Puerto Patriada, un punto de encuentro soñado

Para lugareños y turistas en pleno verano.

01 ENE 2020 - 20:58 | Actualizado

Noche cerrada y con mucho oleaje en el lago Epuyén. “Quintín” Hernández sintió los gritos pidiendo ayuda y no dudó en sacar el bote. Con grandes remadas pronto alcanzó a los náufragos y los llevó hasta la orilla, poniéndolos a salvo sin más herramientas que su propio instinto de supervivencia.

Anécdotas similares del pionero de Puerto Patriada recuerdan muchos pobladores de la región. Hoy su historia quedó reflejada en Puerto Quintín, un encantador lugar de la bahía que conserva su embarcación y abrió hace pocos días como un parador turístico que incluye cerveza artesanal, restó y proveeduría, además de una espacio para las bandas locales que ponen la música en los atardeceres incomparables de la cordillera chubutense.

A solo 14 kilómetros del pueblo de El Hoyo, dejando de lado la ruta nacional 40 y pasando el puente Salamín, comienza un camino de ripio (por estos días en excelentes condiciones) que atraviesa las chacras de Rincón de Lobos y llega a la margen noroeste del lago Epuyén, donde asoma en todo su esplendor la bahía de Puerto Patriada, uno de los lugares más bellos de nuestra Patagonia.

Este balneario –quizás el más recomendado por los lugareños-, ofrece amplias playas con arenas blancas y doradas y otras con pequeños guijarros que contrastan con la claridad y transparencia absoluta de las aguas siempre calmas. Ideal para gozar de un día relajado al sol, reunirse a la sombra de los árboles para hacer un picnic, tomar mate, leer o preparar un asado.

Todo el sector está protegido de los vientos, rodeado por enormes montañas de picos cubiertos por nieves eternas. Durante los días soleados es imposible resistir la tentación de un buen baño o practicar deportes acuáticos como kayak, stand up paddle, bote a remo, vela o recorrer la orilla haciendo pesca con mosca. Aquí está estrictamente prohibido el uso de motores en las embarcaciones, así que la paz y tranquilidad de los visitantes está garantizada. No existe servicio de bañero aunque la misma geografía no reviste mayor peligro para los veraneantes, más allá de las precauciones siempre necesarias con los niños.

Este atractivo turístico ofrece además varias alternativas en gastronomía y alojamiento: cabañas, restaurantes y cervecerías, campings, proveedurías y la posibilidad de disfrutar de un buen curanto o cordero al asador preparados por la propia junta vecinal.

El acceso cuesta $ 200 por auto para los visitantes ($100 para los residentes en la Comarca Andina y gratis para los vecinos de El Hoyo. Incluye estacionamiento).

Otra opción desde allí es caminar hasta la laguna Los Alerces o contratar una cabalgata por los alrededores, con miradores que ofrecen vistas espectaculares. “Este año se habilitó una picada de montaña, que sale desde la costa del lago y tiene distintos paradores, a través de un recorrido de una hora y media”, adelantó la secretaria de Turismo de El Hoyo, Mónica Smith.

Un capítulo aparte para la excursión en velero: “Todos tenemos un motivo para sentir al lago Epuyén como nuestro, vení y descubrí el tuyo”, propone el capitán Nicolás Bustingorry. Por estos días, imperdibles los atardeceres a bordo, viendo la caída del sol y disfrutando de una picadita y una copa de vino.

El zarpe previsto desde Puerto Patriada ofrece recorridos “de imponentes vistas de las costas acantiladas y las playas de arenas blancas, en una travesía llena de matices y susurros, pasando frente a la mística Piedra del Diablo y disfrutando del paisaje de maravillosos bosques de coihues y cipreses, con un mini trekking hasta la cascada Cinco Saltos”.

Con la fama de ser “Capital nacional de la fruta fina”, en las chacras cercanas se cultivan frambuesas, frutillas, grosellas, arándanos, corintos, cassis, cerezas y guindas, a las que se agregan las silvestres rosa mosqueta, sauco y maqui, que se utilizan para la elaboración de dulces, licores y envasados. Precisamente, desde el 10 al 12 de enero, la localidad de El Hoyo será sede de la 33° Fiesta Nacional de la Fruta Fina.

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01 ENE 2020 - 20:58

Noche cerrada y con mucho oleaje en el lago Epuyén. “Quintín” Hernández sintió los gritos pidiendo ayuda y no dudó en sacar el bote. Con grandes remadas pronto alcanzó a los náufragos y los llevó hasta la orilla, poniéndolos a salvo sin más herramientas que su propio instinto de supervivencia.

Anécdotas similares del pionero de Puerto Patriada recuerdan muchos pobladores de la región. Hoy su historia quedó reflejada en Puerto Quintín, un encantador lugar de la bahía que conserva su embarcación y abrió hace pocos días como un parador turístico que incluye cerveza artesanal, restó y proveeduría, además de una espacio para las bandas locales que ponen la música en los atardeceres incomparables de la cordillera chubutense.

A solo 14 kilómetros del pueblo de El Hoyo, dejando de lado la ruta nacional 40 y pasando el puente Salamín, comienza un camino de ripio (por estos días en excelentes condiciones) que atraviesa las chacras de Rincón de Lobos y llega a la margen noroeste del lago Epuyén, donde asoma en todo su esplendor la bahía de Puerto Patriada, uno de los lugares más bellos de nuestra Patagonia.

Este balneario –quizás el más recomendado por los lugareños-, ofrece amplias playas con arenas blancas y doradas y otras con pequeños guijarros que contrastan con la claridad y transparencia absoluta de las aguas siempre calmas. Ideal para gozar de un día relajado al sol, reunirse a la sombra de los árboles para hacer un picnic, tomar mate, leer o preparar un asado.

Todo el sector está protegido de los vientos, rodeado por enormes montañas de picos cubiertos por nieves eternas. Durante los días soleados es imposible resistir la tentación de un buen baño o practicar deportes acuáticos como kayak, stand up paddle, bote a remo, vela o recorrer la orilla haciendo pesca con mosca. Aquí está estrictamente prohibido el uso de motores en las embarcaciones, así que la paz y tranquilidad de los visitantes está garantizada. No existe servicio de bañero aunque la misma geografía no reviste mayor peligro para los veraneantes, más allá de las precauciones siempre necesarias con los niños.

Este atractivo turístico ofrece además varias alternativas en gastronomía y alojamiento: cabañas, restaurantes y cervecerías, campings, proveedurías y la posibilidad de disfrutar de un buen curanto o cordero al asador preparados por la propia junta vecinal.

El acceso cuesta $ 200 por auto para los visitantes ($100 para los residentes en la Comarca Andina y gratis para los vecinos de El Hoyo. Incluye estacionamiento).

Otra opción desde allí es caminar hasta la laguna Los Alerces o contratar una cabalgata por los alrededores, con miradores que ofrecen vistas espectaculares. “Este año se habilitó una picada de montaña, que sale desde la costa del lago y tiene distintos paradores, a través de un recorrido de una hora y media”, adelantó la secretaria de Turismo de El Hoyo, Mónica Smith.

Un capítulo aparte para la excursión en velero: “Todos tenemos un motivo para sentir al lago Epuyén como nuestro, vení y descubrí el tuyo”, propone el capitán Nicolás Bustingorry. Por estos días, imperdibles los atardeceres a bordo, viendo la caída del sol y disfrutando de una picadita y una copa de vino.

El zarpe previsto desde Puerto Patriada ofrece recorridos “de imponentes vistas de las costas acantiladas y las playas de arenas blancas, en una travesía llena de matices y susurros, pasando frente a la mística Piedra del Diablo y disfrutando del paisaje de maravillosos bosques de coihues y cipreses, con un mini trekking hasta la cascada Cinco Saltos”.

Con la fama de ser “Capital nacional de la fruta fina”, en las chacras cercanas se cultivan frambuesas, frutillas, grosellas, arándanos, corintos, cassis, cerezas y guindas, a las que se agregan las silvestres rosa mosqueta, sauco y maqui, que se utilizan para la elaboración de dulces, licores y envasados. Precisamente, desde el 10 al 12 de enero, la localidad de El Hoyo será sede de la 33° Fiesta Nacional de la Fruta Fina.


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