La paciente tiene 29 años y llegó a Salta a finales de abril desde el sur del país. Es asintomática. Según precisó la Coordinadora de Epidemiología, Griselda Rangeón, la mujer volvía de Santa Cruz -donde no hay circulación comunitaria- e hizo escala en un área de riesgo adónde arribó porque se quedó sin trabajo.
Cuando se enteraron de su estado de salud, pobladores de Rosario de Lerma salieron a buscarla.
Según el relato de testigos, algunas personas amenazaban con quemar su casa. Ni los enfermeros ni el médico que fueron a buscarla para llevarla a internar se salvaron de las agresiones y los empujones de los enardecidos vecinos.
No es la primera vez que la psicosis desata una cacería de brujas en contra de una persona contagiada con coronavirus. En marzo, parte de la sociedad salteña se volvió en contra del primer paciente confirmado con COVID-19 en Salta. Su identidad y su foto circularon por grupos de Whasapp y las redes sociales, y fue centro de críticas, insultos y especulaciones.
La paciente tiene 29 años y llegó a Salta a finales de abril desde el sur del país. Es asintomática. Según precisó la Coordinadora de Epidemiología, Griselda Rangeón, la mujer volvía de Santa Cruz -donde no hay circulación comunitaria- e hizo escala en un área de riesgo adónde arribó porque se quedó sin trabajo.
Cuando se enteraron de su estado de salud, pobladores de Rosario de Lerma salieron a buscarla.
Según el relato de testigos, algunas personas amenazaban con quemar su casa. Ni los enfermeros ni el médico que fueron a buscarla para llevarla a internar se salvaron de las agresiones y los empujones de los enardecidos vecinos.
No es la primera vez que la psicosis desata una cacería de brujas en contra de una persona contagiada con coronavirus. En marzo, parte de la sociedad salteña se volvió en contra del primer paciente confirmado con COVID-19 en Salta. Su identidad y su foto circularon por grupos de Whasapp y las redes sociales, y fue centro de críticas, insultos y especulaciones.