Cuarentena: un empresario quiso ingresar al country con la empleada doméstica en el baúl

En la puerta de ingreso al conocido country de la ciudad bonaerense de Tandil se dio una situación un tanto insólita. El empresario Gustavo Cardinale fue demorado luego de que se denunciara que ingresó con su mucama en el baúl del auto.

24 MAR 2020 - 19:47 | Actualizado

El hecho, según relatan los medios tandilenses, se produjo cuandolos vecinos del barrio cerrado denunciaron que Cardinale había llevado dentro del baúl de su auto a la mucama.

El hecho también había sido advertido por la seguridad privada del country.

Según reconstruyeron los medios de Tandil, la respuesta de Cardinale ante la denuncia y la posterior llegada de efectivos policiales, fue que la mujer iba sentada en asiento trasero del auto para evitar contagios, y no fue vista porque el vehículo tiene vidrios polarizados.

La policía llevó a la mujer hasta su casa para que continuara con la cuarentena y el empresario fue confinado a su propiedad en el country.

El empresario fue notificado de la existencia de una causa en su contra abierta por haber violado la cuarentena obligatoria dispuesta por el presidente Alberto Fernández a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia.

Allí se estableció que quienes violaren la cuarentena serán alcanzados, en principio, por dos artículos del Código Penal.

El 205 señala que “será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia”.

Y el 239 que establece que “será reprimido con prisión de quince días a un año, el que resistiere o desobedeciere a un funcionario público en el ejercicio legítimo de sus funciones o a la persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de una obligación legal".

Por la tarde, cuando se difundió la noticia en los medios locales, Cardinale hizo circular entre sus conocidos un descargo en el que señala: “Vecinos quiero aclarar el desafortunado incidente ocurrido en horas de la mañana. Yo tengo una empresa de transporte la cual está autorizada a trabajar ya que mi rubro es fundamental para la producción de productos agropecuarios.Para evitar contactos personales, hemos decidido enviar los camiones, los anticipos de dinero y las órdenes vía mail manteniéndonos cada uno desde su casa.Por lo tanto 8:30 de la mañana ingresamoscon una empleada administrativa nuestra sentada en el asiento trasero para evitar contagios.Dicha situación ha llamado la atención de alguien que realizó una denuncia que derivó en la lamentable y ya conocida situación que originó esta errónea noticia publicada en el día de hoy”.

Acompañó la explicación con la foto de una autorización extendida a nombre de una empleada de la compañía Cardinale S.A –que es proveedora de trigo candeal- y por ende está incluida en las actividades esenciales que deben seguir funcionado durante la cuarentena.

En ese certificado que recibieron los conocidos de Cardinale se señala que la mujer-cuya identidad no se revela-

“desempeña labores vinculadas con la actividad agropecuaria, suministro y comercialización de alimentos”.

El papel tiene un sello de la Comisaría Primera de Tandil de la Policía Bonaerense, que depende del ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires.

Y está firmado por un oficial subayudante. Consultada la base de datos comerciales Nosis y la empleada a cuyo nombre se extendió el certificado no aparece como empleada en relación de dependencia de ninguna empresa.

Cardinale es un empresario de Tandil que además de la empresa de transporte y de alimentos tiene una hormigonera llamada Markal, negocios agropecuarios y es aficionado al atletismo.

(Infobae)

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24 MAR 2020 - 19:47

El hecho, según relatan los medios tandilenses, se produjo cuandolos vecinos del barrio cerrado denunciaron que Cardinale había llevado dentro del baúl de su auto a la mucama.

El hecho también había sido advertido por la seguridad privada del country.

Según reconstruyeron los medios de Tandil, la respuesta de Cardinale ante la denuncia y la posterior llegada de efectivos policiales, fue que la mujer iba sentada en asiento trasero del auto para evitar contagios, y no fue vista porque el vehículo tiene vidrios polarizados.

La policía llevó a la mujer hasta su casa para que continuara con la cuarentena y el empresario fue confinado a su propiedad en el country.

El empresario fue notificado de la existencia de una causa en su contra abierta por haber violado la cuarentena obligatoria dispuesta por el presidente Alberto Fernández a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia.

Allí se estableció que quienes violaren la cuarentena serán alcanzados, en principio, por dos artículos del Código Penal.

El 205 señala que “será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia”.

Y el 239 que establece que “será reprimido con prisión de quince días a un año, el que resistiere o desobedeciere a un funcionario público en el ejercicio legítimo de sus funciones o a la persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de una obligación legal".

Por la tarde, cuando se difundió la noticia en los medios locales, Cardinale hizo circular entre sus conocidos un descargo en el que señala: “Vecinos quiero aclarar el desafortunado incidente ocurrido en horas de la mañana. Yo tengo una empresa de transporte la cual está autorizada a trabajar ya que mi rubro es fundamental para la producción de productos agropecuarios.Para evitar contactos personales, hemos decidido enviar los camiones, los anticipos de dinero y las órdenes vía mail manteniéndonos cada uno desde su casa.Por lo tanto 8:30 de la mañana ingresamoscon una empleada administrativa nuestra sentada en el asiento trasero para evitar contagios.Dicha situación ha llamado la atención de alguien que realizó una denuncia que derivó en la lamentable y ya conocida situación que originó esta errónea noticia publicada en el día de hoy”.

Acompañó la explicación con la foto de una autorización extendida a nombre de una empleada de la compañía Cardinale S.A –que es proveedora de trigo candeal- y por ende está incluida en las actividades esenciales que deben seguir funcionado durante la cuarentena.

En ese certificado que recibieron los conocidos de Cardinale se señala que la mujer-cuya identidad no se revela-

“desempeña labores vinculadas con la actividad agropecuaria, suministro y comercialización de alimentos”.

El papel tiene un sello de la Comisaría Primera de Tandil de la Policía Bonaerense, que depende del ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires.

Y está firmado por un oficial subayudante. Consultada la base de datos comerciales Nosis y la empleada a cuyo nombre se extendió el certificado no aparece como empleada en relación de dependencia de ninguna empresa.

Cardinale es un empresario de Tandil que además de la empresa de transporte y de alimentos tiene una hormigonera llamada Markal, negocios agropecuarios y es aficionado al atletismo.

(Infobae)


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