El Gobierno chino convoca al embajador norteamericano
China reaccionó hoy con dureza a la firma en Estados Unidos de dos proyectos de ley para proteger los derechos humanos en Hong Kong al convocar al embajador estadounidense en Beijing y advertir que la medida socavará la cooperación con Washington.
"Es una grave interferencia en los asuntos internos de China y una grave violación del derecho internacional", afirmó el viceministro de Relaciones Exteriores de China Le Yucheng, en su reunión con el embajador estadounidense en Beijing, Terry Branstad, según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Le calificó la medida de "acto hegemónico al desnudo" y exhortó a Washington a no implementar la ley para evitar un mayor daño a las relaciones entre los dos países.
La embajada estadounidense, por su parte, reafirmó la decisión de Trump con un comunicado en el que subrayó que "el Partido Comunista Chino debe cumplir sus promesas al pueblo de Hong Kong".
Estados Unidos "cree que la autonomía de Hong Kong, su adhesión al estado de derecho y su compromiso con la protección de las libertades civiles son clave para preservar su estatus especial bajo la ley estadounidense", agregó.
Las leyes estadounidenses sobre Hong Kong imponen sanciones a los funcionarios chinos y hongkoneses que cometan abusos contra los derechos humanos, exige una revisión anual de los acuerdos comerciales con el gigante asiático y prohíbe la exportación de cierto tipo de armamento a la policía de Hong Kong.
"Firmé estos proyectos de ley por respeto al presidente (chino) Xi (Jinping), China y al pueblo de Hong Kong", dijo Trump en un comunicado.
"Se promulgan con la esperanza de que los líderes y representantes de China y Hong Kong puedan resolver sus diferencias de manera amistosa, lo que conducirá a la paz y la prosperidad a largo plazo para todos", agregó el mandatario.
Los activistas celebraron la medida con una marcha pacífica de "Día de Acción de Gracias" que terminó con un nuevo episodio de tensión después de una semana de relativa calma.
La tensión surgió cuando agentes antidisturbios pidieron identificarse a dos jóvenes que se manifestaban, algo que fue interpretado como una provocación por los activistas y que desató que decenas de personas comenzaran a increpar a los uniformados.
La protesta finalmente se disolvió sin altercados ni detenidos pero fue una muestre de que cualquier chispa puede encender la llama.
El activista Joshua Wong, una de las figuras más conocidas de las manifestaciones, celebró que los derechos humanos hayan triunfado sobre los acuerdos comerciales y avisó que el objetivo es expandir el apoyo global haciendo que el Reino Unido y otras naciones hagan lo mismo.
Hong Kong es una antigua colonia británica que volvió a estar bajo el control de China en 1997 y que, bajo la fórmula "un país dos sistemas", goza de cierta autonomía en relación a otros territorios chinos.
Desde el inicio de las protestas hace seis meses, China ha advertido que terceros países están interviniendo para destruir la ciudad, un importante centro financiero mundial que viene sufriendo la paralización que generaron las manifestaciones.
El ex director ejecutivo de Hong Kong C.Y. Leung puso en duda las verdaderas intenciones de Estados Unidos, durante una charla con periodistas extranjeros.
Leung, señaló que los partidarios del proyecto de ley quizás "no han tenido en mente el interés de Hong Kong" y que usan la situación de crisis en la ciudad para golpear a Beijing.
China ha amenazado varias veces con tomar "contramedidas" y aunque nunca brindó detalles sobre cuales podrían ser se presume que estarían relacionadas con las negociaciones comerciales.
En su sesión informativa diaria, el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores chino, Geng Shuang, dijo que el apoyo de Trump a la legislación socavaría la "cooperación en áreas importantes".
Asimismo, Trump dijo anoche, en declaraciones con Fox News, que las protestas son un factor de complicación en las negociaciones comerciales.
Recientemente, ambos países habían expresado su confianza en seguir avanzando en un acuerdo preliminar para evitar seguir afectando a los fabricantes de ambas naciones con la guerra arancelaria.
"Es una grave interferencia en los asuntos internos de China y una grave violación del derecho internacional", afirmó el viceministro de Relaciones Exteriores de China Le Yucheng, en su reunión con el embajador estadounidense en Beijing, Terry Branstad, según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Le calificó la medida de "acto hegemónico al desnudo" y exhortó a Washington a no implementar la ley para evitar un mayor daño a las relaciones entre los dos países.
La embajada estadounidense, por su parte, reafirmó la decisión de Trump con un comunicado en el que subrayó que "el Partido Comunista Chino debe cumplir sus promesas al pueblo de Hong Kong".
Estados Unidos "cree que la autonomía de Hong Kong, su adhesión al estado de derecho y su compromiso con la protección de las libertades civiles son clave para preservar su estatus especial bajo la ley estadounidense", agregó.
Las leyes estadounidenses sobre Hong Kong imponen sanciones a los funcionarios chinos y hongkoneses que cometan abusos contra los derechos humanos, exige una revisión anual de los acuerdos comerciales con el gigante asiático y prohíbe la exportación de cierto tipo de armamento a la policía de Hong Kong.
"Firmé estos proyectos de ley por respeto al presidente (chino) Xi (Jinping), China y al pueblo de Hong Kong", dijo Trump en un comunicado.
"Se promulgan con la esperanza de que los líderes y representantes de China y Hong Kong puedan resolver sus diferencias de manera amistosa, lo que conducirá a la paz y la prosperidad a largo plazo para todos", agregó el mandatario.
Los activistas celebraron la medida con una marcha pacífica de "Día de Acción de Gracias" que terminó con un nuevo episodio de tensión después de una semana de relativa calma.
La tensión surgió cuando agentes antidisturbios pidieron identificarse a dos jóvenes que se manifestaban, algo que fue interpretado como una provocación por los activistas y que desató que decenas de personas comenzaran a increpar a los uniformados.
La protesta finalmente se disolvió sin altercados ni detenidos pero fue una muestre de que cualquier chispa puede encender la llama.
El activista Joshua Wong, una de las figuras más conocidas de las manifestaciones, celebró que los derechos humanos hayan triunfado sobre los acuerdos comerciales y avisó que el objetivo es expandir el apoyo global haciendo que el Reino Unido y otras naciones hagan lo mismo.
Hong Kong es una antigua colonia británica que volvió a estar bajo el control de China en 1997 y que, bajo la fórmula "un país dos sistemas", goza de cierta autonomía en relación a otros territorios chinos.
Desde el inicio de las protestas hace seis meses, China ha advertido que terceros países están interviniendo para destruir la ciudad, un importante centro financiero mundial que viene sufriendo la paralización que generaron las manifestaciones.
El ex director ejecutivo de Hong Kong C.Y. Leung puso en duda las verdaderas intenciones de Estados Unidos, durante una charla con periodistas extranjeros.
Leung, señaló que los partidarios del proyecto de ley quizás "no han tenido en mente el interés de Hong Kong" y que usan la situación de crisis en la ciudad para golpear a Beijing.
China ha amenazado varias veces con tomar "contramedidas" y aunque nunca brindó detalles sobre cuales podrían ser se presume que estarían relacionadas con las negociaciones comerciales.
En su sesión informativa diaria, el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores chino, Geng Shuang, dijo que el apoyo de Trump a la legislación socavaría la "cooperación en áreas importantes".
Asimismo, Trump dijo anoche, en declaraciones con Fox News, que las protestas son un factor de complicación en las negociaciones comerciales.
Recientemente, ambos países habían expresado su confianza en seguir avanzando en un acuerdo preliminar para evitar seguir afectando a los fabricantes de ambas naciones con la guerra arancelaria.