Crecen los combates entre Turquía y Siria y cada vez hay más civiles desplazados

Los combates entre Turquía y del Ejército sirio se multiplicaron hoy en Idleb, uno de los últimos bastiones opositores en el noroeste de Siria, con un saldo de dos soldados turcos muertos y una crisis humanitaria cada vez peor con más de un millón y medio de civiles desplazados de sus hogares y los campamentos en los que vivían.

05 MAR 2020 - 10:10 | Actualizado

El Ministerio de Defensa turco informó sobre las bajas en el ataque en el que también resultaron heridos otros seis soldados en los constantes enfrentamientos en uno de los últimos bastiones opositores en el largo conflicto armado en Siria, que la semana que viene entra en su noveno año.

En medio de esta escalada militar, el Observatorio Nacional de Derechos Humanos en Siria informó que, de acuerdo a cifras de la ONU, un millón y medio de civiles fueron desplazados por los ataques y la violencia en general en los últimos tres meses en la región de Idleb.

El 60% de los desplazados por estos combates son niños y el 20%, mujeres, según informó la agencia de noticias Ansa.

Turquía envió miles de soldados al noroeste de Siria para apoyar a milicias insurgentes islamistas, pero no ha podido detener una ofensiva del gobierno sirio respaldada por Rusia para retomar la provincia de Idleb.

El ataque de hoy en el que murieron los dos soldados turcos se produjo horas antes de que el presidente Recep Tayyip Erdogan emprendiera un viaje oficial a Moscú, donde, según adelantó, tiene como objetivo negociar un alto el fuego en Siria con el su par Vladimir Putin.

Turquía y Rusia son las dos principales potencias extranjeras en el norte de Siria y cada una apoya a una de las partes rivales en el conflicto, que el próximo miércoles cumplirá nueve años.

"Esperamos alcanzar una visión compartida de la causa de la crisis actual, sus consecuencias y acordar un conjunto de medidas para superarla", dijo el portavoz presidencial ruso Dmitry Peskov sobre la próxima reunión.

Las autoridades rusas responsabilizan a Turquía por el colapso de un acuerdo de alto el fuego alcanzado en Sochi, Rusia, en 2018.

Según Moscú, Ankara no ha cumplido el acuerdo porque no frenó a los milicianos opositores que continúan atacando objetivos sirios y rusos.

Turquía, en tanto, rechazó la acusación rusa y aseguró que estaba haciendo progresos en Idleb cuando el gobierno sirio y sus aliados rusos lanzaron su ofensiva.

Los enfrentamientos entre las fuerzas turcas y sirias en el noroeste de Siria alcanzaron su momento de máxima tensión el mes pasado cuando causaron la muerte de 58 soldados turcos, 33 de ellos en un solo ataque aéreo el jueves pasado.

Esto desató la furia entre el oficialismo turco y llevó al presidente Erdogan a anunciar que ya no bloquería el paso de los refugiados -muchos de ellos sirios- a la Unión Europea (UE).

Acto seguido, miles de familias viajaron a la frontera con Grecia con la esperanza de poder cruzar. Sin embargo, allí se encontraron con el bloqueo y la represión de la Policía y las Fuerzas Armadas griegas, lo que desató una nueva lluvia de críticas sobre la UE y su política migratoria.

05 MAR 2020 - 10:10

El Ministerio de Defensa turco informó sobre las bajas en el ataque en el que también resultaron heridos otros seis soldados en los constantes enfrentamientos en uno de los últimos bastiones opositores en el largo conflicto armado en Siria, que la semana que viene entra en su noveno año.

En medio de esta escalada militar, el Observatorio Nacional de Derechos Humanos en Siria informó que, de acuerdo a cifras de la ONU, un millón y medio de civiles fueron desplazados por los ataques y la violencia en general en los últimos tres meses en la región de Idleb.

El 60% de los desplazados por estos combates son niños y el 20%, mujeres, según informó la agencia de noticias Ansa.

Turquía envió miles de soldados al noroeste de Siria para apoyar a milicias insurgentes islamistas, pero no ha podido detener una ofensiva del gobierno sirio respaldada por Rusia para retomar la provincia de Idleb.

El ataque de hoy en el que murieron los dos soldados turcos se produjo horas antes de que el presidente Recep Tayyip Erdogan emprendiera un viaje oficial a Moscú, donde, según adelantó, tiene como objetivo negociar un alto el fuego en Siria con el su par Vladimir Putin.

Turquía y Rusia son las dos principales potencias extranjeras en el norte de Siria y cada una apoya a una de las partes rivales en el conflicto, que el próximo miércoles cumplirá nueve años.

"Esperamos alcanzar una visión compartida de la causa de la crisis actual, sus consecuencias y acordar un conjunto de medidas para superarla", dijo el portavoz presidencial ruso Dmitry Peskov sobre la próxima reunión.

Las autoridades rusas responsabilizan a Turquía por el colapso de un acuerdo de alto el fuego alcanzado en Sochi, Rusia, en 2018.

Según Moscú, Ankara no ha cumplido el acuerdo porque no frenó a los milicianos opositores que continúan atacando objetivos sirios y rusos.

Turquía, en tanto, rechazó la acusación rusa y aseguró que estaba haciendo progresos en Idleb cuando el gobierno sirio y sus aliados rusos lanzaron su ofensiva.

Los enfrentamientos entre las fuerzas turcas y sirias en el noroeste de Siria alcanzaron su momento de máxima tensión el mes pasado cuando causaron la muerte de 58 soldados turcos, 33 de ellos en un solo ataque aéreo el jueves pasado.

Esto desató la furia entre el oficialismo turco y llevó al presidente Erdogan a anunciar que ya no bloquería el paso de los refugiados -muchos de ellos sirios- a la Unión Europea (UE).

Acto seguido, miles de familias viajaron a la frontera con Grecia con la esperanza de poder cruzar. Sin embargo, allí se encontraron con el bloqueo y la represión de la Policía y las Fuerzas Armadas griegas, lo que desató una nueva lluvia de críticas sobre la UE y su política migratoria.


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