Salud Mental monitorea a más de 600 pacientes

El equipo de profesionales de Salud Mental que monitorea a los pacientes aislados reconoce que las situaciones de violencia y aumento en consumo de alcohol son parte de las situaciones que se observan en ésta silenciosa tarea que despliegan en el marco de la pandemia.

18 ABR 2020 - 19:58 | Actualizado

No cuentan con un espacio físico específico ni con teléfonos que les permitan realizar las charlas de asistencia a las personas sometidas a ésta “encierro” obligatorio.

“Somos un equipo interdisciplinario de Salud Mental actualmente somos parte once profesionales entre psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y operadores de salud mental”, reconoció Marta Rodríguez, psicóloga integrante del equipo interdisciplinario que funciona desde el Centro de Día de Salud Mental incluyendo a profesionales de Sarmiento y Río Senguer que a diario, a las 9 de la mañana, se reúnen para poder compartir experiencias. “Trabajamos en conjunto con el área de Epidemiología y Patologías Prevalentes del hospital Regional. Sumamos constantemente nuevas personas para seguimiento de casos confirmados y sospechosos de pacientes con coronavirus”.

El abordaje de la Salud Mental integral de los pacientes tiene en cuenta las patologías previas y los aspectos que pudieran surgir con la cuarentena. “Hacemos mucho hincapié en la aparición de situaciones de violencia y consumo de alcohol. Sabemos que son problemáticas que pueden surgir y bastante frecuentes especialmente relacionada con el consumo.

En varias ciudades del país han llamado a la prohibición del consumo porque aumenta mucho y es algo que también venimos notando, la incorporación del hábito del alcohol o la exacerbación del consumo en las personas que ya lo hacían”.

La metodología incluye entre otras cosas, la contención familiar que se pudiera recibir y la disposición de los recursos económicos para poder afrontar los catorce días de aislamiento. “Se hace una charla de entre 30 y 45 minutos que hasta la fecha vienen tomándola con colaboración aunque sea obligatoria. Notamos que hay interés y participación”. Estas charlas se realizan con casos de todas las edades, aunque se incluye a niños a partir de los 12 años.

“Quienes están confinados en su casa, tienen miedo y asocian al coronavirus con la muerte. Buscamos transmitir tranquilidad pero quienes estar aislado de manera obligatoria es sumamente estresante. Es estar ahí, sentirse expuesto y en caso de sentir fiebre o sentirse mal, sentirse avergonzado o que la gente te observe”.

Sin espacio

“Los espacios que se habían pensado para hacer estas llamadas no se puede utilizar. El call center está pensado para el control de llamadas más breves donde hay muchas llamadas al mismo tiempo. Las de Salud Mental son llamadas más largas, de varios minutos y requieren de más privacidad porque hablamos de emociones y a veces, los pacientes se quiebran, nos cuentan cuestiones más íntimas”, reconoció Rodrígurez en diálogo con “La Tribuna” (Radio del Mar).

“Nos ha pasado que el encierro les trae recuerdos de la inundación del 2017, algo que en lo personal a mi también me tocó atravesar. Los pacientes necesitan contención y no podemos hacer éste trabajo con otras personas alrededor”.

No solamente las llamadas deben realizarse en espacios específicos; con celulares y resguardando la privacidad sino que se utilizan los telefónos personales para sobrellevar ésta tarea. “Los teléfonos no han podido ser provistos por Salud y tampoco hemos tenido el espacio físico en ninguna institución pública. Somos once profesionales, es complejo y nos cuesta avanzar. Por una cuestión de compromiso con el trabajo, arrancamos con nuestros propios teléfonos pero se hace insostenible porque son llamadas muy largas y no todos tenemos llamadas ilimitadas”. Mirta Rodríguez pide a aquellas personas con posibilidad de colaborar, la cesión de aparatos básicos, con crédito y línea para ser utilizados con los pacientes resguardados. “Necesitamos teléfonos básicos; de los más primitivos. Uno para cada uno del equipo alcanzaría para cubrir a todos y nos permitirá, llamar a voluntarios del colegio de Psicólogos o de Asistentes Sociales para funcionar no solamente por la mañana sino por la tarde”:

El avance de la enfermedad y la confirmación del primer caso positivo plantean un escenario de mayor demanda. “Sabemos que podrá aumentar la población de aislados y queremos prepararnos con más personal pero no tenemos recursos como para sumar voluntarios”, dijo. Quienes pudieran donar éstos elementos e insumos pueden contactarse al 280-154002598 en la idea de fortalecer la prevención desde un área muy sensible. “Queremos trabajar y avanzar con esto, la salud mental de todas las personas pero más de quienes están confinados. La salud pública depende de que éstas personas puedan sostener su cuarentena”, finalizó.

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18 ABR 2020 - 19:58

No cuentan con un espacio físico específico ni con teléfonos que les permitan realizar las charlas de asistencia a las personas sometidas a ésta “encierro” obligatorio.

“Somos un equipo interdisciplinario de Salud Mental actualmente somos parte once profesionales entre psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y operadores de salud mental”, reconoció Marta Rodríguez, psicóloga integrante del equipo interdisciplinario que funciona desde el Centro de Día de Salud Mental incluyendo a profesionales de Sarmiento y Río Senguer que a diario, a las 9 de la mañana, se reúnen para poder compartir experiencias. “Trabajamos en conjunto con el área de Epidemiología y Patologías Prevalentes del hospital Regional. Sumamos constantemente nuevas personas para seguimiento de casos confirmados y sospechosos de pacientes con coronavirus”.

El abordaje de la Salud Mental integral de los pacientes tiene en cuenta las patologías previas y los aspectos que pudieran surgir con la cuarentena. “Hacemos mucho hincapié en la aparición de situaciones de violencia y consumo de alcohol. Sabemos que son problemáticas que pueden surgir y bastante frecuentes especialmente relacionada con el consumo.

En varias ciudades del país han llamado a la prohibición del consumo porque aumenta mucho y es algo que también venimos notando, la incorporación del hábito del alcohol o la exacerbación del consumo en las personas que ya lo hacían”.

La metodología incluye entre otras cosas, la contención familiar que se pudiera recibir y la disposición de los recursos económicos para poder afrontar los catorce días de aislamiento. “Se hace una charla de entre 30 y 45 minutos que hasta la fecha vienen tomándola con colaboración aunque sea obligatoria. Notamos que hay interés y participación”. Estas charlas se realizan con casos de todas las edades, aunque se incluye a niños a partir de los 12 años.

“Quienes están confinados en su casa, tienen miedo y asocian al coronavirus con la muerte. Buscamos transmitir tranquilidad pero quienes estar aislado de manera obligatoria es sumamente estresante. Es estar ahí, sentirse expuesto y en caso de sentir fiebre o sentirse mal, sentirse avergonzado o que la gente te observe”.

Sin espacio

“Los espacios que se habían pensado para hacer estas llamadas no se puede utilizar. El call center está pensado para el control de llamadas más breves donde hay muchas llamadas al mismo tiempo. Las de Salud Mental son llamadas más largas, de varios minutos y requieren de más privacidad porque hablamos de emociones y a veces, los pacientes se quiebran, nos cuentan cuestiones más íntimas”, reconoció Rodrígurez en diálogo con “La Tribuna” (Radio del Mar).

“Nos ha pasado que el encierro les trae recuerdos de la inundación del 2017, algo que en lo personal a mi también me tocó atravesar. Los pacientes necesitan contención y no podemos hacer éste trabajo con otras personas alrededor”.

No solamente las llamadas deben realizarse en espacios específicos; con celulares y resguardando la privacidad sino que se utilizan los telefónos personales para sobrellevar ésta tarea. “Los teléfonos no han podido ser provistos por Salud y tampoco hemos tenido el espacio físico en ninguna institución pública. Somos once profesionales, es complejo y nos cuesta avanzar. Por una cuestión de compromiso con el trabajo, arrancamos con nuestros propios teléfonos pero se hace insostenible porque son llamadas muy largas y no todos tenemos llamadas ilimitadas”. Mirta Rodríguez pide a aquellas personas con posibilidad de colaborar, la cesión de aparatos básicos, con crédito y línea para ser utilizados con los pacientes resguardados. “Necesitamos teléfonos básicos; de los más primitivos. Uno para cada uno del equipo alcanzaría para cubrir a todos y nos permitirá, llamar a voluntarios del colegio de Psicólogos o de Asistentes Sociales para funcionar no solamente por la mañana sino por la tarde”:

El avance de la enfermedad y la confirmación del primer caso positivo plantean un escenario de mayor demanda. “Sabemos que podrá aumentar la población de aislados y queremos prepararnos con más personal pero no tenemos recursos como para sumar voluntarios”, dijo. Quienes pudieran donar éstos elementos e insumos pueden contactarse al 280-154002598 en la idea de fortalecer la prevención desde un área muy sensible. “Queremos trabajar y avanzar con esto, la salud mental de todas las personas pero más de quienes están confinados. La salud pública depende de que éstas personas puedan sostener su cuarentena”, finalizó.


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