Argentina es de los países que más recursos destina a paliar efectos de crisis por Covid-19

Es uno de los países del G20 que comprometió más esfuerzos para paliar el impacto económico y social de la pandemia de coronavirus, con un modelo de intervención que prioriza la salud de la población y con fondos equivalentes al 2% del PBI.

El país integra la lista de los que más desembolsos realizaron, hasta el momento, para paliar los efectos de la crisis que genera la pandemia.
28 MAR 2020 - 20:04 | Actualizado

Ese modelo de intervención fue destacado por el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, al participar de sendas teleconferencias mantenidas el jueves y martes pasado, respectivamente, con jefes de Estados de los países miembros del G20 y con titulares de hacienda y de bancos centrales.

Ese listado de medidas -que tiene como principal foco la salud de la población y los sectores más vulnerables- en monto equivale a alrededor del 2% del PBI, estimado en aproximadamente US$ 350.000 millones, según estimaciones realizadas por fuentes privadas y oficiales consultadas por Télam.

Las medidas contemplan "los tres modelos para hacer frente a la demanda", que según el ministro Guzmán son: transferencias de dinero; protección del empleo a través de subsidios al trabajo en los sectores que sean afectados críticamente por la crisis; y extensión de seguros de desempleo, que se combinan con un estímulo a la producción para garantizar abastecimiento y evitar quiebras.

En conjunto imponen un compromiso en el gasto público, que en comparación es uno de los más altos de la nómina de países del G20.

En el caso argentino el esfuerzo es mayor aun debido a que el país viene de una recesión profunda previa a que se desatara la nueva crisis global a causa del coronavirus.

En base a estos parámetros, el monto que la Argentina destinará para luchar contra este flagelo es superior a otras naciones que integran ese foro de países.

Así se desprende de la información provista por el FMI, que compiló todas las disposiciones que pusieron en marcha los distintos países para neutralizar la pandemia y revertir el parate económico que está provocando las normas de aislamiento.

Este enfoque ubica a la Argentina con políticas similares a las aplicadas por naciones europeas.

Desde que se desató la pandemia, en el mundo surgieron dos enfoques extremos y contrapuestos para frenar el flagelo y a la vez sortear la recesión. De un lado se ubicaron quienes postularon que la actividad económica no se debía frenar.

Esto fue graficado por el vicegobernador de Texas, Dan Patrick, cuando manifestó que no había que "sacrificar el sueño americano" en pos de cuidar a "los abuelos", el sector poblacional más afectado por la pandemia a nivel global.

El concepto va en la línea con los dichos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien el lunes último aseguró que la Casa Blanca no puede dejar "que el remedio sea peor que la enfermedad", tras admitir en una entrevista que evaluaba levantar medidas de aislamiento antes de lo que recomiendan los expertos en salud.,

El segundo modelo -que combina el aislamiento de la población con medidas de estímulo fiscal sin límites para mantener las economías en marcha, algo que en los tiempos actuales solo pueden sostener en países del tenor de Dinamarca.

El país nórdico logró recientemente un pacto social entre sindicatos y empleadores, donde las empresas se comprometieron, mientras perdure la pandemia, a no despedir personal, el gobierno a financiar un 75% de los salarios de todas firmas comprometidas y los trabajadores a ceder un 25% de sus ingresos, a cambio de no perder los puestos de trabajo.

En el medio de estas dos posturas extremas se ubicaron otras recetas como las que instrumentaron Alemania, Francia, Italia y España, mientras la Argentina replicó algunas medidas aplicadas por estos últimos.

Según datos que compiló el FMI sobre los países del G20, Estados Unidos anunció medidas que hasta ahora comprometen el 0,5% del PIB, aunque está a punto de aprobarse en el Congreso un mega paquete de estímulos, préstamos, asistencia y mejora de servicios en salud, destinados a firmas grandes, pequeñas e individuos, que compromete recursos por 10% del PBI, entretanto, la Reserva Federal bajó a 0 la tasa de interés de referencia, entre otros alivios monetarios y financieros.

Alemania, a su vez,: es uno de los países con mayores casos de coronavrius pero ostenta un índice muy bajo de mortandad, y anunció medidas que comprometen un 4,5% del PBI.

El Banco Central Europeo, por su parte, lanzó un plan de estímulo por 120.000 millones de euros que beneficia toda la región.

El Gobierno de Italia, por su parte, implementó un paquete de medidas de emergencia que comprometen 1,4% del PIB, en tanto que España dispuso medidas equivalente al 0,7% de su PBI, aunque la cifra final dependerá de la duración de la pandemia.

China, por su parte, destinó un monto equivalente al 1,3% de su PBI en medidas para combatir el Covid-19 y reactivar su economía; Canadá destinó en total un 3,6% de su PBI para medida de aliento fiscal, combinados con medidas de aislamiento social; y Japón, por último, uno de los menos comprometidos con el virus entre los países desarrollados, dispuso hasta el momento apenas 0,1% de su PBI con medidas de estímulo fiscal, de fortalecimiento del sistema de salud y de moderado aislamiento social.

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El país integra la lista de los que más desembolsos realizaron, hasta el momento, para paliar los efectos de la crisis que genera la pandemia.
28 MAR 2020 - 20:04

Ese modelo de intervención fue destacado por el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, al participar de sendas teleconferencias mantenidas el jueves y martes pasado, respectivamente, con jefes de Estados de los países miembros del G20 y con titulares de hacienda y de bancos centrales.

Ese listado de medidas -que tiene como principal foco la salud de la población y los sectores más vulnerables- en monto equivale a alrededor del 2% del PBI, estimado en aproximadamente US$ 350.000 millones, según estimaciones realizadas por fuentes privadas y oficiales consultadas por Télam.

Las medidas contemplan "los tres modelos para hacer frente a la demanda", que según el ministro Guzmán son: transferencias de dinero; protección del empleo a través de subsidios al trabajo en los sectores que sean afectados críticamente por la crisis; y extensión de seguros de desempleo, que se combinan con un estímulo a la producción para garantizar abastecimiento y evitar quiebras.

En conjunto imponen un compromiso en el gasto público, que en comparación es uno de los más altos de la nómina de países del G20.

En el caso argentino el esfuerzo es mayor aun debido a que el país viene de una recesión profunda previa a que se desatara la nueva crisis global a causa del coronavirus.

En base a estos parámetros, el monto que la Argentina destinará para luchar contra este flagelo es superior a otras naciones que integran ese foro de países.

Así se desprende de la información provista por el FMI, que compiló todas las disposiciones que pusieron en marcha los distintos países para neutralizar la pandemia y revertir el parate económico que está provocando las normas de aislamiento.

Este enfoque ubica a la Argentina con políticas similares a las aplicadas por naciones europeas.

Desde que se desató la pandemia, en el mundo surgieron dos enfoques extremos y contrapuestos para frenar el flagelo y a la vez sortear la recesión. De un lado se ubicaron quienes postularon que la actividad económica no se debía frenar.

Esto fue graficado por el vicegobernador de Texas, Dan Patrick, cuando manifestó que no había que "sacrificar el sueño americano" en pos de cuidar a "los abuelos", el sector poblacional más afectado por la pandemia a nivel global.

El concepto va en la línea con los dichos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien el lunes último aseguró que la Casa Blanca no puede dejar "que el remedio sea peor que la enfermedad", tras admitir en una entrevista que evaluaba levantar medidas de aislamiento antes de lo que recomiendan los expertos en salud.,

El segundo modelo -que combina el aislamiento de la población con medidas de estímulo fiscal sin límites para mantener las economías en marcha, algo que en los tiempos actuales solo pueden sostener en países del tenor de Dinamarca.

El país nórdico logró recientemente un pacto social entre sindicatos y empleadores, donde las empresas se comprometieron, mientras perdure la pandemia, a no despedir personal, el gobierno a financiar un 75% de los salarios de todas firmas comprometidas y los trabajadores a ceder un 25% de sus ingresos, a cambio de no perder los puestos de trabajo.

En el medio de estas dos posturas extremas se ubicaron otras recetas como las que instrumentaron Alemania, Francia, Italia y España, mientras la Argentina replicó algunas medidas aplicadas por estos últimos.

Según datos que compiló el FMI sobre los países del G20, Estados Unidos anunció medidas que hasta ahora comprometen el 0,5% del PIB, aunque está a punto de aprobarse en el Congreso un mega paquete de estímulos, préstamos, asistencia y mejora de servicios en salud, destinados a firmas grandes, pequeñas e individuos, que compromete recursos por 10% del PBI, entretanto, la Reserva Federal bajó a 0 la tasa de interés de referencia, entre otros alivios monetarios y financieros.

Alemania, a su vez,: es uno de los países con mayores casos de coronavrius pero ostenta un índice muy bajo de mortandad, y anunció medidas que comprometen un 4,5% del PBI.

El Banco Central Europeo, por su parte, lanzó un plan de estímulo por 120.000 millones de euros que beneficia toda la región.

El Gobierno de Italia, por su parte, implementó un paquete de medidas de emergencia que comprometen 1,4% del PIB, en tanto que España dispuso medidas equivalente al 0,7% de su PBI, aunque la cifra final dependerá de la duración de la pandemia.

China, por su parte, destinó un monto equivalente al 1,3% de su PBI en medidas para combatir el Covid-19 y reactivar su economía; Canadá destinó en total un 3,6% de su PBI para medida de aliento fiscal, combinados con medidas de aislamiento social; y Japón, por último, uno de los menos comprometidos con el virus entre los países desarrollados, dispuso hasta el momento apenas 0,1% de su PBI con medidas de estímulo fiscal, de fortalecimiento del sistema de salud y de moderado aislamiento social.


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