“Por su actividad política y social, Bel estaba catalogado como el enemigo”

El fiscal Teodoro Nürnberg consideró probado que Tito Nichols, como jefe del Departamento de Informaciones de la Policía del Chubut, aportó la información imprescindible sobre los movimientos de Elvio Ángel Bel para el éxito de su secuestro en Trelew.

22 MAR 2020 - 20:02 | Actualizado

Hernán Hermelo, que el 5 de noviembre de 1976 era jefe operativo del Batallón de Infantería 4 en la Base Almirante Zar, dispuso los medios humanos y materiales para el operativo.

Nürnberg explicó que en el juicio oral y público se acreditó la participación de ambos. En su alegato pidió 17 años de prisión. Aseguró que el exconcejal trelewense “cumplía directivas del Ministerio del Interior para que cada provincia reuniera información de inteligencia de ciertos comportamientos de la ciudadanía”. Este pedido incluía actividades políticas, gremiales y estudiantiles. “Cada sección de la sociedad era observada por el Estado, que entendía que el enemigo era la subversión, formada por cualquier partido que tuviese una inclinación socialista o de izquierda”.

En Chubut esa vigilancia la cumplía la Policía provincial. “Nichols reunió información sobre Bel y sus actividades y acreditamos el circuito de circulación de información entre Policía y otros estamentos de inteligencia, como la SIDE. De hecho había pedidos de (José) Fitterling o del capitán Luis María Galán que respondía Nichols”. Una vez por semana había un informe al ministro de Gobierno, Educación y Justicia, Alberto Rueda, quien a su vez lo enviaba a Nación. Nichols también brindaba datos a otras áreas de inteligencia que los requerían.

“Acreditamos la existencia de una dinámica de comunicación entre los servicios de inteligencia estatales”, explicó el fiscal. “En función de la actividad pública y notoria de Bel, aportó información necesaria como parte de ese circuito para su detención ilegitima y desaparición forzada”. Nürnberg subrayó que “Nichols reconoció que juntó información sobre Bel. Se le preguntó y respondió que sí; era imposible que no hubiese recogido información sobre él”.

En cuanto a Hermelo, la Armada había diseñado por medio del Comando de Operaciones Navales un manual de procedimientos de lucha contra la subversión. Dividió el país en 11 grupos de tareas. Trelew, con sede en la Base Almirante Zar, era la sección 7, que incluía al BIM 4, el batallón de Hermelo. “Tenía los cargos de Inteligencia, Contrainteligencia y Operaciones”. El trabajo del acusado era asesorar, guiar y disponer órdenes para cumplir con el combate ofensivo a la subversión.

“Los informes de Nichols se compartían y se enviaban copias a otras áreas, como la Base Zar. Ése fue su aporte. Se acreditó el tráfico de información”. El fiscal graficó que en la causa hubo “indicios muy groseros y muy obvios. El mismo día que secuestran a Bel secuestran al matrimonio Maida. Este último está convencido de que lo llevaron a la Base”.

Nürnberg recordó que el día anterior al secuestro de Bel “había gente de Base que vigilaba su negocio”. Y cuando Hilda Fredes va a denunciar su desaparición, la Comisaría 1ª estaba cerrada. “Un policía declaró que esa noche se reunió gente de la Base con el segundo jefe de la Comisaría. ¿Era una reunión protocolar a la 22?”.

“Estas personas recibían las órdenes para ser cumplidas y las hacían cumplir a otras personas”, insistió sobre Hermelo. “En una autoría mediata las personas son fungibles, siempre habrá alguien que cumpla la orden”.

Nürnberg consideró que Bel “por su participación en el Partido Comunista era una persona muy notoria. No hay duda de que su actividad política y social determinó que lo cataloguen como el enemigo. La negativa a dar información sobre su destino sigue hoy en día”.

El fiscal apuntó que según todos los indicios, Bel fue llevado a la Base como varios otros secuestrados. “No había otro centro clandestino de detención. La participación de la Armada se acreditó y estaba aceitado el funcionamiento del Policía y Armada”. Se corroboró también en la Causa Torné. “La Policía, la Armada y el BIM, ¿dónde los llevaban? A la Base para interrogarlos y torturarlos. No había otro lugar para llevar a Bel”.

“Con lo rígidas que eran las autoridades y aceitado el sistema, ¿se iba a inmiscuir otra fuerza para un operativo que la Armada no conociera?, ¿A Bel lo secuestró otra fuerza?”. Federico García acompañó a Fredes para la denuncia en el Juzgado Federal de Rawson. “Lo detienen y lo llevan a la Base; Alba Fredes va a la Base a hablar con el jefe, que le trae un archivo de ella y le dice que dejara de hacer teatro. No había ninguna otra fuerza actuando en ese lugar porque ése era su trabajo”.

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22 MAR 2020 - 20:02

Hernán Hermelo, que el 5 de noviembre de 1976 era jefe operativo del Batallón de Infantería 4 en la Base Almirante Zar, dispuso los medios humanos y materiales para el operativo.

Nürnberg explicó que en el juicio oral y público se acreditó la participación de ambos. En su alegato pidió 17 años de prisión. Aseguró que el exconcejal trelewense “cumplía directivas del Ministerio del Interior para que cada provincia reuniera información de inteligencia de ciertos comportamientos de la ciudadanía”. Este pedido incluía actividades políticas, gremiales y estudiantiles. “Cada sección de la sociedad era observada por el Estado, que entendía que el enemigo era la subversión, formada por cualquier partido que tuviese una inclinación socialista o de izquierda”.

En Chubut esa vigilancia la cumplía la Policía provincial. “Nichols reunió información sobre Bel y sus actividades y acreditamos el circuito de circulación de información entre Policía y otros estamentos de inteligencia, como la SIDE. De hecho había pedidos de (José) Fitterling o del capitán Luis María Galán que respondía Nichols”. Una vez por semana había un informe al ministro de Gobierno, Educación y Justicia, Alberto Rueda, quien a su vez lo enviaba a Nación. Nichols también brindaba datos a otras áreas de inteligencia que los requerían.

“Acreditamos la existencia de una dinámica de comunicación entre los servicios de inteligencia estatales”, explicó el fiscal. “En función de la actividad pública y notoria de Bel, aportó información necesaria como parte de ese circuito para su detención ilegitima y desaparición forzada”. Nürnberg subrayó que “Nichols reconoció que juntó información sobre Bel. Se le preguntó y respondió que sí; era imposible que no hubiese recogido información sobre él”.

En cuanto a Hermelo, la Armada había diseñado por medio del Comando de Operaciones Navales un manual de procedimientos de lucha contra la subversión. Dividió el país en 11 grupos de tareas. Trelew, con sede en la Base Almirante Zar, era la sección 7, que incluía al BIM 4, el batallón de Hermelo. “Tenía los cargos de Inteligencia, Contrainteligencia y Operaciones”. El trabajo del acusado era asesorar, guiar y disponer órdenes para cumplir con el combate ofensivo a la subversión.

“Los informes de Nichols se compartían y se enviaban copias a otras áreas, como la Base Zar. Ése fue su aporte. Se acreditó el tráfico de información”. El fiscal graficó que en la causa hubo “indicios muy groseros y muy obvios. El mismo día que secuestran a Bel secuestran al matrimonio Maida. Este último está convencido de que lo llevaron a la Base”.

Nürnberg recordó que el día anterior al secuestro de Bel “había gente de Base que vigilaba su negocio”. Y cuando Hilda Fredes va a denunciar su desaparición, la Comisaría 1ª estaba cerrada. “Un policía declaró que esa noche se reunió gente de la Base con el segundo jefe de la Comisaría. ¿Era una reunión protocolar a la 22?”.

“Estas personas recibían las órdenes para ser cumplidas y las hacían cumplir a otras personas”, insistió sobre Hermelo. “En una autoría mediata las personas son fungibles, siempre habrá alguien que cumpla la orden”.

Nürnberg consideró que Bel “por su participación en el Partido Comunista era una persona muy notoria. No hay duda de que su actividad política y social determinó que lo cataloguen como el enemigo. La negativa a dar información sobre su destino sigue hoy en día”.

El fiscal apuntó que según todos los indicios, Bel fue llevado a la Base como varios otros secuestrados. “No había otro centro clandestino de detención. La participación de la Armada se acreditó y estaba aceitado el funcionamiento del Policía y Armada”. Se corroboró también en la Causa Torné. “La Policía, la Armada y el BIM, ¿dónde los llevaban? A la Base para interrogarlos y torturarlos. No había otro lugar para llevar a Bel”.

“Con lo rígidas que eran las autoridades y aceitado el sistema, ¿se iba a inmiscuir otra fuerza para un operativo que la Armada no conociera?, ¿A Bel lo secuestró otra fuerza?”. Federico García acompañó a Fredes para la denuncia en el Juzgado Federal de Rawson. “Lo detienen y lo llevan a la Base; Alba Fredes va a la Base a hablar con el jefe, que le trae un archivo de ella y le dice que dejara de hacer teatro. No había ninguna otra fuerza actuando en ese lugar porque ése era su trabajo”.


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