Llegó a la Antártida el velero de un ex combatiente de Malvinas

El ex combatiente de la guerra de Malvinas Nilo Navas y los otros cuatro tripulantes del velero “Galileo” cumplieron la primera parte de su travesía por los mares del sur al arribar “en perfecto estado” a la Isla Decepción de la Antártida Argentina, confirmaron hoy los propios expedicionarios.

13 ENE 2020 - 14:36 | Actualizado

Tras haber zarpado desde la ciudad de Ushuaia el 6 de enero, la embarcación liderada por el sobreviviente del hundimiento del Crucero General Belgrano atravesó el peligroso Pasaje de Drake navegando a vela la mayor parte del trayecto de 1.200 kilómetros.

Una vez en territorio antártico, el velero ingresó en el Mar de la Flota y ancló frente a la Isla Decepción, como primer destino de un periplo que incluye numerosas bases antárticas argentinas y extranjeras, entre ellas la Base Esperanza donde funciona la escuela argentina “Presidente Raúl Alfonsín”, considerada la más austral del país.

“Cruzamos el Drake aprovechando una muy buena ventana meteorológica. Tuvimos un solo día de vientos fuertes pero normales para estas latitudes, con olas de dos metros. Se podría decir que fue un cruce muy tranquilo”, resumió Navas en diálogo con Télam.

El ex combatiente contó que el momento “más emotivo” del viaje fue superar el Cabo de Hornos, y dejar atrás el final del continente americano.

“Estamos muy contentos. Hace mucho frío pero todavía no nos hemos encontrado con hielos flotantes, que eran uno de los motivos de preocupación. Estamos bien y felices”, agregó el contramaestre Mario Monserrat, otro de los miembros de la tripulación junto con el capitán Andrés Antonini, el piloto Damián Galera y el patrón navegante Matías Míguez.

Navas mencionó que al llegar frente a la Isla Decepción fondearon el velero, cenaron polenta y brindaron para festejar, y a la jornada siguiente desembarcaron en un bote para llegar a tierra después de la parte inicial de la travesía.

“Visitamos la caleta de balleneros, donde hace muchos años hubo un emprendimiento y todavía hay huesos de ballenas y restos de construcciones. La isla es increíble. Es un sitio volcánico repleto de fauna antártica donde en esta época no oscurece durante la noche”, relató el veterano de guerra.

También reveló que en la isla visitaron la base argentina que actualmente se encuentra cerrada, y después realizaron una caminata hasta llegar a la base española Gabriel de Castilla, donde fueron recibidos por la dotación.

“Fueron muy amables. Nos dieron aceite y nosotros les regalamos una botella de vino. También nos permitieron utilizar la señal de Wifi para realizar las primeras comunicaciones telefónicas desde nuestra llegada”, completó el líder de la expedición.

El Galileo continuará viaje en las próximas horas con la idea de visitar otras bases antárticas y la misión de “seguir dejando un mensaje de reafirmación de la soberanía en todo su territorio bicontinental”.

El velero también lleva a bordo una imagen de la Virgen de Luján que estaba entronizada en el “Monumento a los Caídos durante la Guerra” de la ciudad de Ushuaia, y que fue cedida por el Centro de Ex Combatientes de la capital fueguina para que recorra suelo antártico.

“Estamos bien. El barco se comportó de maravillas igual que la tripulación. El tiempo nos acompaña y nuestro ánimo está muy arriba. Esperemos seguir así”, se esperanzó Navas en su contacto desde la Isla Decepción.

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13 ENE 2020 - 14:36

Tras haber zarpado desde la ciudad de Ushuaia el 6 de enero, la embarcación liderada por el sobreviviente del hundimiento del Crucero General Belgrano atravesó el peligroso Pasaje de Drake navegando a vela la mayor parte del trayecto de 1.200 kilómetros.

Una vez en territorio antártico, el velero ingresó en el Mar de la Flota y ancló frente a la Isla Decepción, como primer destino de un periplo que incluye numerosas bases antárticas argentinas y extranjeras, entre ellas la Base Esperanza donde funciona la escuela argentina “Presidente Raúl Alfonsín”, considerada la más austral del país.

“Cruzamos el Drake aprovechando una muy buena ventana meteorológica. Tuvimos un solo día de vientos fuertes pero normales para estas latitudes, con olas de dos metros. Se podría decir que fue un cruce muy tranquilo”, resumió Navas en diálogo con Télam.

El ex combatiente contó que el momento “más emotivo” del viaje fue superar el Cabo de Hornos, y dejar atrás el final del continente americano.

“Estamos muy contentos. Hace mucho frío pero todavía no nos hemos encontrado con hielos flotantes, que eran uno de los motivos de preocupación. Estamos bien y felices”, agregó el contramaestre Mario Monserrat, otro de los miembros de la tripulación junto con el capitán Andrés Antonini, el piloto Damián Galera y el patrón navegante Matías Míguez.

Navas mencionó que al llegar frente a la Isla Decepción fondearon el velero, cenaron polenta y brindaron para festejar, y a la jornada siguiente desembarcaron en un bote para llegar a tierra después de la parte inicial de la travesía.

“Visitamos la caleta de balleneros, donde hace muchos años hubo un emprendimiento y todavía hay huesos de ballenas y restos de construcciones. La isla es increíble. Es un sitio volcánico repleto de fauna antártica donde en esta época no oscurece durante la noche”, relató el veterano de guerra.

También reveló que en la isla visitaron la base argentina que actualmente se encuentra cerrada, y después realizaron una caminata hasta llegar a la base española Gabriel de Castilla, donde fueron recibidos por la dotación.

“Fueron muy amables. Nos dieron aceite y nosotros les regalamos una botella de vino. También nos permitieron utilizar la señal de Wifi para realizar las primeras comunicaciones telefónicas desde nuestra llegada”, completó el líder de la expedición.

El Galileo continuará viaje en las próximas horas con la idea de visitar otras bases antárticas y la misión de “seguir dejando un mensaje de reafirmación de la soberanía en todo su territorio bicontinental”.

El velero también lleva a bordo una imagen de la Virgen de Luján que estaba entronizada en el “Monumento a los Caídos durante la Guerra” de la ciudad de Ushuaia, y que fue cedida por el Centro de Ex Combatientes de la capital fueguina para que recorra suelo antártico.

“Estamos bien. El barco se comportó de maravillas igual que la tripulación. El tiempo nos acompaña y nuestro ánimo está muy arriba. Esperemos seguir así”, se esperanzó Navas en su contacto desde la Isla Decepción.


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