dio a conocer que “Facundo milita en nuestro espacio político, y se encontraba realizando tareas de foto-reportero para la revista digital Centenario”.

Cuando tomaron conocimiento de que el exintegrante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se encontraba internado en Santa Cruz de la Sierra, el juez y su mujer salieron rápidamente para Bolivia, arribando el martes 12 de noviembre por la noche.

Detalles

En el hospital, “Camilo” estaba como NN. Hugo Molares pidió verlo, entró a la sala y estaba sin conocimiento, con un coma inducido, con respirador y sondas. El médico le explicó que su hijo tiene perdigones alojados en el cerebro pero que no eran recientes sino de vieja data. Pero le aclaró que el problema es que los riñones no le funcionan.

Sólo pudo permanecer junto a su hijo 15 minutos. Luego –le contó Molares a Perfil- salió a comprar medicamentos frente al nosocomio y cuando volvió se encontró con un vehículo y tres personas que se identifican como policías.

Le ordenaron que los acompañe a una Comisaría. “Tenía renuencia a acompañarlos y les decía cualquier declaración que quieran tomarme puedo darla acá, y me dijeron que no, que los tenía que acompañar”. No lo dejaron comunicarse ni con un amigo, ni el cónsul ni su abogado, y le sacaron el celular, quedando 25 horas incomunicados con su esposa. Los liberaron el miércoles 13 a las 22.

“Estaba muy preocupado por mi señora, por lo que me fui al aeropuerto y abordamos un avión. A mi hijo lo pude ver 15 minutos. Me impidieron todo tipo de contacto y de acercamiento”, relató el juez de Trevelin, aunque no dejó aclarado si el vuelo lo llevó a otro lugar de Bolivia, o lo trasladó a Argentina.

Facundo Molares sigue en coma inducido, y mientras sigue lo que pasa a través del cónsul argentino en Santa Cruz de la Sierra, Hugo Molares hace gestiones con el Centro de Estudios Legales y Sociales, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, La Cruz Roja Internacional, la Iglesia Católica, y también hará gestiones ante Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Confirmó que su hijo fue oficial de las FARC pero en 2017 entregó las armas y dejó toda actividad, en el marco de un proceso de paz homologado por Naciones Unidas. Siguió haciendo política como militante y el Partido Comunista de Argentina lo eligió para que sea foto-reportero de la Revista Centenario.

Por ese trabajo viajó a Bolivia. “Que quede claro que se retiró de Colombia y no volvió más a las armas”, reclamó Molares. “No es miembro del grupo guerrillero FARC disidente como se dijo”.

Integridad física

Acerca de nueve causas por las que lo requiere la Justicia de Colombia, el magistrado de Trevelin dijo que lo deberán probar y puso el acento en el pedido de protección a la integridad física de Facundo.

“La atención médica en Argentina puede ser mejor que la que recibe allá. Me gustaría que si evoluciona bien, pueda ser trasladado en un vuelo sanitario, y que prosiga la causa que tienen contra él en Bolivia. Para eso existen los abogados, los juicios y los procesos. Pero dentro del orden cívico y constitucional. Por ahora hay que esperar que la hemodiálisis haga efecto”, afirmó Molares en su entrevista con Perfil.

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Padre e hijo. El juez Molares reclama un juicio justo para Facundo.
18 NOV 2019 - 20:50

El padre de Facundo Molares Schoenfeld, el argentino hospitalizado en Bolivia en grave estado, contó en diario Perfil la situación de su hijo de 44 años y pidió resguardo para su salud. Hugo Molares es juez de Paz de Trevelin, donde muchos dicen tener una buena relación de vecinos con el funcionario, y otros aseguran que tienen una amistad. Pero nadie sabe nada desde su partida a Bolivia junto a su esposa Silvana Irene Reyes, madrastra de Facundo, alias “Camilo”. Todos optan por guardar silencio, a pesar de la insistencia por tener algún dato que aporte algo más.

Molares desmintió cualquier vinculación actual de su hijo con algún grupo guerrillero, y que haya sido herido. Aseguró que viajó a Bolivia como foto-reportero para una revista que difunde el Partido Comunista, publicación que dio a conocer que “Facundo milita en nuestro espacio político, y se encontraba realizando tareas de foto-reportero para la revista digital Centenario”.

Cuando tomaron conocimiento de que el exintegrante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se encontraba internado en Santa Cruz de la Sierra, el juez y su mujer salieron rápidamente para Bolivia, arribando el martes 12 de noviembre por la noche.

Detalles

En el hospital, “Camilo” estaba como NN. Hugo Molares pidió verlo, entró a la sala y estaba sin conocimiento, con un coma inducido, con respirador y sondas. El médico le explicó que su hijo tiene perdigones alojados en el cerebro pero que no eran recientes sino de vieja data. Pero le aclaró que el problema es que los riñones no le funcionan.

Sólo pudo permanecer junto a su hijo 15 minutos. Luego –le contó Molares a Perfil- salió a comprar medicamentos frente al nosocomio y cuando volvió se encontró con un vehículo y tres personas que se identifican como policías.

Le ordenaron que los acompañe a una Comisaría. “Tenía renuencia a acompañarlos y les decía cualquier declaración que quieran tomarme puedo darla acá, y me dijeron que no, que los tenía que acompañar”. No lo dejaron comunicarse ni con un amigo, ni el cónsul ni su abogado, y le sacaron el celular, quedando 25 horas incomunicados con su esposa. Los liberaron el miércoles 13 a las 22.

“Estaba muy preocupado por mi señora, por lo que me fui al aeropuerto y abordamos un avión. A mi hijo lo pude ver 15 minutos. Me impidieron todo tipo de contacto y de acercamiento”, relató el juez de Trevelin, aunque no dejó aclarado si el vuelo lo llevó a otro lugar de Bolivia, o lo trasladó a Argentina.

Facundo Molares sigue en coma inducido, y mientras sigue lo que pasa a través del cónsul argentino en Santa Cruz de la Sierra, Hugo Molares hace gestiones con el Centro de Estudios Legales y Sociales, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, La Cruz Roja Internacional, la Iglesia Católica, y también hará gestiones ante Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Confirmó que su hijo fue oficial de las FARC pero en 2017 entregó las armas y dejó toda actividad, en el marco de un proceso de paz homologado por Naciones Unidas. Siguió haciendo política como militante y el Partido Comunista de Argentina lo eligió para que sea foto-reportero de la Revista Centenario.

Por ese trabajo viajó a Bolivia. “Que quede claro que se retiró de Colombia y no volvió más a las armas”, reclamó Molares. “No es miembro del grupo guerrillero FARC disidente como se dijo”.

Integridad física

Acerca de nueve causas por las que lo requiere la Justicia de Colombia, el magistrado de Trevelin dijo que lo deberán probar y puso el acento en el pedido de protección a la integridad física de Facundo.

“La atención médica en Argentina puede ser mejor que la que recibe allá. Me gustaría que si evoluciona bien, pueda ser trasladado en un vuelo sanitario, y que prosiga la causa que tienen contra él en Bolivia. Para eso existen los abogados, los juicios y los procesos. Pero dentro del orden cívico y constitucional. Por ahora hay que esperar que la hemodiálisis haga efecto”, afirmó Molares en su entrevista con Perfil.


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