Caso Sartaja: al único imputado que fue a juicio oral lo acusaron de quedarse con 270.000 pesos

Fiscalía dijo que Aristóbulo Villegas engañó al joven para vender una propiedad y usar el dinero con un viaje a Europa y gastos personales. Pidieron 400 horas comunitarias y 3 años de cárcel. El defensor advirtió: “Fuimos los únicos que no ofrecimos un peso de reparación porque no hay nada por reparar”.

24 FEB 2020 - 20:29 | Actualizado

Por Rolando Tobarez / @rtobarez

El fiscal Fabián Moyano pidió 3 años de cárcel y 400 horas de trabajo comunitario para Aristóbulo Villegas, imputado por estafa con captación de incapaz en perjuicio del joven Roberto Sartaja en Gaiman. En su alegato, el investigador solicitó que las horas gratis se cumplan en alguna área vinculada a la atención de la discapacidad o de la salud mental. Por su parte, el querellante Enrique Ferrera solicitó 5 años de prisión.

Villegas es el único acusado que en este expediente optó por ir a un juicio oral y público. Diego Armocida, el escribano Agustín Ojeda Ton y el abogado Daniel Hugo González fueron beneficiados con la suspensión del juicio a prueba. Todos estaban sospechados de una estafa multimillonaria a Sartaja, que heredó una fortuna de su madre Ana Fontana.

Según el fiscal Moyano, el joven ya había perdido gran parte de sus bienes cuando Villegas le ofreció una ayuda falsa. “Se abusó de su inexperiencia e incapacidad, prometiéndole una colaboración desinteresada en la administración de su bienes”. En lugar de auxiliarlo, le hizo firmar documentos que dañaron lo que quedaba del fabuloso patrimonio, como un poder y la designación de un nuevo abogado. Y lo convenció de vender una propiedad en Tello 445 de Gaiman, con planta baja, primer piso y un local al frente.

El comprador fue Osvaldo Puerta. Pagó $ 740.000: $ 150.000 en efectivo depositados por Villegas en una caja de ahorro en el Banco Galicia; $ 250.000 discriminados en $ 12.600 en efectivo y el resto depositados; $ 140.000 mediante la entrega de un Renault Master medio Furgón y $ 200.000 en 12 cuotas iguales, mensuales y sucesivas de $16.666,66 en 12 cheques.

Moyano alegó que Villegas usó varios de esos cheques en su beneficio canjeados y depositados en cuentas bancarias del norte del país. Y que puso a su nombre el O Km. ya que tras la operación, como apoderado retuvo los cheques que eran para Sartaja y para liberarlos le exigió al joven que firmara el formulario 08.

En la audiencia se detalló que el 11 de setiembre de 2012, se detectó una extracción de $ 75 mil de la cuenta conjunta de Sartaja/Villegas en el Galicia y minutos después, un depósito por la misma cifra pero en una cuenta que era exclusiva del imputado. Luego hizo un viaje de placer a España y Holanda –según Moyano- usando esa plata que había pagado Puerta y que era del joven, igual que la tarjeta de la cuenta compartida. Esos gastos aparecieron en los extractos. Disfrutó 20 días.

En octubre de 2016, Villegas habría depositado en su caja de ahorro uno de los cheques por $ 16 mil. Fiscalía incluso detectó una compra de combustible en Gobernador Costa.

“Hubo un enriquecimiento inmoral e ilegal –alegó el fiscal-. Villegas lo manipuló”. Antes de su “ayuda” al joven y de la venta, el hombre en su cuenta sólo contaba con $ 6 mil.

Moyano recordó que según las pericias, Sartaja tiene la mentalidad de un niño de 6 años. “Es extremadamente vulnerable, confiado, ingenuo e influenciable, sin amigos. Tiene una parálisis cerebral de nacimiento e irreversible y no puede decidir operaciones comerciales”.

Calificó como “repulsivo y deplorable” el accionar de Villegas. Es que el acusado conocía al joven y su incapacidad porque había sido inquilino de su madre. “Se aprovechó de su desesperación y como un cuervo, fue por lo poco que le quedaba para obtener un lucro indebido e ilegal”.

Para Moyano, el acusado “abultó su bolsillo con la plata de una persona incapaz donde vio la posibilidad de un rédito; fue un despojo inhumano”.

Cuando declaró, Villegas dijo que Sartaja “me decía papá y yo me derretía”. El fiscal aclaró: “Acá lo único que se derritió fueron sus propiedades”.

Lo acusó de quedarse con al menos $ 270 mil que le pertenecían a la víctima.

“La verdad que como administrador fue una gestión impecable y desde Europa se lo notó muy preocupado por los intereses de una persona incapaz”, ironizó Moyano.

Por su parte, Ferrera dijo que como tiene el desempeño de un niño de 6 años, Sartaja “no podría aprovechar una oferta en el shopping”. Y aseguró que el esquema fraudulento “estuvo preparado y todos se aprovecharon de él”. Es que Villegas “luego de la rúbrica del boleto de compra-venta, preparó la escritura para que se firmara a su vuelta de Europa. El chico no tenía ni idea de lo que había firmado”. El acusado depositó en su cuenta personal el primer cheque de la venta “sin justificación alguna”.

Ignacio Brito, defensor de Villegas, alegó la “orfandad probatoria” en el caso y dijo que la acusación “tiene muchas expresiones de deseo pero sin pruebas”.

“Parece que en este proceso nadie pudo advertir la incapacidad de Sartaja pero Villegas sí debió notarla”, subrayó. Insistió con que no está probado que su cliente haya sido quien transfirió plata de una cuenta a otra. “Siempre se manejó correctamente y todas las operaciones están a la vista. Fuimos los únicos que no ofrecimos un peso de reparación porque consideramos que no hay nada para reparar. ¿Cuál fue el lucro de una operación legal?”.

Valoró que la casa de Gaiman tenía un valor de mercado de $ 240 mil pero que por los oficios de Villegas, se vendió al triple.

Brito advirtió que el expediente tiene varias pericias médicas que no coinciden sobre la real capacidad del joven. “Ni siquiera fue a una escuela especial”, argumentó. Pidió la absolución. El veredicto del juez Gustavo Castro se conocería esta semana.#

Villegas: “No tengo nada de qué arrepentirme”

Aristóbulo Villegas declaró que “sufro una denuncia artera y falsa” y que “no tengo absolutamente nada de qué arrepentirme”. Y deslizó que Roberto Sartaja “dilapidó en fiestas y casinos; yo tendría que haber dejado que siga su camino”.

“Yo quería salvar la casa”, le dijo al juez, y sugirió que la víctima en el juicio simula no entender sobre negocios pero “es totalmente distinto” al Sartaja de todos los días. Villegas quiso seguir pero rápido de reflejos, su defensor le pidió silencio. #

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24 FEB 2020 - 20:29

Por Rolando Tobarez / @rtobarez

El fiscal Fabián Moyano pidió 3 años de cárcel y 400 horas de trabajo comunitario para Aristóbulo Villegas, imputado por estafa con captación de incapaz en perjuicio del joven Roberto Sartaja en Gaiman. En su alegato, el investigador solicitó que las horas gratis se cumplan en alguna área vinculada a la atención de la discapacidad o de la salud mental. Por su parte, el querellante Enrique Ferrera solicitó 5 años de prisión.

Villegas es el único acusado que en este expediente optó por ir a un juicio oral y público. Diego Armocida, el escribano Agustín Ojeda Ton y el abogado Daniel Hugo González fueron beneficiados con la suspensión del juicio a prueba. Todos estaban sospechados de una estafa multimillonaria a Sartaja, que heredó una fortuna de su madre Ana Fontana.

Según el fiscal Moyano, el joven ya había perdido gran parte de sus bienes cuando Villegas le ofreció una ayuda falsa. “Se abusó de su inexperiencia e incapacidad, prometiéndole una colaboración desinteresada en la administración de su bienes”. En lugar de auxiliarlo, le hizo firmar documentos que dañaron lo que quedaba del fabuloso patrimonio, como un poder y la designación de un nuevo abogado. Y lo convenció de vender una propiedad en Tello 445 de Gaiman, con planta baja, primer piso y un local al frente.

El comprador fue Osvaldo Puerta. Pagó $ 740.000: $ 150.000 en efectivo depositados por Villegas en una caja de ahorro en el Banco Galicia; $ 250.000 discriminados en $ 12.600 en efectivo y el resto depositados; $ 140.000 mediante la entrega de un Renault Master medio Furgón y $ 200.000 en 12 cuotas iguales, mensuales y sucesivas de $16.666,66 en 12 cheques.

Moyano alegó que Villegas usó varios de esos cheques en su beneficio canjeados y depositados en cuentas bancarias del norte del país. Y que puso a su nombre el O Km. ya que tras la operación, como apoderado retuvo los cheques que eran para Sartaja y para liberarlos le exigió al joven que firmara el formulario 08.

En la audiencia se detalló que el 11 de setiembre de 2012, se detectó una extracción de $ 75 mil de la cuenta conjunta de Sartaja/Villegas en el Galicia y minutos después, un depósito por la misma cifra pero en una cuenta que era exclusiva del imputado. Luego hizo un viaje de placer a España y Holanda –según Moyano- usando esa plata que había pagado Puerta y que era del joven, igual que la tarjeta de la cuenta compartida. Esos gastos aparecieron en los extractos. Disfrutó 20 días.

En octubre de 2016, Villegas habría depositado en su caja de ahorro uno de los cheques por $ 16 mil. Fiscalía incluso detectó una compra de combustible en Gobernador Costa.

“Hubo un enriquecimiento inmoral e ilegal –alegó el fiscal-. Villegas lo manipuló”. Antes de su “ayuda” al joven y de la venta, el hombre en su cuenta sólo contaba con $ 6 mil.

Moyano recordó que según las pericias, Sartaja tiene la mentalidad de un niño de 6 años. “Es extremadamente vulnerable, confiado, ingenuo e influenciable, sin amigos. Tiene una parálisis cerebral de nacimiento e irreversible y no puede decidir operaciones comerciales”.

Calificó como “repulsivo y deplorable” el accionar de Villegas. Es que el acusado conocía al joven y su incapacidad porque había sido inquilino de su madre. “Se aprovechó de su desesperación y como un cuervo, fue por lo poco que le quedaba para obtener un lucro indebido e ilegal”.

Para Moyano, el acusado “abultó su bolsillo con la plata de una persona incapaz donde vio la posibilidad de un rédito; fue un despojo inhumano”.

Cuando declaró, Villegas dijo que Sartaja “me decía papá y yo me derretía”. El fiscal aclaró: “Acá lo único que se derritió fueron sus propiedades”.

Lo acusó de quedarse con al menos $ 270 mil que le pertenecían a la víctima.

“La verdad que como administrador fue una gestión impecable y desde Europa se lo notó muy preocupado por los intereses de una persona incapaz”, ironizó Moyano.

Por su parte, Ferrera dijo que como tiene el desempeño de un niño de 6 años, Sartaja “no podría aprovechar una oferta en el shopping”. Y aseguró que el esquema fraudulento “estuvo preparado y todos se aprovecharon de él”. Es que Villegas “luego de la rúbrica del boleto de compra-venta, preparó la escritura para que se firmara a su vuelta de Europa. El chico no tenía ni idea de lo que había firmado”. El acusado depositó en su cuenta personal el primer cheque de la venta “sin justificación alguna”.

Ignacio Brito, defensor de Villegas, alegó la “orfandad probatoria” en el caso y dijo que la acusación “tiene muchas expresiones de deseo pero sin pruebas”.

“Parece que en este proceso nadie pudo advertir la incapacidad de Sartaja pero Villegas sí debió notarla”, subrayó. Insistió con que no está probado que su cliente haya sido quien transfirió plata de una cuenta a otra. “Siempre se manejó correctamente y todas las operaciones están a la vista. Fuimos los únicos que no ofrecimos un peso de reparación porque consideramos que no hay nada para reparar. ¿Cuál fue el lucro de una operación legal?”.

Valoró que la casa de Gaiman tenía un valor de mercado de $ 240 mil pero que por los oficios de Villegas, se vendió al triple.

Brito advirtió que el expediente tiene varias pericias médicas que no coinciden sobre la real capacidad del joven. “Ni siquiera fue a una escuela especial”, argumentó. Pidió la absolución. El veredicto del juez Gustavo Castro se conocería esta semana.#

Villegas: “No tengo nada de qué arrepentirme”

Aristóbulo Villegas declaró que “sufro una denuncia artera y falsa” y que “no tengo absolutamente nada de qué arrepentirme”. Y deslizó que Roberto Sartaja “dilapidó en fiestas y casinos; yo tendría que haber dejado que siga su camino”.

“Yo quería salvar la casa”, le dijo al juez, y sugirió que la víctima en el juicio simula no entender sobre negocios pero “es totalmente distinto” al Sartaja de todos los días. Villegas quiso seguir pero rápido de reflejos, su defensor le pidió silencio. #


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