Prevén que el impacto económico llegará en dos meses y golpeará a autónomos y micro Pymes

El economista Facundo Ball afirmó que “aún no nos damos cuenta” del impacto. Afirmó que la inflación será superior a la del año pasado y que los grandes perdedores serán las micro Pymes.

Datos comparativos por rubro entre la media nacional y la patagónica de la inflación interanual de marzo.
19 ABR 2020 - 19:39 | Actualizado

El último índice de inflación difundido por el INDEC sumado al contexto económico impuesto por la pandemia anticipan que en dos meses se sentirán fuertemente las consecuencias en la región. Así lo estima el economista Facundo Ball, afirmando que el impacto mayor será en las microPymes y en el sector de autónomos y monotributistas que en Chubut comprende a 105 mil personas.

“En dos meses o antes se verán las consecuencias económicas en la región. Aún no nos estamos dando cuenta porque estamos en abril y tuvimos 10 días de aislamiento en marzo, pero en el inicio de mayo, con gran parte de las actividades incapacitadas de producir, las consecuencias de cierre de actividades comerciales se va a notar muy fuerte y va a impactar en otros indicadores relacionados al trabajo y a la pobreza” pronosticó.

Según su análisis, los riesgos son “que la inflación, potenciada por la emisión monetaria, se acelere muy por arriba de los índices del año pasado”, sobre todo porque la emergencia que trajo la pandemia obliga a acudir a esta herramienta para asistir a los sectores más afectados.

La semana pasada el INDEC difundió que la inflación de marzo fue de 3,3% a nivel nacional, pero en la Patagonia el índice fue del 2,6%. “El Índice de Precios al Consumidor (IPC) por sí solo no dice mucho. La gente por lo general dice “no puede ser que la inflación haya sido del 2, 6%, es imposible” y en parte tienen razón” reconoce el economista, y advierte que es porque “el IPC es un promedio que esconde muchas diferencias”.

Ball prefirió basar su análisis sobre el índice de inflación interanual, el que compara los incrementos entre marzo del 2020 y marzo del 2019. En ese caso la inflación interanual en la Patagonia fue mayor que la media nacional, es decir al revés que el último indicador intermensual. “El índice inflacionario interanual para el país fue del 48,4% y para la región patagónica fue del 49%, mientras que por ejemplo para el Gran Buenos Aires fue del 46%” diferenció.

Esos indicadores a su vez se componen de una diversidad de incrementos por rubro y en esas diferencias “se esconde lo que consume cada familia” advirtió. “El índice inflacionario es un indicador para una familia promedio con gastos promedios; pero para una familia pobre, el mayor gasto es alimentos y bebidas. No influyen ni recreación y cultura ni restaurantes y hotelería” explicó. En consecuencia, la inflación interanual para una familia pobre “no es ese 49% promedio, sino el de alimentos (53,4%) y capaz que transporte (51,6%)”.

En una familia promedio los gastos en alimentos representan el 27% de los consumos, pero para una familia de escasos recursos “representa mucho más en el porcentaje de sus consumos, porque no les queda para consumir otros rubros” explicó.

El economista planteó que “no hay que dejar de leer estos indicadores en relación a otros como por ejemplo la tasa de pobreza” y recordó que en la región “tenemos una de las tasas de pobreza más grandes del país, con un 39,5% en el aglomerado Trelew- Rawson” lo que en números significan 57 mil personas pobres. “Es muchísimo y si le sumamos el aglomerado Comodoro Rivadavia, tenemos 118 mil personas pobres” a los que los rubros de hotelería, restaurantes, recreación y cultura, por citar algunos, no les impactan.

“Es en este sector de la población en el que las consecuencias de la inflación, de la falta de trabajo y de la caída de la producción potenciadas por el aislamiento, van a generar grandes consecuencias” advirtió Ball.

Para el economista, el comportamiento de los indicadores hasta el momento proyectan que “las tasas intermensuales se van a ir acelerando y si eso sucede, el interanual va a estar por encima del 49%”. Esto no será en todos los rubros ya que algunos de ellos – como servicios públicos- están regulados y no podrán crecer libremente, pero otros, regulados por la oferta y la demanda, seguirán creciendo como consecuencia de la caída de la producción.

“La lógica económica indica que el indicador de abril va a ser mayor, los precios van a aumentar” anticipó el economista en diálogo con Jornada, pero esto no será igual en todos los rubros ya que estarán afectados por la demanda y la oferta.

En ese sentido explicó que “si cae la demanda de algunos rubros, los precios puede que no suban todo lo que podrían subir”. Pero las condiciones de aislamiento hacen que esos rubros sean por ejemplo hotelería, restaurantes, recreación, cultura, es decir los que no afectan las necesidades básicas. Por el contrario, en los rubros más demandados como alimentos, bebidas y comunicaciones “probablemente suban los precios”.

“Todos los precios afectan en diferentes proporciones y termina impactando en el IPC” y con esa combinación “creo que la inflación de abril será mayor de la de marzo, fundamentalmente por la restricción en la producción” vaticinó.

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Datos comparativos por rubro entre la media nacional y la patagónica de la inflación interanual de marzo.
19 ABR 2020 - 19:39

El último índice de inflación difundido por el INDEC sumado al contexto económico impuesto por la pandemia anticipan que en dos meses se sentirán fuertemente las consecuencias en la región. Así lo estima el economista Facundo Ball, afirmando que el impacto mayor será en las microPymes y en el sector de autónomos y monotributistas que en Chubut comprende a 105 mil personas.

“En dos meses o antes se verán las consecuencias económicas en la región. Aún no nos estamos dando cuenta porque estamos en abril y tuvimos 10 días de aislamiento en marzo, pero en el inicio de mayo, con gran parte de las actividades incapacitadas de producir, las consecuencias de cierre de actividades comerciales se va a notar muy fuerte y va a impactar en otros indicadores relacionados al trabajo y a la pobreza” pronosticó.

Según su análisis, los riesgos son “que la inflación, potenciada por la emisión monetaria, se acelere muy por arriba de los índices del año pasado”, sobre todo porque la emergencia que trajo la pandemia obliga a acudir a esta herramienta para asistir a los sectores más afectados.

La semana pasada el INDEC difundió que la inflación de marzo fue de 3,3% a nivel nacional, pero en la Patagonia el índice fue del 2,6%. “El Índice de Precios al Consumidor (IPC) por sí solo no dice mucho. La gente por lo general dice “no puede ser que la inflación haya sido del 2, 6%, es imposible” y en parte tienen razón” reconoce el economista, y advierte que es porque “el IPC es un promedio que esconde muchas diferencias”.

Ball prefirió basar su análisis sobre el índice de inflación interanual, el que compara los incrementos entre marzo del 2020 y marzo del 2019. En ese caso la inflación interanual en la Patagonia fue mayor que la media nacional, es decir al revés que el último indicador intermensual. “El índice inflacionario interanual para el país fue del 48,4% y para la región patagónica fue del 49%, mientras que por ejemplo para el Gran Buenos Aires fue del 46%” diferenció.

Esos indicadores a su vez se componen de una diversidad de incrementos por rubro y en esas diferencias “se esconde lo que consume cada familia” advirtió. “El índice inflacionario es un indicador para una familia promedio con gastos promedios; pero para una familia pobre, el mayor gasto es alimentos y bebidas. No influyen ni recreación y cultura ni restaurantes y hotelería” explicó. En consecuencia, la inflación interanual para una familia pobre “no es ese 49% promedio, sino el de alimentos (53,4%) y capaz que transporte (51,6%)”.

En una familia promedio los gastos en alimentos representan el 27% de los consumos, pero para una familia de escasos recursos “representa mucho más en el porcentaje de sus consumos, porque no les queda para consumir otros rubros” explicó.

El economista planteó que “no hay que dejar de leer estos indicadores en relación a otros como por ejemplo la tasa de pobreza” y recordó que en la región “tenemos una de las tasas de pobreza más grandes del país, con un 39,5% en el aglomerado Trelew- Rawson” lo que en números significan 57 mil personas pobres. “Es muchísimo y si le sumamos el aglomerado Comodoro Rivadavia, tenemos 118 mil personas pobres” a los que los rubros de hotelería, restaurantes, recreación y cultura, por citar algunos, no les impactan.

“Es en este sector de la población en el que las consecuencias de la inflación, de la falta de trabajo y de la caída de la producción potenciadas por el aislamiento, van a generar grandes consecuencias” advirtió Ball.

Para el economista, el comportamiento de los indicadores hasta el momento proyectan que “las tasas intermensuales se van a ir acelerando y si eso sucede, el interanual va a estar por encima del 49%”. Esto no será en todos los rubros ya que algunos de ellos – como servicios públicos- están regulados y no podrán crecer libremente, pero otros, regulados por la oferta y la demanda, seguirán creciendo como consecuencia de la caída de la producción.

“La lógica económica indica que el indicador de abril va a ser mayor, los precios van a aumentar” anticipó el economista en diálogo con Jornada, pero esto no será igual en todos los rubros ya que estarán afectados por la demanda y la oferta.

En ese sentido explicó que “si cae la demanda de algunos rubros, los precios puede que no suban todo lo que podrían subir”. Pero las condiciones de aislamiento hacen que esos rubros sean por ejemplo hotelería, restaurantes, recreación, cultura, es decir los que no afectan las necesidades básicas. Por el contrario, en los rubros más demandados como alimentos, bebidas y comunicaciones “probablemente suban los precios”.

“Todos los precios afectan en diferentes proporciones y termina impactando en el IPC” y con esa combinación “creo que la inflación de abril será mayor de la de marzo, fundamentalmente por la restricción en la producción” vaticinó.


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