Lorenzo Pepe: “El gobierno de Macri fue cruel, perverso y todo lo que hizo fue premeditado”

El exlíder de los Ferroviarios, histórico dirigente del PJ y actual secretario general del Instituto Nacional Juan Domingo Perón, estuvo en Madryn invitado por Luz y Fuerza. Habló de su relación con “el General”, de lo que espera del mandato de Alberto Fernández y de los jóvenes.

30 NOV 2019 - 20:26 | Actualizado

Fue una enorme emoción, no esperaba una recepción tan acogedora y fraterna. Tuve una visión casi paternal porque la mayoría de los presentes era gente de mediana edad, muchos jóvenes y un grupo de mujeres de más de 35 compañeras”, dice Lorenzo Pepe, el histórico dirigente de los Ferroviarios y del peronismo, que a los 88 años se sigue emocionando por las ovaciones como las que tuvo el jueves en Puerto Madryn, cuando compartió una tarde del Congreso del Sindicato Regional de Luz y Fuerza de la Patagonia, que reunió a los delegados del gremio de las provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

En una entrevista con Cadena Tiempo y Jornada, Pepe habló de sus sensaciones al compartir estos momentos después de tantos años de trayectoria.

“Lo de Héctor (González), Juan Domingo (Espinoza) y Gustavo (Monesterolo, de la Fundación Patagonia Tercer Milenio), y lo de todos los compañeros de Luz y Fuerza fue gratísimo. Yo no hice nada más que relatar ante ellos episodios que me tocaron vivir. De mi visita en el exilio a Juan Domingo Perón. Luego en el Comité de Recepción el 17 de noviembre del 1972 cuando vuelve, tuve el gusto de pertenecer a un grupo reducido de compañeros congresales nacionales del PJ, lugar que ocupo desde siempre. El contacto con el General fue muy fructífero, aprendí mucho. Recuerdo que en un momento le dije ‘le vengo a contar’; él me dijo ‘yo le explico’. ¿Qué iba a explicarle a un hombre que sabía mucho más que yo? Me encontré con un hombre que conocía la realidad del país en un momento muy difícil, en el que rompimos el movimiento obrero, cuando estaba Ongania en el gobierno y llegamos a crear la CGT de los argentinos.

¿Cómo ve la Argentina que se viene?

Soy un hombre muy optimista. Creo que se inicia una gran etapa con Alberto Fernández y Cristina Kirchner, y en el caso de la provincia de Buenos Aires con Axel kicillof y Verónica Magario, que son garantía de que lo que viene va a ser mucho mejor y, además, superador de las grandes dificultades que ha dejado sembrado el macrismo a lo largo y ancho de la República.

¿Cómo analiza estos cuatro años de Mauricio Macri?

Las medidas que tomó su gobierno fueron terriblemente crueles. Golpearon en los flancos que más nos duelen. Se la agarraron con los pibitos minusválidos, mucho de ellos cerebrales, les quitaron la pensión familiar, algunos de ellos en sillas de ruedas. Y en la otra punta, a los viejos que tenían un mal oncológico, le quitaron las píldoras que se suponía que ayudan a ganar un poco más de días a la vida de quien sufre algún cáncer. La pifiaron dos veces: primero, la pérdida de la medicación que están obligados por ley a darla gratuitamente y sobre todo a las personas ancianas. Y por otro lado, la pérdida de la esperanza, porque el hombre o mujer mayor sabe que quien tiene un cáncer después de los 70 años difícilmente zafe de esa maldita enfermedad. De tal manera que fue cruel, perverso, y premeditado. Es algo que van a pagar cuando la historia analice esta etapa, se condenará duramente a este grupo de malvados a cargo del gobierno nacional porque ellos pensaron sólo para su grupo muy chico de ricachones, de gente con muchísimo dinero, que triplicaron sus ingresos. Tipos como Nicolás Dujovne, por ejemplo, que nadie sabe dónde está. Ellos hicieron todo meticulosamente, no había plomo que les entrara a estos tipos.

Usted tiene muchas anécdotas con Perón…

Algunas se las conté a los compañeros de Luz y Fuerza en la charla del otro día. Por ejemplo, narré las anécdotas del encuentro con el General en el exilio, los veintiún días que pasé con él, de las cinco de la tarde a las once y media de la noche todos los días. El significado de su particular abrazo. Fue en el año 1966, yo tenía 31 años y él, 70. Me llamó la atención porque me cuando me abrazaba apretaba mucho. Al final, el último día de estadía, le digo: ‘General, ¿por qué aprieta usted cuando abraza?’. Y Perón, un gran humanista, me respondió: ‘Es para que usted no se sienta solo’. Esa era y sigue siendo el significado del abrazo entre los peronistas. Miré usted, el peronista se da la mano la primera vez, cuando se conoce; después, nunca más. Después siempre va el abrazo. ¿Usted vio alguna vez a otro sector político que tenga esa costumbre? Perón me dijo que el abrazo era el más noble y fraterno de los actos entre dos seres humanos. Y yo creo muchos en eso.

¿Y qué más charlaba con el General?

Él solía decir ‘más vale persuadir que obligar’. Yo siempre fui un gran persuasivo y de hecho soy autor de leyes importantes que va desde la Universidad Nacional de 3 de Febrero a los Tribunales federales de mi distrito. Trabajé mucho, por ejemplo, el problema con las casas para los ferroviarios. Cuando el sistema se concesionó le iban a quitar las viviendas para hacer un gran negocio inmobiliario. Yo hice una ley que obligó al Estado a entregarles los títulos de propiedad a esos trabajadores.

¿Cómo están avanzando en estrechar lazos en el Instituto Nacional Juan Domingo Perón que usted dirige y el Sindicato de Luz y Fuerza y la Fundación Patagonia Tercer Milenio?

Hemos firmado un convenio de intercambio cultural. Nosotros brindaremos todo aquello que nos pidan alrededor de la figura de Perón o de Eva Perón, que si bien es cierto no existe un instituto que lleve el nombre de María Eva Duarte de Perón, yo tengo buena parte de la historia de Evita como compañera de Perón. No todo lo que hubiéramos deseado pero lo suficiente. De tal manera que todo esto es bueno trasladárselo a las nuevas generaciones para que sean ellos el presente y lo que necesitamos ahora. Pero que sean mucho mejores que nosotros. Yo, por ejemplo, empecé de muy chico, a los 17 años, en un apéndice de la central de la Unión Ferroviaria que tenía 100 mil afiliados, en el esplendor del ferrocarril.

¿Qué piensa de la figura de Alberto Fernández?

Hemos quedado como aislados los argentinos, con el despelote de Chile y el de Bolivia, el resultado de las elecciones en Uruguay, y con Jair Bolsonaro insultándonos todos los días. Se nos hace difícil pero tengo mucha confianza en la enorme fuerza que tiene nuestra ideología, así que nadie se va a atrever a avanzar sobre el derecho soberano que tenemos los argentinos de defender incluso a cuesta de nuestra vida. La última vez que estuve con Alberto Fernández fue hace días en el Partido de 3 de Febrero. Pero lo conocí en 1989. Yo trabajé mucho años haciendo seguros y un día se me venció la matrícula, tuve que ir a rendir y ahí estaba Alberto, que por aquellos años manejaba la Superintendencia de Seguros de la Nación. Yo especulé, como era diputado nacional, que me iba a dejar pasar el examen. Pero él, cuando fui a rendir, me dijo: ‘A mí me parece que es muy bueno que un diputado nacional dé el ejemplo, rinda el examen y cumpla con las leyes vigentes’. Y eso me marcó, ya se notaba que era un hombre que no hay cómo doblarlo cuando está convencido de que hay algo por hacer.

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30 NOV 2019 - 20:26

Fue una enorme emoción, no esperaba una recepción tan acogedora y fraterna. Tuve una visión casi paternal porque la mayoría de los presentes era gente de mediana edad, muchos jóvenes y un grupo de mujeres de más de 35 compañeras”, dice Lorenzo Pepe, el histórico dirigente de los Ferroviarios y del peronismo, que a los 88 años se sigue emocionando por las ovaciones como las que tuvo el jueves en Puerto Madryn, cuando compartió una tarde del Congreso del Sindicato Regional de Luz y Fuerza de la Patagonia, que reunió a los delegados del gremio de las provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

En una entrevista con Cadena Tiempo y Jornada, Pepe habló de sus sensaciones al compartir estos momentos después de tantos años de trayectoria.

“Lo de Héctor (González), Juan Domingo (Espinoza) y Gustavo (Monesterolo, de la Fundación Patagonia Tercer Milenio), y lo de todos los compañeros de Luz y Fuerza fue gratísimo. Yo no hice nada más que relatar ante ellos episodios que me tocaron vivir. De mi visita en el exilio a Juan Domingo Perón. Luego en el Comité de Recepción el 17 de noviembre del 1972 cuando vuelve, tuve el gusto de pertenecer a un grupo reducido de compañeros congresales nacionales del PJ, lugar que ocupo desde siempre. El contacto con el General fue muy fructífero, aprendí mucho. Recuerdo que en un momento le dije ‘le vengo a contar’; él me dijo ‘yo le explico’. ¿Qué iba a explicarle a un hombre que sabía mucho más que yo? Me encontré con un hombre que conocía la realidad del país en un momento muy difícil, en el que rompimos el movimiento obrero, cuando estaba Ongania en el gobierno y llegamos a crear la CGT de los argentinos.

¿Cómo ve la Argentina que se viene?

Soy un hombre muy optimista. Creo que se inicia una gran etapa con Alberto Fernández y Cristina Kirchner, y en el caso de la provincia de Buenos Aires con Axel kicillof y Verónica Magario, que son garantía de que lo que viene va a ser mucho mejor y, además, superador de las grandes dificultades que ha dejado sembrado el macrismo a lo largo y ancho de la República.

¿Cómo analiza estos cuatro años de Mauricio Macri?

Las medidas que tomó su gobierno fueron terriblemente crueles. Golpearon en los flancos que más nos duelen. Se la agarraron con los pibitos minusválidos, mucho de ellos cerebrales, les quitaron la pensión familiar, algunos de ellos en sillas de ruedas. Y en la otra punta, a los viejos que tenían un mal oncológico, le quitaron las píldoras que se suponía que ayudan a ganar un poco más de días a la vida de quien sufre algún cáncer. La pifiaron dos veces: primero, la pérdida de la medicación que están obligados por ley a darla gratuitamente y sobre todo a las personas ancianas. Y por otro lado, la pérdida de la esperanza, porque el hombre o mujer mayor sabe que quien tiene un cáncer después de los 70 años difícilmente zafe de esa maldita enfermedad. De tal manera que fue cruel, perverso, y premeditado. Es algo que van a pagar cuando la historia analice esta etapa, se condenará duramente a este grupo de malvados a cargo del gobierno nacional porque ellos pensaron sólo para su grupo muy chico de ricachones, de gente con muchísimo dinero, que triplicaron sus ingresos. Tipos como Nicolás Dujovne, por ejemplo, que nadie sabe dónde está. Ellos hicieron todo meticulosamente, no había plomo que les entrara a estos tipos.

Usted tiene muchas anécdotas con Perón…

Algunas se las conté a los compañeros de Luz y Fuerza en la charla del otro día. Por ejemplo, narré las anécdotas del encuentro con el General en el exilio, los veintiún días que pasé con él, de las cinco de la tarde a las once y media de la noche todos los días. El significado de su particular abrazo. Fue en el año 1966, yo tenía 31 años y él, 70. Me llamó la atención porque me cuando me abrazaba apretaba mucho. Al final, el último día de estadía, le digo: ‘General, ¿por qué aprieta usted cuando abraza?’. Y Perón, un gran humanista, me respondió: ‘Es para que usted no se sienta solo’. Esa era y sigue siendo el significado del abrazo entre los peronistas. Miré usted, el peronista se da la mano la primera vez, cuando se conoce; después, nunca más. Después siempre va el abrazo. ¿Usted vio alguna vez a otro sector político que tenga esa costumbre? Perón me dijo que el abrazo era el más noble y fraterno de los actos entre dos seres humanos. Y yo creo muchos en eso.

¿Y qué más charlaba con el General?

Él solía decir ‘más vale persuadir que obligar’. Yo siempre fui un gran persuasivo y de hecho soy autor de leyes importantes que va desde la Universidad Nacional de 3 de Febrero a los Tribunales federales de mi distrito. Trabajé mucho, por ejemplo, el problema con las casas para los ferroviarios. Cuando el sistema se concesionó le iban a quitar las viviendas para hacer un gran negocio inmobiliario. Yo hice una ley que obligó al Estado a entregarles los títulos de propiedad a esos trabajadores.

¿Cómo están avanzando en estrechar lazos en el Instituto Nacional Juan Domingo Perón que usted dirige y el Sindicato de Luz y Fuerza y la Fundación Patagonia Tercer Milenio?

Hemos firmado un convenio de intercambio cultural. Nosotros brindaremos todo aquello que nos pidan alrededor de la figura de Perón o de Eva Perón, que si bien es cierto no existe un instituto que lleve el nombre de María Eva Duarte de Perón, yo tengo buena parte de la historia de Evita como compañera de Perón. No todo lo que hubiéramos deseado pero lo suficiente. De tal manera que todo esto es bueno trasladárselo a las nuevas generaciones para que sean ellos el presente y lo que necesitamos ahora. Pero que sean mucho mejores que nosotros. Yo, por ejemplo, empecé de muy chico, a los 17 años, en un apéndice de la central de la Unión Ferroviaria que tenía 100 mil afiliados, en el esplendor del ferrocarril.

¿Qué piensa de la figura de Alberto Fernández?

Hemos quedado como aislados los argentinos, con el despelote de Chile y el de Bolivia, el resultado de las elecciones en Uruguay, y con Jair Bolsonaro insultándonos todos los días. Se nos hace difícil pero tengo mucha confianza en la enorme fuerza que tiene nuestra ideología, así que nadie se va a atrever a avanzar sobre el derecho soberano que tenemos los argentinos de defender incluso a cuesta de nuestra vida. La última vez que estuve con Alberto Fernández fue hace días en el Partido de 3 de Febrero. Pero lo conocí en 1989. Yo trabajé mucho años haciendo seguros y un día se me venció la matrícula, tuve que ir a rendir y ahí estaba Alberto, que por aquellos años manejaba la Superintendencia de Seguros de la Nación. Yo especulé, como era diputado nacional, que me iba a dejar pasar el examen. Pero él, cuando fui a rendir, me dijo: ‘A mí me parece que es muy bueno que un diputado nacional dé el ejemplo, rinda el examen y cumpla con las leyes vigentes’. Y eso me marcó, ya se notaba que era un hombre que no hay cómo doblarlo cuando está convencido de que hay algo por hacer.


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